"PLASTA MALOLIENTE: LOS PPKEIKOS", ENVÍO DE RAFAEL INOCENTE

Por Rafael Inocente

Los últimos días posteriores a las elecciones presidenciales han sido particularmente excrementicios para quienes nos consideramos sujetos no coloniales. A la película de terror basada en hechos reales que significa el pase a segunda vuelta de una pandilla de delincuentes rebautizados como Fuerza 2011 —una agrupación que debiera estar proscrita por los crímenes comunes (robo, asociación ilícita para delinquir, falsedad genérica, narcotráfico, blanqueo de dinero, etc.) y de lesa humanidad (tortura, asesinato, genocidio, desapariciones, etc.) cometidos por sus más conspicuos representantes— se suma la debacle moral de considerable sector de la denominada clase media, arrejuntada en esas cloacas de la ociosidad llamadas redes sociales. Este sector clasemediero, cómplice sin ambages del robo, el asesinato, la inmoralidad y la atroz vulgaridad del fujimorismo desembozado, se prepara para votar en segunda vuelta por la Hija del Ladrón y han sido rebautizados por el ingenio popular como los PPKeikos (PPK + Keiko Fujimori).

Quchinski, perdedor en primera vuelta frente a Ollanta Humala, ha preparado su propio acuerdo nacional y exhibe su sonrisa idiota y su lengua bífida para escarnio del pueblo que lo ha repudiado, pretendiendo imponer su propio plan a Ollanta Humala, dizque para garantizar la “democracia”, el “orden” y el “progreso”, cuando su única finalidad es indisponer a Humala frente a la opinión pública y apoyar a la gavilla criminal Fuerza 2011.

El sábado por la noche un afiebrado PPK presidió un “meeting” en Miraflores, rodeado de una anémica corte de petulantes jovenzuelos de las universidades de paga (esos canallas mantenidos de sus viejos que se expresan en la neolengua internauta-facebook-spanglish-amiguex y usan dos celulares con absoluta impunidad, los PPKeikos), llamando a la conformación de un movimiento político (los partidos apestan, dijo muy seguro de sí) olvidando que su candidatura fue apuntalada por una mazamorra de oportunistas, pero principalmente por los perdedores eternos del PPC, un grumo filofascista de ultraderecha financiado por controvertidos corredores de autos y asesores de inteligencia comprobadamente criminales.

¿Pero qué es lo que sucede en el Perú? ¿A qué nivel de abyección ha llegado el cholo clasemediero para que le haga la corte a un norteamericano sabido? ¿En qué poder se ampara la inmensa concha de Quchinski al chantajear al ganador orientando el voto hacia el lumpen fujimorista? El silencio de la llamada sociedad civil y la complicidad expresa de los medios de comunicación de cara a esta afrenta, es inaceptable e indignante.

¿Dónde están los colegios profesionales, dónde los representantes de esa cacareada sociedad civil? Algunos por ahí se horrorizan de Humala por supuestas violaciones a los derechos humanos, pero olvidan que el amenazado juez San Martín, el mismo que condenó a Kenya Fujimori fue quien exculpó a Ollanta por los supuestos crímenes de Madre Mía, entonces, ¿por qué carajo estas señoritas frenaron su lengua cuando la dictadura impuesta por el japonés y su pandilla, cuando mataban, violaban y desaparecían? Porque si hablamos de modificar la Constitución, el ladrón japonés fue el primero que la alteró para perpetuarse y robar impunemente. ¿Dónde estaban entonces los demócratas-cristianos? Podridos de dinero, inflados como un cerdo… responde La Polla Records.

