jueves, 22 de mayo de 2014

"CENA PARA OCHO". CUENTO INÉDITO DE CARLOS MENESES

                                       




  Son las nueve de la noche. El matrimonio que suma entre ambos cónyuges algo más de un siglo, se sienta ceremonioso en torno a la mesa, acompañado de sus dos hijos veinteañeros. Una mujer mayor, con delantal y cofia les ha traído una enorme sopera humeante y dos bandejas con los alimentos sólidos que ha depositado sobre una mesa ovalada como para media docena de comensales. El señor muy serio, con gafas, vestido como para salir a la calle empieza una oración, la esposa lo sigue moviendo los labios pero sin sonoridad. Los hijos Patricio y Aída, también muestran expresión facial contrita. Señor, gracias por estos alimentos que proporcionas día a día a estos tus humildes servidores, gracias por tu gran bondad para con nuestra modesta familia. Va a agregar algo más cuando se siente un ruido como de tormenta. Se interrumpe la oración, todos levantan la cabeza y se miran sorprendidos.

     El hijo trata de calmar a sus padres, no es nada, el viento que debe haber abierto una ventana, dice, y hace ademán de levantarse, la madre está a punto de pedirle prudencia cuando entran al comedor bastante iluminado dos parejas. El hombre de la primera pareja, es alto y fuerte, saluda con gran vitalidad y enorme sonrisa, ¡Buenas noches, amigos! Creo que llegamos a tiempo. La muchacha que está a su lado dice entre risas moderadas, no tenemos mucho apetito, pero es malo irse a la cama sin probar bocado. El señor los mira atónito, parecía dispuesto a llamarles seriamente la atención pero ha cambiado de decisión. Los cuatro buscan sitio en la mesa, descubren en los rincones de la habitación unas sillas, las traen arrastrándolas y se van sentando en ellas,  un hombre joven, de bigote y mirada que parece una invitación a la alegría,  le dice a su pareja una chica rubia de rasgos faciales muy finos, tú siéntate en mis rodillas, no será la primera vez que comas sentada sobre mí, y se ríe.

     Al ver que nadie se ha servido, la chica del hombre alto que llegó primero al comedor se adelanta y se dispone a servir a todos.  No estoy muy acostumbrada a este reparto de alimentos, pero les prometo hacerlo lo mejor posible. Primero el jefe de familia, dice con la sopera cogida por sus dos asas. La mujer mayor con cofia aparece y mira la escena asombrada, se acerca a la muchacha dispuesta a ser ella la que sirva a todos y nerviosa le dice, yo lo haré señorita. La muchacha la mira primero fastidiada, luego cambia por una mirada amical, lo haré yo, así gano experiencia.

   Se levanta y sirve al señor, luego a la señora, a los hijos. La señora que ha estado como alelada desde que entraron las dos parejas, les pregunta algo cohibida, aunque enseguida se recupera y  muestra su identidad  de dueña de casa. ¿Alguien les ha indicado que vinieran a cenar a nuestra casa? Y adelantándose a lo que va a responder el hombre alto, como verán la sopa de pescado sí ha alcanzado a dos cucharones por persona, pero no habrá ni arroz ni bistec para todos. El alto sonriente la tranquiliza, no se preocupe por eso señora, todo se ve exquisito, si nos gusta volveremos pronto se lo prometemos.

     Los hijos se muestran incómodos y Patricio parece sentirse obligado a intervenir. Pero lo hace su padre. Señores, desearíamos que antes de probar nuestra humilde cena tuvieran la bondad de identificarse. Es de buena educación que quienes vienen de fuera comuniquen los motivos que los han traído a esta casa y den a conoce sus nombres. La mujer de la cofia se mantiene como una estatua detrás de la chica morena que ha servido la sopa. Toma la palabra el hombre que tiene a su pareja sobre las rodillas, invitación ninguna, elegimos esta casa por su agradable fachada y el farolito que ilumina el jardín  nos resultó atractivo y nada más. Y ahora que conocemos a toda la familia nos gusta más. Y agradeceremos muy sinceramente a la dama, mira hacia la de la cofia, por su maravilloso buen gusto para cocinar.

    El hombre alto se pone de pie, se sitúa delante de la de la cofia y la besa en las mejillas, gracias noble dama, le dice  reverencial a toda voz y vuelve a su sitio. El caballero de la casa que no ha probado la sopa de pescado, se pone de pie muy enérgico, aunque al avanzar hacia los visitantes sus pasos van siendo trastabillantes, no obstante mantiene un tono de voz firme. Señores, pueden comer tranquilos, pero les agradeceré que al terminar se despidan y no nos hagan más visitas. El alto lo mira como si el señor hubiese hablado como un cómico, sonríe, no contesta inmediatamente y al terminar la sopa se dispone a dar respuesta, pero se ve interrumpido por Patricio que ha estado conteniéndose para pedirles en términos exaltados que se vayan de su casa.

