Manifiesto.
1
Por sentido común me adhiero a la presencia moral de “la Banda de los cuatro”, antes que a las posiciones mercenarias del “Posada Carriles de la literatura peruana”.
2
Geoffrey Firmin, el cónsul, en alguna parte de Bajo El Volcán dice que “no se puede vivir sin amor”. Y lo repite varias veces. Yo le diría al oído que a más a más no se puede vivir sin talento. Sobre todo si te sientes poeta. Digamos que la falta de amor no es tan grave como la falta de talento, luego de haber atravesado quince años, antes quince y después quince como decía el de Santiago de Chuco. Ahora que apretados nos vemos en esta plaza de Bizancio y peinamos canas y ya vamos dejando la posta a nuestros hijos. Claro está que se puede vivir sin talento sobre todo si has escogido el camino de las multitudes como hacen los políticos. O los malos poetas que en vez de consagrarse a su obra en soledad y descontento, aparecen fotografiados en grandes grupos vanamente envejecidos como si terminaran de almorzar, o vinieran de engañar al mundo. Así pues la falta de talento se reemplaza con la mucha compañía, con el bullicio y la furia, aunque eso se note: en medio de la farra ya no calzan la ropa ni las poses de la juventud y las pupilas tienen un débil mirar.
Geoffrey Firmin, el cónsul, en alguna parte de Bajo El Volcán dice que “no se puede vivir sin amor”. Y lo repite varias veces. Yo le diría al oído que a más a más no se puede vivir sin talento. Sobre todo si te sientes poeta. Digamos que la falta de amor no es tan grave como la falta de talento, luego de haber atravesado quince años, antes quince y después quince como decía el de Santiago de Chuco. Ahora que apretados nos vemos en esta plaza de Bizancio y peinamos canas y ya vamos dejando la posta a nuestros hijos. Claro está que se puede vivir sin talento sobre todo si has escogido el camino de las multitudes como hacen los políticos. O los malos poetas que en vez de consagrarse a su obra en soledad y descontento, aparecen fotografiados en grandes grupos vanamente envejecidos como si terminaran de almorzar, o vinieran de engañar al mundo. Así pues la falta de talento se reemplaza con la mucha compañía, con el bullicio y la furia, aunque eso se note: en medio de la farra ya no calzan la ropa ni las poses de la juventud y las pupilas tienen un débil mirar.
3
La burrada firmada por Mora y Pimentel ha sido íntegramente escrita por el huancaíno, ya que recuerdo que a Jorge Pimentel le resultaba sumamente difícil escribir algo que no sea un buen poema: En los tiempos de La Crónica los editores le consultábamos todo a los sabios Juan Morillo y Germán Lequerica, pero también le hacíamos los títulos a Pimentel, cuyo trabajo consistía en divertirnos. Y, sí, trabajábamos en un órgano velasquista junto a Lauer, Oquendo, Hildebrandt, Patrick Rosas, Verástegui. Y qué?. Yo nunca he sido apristón ni fujimoristón como los pájaros campanudos de Quilca.
En todo caso sorprende la mala leche de libelo infamante que han usado los ccorotas estos para desvirtuar a como dé lugar un trabajo probablemente concebido con humor y buenas maneras. La mentada antología consultada. Frente a la cual se pueden tener actitudes sublimes o peregrinas pero no argumentar hasta el cansancio al revés y al derecho sólo para escandalizar a la parroquia diciendo que todavía existen. Se nota su afán de sobrevivir al amparo de la vigencia. Son maestros en encaramarse a cualquier posibilidad de salir en la foto del momento, y dan la virginidad impura con su teoría más a cambio de la legitimidad tantas veces perdida. Porque de eso se trata: han buscado durante cuarenta años la legitimidad que nadie les niega pero que suponen esquiva como la suerte literaria que han tenido.
