martes, 5 de abril de 2011

YBARRARIO: YO ESCUCHÉ CANTAR A ANAMELBA




Anamelba era una mujer gorda de voz aguda y potente que vivía a unas cuadras de mi casa. La recuerdo como si fuera ayer porque ella vendía unos adoquines de fruta y "marcianos" multicolores con los que financiaba su carrera de artista y con los que yo me enfermaba para no ir al colegio (que siempre me parecieron criaderos de vacas, lugares de castigo, espacios donde sólo se aprendía y se aprende a bajar la cerviz y a obedecer; nunca a mandar o dirigir: “escuelas del sometimiento”, sentenciaba mi recordado profesor Cabezas –del que ya he hablado antes en otro Ybarrario--). Cada vez que iba a buscar a Anamelba me decía "cómo está el niño lindo" --un viejo cumplido que le repetía a todos los niños del barrio-- y me acariciaba el cabello y yo la miraba con ojos de cordero degollado o con los ojos de un alumno con el complejo de Edipo refractado en su profesora.
Alguna vez, dentro de esa extraña y helada complicidad, me cantó una canción a capella porque yo se la pedí. Fue una mañana de abril, el verano ya empezaba a amainar y yo con mi uniforme nuevo, mi camisita blanca, mi pantalón plomo oscuro y mis zapatos negros lustrados “al duco”, caminaba orondo por aquellas callecitas de mi antiguo barrio. Ahí en la sala de su casa y mordisqueando el hielo la escuché entonar completita una canción que hablaba del desamor, aunque en ese tiempo yo no entendía nada solo me preocupaba de que esos sonidos agudos no me destemplaran los dientes. Imagino, ahora, que ese era el desamor que sentía por Julio Jaramillo, el cantante ecuatoriano de pasillos, con el que tuvo un tórrido romance y con el que grabó a tándem algunos temas que aún las pasan en radios del recuerdo, esas que están muy a la derecha o muy a la izquierda del dial. Aunque nunca me gustaron los boleros, cada vez que camino por una vieja calle y escucho alguna cancioncita antigua siento que otra vez estoy parado frente a la puerta de fierro de Anamelba, en la tercera cuadra del jirón Lucanas, o persiguiendo con mis 11 años a la hija de Vicky Jiménez, "la reina del bolero" –en esos tiempos la competencia directa de Anamelba–, que vivía a un par de cuadras de mi casa, la niña presumida que siempre se encargaba de subirme la autoestima diciendo que yo no era nadieS y que su mamá era una artista, una cantante reconocida y que, por lo tanto, no podía ser mi amiga, y, mientras decía todo esto, iba mostrándome todos los regalos que su madre (“la muñequita del bolero”, así la había bautizado un conocido presentador de televisión) le había traído de sus viajes por Europa; y yo mirándola me iba enamorando hasta el tuétano de los huesos, hasta el reconcho de la médula ósea, hasta lo más hondo del alma, sí, siempre sí… pero de mí mismo.
Aquellos boleros no los volví a escuchar más. De adolescente me dediqué a escuchar rock, jazz, frejazz, new age, y otros géneros llamados “cultos”, más “evolucionados”, más “técnicos”, más “progresivos”, etc., etc. Pero un tiempo me alejé de todo esto, dejé de escuchar música, dejé de escribir. Me fui de viaje al extranjero y así anduve mucho tiempo viajando de aquí para allá con los mochileros y artesanos con los que me acompañaba una trocha para después seguir el camino trazado hasta que un día me volví sedentario. Y cuando alguien, por alguna razón extraña, me preguntaba de boleros yo negaba en todos los idiomas posibles que supiera algo de este, ahora, género marginal.
Han pasado más de 30 años y recuerdo claramente que aquella canción a voz en cuello que entonó Anamelba en una mañana de fines de los años setenta fue esta: "Aceptaré". Con respecto a aquella niña engreída, hija de Vicky Jiménez, me olvidé hasta de su nombre, sólo recuerdo sus frases entrecortadas y sus “tú no eres nadieS”. Y ahora con ese “Aceptaré” de fondo trágico puedo decir que yo me sigo preguntando lo mismo: en efecto chiquilla de mis peores sueños, yo no soy nadieS, yo sólo soy el testigo de un tiempo que se esfumo entre mis manos, de un pasado que a veces regresa como un boomerang y nos da un golpe en el pecho; pero, al fin y al cabo, yo solo soy testigo de mí mismo.

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14 comentarios:

Hernan dijo...

Me has emocionado, estimado amigo.

A mí me gustan los boleros cantineros, siempre me gustaron por su marginalidad sin concesiones.