    Creo que ya está bien de impertinencias. No he visto cómo ha quedado la ventana, seguramente deben haber roto cristales por la forma violenta como han entrado, tal vez eso se pueda perdonar, pero que nos invadan de esta manera es intolerable. La hija que parecía muy modosa colabora con su hermano. Es una grosería entrar a una casa desconocida y actuar como si les perteneciera, yo les pediría que se vayan inmediatamente. Los cuatro invasores se miran entre si sonrientes y miran uno a uno a los dueños de casa. La palomita nos bota de su casa, dice el que tiene a su pareja sobre las rodillas. Y el alto con su vozarrón agrega: Qué falta de solidaridad, palomita, somos seres pacíficos, no asaltantes.

    El dueño de casa cree tener la solución, siendo tolerante y utilizando buenas maneras, terminan de cenar y salen educadamente de esta casa, y por favor esta será la primera y última vez que se sientan a nuestra mesa. Habla el alto, que se ha servido un bistec con arroz blanco. Es muy temprano para abandonar este amable hogar, además les hacemos saber que esta noche no tenemos techo, lo hemos cedido a unas personas que deambulaban por la calle temblando de frío. Suponemos que no querrán que nosotros durmamos a la intemperie. La hija interviene muy molesta, eso no es de nuestra incumbencia. Quien no ha sido previsor y sobre todo buen trabajador se encuentra en esta situación. En esta ciudad hay refugios para los que no tienen cama, pueden ir a uno de ellos.

El de la chica en las rodillas interviene sin enfado ninguno, esos lugares tienen un enorme inconveniente, no nos admiten a los cuatro juntos, son de esos bellacos moralistas que señalan: muchachas en un sitio y hombres en otro, y nosotros no acostumbramos separarnos de noche. El alto parece continuar la respuesta de su amigo, y además hay que pagar, ese es el aspecto más triste, la gente no se cansa de cobrar. Y otra cosa, creo que las camas de esta casa son más blandas que la de esos alojamientos llenos de pulgas. El señor que no se ha sentado y sigue de pie, les increpa, señores esos problemas son muy personales y no tenemos por qué conocerlos y menos compartirlos. Como ya les he dicho, terminen de cenar tranquilamente y desalojen mi casa.

    La chica sentada sobre las rodillas,  sonriente como si fuera a contar una historieta cómica les recuerda, hace muchos años en la antigua Grecia, un pensador escribió que por las  calles debería correr un río de sopa de nabos y patatas, y que todo el que quisiera se pudiera servir. La otra muchacha cogiendo el relevo de su amiga.  Qué delicia, por mi que también hubiera un río de miel, con lo que me gusta el dulce. Patricio el hijo mayor rompe la delicia del cuento fantástico de las chicas con voz áspera, vayan a esa Grecia de hace siglos, pero ya, ¡inmediatamente, joder! aquí está demás!. Aída no se queda atrás, ¡Qué están esperando para irse al carajo! Los padres de la chica se ruborizan por la palabrota que ha soltado la hija. Lo hemos pensado, le replica el alto que aún engulle el bistec que le ha quitado a su pareja, pero no hay ni aviones, ni barcos, ni trenes que hagan ese viaje.

   La señora de casa, hierática, claro que no se vuelve al pasado, pero sí se pueden ir a la calle y buscarse otro lugar para dormir. La mujer de cofia ha desaparecido pero nadie la echa de menos. El alto saca del bolsillo un rondín y anuncia, los entretendré tocando música ligera. No, no, dice el dueño de casa, vayan a la calle a tocar lo que quieran. El alto no hace caso y empieza a tocar una vieja rumba, el de las rodillas y su pareja se levantan  para bailar en torno al músico, y la chica morena le hace una seña a Patricio para bailar con él, pero el hijo no se digna mirarla. Al terminar los cuatro aplauden. La chica rubia le dice al            que parece su novio, como están tan enfurruñados tal vez sea necesario darles esos papelotes mugrientos que a nosotros nos persiguen pero no nos gustan. El de las rodillas se alza de hombros, mete la mano al bolsillo y saca una bola malformada de billetes que pone sobre la mesa.

   La primera expresión de dureza que empieza a ablandarse es la de Patricio, luego la de la señora de casa. El hombre alto mira el dinero con desprecio y les dice mirando a todos, lo que nos ha costado reunirlo. El dueño de casa no abre la boca ha quedado estupefacto. Sólo Aída manteniendo una mirada despreciativa, les llama la atención a los impertinentes visitantes, llévense esos billetes fétidos, huelen horrorosamente. El matrimonio mira a la chica como queriendo corregir sus palabras. Utilizaremos otros métodos anuncia el alto y saca del bolsillo una pistola. ¡Los cuatro arrodillarse! Los padres con la indignación en el rostro y temblando empiezan a cumplir con el mandato aunque lentamente. Patricio como si no tuviera otra alternativa, también acepta la orden del alto. Sólo Aída se mantiene en su sitio, aunque muestra indecisión. El alto la insta a obedecer con voz áspera. ¿Qué esperas palomita, quieres que te arrodille tirándote de los pelos?

