Un hombre le echa gasolina a su exposa y le prende fuego, otro le serrucha la cara a su novia, otro tijeretea todo el cuerpo a su pareja y otro le taladra el rostro a su enamorada dizque por infiel y muchos más golpean a los puñetes y las patadas a sus consortes, esposas y/o madres de sus hijos y nadie puede hacer nada. Muchas de ellas acudieron a la policía y ni policía, ni la fiscalía ni nadie movió un dedo, esperaron a que murieran o que quedarán gravemente heridas o en estado vegetal para recién decir algo. Esta bestialidad es sistémica (estado, educación, mass media, población, etc.) y, por eso mismo, ahora somos el tercer país en el mundo donde hay más violaciones sexuales justo detrás de Bangladesh y Etiopía; y no solo eso, sino que el 20% de los presos en el Perú, casi 13 mil hombres, lo están por haber violado a alguien. Uno de los problemas es que las defensoras de las mujeres en el Perú no pueden ser Laura Bozzo ni Luisa María Cuculiza ni mucho menos Andrea Llosa cuyos programas son un verdadero vómito y mercado de miserias herencia del fujimorismo (no nos olvidamos que, cuando Llosa estudiaba en la Bausate, era más conocida por sus comerciales de jeanes que por ser una 'buena alumna'). Otro de los problemas es todo lo que deviene de la pobreza, algo que explica en parte la cantidad enorme de robos que existe en todo el Perú y el grueso número de presos por esta misma razón (30%). Algo grave ocurre en nuestras propias narices donde todo está de cabeza y nadie se da cuenta (o no quieren darse cuenta)
de que la educación es la clave para volver a ser humanos.
de que la educación es la clave para volver a ser humanos.
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