
Basilio Auqui Salvatierra, lector y colaborador de este blog, me envía este artículo sobre Haití. No está de más apuntar que los conceptos que se vierten en este ensayículo no son parte de la alucinación de la new age; ya muchos estudiosos como Wilhen Reich y Colin Wilson han repasado sobre estos temas (incluso Reich logró "movilizar" nubes y extraer una extraña energía con la ayuda de "antenas" en Maine). Sobre este tema relacionado torcidamente con la ufología tengo un pequeño trabajo de pronta publicación.
Aquí el artículo:
La Isla Maldita debe desaparecer
¿Se acuerdan de ese programa evangélico que se transmitía a toda América Latina en la década de los ochenta, Club 700? El político fundamentalista cristiano y predicador Pat Robertson, anfitrión de Club 700 y ex candidato presidencial por el Partido Republicano de EU, ha lanzado una descabellada afirmación hace unos días. Ha dicho a través de su sintonizado programa televisivo que el monstruoso terremoto que ha devastado a Haití ha sido consecuencia del pacto con el “diablo” que hicieran los negros colonizados en el siglo XIX para lograr su independencia de Francia. Además ha rematado su zafia afirmación diciendo que todos los desastres naturales que azotaron Haití desde 1804 se deben a que sus habitantes buscaron la independencia de Francia. “Es historia verdadera. Y el diablo dijo, OK, es un trato… y desde entonces han sido malditos por una cosa tras otra, dijo Robertson en una transmisión de la cadena cristiana CBN.
La medianía y estupidez del ciudadano norteamericano promedio es asombrosa. EU debería llamarse Stupidland. Entonces las palabras de este payaso imbécil y cristiano al mejor modo de George W. Bush son tenidas como verdad revelada por millones de gringos que ya han oído de boca de Robertson que el Islam es una secta satánica o que matar al presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías sería más barato que librar una guerra en contra suya.
Una historia de rebeldía
Haití (Tierra de Montañas) es un pueblo africano en América. Es un pueblo rebelde que derrotó a la Francia de Napoleón antes de Waterloo. El 14 de agosto de 1791, en las selvas de Bois Caiman ocurrió una ceremonia vodú que hoy el fundamentalista cristiano Robertson llama pacto con el diablo. Aquella noche, en las selvas de la colonia francesa de Santo Domingo en la Isla La Española, comenzó el primer grito de independencia de un grupo de esclavos negros libertos. La ceremonia era presidida por un cimarrón jamaiquino llamado Boukman, quien brindó por la muerte de los blancos opresores que habían arrancado a sus padres de las sabanas africanas y a quienes veía como sus enemigos. Boukman recitó aquella noche:
"El Dios que creo la Tierra; que creo el Sol que nos da luz. El Dios aguanta el oceano; que hace el rayo tronar. Nuestro Dios tiene oidos que escuchan. Tu que estas escondido en las nuves, que nos observas desde donde estas. Tu vez todo lo que los blancos nos han hecho sufrir. El Dios del hombre blanco de dice que cometa crimenes. Pero el Dios dentro de nosotros quiere hacer el bien. Nuestro Dios, que es bueno, que es justo, el nos ordena vengarnos de nuestros victimarios. Es El quien dirije nuestra lucha y nos llevara a la victoria. Es El quien nos ayudara. Nosotros debemos de tirar la imagen del Dios de los blancos que no tiene piedad. Escuchen las voces de la libertad que hablan dentro de nuestros corazones"
Luego Boukman degolló un cerdo y bebió su sangre. Una semana después estalló la más exitosa y una de las más sangrientas y brutales rebeliones de esclavos en la historia de la humanidad, liderada por dos negros que estuvieron presentes en aquella ceremonia vudú, FrancoiseToussaint de Louverture y Jean Jacques Dessalines, que condujeron a Haití a convertirse en la primera Nación Libre de América, una nación de hombres negros libres. Haití proclamó su independencia en 1804 luego de ganar una guerra genocida librada por los Imperios Francés, Inglés y Español en contra de sus antiguos esclavos negros y eso es lo que no le perdonan hasta hoy al Pueblo Haitiano.