    En el momento en que la chica parece ceder suena un timbre que sorprende a todos. La mujer de la cofia sale del interior y corre a abrir la puerta. Las dos parejas se miran entre sí y dando la sensación de disponerse a salir de la casa. Dos guardias uniformados entran en el comedor  marciales y con expresiones de ira en el rostro. ¡Contra la pared los asaltantes! Dice con autoridad uno de ellos apuntándolos con su pistola. El cuarteto no muestra ánimo de sumisión.  ¿Han causado estropicios? Pregunta el otro a los dueños de casa que se han levantado con dificultad ayudándose unos a otros. El señor farfulla algo, la señora vuelve a mostrase hierática, Patricio quiere tomar la palabra pero no le sale voz, sólo la chica dice: nos han amargado la cena, han desgarrado nuestra intimidad.

   Las  miradas de los dueños de casa sobre la sucia pelota de billetes delatan sobre todo ambición, y en el caso de Aída ambición y duda. Los uniformados con voces agrias y estridentes demandan a los asaltantes, que no se han colocado cara a la pared, que empiecen a salir hacia la calle ordenadamente uno detrás de otro. El guardia de la pistola pregunta con rudeza señalando la bola de billetes: ¿de quien es esto? Los dueños de casa parecen dispuestos a reclamar propiedad sobre esa esfera inmunda. Las dos parejas empiezan a salir de la casa lentamente sin huellas de miedo ni ningún gesto de desagrado. Se oye en ese momento la voz muy sonora del hombre alto que los de casa toman como burla y muestran expresiones de desagrado, gracias por la cena, dejamos esa pelotita como recuerdo. Avanza hacia la doncella, la abraza, eres una cocinera estupenda, pero tienes malas costumbres, la mujer está como petrificada.

    La chica rubia también se escapa de la custodia policial y besa al señor de casa y luego a uno de los guardias que aborta una sonrisa y pone cara de repugnancia, los otros componentes del cuarteto invasor celebran con risas ese comportamiento en el momento en que llega tercer guardia. Uno de los vigilantes se dispone a  interrogar a los dueños de casa, el otro lleva detenidos a las dos parejas amenazándolos con su arma. El tercero mira los billetes con curiosidad por un instante Todos parecen olvidarse del dinero abandonado. Como si una rauda ráfaga de repudio al símbolo del poder les recorriera.

  Todo cambia en un instante, se volatiliza la ráfaga, sólo quedan otras pasiones. Sigilosamente los de casa se van acercando a la sucia redondez sin atreverse a tocarlos, parece que miraran una luz misteriosa. El señor es el primero que alarga la mano y como queriendo acariciar la pelota de billetes, en el preciso momento que uno de los guardias vuelve de la calle, va directo hacia el objeto tan observado, lo levanta con movimiento maquinal y sale prestamente diciendo sólo, buenas noches, me llevo la prueba del delito. Y sale muy orondo.



Aquí pueden encontrar una importante entrevista al autor del cuento:

martes, 20 de mayo de 2014

"SALOMÉ", POEMA DE HÉCTOR ÑAUPARI.


SALOMÉ


De todos los obsequios que hoy llegan al palacio, no recibiré el que más anhelo.

De todas las súplicas que me alcanzan esta noche, entregaré la que no debo, pues lleva en su entraña mi condena.

Nada humano ni celestial deseo, sólo corromper la pureza enjoyada y tibia de tu vientre, sólo saborear tu piel de jazmín y aurora, sólo delirar en tu belleza insondable como un sueño.

Es tu visión desnuda la que provoca el incendio de mi cuerpo, el infortunio de mi alma.

Pues si yo, Herodes, me enciendo por ti hasta que ni una ceniza mía quede que restañe en el viento, entonces qu e arda el mundo hasta su centro mismo si éste quiere hacerte suyo, Salomé.

Yérguete, sobrina mía. Obseso estoy por morder tu ávida carne de mi carne.

Elévate sobre mi culpa, hijastra. Traspasado me encuentro por paladear tu dulce sangre de mi sangre.

Inicias esta orgía que la historia y el mito llamarán danza fatal, génesis de fiebres terribles e infernales obsesiones.

Por ella la flama que consume hasta el pecado más perverso llevará siempre tu nombre.

Cada giro tuyo me arrebata y compruebo que te propagas rápidamente por mi alma, como el mal que castiga el nombre de mi estirpe.

¡Ah implacable naturaleza del desenfreno, a ti te invoco!
¡Ten piedad de mi lujuria!

Déjame caer en la tentación de su abrazo, déjame probar el conjuro de su boca, imprégname de su perfume turbulento, derrota con sus besos de miel y de camelias la pasión que padecí por Herodías, maldíceme con una muerte de averno y sangre putrefacta con tal de devorarla en un anochecer sin freno y sin final.

¡Cada sentido mío se complace en tu melena de tormenta!

Me sumerjo en el encantamiento de tu cabellera oscura, huérfana de toda virtud.

Ella se agita sobre tus muslos y tus pechos, sobre tus hombros y tus manos, se difuminan tenebrosos apagando las teas del salón, hasta que no queda llama alguna, solo la ígnea negrura que precede a la agonía definitiva.

¡Mi carne enferma y viciosa está empapada de tu danza!

En cada vertebrar de las flautas y los crótalos se estremecen tus pezones mórbidos de rubíes, centellean los ojos incandescentes de las doradas serpientes que te envuelven, en cada nota desasida aletea la impúdica seda de tu angélico pubis.