La tía Anamelba... tú dirás cuándo vamos a la Rockola, o a un bar en Habich, El Rincón de los Recuerdos en donde pasan música selecta, ro, salsa, baladas antiguas, boleros, huaynos.

Anamelba y Daniel Santos, por ejemplo, el gran Daniel Santos.

¡Víctor Zavala Cataño, libertad!

Anónimo dijo...

que hermozo, rodolfo, es decir el texto y tu tambien.

deberias escribir puros ybarrarios, no sabes como nos tienes en la espera...


Ana, Monina y Berta.
Unife

Anónimo dijo...

Salud Ybarrón.
Excelente, tío!!!!

GT

Anónimo dijo...

¡¡¡LIBERTAD PARA VÍCTOR ZAVALA CATAÑO!!!!!

RODOLFO YBARRA dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
RODOLFO YBARRA dijo...

Rafael, le escribí este pequeño homenaje a Anamelba porque sé que padece un cáncer a la garganta y ya no puede cantar más.

Un abrazo, y vamos a ese "Rincón de los Recuerdos" (en "ley seca"). Pásale la voz a mister Arturo.

RODOLFO YBARRA dijo...

Ana, Monina, Berta: gracias por leerme y por el trato amable en la universidad.

Anónimo dijo...

"caminaba orondo", "tórrido romance"... ya pues, troesma, póngale más ganas a la prosa...

RODOLFO YBARRA dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
RODOLFO YBARRA dijo...

"¿Más ganas a la prosa?" Justamente de eso se trata. Me gusta cuando la prosa repta o va hacia atrás (¿por qué tenemos que ir siempre hacia adelante?), o cuando se hace gargajo en el rostro de una "prosa oficial"; y, sobre todo, cuando sutilmente le hace un homenaje a la prosa del siglo XVIII o XIX. Y usted se ha dado cuenta (o eso parece), "troesma", "moanoni". En todo caso me interesan más los lectores-Balzac que los lectores Pérez-Reverte, por darle sólo un ejemplo.

VICKY JIMENEZ dijo...

Querido Rodolfo Ibarra: Tremenda sorpresa me lleve al buscar un poco de Historia de mi entrañable amiga y colega Anamelba a quien la entrevistare en mi programa este Viernes 8 de julio en www.somosperu.net(hora peruana de 8 a 11 P.M. lo que mas me sorprendio fue la historia con mi menor hija "Annabella" quien me imagino tendria 9 añitos y era realmente una niñita, de alguna forma se que te sirvio de mucho sus palabras porque eso fue como un reto y ahora te has convertido en un gran escritor, en un Lider Activista, experto en Matematicas y creo que mas bien dentro de su inocencia quien se sentiria muy orgullosa por los éxitos de su madre, diciendote esas palabras mas bien te incentivaron a superarte. Ella es profesional, vive conmigo en California aunque te confiezo que solo hasta los 12 añitos decia abiertamente que era mi hija porque a partir de esa edad tenia que ocultarlo ya que no le gustaba que la sub-estimen por ser hija mia, sino ser ella misma.
Cosas de niña, ella es una persona mas sencilla, noble, buena y amorosa....felicidades y mi hija aunque no te recuerda se rie de este comentario y se rompe la cabeza tratando de ubicarte pero por su temprana edad que tenia no recuerda este episodio. Muchas felicidades y bendiciones en tus proyectos y metas.

Atentamente
VICKY JIMENEZ

Annabella dijo...
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RODOLFO YBARRA dijo...

Querida y recordada Vicky Jiménez, usted es una diva, siempre lo será. Gracias por sus palabras y por la entrevista que le hará a mi siempre extrañada Anamelba; déle, por favor, mis saludos y mis mejores deseos, espero que se recupere de sus dolencias. Hace unas semanas estuvimos varios amigos hablando de boleros, de los buenos recuerdos de Barrios Altos,de VICKY JIMENEZ y de ANAMELBA, así en mayúsculas; no podría ser de otra forma.
Dele un cariñoso saludo a su hermoza hija Annabella, aunque ella no me recuerde yo guardo gratas imágenes de aquella época.
Ojalá algún día venga a dar un concierto aquí al Perú. Prometo estar en primera fila como cuando era niño y me acercaba para ver a los cantantes en la verbena de la iglesia Cocharcas.
Un gran abrazo, todos los éxitos y muchas bendiciones.

Sintonizaré el programa.

Siempre,

Rodolfo Ybarra

RODOLFO YBARRA dijo...

Ok. Anabella, gracias por escribir. Acepto la corrección y lo "acosador" que pude haber sido cuando era niño. No fue mi intención alterar tu paz. En todo caso, comparto el orgullo por Vicky Jiménez, tu madre, una de las mejores cantantes del Perú.

ry