Alguien tiene que decir de una vez por todas que la mala poesía que han estado escribiendo estos años, ha estado hecha con los jirones de una retórica que sólo ha ocultado su falta de talento y su envidia. Buena retórica para borrachines desesperados pero envidia encubierta de los que han seguido escribiendo fuera de su influencia y dominio. Envidia porque nunca publicarán en una editorial de la importancia de Tusquets, y menos en una colección consagratoria como Nuevos Textos Sagrados. Y menos aún en una antología como VEINTE AÑOS DE POESÍA, también de Tusquets, el 2009. Pero la peor es su envidia por mi trabajo de editor. Solo que en ese terreno no pueden mentir. Porque los libros de Auqui están ahí: Yo fui el primero en publicar a Moro, a Westphalen y a Ferrari en Europa. André Coyné en su prologo a Cuál es la risa de Westphalen se encarga de señalar la naturaleza y los avatares de ese libro. Léaselo para entender hasta dónde camina con pie suelto la patraña.
La burrada firmada por Mora y Pimentel ha sido íntegramente escrita por el huancaíno, ya que recuerdo que a Jorge Pimentel le resultaba sumamente difícil escribir algo que no sea un buen poema: En los tiempos de La Crónica los editores le consultábamos todo a los sabios Juan Morillo y Germán Lequerica, pero también le hacíamos los títulos a Pimentel, cuyo trabajo consistía en divertirnos. Y, sí, trabajábamos en un órgano velasquista junto a Lauer, Oquendo, Hildebrandt, Patrick Rosas, Verástegui. Y qué?. Yo nunca he sido apristón ni fujimoristón como los pájaros campanudos de Quilca.
En todo caso sorprende la mala leche de libelo infamante que han usado los ccorotas estos para desvirtuar a como dé lugar un trabajo probablemente concebido con humor y buenas maneras. La mentada antología consultada. Frente a la cual se pueden tener actitudes sublimes o peregrinas pero no argumentar hasta el cansancio al revés y al derecho sólo para escandalizar a la parroquia diciendo que todavía existen. Se nota su afán de sobrevivir al amparo de la vigencia. Son maestros en encaramarse a cualquier posibilidad de salir en la foto del momento, y dan la virginidad impura con su teoría más a cambio de la legitimidad tantas veces perdida. Porque de eso se trata: han buscado durante cuarenta años la legitimidad que nadie les niega pero que suponen esquiva como la suerte literaria que han tenido.
Alguien tiene que decir de una vez por todas que la mala poesía que han estado escribiendo estos años, ha estado hecha con los jirones de una retórica que sólo ha ocultado su falta de talento y su envidia. Buena retórica para borrachines desesperados pero envidia encubierta de los que han seguido escribiendo fuera de su influencia y dominio. Envidia porque nunca publicarán en una editorial de la importancia de Tusquets, y menos en una colección consagratoria como Nuevos Textos Sagrados. Y menos aún en una antología como VEINTE AÑOS DE POESÍA, también de Tusquets, el 2009. Pero la peor es su envidia por mi trabajo de editor. Solo que en ese terreno no pueden mentir. Porque los libros de Auqui están ahí: Yo fui el primero en publicar a Moro, a Westphalen y a Ferrari en Europa. André Coyné en su prologo a Cuál es la risa de Westphalen se encarga de señalar la naturaleza y los avatares de ese libro. Léaselo para entender hasta dónde camina con pie suelto la patraña.
4
Para los que vivimos fuera de la patería limeña, es decir lejos del criollismo anticuchero del Queirolo, nos resulta tenaz esa especie de autobombo permanente, de borrachera perpetua de autocomplacencia y esquina en que ha caído toda esa gente. Como si la poesía los necesitara con sus milagros. Ya sabemos que del museo-capilla del Queirolo no quedará ni la sensibilidad esponjosa y acomodaticia que lo creó, ni siquiera los cantos a la traición de quien ocultó durante treinta años los libros del amigo publicados en España y se hizo el loco. O el otro que cuando le mencionan mi nombre calla en sánscrito pese a que yo le cambié la vida presentándole a su mujer, la poetisa. Y como él otros. Eso es H.Z. y por ser como son no los aguantaba el único y verdadero HZ Juan Ramírez Ruiz a quien en sus últimos tiempos mancillaron y pegaron. Que ahora no se hagan los buenos con su memoria. Lo peor de todo es que han dado ese tono de Chuiman a la chusma literaria que ha venido después de ellos: risita limeña de antiguos jovencitos crapulosos e incultos a quienes fuera del Perú no los pela ni su madre: malas maneras, inconsistencia ideológica, versos destripados, gritos cobardes en recitales y cantinas. Astutamente se han posesionado del retrato de Churata que está tan lejos de ellos como Lima de Mali. Lo han puesto en su cantina tarde y mal, cuando nosotros arequipeños, cusqueños y puneños ya habíamos enarbolado al maestro con convicción y silencio, con sicuris y viento y lontananza de futuro. Porque nos pertenece más a nosotros que a ellos mientras este Perú desmemoriado, miserable y corrupto siga perpetuando la farra literaria y la tontera.