El gran mérito de Quchinski es haber cooptado a una juvenil masa adolescente de neuronas, una masa blanqueada por el dinero y los viajes a Mayami, acostumbrada a lo abyecto desde la más tierna infancia. Esa masa clasemediera, adocenada en departamentitos de arquitectura inmoral en barrios rodhesianos, paridora de palomillas de ventana, vociferantes en insultos étnicos y clasistas, esa masa bellaca es la que exhibe su bestial vulgaridad apoyando al sicario económico de apellido polaco, pero esa misma turba-jockey-plaza resulta incapaz de argumentar por qué le ha votado al tipo de “talante gringo”, cuya trayectoria política raya en la más oscura deshonestidad, tan temprano como cuando tenía treinta años y fugó por la frontera norte escondido en la maletera de un automóvil, luego de servir fielmente a la International Petroleum Company, la transnacional norteamericana que explotó nuestras riquezas durante cincuenta años sin pagar un cobre de impuestos y que luego fue perdonada por el primer gobierno de Belaúnde, en el sonado caso de la Página 11. http://menonitadeoz.blogspot.com/2011/03/la-dudosa-honestidad-de-kuczynski.html

Antes de la primera vuelta, el norteamericano de marca PPK, en un intento de captar el voto de los sectores urbano-marginales, manifestó su intención de indultar al convicto Kenya Fujimori, preso 25 años por asesino y condenado 8 años por ladrón. Ni por eso logró los votos del Perú profundo.

No es de extrañar entonces que ahora, este payaso zafio apoye descaradamente a la Hija del Ladrón, como tampoco resulta inusitado el torpe ataque de los medios de comunicación a Ollanta Humala. Los medios de comunicación, esos desagües del neoliberalismo hediondo, hijos del putiferio y la mariconada, intentan adecentar su degradación con locutores funcionales (Jaime de Althaus, Raúl Vargas, Aldo Mariátegui, Beto Ortíz, Rosa Palacios, Augusto Thorndike), enloquecidas comiéndose las uñas, entrevistando a analistas políticos pagados y economistas impostores expertos en meter miedo al pueblo, inventando cucos para manipular la voluntad popular y favorecer a la banda de criminales dirigidos desde la cárcel.

¿Qué patria es ésta en donde un agente del gran capital anuncia con total desparpajo su apoyo a la hija cómplice de un reo por ladrón y homicida, un delincuente que destrozó el país y que según todas las evidencias tendría en su poder más de 1200 millones de dólares, producto del robo sistemático de fondos del Estado en la modalidad hormiga1, tal como denunció su compinche Vladimiro Montesinos? ¿Es que hemos perdido todo orgullo de patria, de raza, de clase?

PPK, tan norteamericano como la Hija del Ladrón es súbdita nipona, en aplicación del consagrado principio del jus sanguinis (derecho de sangre) nipón¬, pretende imponer su propio acuerdo nacional frente a la anomia de la mal llamada sociedad civil y el silencio de los colonizados. Un norteamericano y una japonesa se cagan sobre nuestras cabezas y nosotros, acostumbrados al olor de la mierda, confundimos fragancia con pestilencia. A fin de cuentas, el peruano es noble, después de todo la nuestra es la patria de todas las sangres y no tenemos identidad porque las tenemos todas, como afirmó un hoy confundido Vargas Llosa, cuya familia no se ha salvado de las insolencias de los ociosos que infestan las redes sociales.

¿Cuál es el nivel moral del tal PPK, representante de la forajida banca internacional, cuando afirma con absoluta desfachatez que pretende indultar a un ratero y asesino que desgració a toda una generación y robó al erario público más de CATORCE MIL MILLONES DE DÓLARES2?

¿Cuál es el nivel moral de la gente que le ha votado a la marca PPK y a la Hija del Ladrón y que conforman hoy esa plasta mefítica denominada PPKeikos?

Responde el gran viejo César Lévano en el editorial de La Primera del 18 de abril, denunciando el pensamiento del Comando Sur en complicidad con los parásitos que dominan en nuestra patria: respecto a los políticos elegidos, señala la “disposición a corromperse de la casi totalidad de los que aspiran a cargos elegidos”, sosteniendo que "esa inclinación es necesaria para mantener la hegemonía de Estados Unidos”.