¡Qué morbo ver tu sudor caer de tus caderas y tus nalgas en cada salvaje tañir del arpa de David!

¡Qué gozo cuando sueño ceñir mi sexo en el tuyo, sueño que me voy entre tus muslos, sueño que abandono mi semen en el abismo de tus labios, sueño tomando a la fuerza tu cuerpo de marea, incienso y laberinto, que golpea, asfixia y extravía, Salomé!

Ahora, que tu danza concluye, pídeme lo que quieras.

Pídeme todos los infiernos de los que está poblado el mundo, pídeme todos los cielos que nos serán negados hasta el fin del tiempo.

Pero besas la boca muerta del Bautista y el demonio del desprecio me posee como antes lo hizo la lujuria mortal que me acompaña. ¡Si esos labios rígidos fueran los míos!

Oh virgen cruel, te despojaría de las joyas que te adornaron, de los velos breves que te entrevieron, de esa piel hechicera, esa cabellera iracunda, de tus caprichos susurrados en suspiros sangrientos.  

Y no habría lugar para tus sollozos, ni piedad para tus quebrantos.

Y te vería partir indiferente al cadalso nupcial que adornamos con nuestras abominaciones.

Y sería mi propia muerte agusanada el regalo final de aquella infame noche.

Y llevaría tu nombre la histeria, el fuego, el hechizo, el incesto, el sacrilegio, y mi blasfemo amor, maldita Salomé.

Arriba: imagen de Pierre Bonard

martes, 29 de abril de 2014

"SYMPATHIA POR EL VERSO", FILM DEL DIRECTOR AMADOR CASTILLO. COMING SOON.

Muy pronto se estrenará este proyecto cinematográfico y poético en el que he tenido el honor de colaborar junto a Rodolfo Hinostroza y Rosina Valcárcel: Sympathia por el Verso, del director Amador Castillo.

Coming soon.


jueves, 17 de abril de 2014

ADIÓS, GGM


Aquí la noticia por Reuters:

Escritor colombiano Gabriel García Márquez muere en México a los 87 años: medios mexicanos

jueves 17 de abril de 2014 16:13 GYT
 
[-Texto [+]
MEXICO DF (Reuters) - El escritor colombiano Gabriel García Márquez, creador del realismo mágico latinoamericano con su emblemática novela "Cien años de soledad", murió el jueves en la Ciudad de México a los 87 años de edad, dijo una periodista mexicana cercana a la familia.
García Márquez, Premio Nobel de Literatura 1982, había salido recientemente de un hospital en la Ciudad de México en el que permaneció internado una semana por una infección pulmonar y de vías urinarias.
"Muere Gabriel García Márquez. Mercedes (su esposa) y sus hijos, Rodrigo y Gonzalo, me autorizan dar la información", dijo en su cuenta de Twitter Fernanda Familiar, una periodista cercana a la familia que ayudaba al escritor como enlace con la prensa.
Otros medios también dijeron que el autor había fallecido.
El día de su cumpleaños, el 6 de marzo, el autor de "El amor en los tiempos del cólera" y "Crónica de una muerte anunciada" salió a la puerta de su residencia en un lujoso barrio al sur de la capital mexicana para agradecer a las personas que habían acudido a felicitarlo.
Esa fue la última vez que se le vio en público.
(Redacción Ciudad de México)

lunes, 14 de abril de 2014

RESEÑA AL MANIFIESTO ABOMUNISTA, DE BOB KAUFMAN EN EL EUROPEAN BEAT STUDIES

Aquí la reseña al Manifiesto Abomunista, de Bob Kaufman, libro que tuve el honor de contratapear.







El Manifiesto Abomunista translated by Zachary de los Dolores Review by Estíbaliz Encarnación-Pinedo El Manifiesto Abomunista translated by Zachary de los Dolores Review by Estíbaliz Encarnación-Pinedo


 I. Introduction Almost seventy years after the murder of David Kammerer by Lucien Carr, an event marked by many as the beginning of the Beat mythology, the influence of the Beat Generation is still growing. New studies are published every year, many of which reshape the movement and expand its borders by including previously overlooked authors. Even in Hollywood Beat stories have recently occupied centre stage; Epstein’s Howl (2010), Salles’s On the Road (2012), Polish’s Big Sur (2013) and Krokidas’s Kill your Darlings (2013) are proof of this increasing interest in the Beat Generation. Unfortunately, the sphere of influence is severely hindered by the language barrier, which has prevented, for example, a similar impact on Spanish culture and Spanish readers. For those for whom reading the original works in English is not an option, the number of Beat works available is drastically reduced. In addition, the prevalence of the triumvirate of Kerouac, Ginsberg and Burroughs becomes more apparent in this case, since these are the authors whose works have predominantly – and yet still very scarcely – been translated into Spanish. Zachary Payne’s book taps into this gap directly. Firstly, by offering the first translation into Spanish of Bob Kaufman’s Abomunist Manifesto and, secondly, by placing under the spotlight an author who has predominantly remained – even if voluntarily – on the periphery of the movement. While on the whole the translation goes smoothly, and is very faithful to the original, there are a few instances in which different decisions might have created a greater impact on Spanish readers, getting them closer to the experience of the original text. In any case, Payne’s effort to locate Kaufman’s work first within the Beat movement, and secondly in relation to other counterculture literary movements, makes this book a much-needed and valuable contribution to the Spanish-speaking literary market in general, and to Beat Generation studies in particular.