Malos poetas y malas personas. Y lo digo con ganas por que ya me cansé de tanta impostura y porque tengo que hacerme cargo de mi obra y defenderla de la falsa amistad y la hipocresía. Por que la amistad en los buenos tiempos fue tan íntima que hasta la Musa de HZ llegó a ser madre del mayor de mis hijos, espejo macho de punk y talento. O sea que no se hagan. Que les conozco todas las arrugas y toda la sangre. Que si ellos son el centro de Lima yo pertenezco a la periferia mundana de la Benemérita provincia de Lampa, donde muy joven aprendí a disparar cartuchos con sal y ají.
Este manifiesto también es una advertencia y va en el mismo tono de aquella “advertencia a un hueleguisos” que indignamente le hicieron a Rodolfo Hinostroza. Téngase en cuenta que sé cosas que un amigo común se llevó al cielo. O sea que tranquilitos que el sol brilla para todos. Y Todavía no he comenzado a escribir mis anti-memorias. Y no soy tan civilizado ni fino como el ronco genial.
Así habla la amistad traicionada por el pontífice furioso de HZ, el Posada Carriles de la poesía peruana causante de todo este desaguisado: Tulio Mora. Y cierro este manifiesto con un guiño a Jorge Pimentel en cuya obra ya no creo. De Verástegui no diré nada porque su mala poesía última, sus delirios de grandeza y su larga convalecencia no le permitirán defenderse.
Vladimir Herrera.
Para los que vivimos fuera de la patería limeña, es decir lejos del criollismo anticuchero del Queirolo, nos resulta tenaz esa especie de autobombo permanente, de borrachera perpetua de autocomplacencia y esquina en que ha caído toda esa gente. Como si la poesía los necesitara con sus milagros. Ya sabemos que del museo-capilla del Queirolo no quedará ni la sensibilidad esponjosa y acomodaticia que lo creó, ni siquiera los cantos a la traición de quien ocultó durante treinta años los libros del amigo publicados en España y se hizo el loco. O el otro que cuando le mencionan mi nombre calla en sánscrito pese a que yo le cambié la vida presentándole a su mujer, la poetisa. Y como él otros. Eso es H.Z. y por ser como son no los aguantaba el único y verdadero HZ Juan Ramírez Ruiz a quien en sus últimos tiempos mancillaron y pegaron. Que ahora no se hagan los buenos con su memoria. Lo peor de todo es que han dado ese tono de Chuiman a la chusma literaria que ha venido después de ellos: risita limeña de antiguos jovencitos crapulosos e incultos a quienes fuera del Perú no los pela ni su madre: malas maneras, inconsistencia ideológica, versos destripados, gritos cobardes en recitales y cantinas. Astutamente se han posesionado del retrato de Churata que está tan lejos de ellos como Lima de Mali. Lo han puesto en su cantina tarde y mal, cuando nosotros arequipeños, cusqueños y puneños ya habíamos enarbolado al maestro con convicción y silencio, con sicuris y viento y lontananza de futuro. Porque nos pertenece más a nosotros que a ellos mientras este Perú desmemoriado, miserable y corrupto siga perpetuando la farra literaria y la tontera.
Malos poetas y malas personas. Y lo digo con ganas por que ya me cansé de tanta impostura y porque tengo que hacerme cargo de mi obra y defenderla de la falsa amistad y la hipocresía. Por que la amistad en los buenos tiempos fue tan íntima que hasta la Musa de HZ llegó a ser madre del mayor de mis hijos, espejo macho de punk y talento. O sea que no se hagan. Que les conozco todas las arrugas y toda la sangre. Que si ellos son el centro de Lima yo pertenezco a la periferia mundana de la Benemérita provincia de Lampa, donde muy joven aprendí a disparar cartuchos con sal y ají.