En cuanto a nosotros mismos, el Comando Sur diagnostica que para “la gran mayoría de peruanos no es preocupante la injerencia de los poderes extranjeros en la marcha política del país, tampoco se escandalizan frente a actos de corrupción, hay un acostumbramiento a lo abyecto, espectro real del momento político que se avecina y que se recomienda tomar en cuenta cuando se estudie el nuevo proceso electoral en ciernes”.

Ese es el resultado de décadas de liberalismo económico: la bellaquería de buena parte del pueblo, orgulloso defensor de la cacosmia y el oprobio. Un pueblo arruinado moralmente, una pequeña burguesía ignorante y racista, una clase dominante parasitaria y asquerosamente vil: eso es el Perú hoy día.

Hace una semana, una corte egipcia disolvió y proscribió el partido político del dictador Mubarak, con el fin de impedir que los millones de dólares que robaron sirvan para que su hijo postule a la presidencia. El pueblo enardecido incendió las instalaciones de este partido y linchó a sus cabezas, que al igual que Fuerza 2011, encarnan la corrupción, el abuso de poder y la agresión a mano armada. En el Perú, en cambio, el fujimorismo utiliza los millones que robó en once años para promover políticamente a los hijos del ladrón y, en complicidad con el establishment criollo, reapoderarse del Estado.

En nuestra patria no existe progreso ni desarrollo ni justicia. Esa es una falacia inventada por economistas de talante criminal refugiados en cifras y canonjías. En el Perú hay miseria y una dictadura pseudo-liberal desde hace veinte años. Las mentadas reservas internacionales son producto de los ingresos de las privatizaciones, el “crecimiento” obedece al libre-saqueo de las materias primas, los sueldos están congelados desde hace más de diez años y 65% de los trabajadores estamos sub-proletarizados. Los dígitos neoliberales no se comen: son miseria para las grandes mayorías y hambre y vergüenza para siempre.

Pero el león ya despertó. Y hierve de rabia.

1 Tráfico hormiga: El procurador Ugaz sostuvo que este dinero Fujimori lo mantiene oculto en “paraísos financieros”. Esta información fue reafirmada por la ex legisladora Anel Townsend, quien presidió una comisión que investigó en el Congreso de la República los movimientos bancarios de Fujimori y Montesinos. “El sistema financiero asiático ha protegido por todo este tiempo a Fujimori, nunca permitieron que sus cuentas sean investigadas. Está comprobado que él sacaba del país paquetes con dinero y los mandaba al exterior haciéndolos pasar como encomiendas de cualquier otra cosa”, indicó Townsend.
El jueves 20 de diciembre del 2001 la comisión parlamentaria presidida por Daniel Estrada: Montesinos sostuvo que Fujimori tenía su propio fondo de dinero. “Había un despliegue de dinero en una forma de hormiga, por ejemplo, a cada rato el señor Fujimori traía japoneses para hacer turismo, todas esas personas se iban llevando dinero en el tema hormiga y eso lo manejaban Rosa y Juana Fujimori con el señor Aritomi (…) Él ha tenido un área de trabajo donde se ha movido en forma compartimentada con mi persona, un procedimiento que le pude detectar”, dijo Montesinos.

2 Ése es el costo total de la corrupción de 1990-2000, el costo promedio anual es de 1500 millones de dólares. Incluye lo que robó Kenya Fujimori, Montesinos e Inteligencia, Ministerios del Interior y Defensa, Caja de Pensión Militar, Fuerzas Armadas y sus Socios, Joy Way, Miyagusuku y sus socios, la recompra irregular de la deuda externa, las privatizaciones, el salvataje bancario (Wiese, Latino, NBK, Nuevo Mundo, etc).
Fuentes: Congreso de la República, Comisión Investigadora 2001, Manuel Dammert 2001, Transparencia Internacional, etc.