 II. Summary Bob Kaufman’s Abomunist Manifesto, first published in 1959, has been described as an “anarcho-surreal parody of all the –isms,”1 and follows Kaufman’s spontaneous, orally-based poetry composition present in other works. If we add to this the rhythm and jazz-like musicality emphasized with the repetition of lines, as well as the language disruptions and inventions – the poem even includes its own lexicon – the already complicated process of translation becomes an epic task. Zachary Payne manages to translate the poem skillfully, overcoming – even if occasionally sacrificing meaning– the difficulties the original text presents. In addition to the translation of the poem, Payne includes two texts that frame Kaufman’s work within literary discourses. The first one, which takes the form of a foreword to his translation, is a letter Payne writes to the poet in which he introduces Kaufman’s work and places him in the literary context in which he wrote. The second one, with which he concludes the book, is an interview in which he unites the Beat Generation with the Nadaista and the Kloaka South-American literary movements.


 III. Critique One of the first obstacles which a translator encounters when dealing with Kaufman’s Abomunist Manifesto is its language. Taking the form of a fake-manifesto, the poem constantly mocks – both through the use of invented language and through its form itself – the supposedly serious, almost sacred, nature of such manifestos. As Stephenson notes, the Abomunist Manifesto exposes “to laughter the preposterously solemn jargon and cant characteristic of established religion, academia, artistic and literary manifestos, and political ideologies.”
2 The translation process exposes the linguistic and cultural difficulties raised by a complex poem such as Kaufman’s, as well as the different strategies used by the translator in order to overcome them. An example of the difficulties the text presents is the translation of the term “frink,” which in the lexicon included in the poem is defined as “[t]o (censored). n. (censored) and (censored).” In his Spanish translation, Zachary Payne decides to keep the original term, highlighting it through the use of italics, and including a footnote directing the reader towards the lexicon. With such techniques, Payne is drawing attention to the original, avoiding the domestication of a text that already has foreign elements in its original form. Although this way he avoids translating a rather untranslatable word, other changes might have been added to the translation in order to be more faithful to the original. Looking at the lexicon included in the original poem, one can appreciate how the word “frink” – initially used as a verb – allows suffixes so that it is also used as a noun, adjective and adverb in the original poem, just as it is inflected when it is a verb depending on the tense and subject. In Payne’s translation, instead of keeping the original “frinky,” for example, when translating the word as an adjective, an equivalent Spanish suffix to infer the notion of grammatical correspondence might have been added, even if the term does not exist per se. Similarly, in cases in which “frink” is used as a verb – “[w]e then ate two pounds of garlic bread & frinked” – endings could have been added to the stem in order to keep concordance and to highlight, at the same time, the absurdity of language and its conscious construction in manifestos and other official documents. That Payne opted to leave the original terms in these cases is rather surprising, since he does translate the suffix in words like “frinkism,” translated as “frinkismo,” but keeps the original when translating “frinkage” in the “Abomunist Election Manifesto”. Transforming the suffixes into Spanish equivalents would enable readers to get closer to the experience of reading the original. A radically different case is found in the section “Abomunist Rational Anthem”, a song allegedly composed by Schroeder, which could be a reference to the Peanut comic strip character, and whose lyrics are entirely based on invented words. On this occasion, Payne opts for leaving the poem as it is in the original. Although, as Damon states, “it is possible to decode this poem to some degrees […] the point is not to do so, but to experience the disorientation of babble which, at the same time, like jazz argot, encodes protest.”3 Even if one could have tried to make the words sound more “Spanish” in the translation, it would be an unnecessary effort, since the poem’s strength lies in the juxtaposition between the “rational” of the title, and the irrationality of its content, which is retained in Spanish by simply keeping the original wording. Another aspect that needs to be taken into account when translating a text, and which translation theories have emphasized in recent decades, is the role played by the culture intrinsic in texts. Especially in literary or social texts, it is evident that more than just decoded semantics and grammar is required: translators need to translate from one culture into another. In Kaufman’s poem, this issue is particularly noticeable in the section “Abomnewscast…on the Hour…,” the satirical and ironic newscast full of cultural and political references. Although, unlike Nabokov, I do not necessarily agree with the need for “translations with copious footnotes,”4 when dealing with poetical texts, I believe it is a necessary technique in some cases. For example, it is very unlikely that a contemporary Spanish-speaking reader would be familiar with the kidnapping and murder of Charles Augustus Linderbergh Jr., son of the famous aviator Charles Linderbergh. Therefore, the irony behind Kaufman’s piece of news stating that “America collides with Iceberg piloted by Lindbergh baby…” is lost without the background information. Similarly, references to Leopold and Loeb’s crime or Norman Rockwell’s illustrations, make the reception of this news dependent on the readers’ pre-existent knowledge. Just as on other occasions Payne uses footnotes to explain counterculture concepts such as “square” or “cat,” as well as food and beverages common in North America such as “butterscotch,” “root beer” or the cereal brand “shredded wheat,” Spanish readers might have also benefited from a few explanatory footnotes on this section. On the whole, the original text is very present in the translation; the presence of Bob Kaufman is highlighted, which I think is Payne’s main concern. In addition, this move carries greater significance if we bear in mind that this text might be the introduction to Kaufman’s work for many Spaniards or Spanish Americans. However, at times the text feels a bit under-translated, as there are some instances in which the author keeps English terms instead of using available Spanish equivalents – “popcorn,” instead of “palomitas,” or “sketchs,” instead of “bocetos.” Likewise, in order to be more faithful to the original, the apparently random capitalization of words in the “Abomunist Documents” section should be kept in the translation or, at least, be consistent with the decisions taken – i.e., keep all capitalizations or none of them. These, together with minor spelling mistakes and typographical errors that should be corrected for a second edition, represent the less attractive side of a rather good book. Perhaps more interesting than the purely linguistic or stylistic analysis of Payne’s Spanish translation, are the paratexts with which he accompanies the poem, particularly the interview with Eduardo Escobar and Roger Santiváñez, two landmarks from Nadaísmo and Kloaka South-American literary movements. The scene where the interview takes place is beautifully introduced with a preamble in which Bob Kaufman himself is brought back to life, jumping and hypnotizing those willing to really listen to his poetry in a bar. In this magical context, Payne’s “traslación”5 – as Rodolfo Ybarra aptly calls it in the countercover of the book – takes full power. Linking these three literary movements by their “rejectionary” – in the Abomunist argot – spirit, as well as by their need to rebel and react against different systems of oppression, Payne uses this interview to highlight the shared influences and connections between the movements. Rather than simply stating these connections, though, the idea which prevails is that they share the same creative energy, and that that energy translates into their work, generation to generation, without their being conscious of it.