De otra parte, es conocido el paso de patriotas de Centro América, México y América del Sur por estas tierras, donde los Jacobinos Negros habían conquistado libertad, fraternidad e igualdad. Así conocemos la visita de El Peregrino de la Libertad y Precursor de la Independencia, General Francisco de Miranda y la ayuda combativa y solidaria que mereció de parte del pueblo haitiano. Incluso se dice que gran parte de la Carta a los Españoles Americanos habría sido gestada en la isla de libertos. El Libertador Simón Bolívar también fue objeto de esa ayuda solidaria, por ello nunca dejo de expresar su profundo agradecimiento al prócer Alexander Petión y su pueblo por la ayuda que decidió la libertad de los pueblos sudamericanos. El Libertador, al rendirle homenaje, dice en su proclama a los pueblos de Venezuela y América del Sur, el 22 de octubre de 1818,... “Perdida Venezuela y la Nueva Granada, la isla de Haití me recibió con hospitalidad: el magnánimo Presidente Alexander Petión me prestó su protección y bajo sus auspicios formé una expedición de 300 hombres comparables en valor, patriotismo y virtud a los compañeros de Leonidas...”.
Recordemos asimismo que La Espada de Bolívar que durante ocho años recorrió la América Latina conquistando libertad, fue la misma que el General Petión obsequió al General Bolívar, aquella tarde de diciembre de 1816, cuando salía de Puerto Príncipe hacia el Puerto de Jacmel para embarcarse en busca de la victoria que lo consagraría como El Libertador de América. Espada que luego Bolívar entregó en 1824 al General Jacinto Lara en nuestra patria y que hoy reposa en el Museo Nacional del Perú, en Lima.
Hoy que todas las cadenas televisivas del mundo se solazan transmitiendo en technicolor la tragedia haitiana, corre como reguero de pólvora la indignación ante una verdad que no puede seguir callándose: el brutal terremoto que ha destrozado Haití habría sido provocado por letales armas geofísicas de destrucción masiva basadas en la tecnología HAARP (Active Auroral Research Program). Estas armas geofísicas de destrucción masiva pueden provocar terremotos, tsunamis, huracanes, tifones, inundaciones, tormentas e incendios como los que vienen ocurriendo en diferentes partes del mundo en los que EU y sus aliados tienen algún interés geopolítico o económico o en países que ellos consideren dentro del denominado el Eje del Mal. Estas catástrofes climáticas han matado ya a millones de personas y son utilizadas para extorsionar a los pueblos y gobiernos que osen enfrentar a la Bestia.
Las instalaciones de esta moderna tecnología HAARP están ubicadas en Noruega, Groenlandia (Dinamarca y Alaska y Puerto Rico (EU). En Internet existen actualmente más de 3 millones de entradas referentes al terremoto de Haití, a los innumerables huracanes y tormentas que azolaron la isla el 2008 y al mal llamado cambio climático achacado astutamente sólo al calentamiento global. HAARP viene siendo utilizado como arma de energía teledirigida para controlar el clima, como un dispositivo de inducción de terremotos, tsunamis, huracanes y tormentas, además de un eficaz dispositivo para realizar el control mental de poblaciones enteras (psicotrónica).
¿Qué es el HAARP?
Es un calentador de la ionósfera (la parte más superior de la atmósfera), formado básicamente por una serie de antenas que pueden enviar un haz de energía concentrado hacia la ionósfera. Las instalaciones se encuentran generalmente en las zonas polares porque en zonas cercanas a los polos magnéticos existe gran actividad ionosférica. El término calefacción ionosférica se refiere al calentamiento artificial de la ionósfera mediante ondas de frecuencia extremadamente baja que se utilizan para hacer hervir, literalmente, la atmósfera superior. Esto levanta y cambia la forma de las nubes de la atmósfera de gases y se puede utilizar para controlar el clima en una guerra abierta cuyas consecuencias más catastróficas equivaldrían a la desaparición del planeta Tierra.
Repercusión política actual
Desde el derrocamiento de la dictadura de los Duvalier en 1986 Haití vive una permanente transición política y enfrenta una crisis generalizada: económica, ecológica, social, demográfica y política. En 1987 se aprobó una nueva Constitución a la medida de los imperios que la impusieron, la cual fue suspendida después de un golpe militar entre junio de 1988 y diciembre de 1990. El primer presidente de Haití, elegido democráticamente en febrero de 1991, fue el sacerdote Jean-Bertrand Aristide, derrocado tras otro golpe militar en septiembre de 1991, regresando a la presidencia de la república en 1994, con el apoyo de la comunidad internacional, especialmente con el apoyo del Departamento de Estado de USA, pero no porque esa entidad imperial apoyase el sistema democrático en Haití, sino con la finalidad de frenar el éxodo de haitianos hacia Miami, producto de la represión y deterioro de las condiciones socioeconómicas de la población, generadas por la dictadura apoyada por ellos mismos. En 1995 fue elegido presidente René Préval, quien asumió su cargo en febrero del año siguiente. En el 2000 tuvieron lugar de nuevo elecciones presidenciales que determinaron el regreso de Aristide a la jefatura del Estado a partir del 2001, para ser nuevamente derrocado por la CIA y el gobierno francés en el 2004, siendo secuestrado y expulsado (“custodiado por agentes de la CIA”) bien lejos del país (Sudáfrica) por haberse atrevido a solicitar la cancelación de la deuda colonial por más de 22 mil millones de dólares que tiene el Estado francés con el pueblo de Haití. Ahora le envían un terremoto teledirigido para terminar de masacrarlo y asumir el poder desembozadamente, como un nuevo intento por mantener el control y el poder sobre un país, relativamente pequeño pero símbolo de la resistencia y el valor de los pueblos sojuzgados.