Este manifiesto también es una advertencia y va en el mismo tono de aquella “advertencia a un hueleguisos” que indignamente le hicieron a Rodolfo Hinostroza. Téngase en cuenta que sé cosas que un amigo común se llevó al cielo. O sea que tranquilitos que el sol brilla para todos. Y Todavía no he comenzado a escribir mis anti-memorias. Y no soy tan civilizado ni fino como el ronco genial.
Así habla la amistad traicionada por el pontífice furioso de HZ, el Posada Carriles de la poesía peruana causante de todo este desaguisado: Tulio Mora. Y cierro este manifiesto con un guiño a Jorge Pimentel en cuya obra ya no creo. De Verástegui no diré nada porque su mala poesía última, sus delirios de grandeza y su larga convalecencia no le permitirán defenderse.
Vladimir Herrera.
Puerto Atico. Arequipa. Enero del 2011.
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18 comentarios:
QUÉ FEO LE DA VLADIMIR HERRERA AL ZAMBO VERÁSTEGUI:
"De Verástegui no diré nada porque su mala poesía última, sus delirios de grandeza y su larga convalecencia no le permitirán defenderse".
Muy bajo Vladimir. Pero eso es tu estilo Rodo, publicar y fomentar la maldad.
Seguro que lo escribiste con él a dos voces
¿"Fomentar la maldad"?
Levantar falsos testimonios (como la monserga que acabas de escribir) es fomentar la maldad; además, Vladimir Herrera no necesita de la ayuda de nadie, mas que de su voz, para expresar su desazón con respecto a la poesía peruana. Ok.
NO HAGAS CASO A ESOS ODIADORES, QUERIDO IBARRA. SIGUE EN LO TUYO, QUE LO TUYO ES GRANDE Y PRECIOSO. QUE NO DISTRAIGAN LAS CUCARACHAS. PÍSALAS Y SIGUE PARA ADELANTE.
ROS.
Gracias, Ros.
Rodo, no escuches a los ignorantes, escucha a los que amamos la verdad, a los que te queremos.
Rodo, no escuches a los ignorantes, escucha a los que amamos la verdad, a los que te queremos.
Rodolfo, tu sabes algo de eso que cuenta Vladimir Herrera sobre Juan Ramirez Ruiz? Que le pegaron dice? Eso es verdad? Es imposible de creer.
Todo el mundo sabe que Tuli Mora golpeó de manera horrible a nuestro querido Juan Ramírez Ruíz. Fue en el Yakana del centro de Lima y estaban todos los poetas conocidos.
Richie
Mora pego a Ramirez Ruiz? Ah, eso exlica todo.
Ibarra: Agradezco que sin conocerme hayas cobijado mi Manifiesto. Supongo que sabes que los fascistas siempre han sido dueños de la impostura y la prepotencia pero también que son cobardes.Como hace el Posada Carriles de la literatura peruana, Tulio Mora,quien se ha pasado estos días tratando de que los blogueros me ignoren. No lo ha logrado. No me ha respondido en la creencia de que la cosa se irá durmiendo solita. Se equivoca. Tengo para darle metódicamente todos los días del año. Por que yo era íntimo de Pimentel, de Julio Polar y Juan Ramírez Ruiz en esa borrachera juvenil llamada HZ. Que Mora usurpó seis años después volviendo de México(donde estuvo conmigo) sólo para encontrar chamba en Lima. Eso nunca le cuadró a nuestro recordado Chome. Fue defendiendo su impostura que Mora le pegó en el Yacana. Todos lo saben. Y callan. Pero lo peor es la mala poesía que siempre ha escrito.
Pena por Verástegui y el tonto de Guillén. Los demás son escoria.
Vladimir Herrera. de Laguna
Brechtiana.
Vladimir (¿eres tú?), Carlos C. me contó que querías hablar conmigo. Te dejo mi correo rodolfoybarra@hotmail.com
No te preocupes, Vladimir, a los poetas los conozco por sus poemas, eso me basta.
Gracias.
Grande Vladimir!
Pateticos los poetitas que se creyeron el cuento de HZ contado por Mora.
Vladimir sabe y cuenta grandes verdades. Gracias a él algunos recién llegados a hz recién las conocen. Mucha mezquindad y autobombo.
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