 IV. Conclusion In the letter with which Zachary Payne introduces his translation of Bob Kaufman’s Abomunist Manifesto, he acknowledges the problems which arise in poetical translation, stating that he may have lost, in the course of translation, the musicality and jazz of Kaufman’s verses. However, as he also comments in the letter, it is Kaufman’s exclusion from Beat history that prompted him to go against the author’s wish to be forgotten. Through this book Payne manages to keep Kaufman’s spirit alive, sharing his genius with a public that might otherwise have been oblivious to him. Even if there are a few aspects that could be improved, I believe that, ultimately, the “rough edges and awkwardnesses,”6 as fellow Beat poet Diane di Prima described her experimental book The Calculus of Variation, should not be analyzed as mistakes, or as issues to fix, but as examples of the dialogue that is created between the two authors and languages. It is not just the transfer from one language to another, but a learning experience created through the links between Kaufman’s poetry and other literary movements, as well as Payne’s position as a poet and scholar himself. In addition, as a non-native Spanish speaker who speaks “butterfly,” rather than a grammatically correct Spanish, Payne captures the rebelliousness and spontaneity of the Beat ethos. It is in the meeting point of all of these factors that Payne’s El Manifiesto Abomunista best celebrates and serves as a tribute to Kaufman’s work. 1. [A. Robert Lee, “Black Beats: The Signifying Poetry of LeRoi Jones/Amiri Baraka, Ted Jones and Bob Kaufman,” in A. Robert Lee, ed., The Beat Generation Writers (London: Pluto Press, 1996), 171.]↩ 2. [Gregory Stephenson, Pilgrims to Elsewhere: Reflections on Writings by Jack Kerouac, Allen Ginsberg, Gregory Corso, Bob Kaufman and Others (Aalborg: EyeCorner Press, 2013), 29.]↩ 3. [Maria Damon “Abomunist Manifesto,” in Kurt Hemmer, ed., Encyclopedia of Beat Literature (New York: Infobase Publishing, 2007), 2.]↩ 4. [Vladimir Nabokov, “Problems of Translation: Onegin in English,” in Rainer Schulte and John Biguenet, eds., Theories of Translation: an Anthology of Essays from Dryden to Derrida (Chicago: University of Chicago Press, 1992), 143.]↩ 5. [The term “traslación” highlights the movement from the original author/text to the translator/translated text, drawing attention to transfer from one literary context to the other.]↩ 6. [Diane di Prima, Recollections of My Life as a Woman: The New York Years (New York: Penguin Books, 2002), 384.]↩

 El Manifiesto Abomunista Traducido por Zachary de los Dolores Crítica de Estíbaliz Encarnación-Pinedo