El trasfondo sería el interés de la administración estadounidense travestida con Obama de militarizar toda la cuenca del Caribe, empezando por la isla Española (Haití y República Dominicana), estratégicamente localizada entre Cuba al noroeste y Venezuela al sur, dos países a los que Estados Unidos tiene especial interés en presionar políticamente. No sería descabellado hipotetizar que el fin último de este terremoto teledirigido apuntaría a la creación de la base militar más grande del Caribe y de América Latina con miras a una futura invasión a la Venezuela revolucionaria. Para la gran mayoría es desconocido que Venezuela dona actualmente a Haití 120 toneladas de asfalto mensuales. Ese asfalto sale todos los meses desde Venezuela hasta Puerto Príncipe como parte de la integración ALBA. El objetivo es mejorar el estado de la deteriorada vialidad haitiana. Estos donativos son el primer paso para contribuir a paliar la grave situación de los haitianos en materia de infraestructura. Además, Venezuela cubre actualmente los requerimientos diarios de consumo de combustible de Haití y desarrolla innumerables misiones humanitarias en la isla (Misión Milagro, Misión Robinson Internacional, Mision Negra Hipolita, Misión Árbol, Mision Vuelvan Caras, etc.) como parte del proceso de integración de Haití a los pueblos de la América Latina.
No faltan quienes creen que es probable que el U.S. Army se encuentre preparando un terremoto sobre Irán como última medida para derrocar a su régimen (hace pocos días asesinaron a un connotado científico nuclear iraní, uno más de los casi 300 científicos asesinados por la organización terrorista más grande del planeta, la CIA) y lo de Haití es sólo un ensayo que se les fue de las manos (organizaciones humanitarias anotan que los muertos llegarían al medio millón), acción que ya realizó la antigua Unión Soviética para derrocar al Sha y poner en su lugar a Jomeini (1978) lo que fue contrarrestado con otro terremoto sobre la comunista Yugoslavia al año siguiente (1979). Las tecnologías empleadas, y perfeccionadas desde entonces, se componen de rayos Tesla (recordar a Nikolai Tesla, el genial “asistente” a quien Einstein celaba; cuando murió Tesla su casa fue arrasada por los servicios de inteligencia) electromagnéticos, armas de plasma y sónicas, unidas a “bombas de ondas”.
Huelga decir que el tema que tratado constituye tabú entre los científicos, muchos de los cuales sonríen y tratan de locos a quienes siquiera hipotetizan sobre la posibilidad de provocar terremotos. La posibilidad de realizar manipulaciones medioambientales como parte de una agenda militar y de inteligencia, aunque es tácitamente reconocida, no se considera pertinente. Los analistas políticos y militares, eruditos y embutidos de comida, guardan cauto silencio sobre el tema. Los meteorólogos o ingenieros ambientales no investigan el asunto. Los ambientalistas, verdes y demás especies están a los pies de quienes repiten como papagayos que el calentamiento global tiene la culpa de todo, mientras se esperanzan en el inútil protocolo de Kyoto.
Mientras tanto, el Pentágono, en un alarde de ironía reconoce su capacidad para modificar el clima del planeta para uso militar pero al mismo tiempo se une al consenso de la intelligentzia mundial sobre el calentamiento global. Evitemos pues, el peor tipo de contaminación, la contaminación INTELECTUAL.
Algunas preguntas finales:
En geopolítica no hay coincidencias. Un par de preguntas para la reflexión:
1. Haití y la República Dominicana forman parte de la Isla La Española. ¿Por qué entonces la infraestructura, las casas y los edificios en República Dominicana han sido mínimos y Haití ha sido devastada?
2. El epicentro del terremoto de Haití tuvo una profundidad de 13 km, al igual que la profundidad de varios otros sospechosos terremotos ocurridos en los últimos años en el mundo.