 I. Introducción Casi cuarenta años después del asesinato de David Kammerer a manos de Lucien Carr, un evento que figura con frecuencia como el inicio de la mitología Beat, la influencia de esta generación sigue creciendo. Por ejemplo, cada año se publican nuevos estudios que revisan y amplían el movimiento al incluir nombres de autores desconocidos. Incluso Hollywood ha mostrado un reciente interés en historias Beat: Aullido (2010) de Epstein, En la Carretera (2012) de Salles, Big Sur (2013) de Polish, y Kill your Darlings (2013) de Krokidas, son un ejemplo más del creciente interés en la Generación Beat. Desgraciadamente, la ola de influencia se ve frenada por la barrera del lenguaje, que ha dificultado un impacto similar en la cultura hispano-hablante y en sus lectores. Para aquellos a los que no les sea posible leer las obras originales, el número de obras Beat disponibles se ve muy reducido. Además, es en estos casos en los que el triunvirato Kerouac, Ginsberg y Burroughs se hace más evidente, ya que estos son los autores que se han traducido al español más a menudo, aunque todavía con reservas. El libro de Zachary Payne se sumerge de lleno en esta laguna. Primero, al ofrecer la primera traducción al español del Manifiesto Abomunista de Bob Kaufman y, segundo, al hacer visible un autor que ha permanecido (aunque puede que de manera voluntaria) en la periferia del movimiento Beat. Aunque por lo general la traducción es muy fluida y fiel al trabajo original, hay ciertos aspectos que de haberse beneficiado de decisiones distintas podrían haber tenido un mayor impacto en los lectores españoles, acercándolos más a la experiencia del original. En cualquier caso, el esfuerzo que hace Payne por situar el trabajo de Kaufman tanto dentro de la Generación Beat, como en relación con otros movimientos literarios de contracultura, hace de este libro una contribución necesaria y valiosa para el mercado literario hispano-hablante en general, y para el estudio de la Generación Beat en particular.


 II. Resumen Publicado por primera vez en 1959, el Manifiesto Abomunista de Bob Kaufman ha sido descrito como una “[p]arodia anarco-surrealista de todos los –ismos7,” y es ilustrativo de la poesía espontánea y oral también presente en otras obras del mismo autor. Si a esto le añadimos el ritmo y la musicalidad del jazz que se hace sentir en las repeticiones de versos, junto con las disrupciones del lenguaje (el poema incluye su propio léxico), el proceso de traducción, ya de por sí complicado, se convierte en una tarea épica. Zachary Payne consigue traducir el poema con gran habilidad, superando (aunque se renuncie en algunas ocasiones al significado), las dificultades que el texto original presenta. Además de la traducción del poema, Payne incluye dos textos que enmarcan el trabajo de Kaufman dentro de otros discursos literarios. El primero de ellos, que actúa como preámbulo de la traducción, es una carta en la que el autor se dirige al poeta, y presenta su trabajo dentro del contexto literario en el que escribió. La segunda, con la que se concluye el libro, es una entrevista en la que se relaciona la Generación Beat con los movimientos literarios Sudamericanos Nadaísta y Kloaka.


 III. Evaluación Uno de los primeros obstáculos con los que se topa un traductor al enfrentarse al Manifiesto Abomunista de Kaufman, es su lenguaje. Con forma de un falso-manifiesto, el poema se mofa, a través de lenguaje inventado y de su misma estructura, de la supuesta naturaleza sagrada de este tipo de documentos. Como comenta Stephenson, el Manifiesto Abomunista se “mofa de la risible y supuestamente solemne jerga y palabrería característica de la religión establecida, mundo académico, manifiestos artísticos y literarios e ideologías políticas8.” El proceso de traducción saca a la luz las dificultades lingüísticas y culturales que un poema complejo como el de Kaufman conlleva, así como las diferentes estrategias que emplea el traductor para superarlas. Un ejemplo de las dificultades que presenta el texto es la traducción del término “frink,” que en el léxico incluido en el poema se define como “v. [censurado]. n. (censurado) y (censurado).” En la traducción, Payne decide dejar el término original, destacándolo con el uso de la letra cursiva, e incluyendo una nota al pie de página que dirige la atención del lector al léxico. Con estas técnicas, Payne llama la atención sobre el texto original, a la vez que evita la domesticación de un texto que ya en su forma original tiene elementos extranjeros. Aunque de esta manera se evita tener que traducir una palabra en sí intraducible, con algunas modificaciones se conseguiría un efecto más fiel al texto original. Si se mira el léxico incluido en el poema, se puede observar que el término “frink,” usado por primera vez como verbo conjugable, admite sufijos que lo transforman en nombre, adjetivo e incluso adverbio. En la traducción de Payne, por ejemplo, en vez de dejar el término original, “frinky” cuando la palabra se usa como adjetivo, se podría haber empleado un sufijo adjetival equivalente español para cubrir la correspondencia gramatical, aunque el termino en sí no exista. Del mismo modo, en los casos en los que “frink” se usa como verbo (“[w]e then ate two pounds of garlic bread & frinked”), se puede añadir terminaciones gramaticales para mantener la concordancia y destacar, a la vez, lo absurdo de la construcción consciente del lenguaje que opera en dichos manifiestos y otros documentos oficiales. El que Payne opté por dejar el término original en estos casos sorprende, ya que sí traduce el sufijo en palabras como “frinkism,” que traduce como “frinkismo,” pero decide dejar el término original en el caso de “frinkage,” en la sección Manifiesto Electoral Abomunista. Usar sufijos equivalentes en español facilitaría la lectura, haciendo que los lectores se acerquen a la experiencia del texto original. Un caso radicalmente distinto es el que encontramos en la sección Himno Racional Abomunista, una canción supuestamente compuesta por Schroeder, que puede ser una referencia al personaje de la tira cómica Peanuts, y cuya letra está totalmente formada por palabras inventadas. En esta ocasión, Payne decide dejar el poema tal y como está en el texto original. Aunque como Damon dice, “es posible decodificar el poema hasta cierto punto […] el objetivo es no hacerlo, si no experimentar la desorientación del balbuceo que, a la vez, como la jerga del jazz, lleva protesta codificada.9” Aunque se hubiera podido transformar las palabras para que suenen más naturales en español, es un esfuerzo innecesario, ya que la fuerza del poema reside en la yuxtaposición entre lo “racional” del título, y la irracionalidad de su contenido, que se mantiene en el texto español simplemente dejando las palabras del original. Otro aspecto que se debe tener en cuenta al traducir, y que teorías de la traducción han enfatizado en las últimas décadas, es el papel que juega la cultura que se encuentra de manera intrínseca en los textos. Especialmente en textos literarios y sociales, se pone de manifiesto que más allá de la semántica y gramática, traducir significa hacerlo de una cultura a otra. En el poema de Kaufman, este aspecto cobra mayor importancia en la sección “Abomnoticiero…en Hora Punta…,” un noticiero satírico e irónico lleno de referencias culturales y políticas. Aunque, a diferencia de lo que comentó Nabokov, no estoy de acuerdo con la necesidad de hacer “traducciones con copiosas notas a pie de página10,” cuando se trata de textos políticos, creo que se convierte en una técnica necesaria en muchos de los casos. Por ejemplo, es poco probable que un lector contemporáneo hispano esté familiarizado con el rapto y asesinato de Charles Augustus Linderbergh Junior, hijo del famoso aviador Charles Linderbergh. Por eso, sin la necesaria información de contexto, es posible que se pierda la ironía tras la noticia “América choca contra un iceberg pilotado por el niño Lindbergh.” Del mismo modo, referencias al crimen cometido por Leopold y Loeb, o a las ilustraciones de Norman Rockwell, hacen que la recepción de estas noticias dependa del conocimiento previo de los lectores. Del mismo modo que en otras ocasiones Payne utiliza notas a pie de página para hacer aclaraciones sobre términos de contracultura como “square” o “cat,” así como sobre comida y refrescos de consumo más o menos habitual en Norteamérica tales como el “butterscotch,” la “cerveza de raíz” o la marca de cereales “shredded wheat,” los lectores hispanos se podrían haber beneficiado de algunas notas aclaratorias en esta sección. En general, el texto original está muy presente en la traducción, una posición que realza la presencia de Bob Kaufman, lo que considero que es, a su vez, el principal objetivo de Payne. Además, esta posición adquiere un mayor significado si tenemos en cuenta que este libro puede representar para muchos la presentación de la obra de este autor. Sin embargo, también se corre el riesgo de que el texto se vea poco traducido en algunos casos. Esto ocurre, por ejemplo, cuando se mantienen términos ingleses aún cuando existen equivalentes en español, como “popcorn,” en vez de “palomitas”, o “sketchs,” en vez de “bocetos.” Del mismo modo, para ser fieles al texto original, se deberían mantener las mayúsculas que Kaufman incluye de manera aparentemente aleatoria en la sección Documentos Abomunistas o, al menos, se debería ser constante en este aspecto (mantener todas las mayúsculas, o ninguna). Son estos aspectos, junto con algunos errores tipográficos y de ortografía que deberían ser corregidos para una segunda edición, los que representan el lado menos cuidado de lo que es, aún así, un muy buen libro. Quizás más interesante que los aspectos puramente lingüísticos o estilísticos de la traducción al español de Payne, es el paratexto que complementa al poema, especialmente la entrevista con Eduardo Escobar y Roger Santiváñez, dos referentes de los movimientos literarios sudamericanos Nadaísmo y movimiento Kloaka. La escena en la que se lleva a cabo la entrevista está bellamente presentada con un preámbulo en el que el mismo Bob Kaufman cobra vida de nuevo, saltando e hipnotizando a aquellos dispuestos a escuchar su poesía en un bar. Es en este contexto mágico donde adquiere más fuerza la “traslación” de Payne (como la llama con acierto Rodolfo Ibarra en la contraportada del libro). Uniendo los tres movimientos literarios por su espíritu “reaccionario” (en la jerga abomunista), así como por su necesidad de rebelarse contra diferentes sistemas de opresión, Payne utiliza esta entrevista para sacar a la luz las influencias compartidas y las conexiones entre los movimientos. Más allá de la mera unión de estos movimientos, la idea que prevalece es que los tres se nutren de la misma energía creativa, y que es esta energía la que se traduce, generación tras generación, en sus trabajos, incluso sin ser conscientes de ello.


 IV. Conclusión En la carta con la que Zachary Payne presenta su traducción del Manifiesto Abomunista de Bob Kaufman, reconoce los problemas que surgen al enfrentarse a una traducción poética. Asimismo, admite la posibilidad de haber perdido, en el proceso de traducción, la musicalidad y el jazz de los versos del poeta. Sin embargo, como también comenta en la carta, es precisamente la exclusión que ha sufrido Kaufman de la historia de la Generación Beat, lo que le llevó a ir en contra de los propios deseos del autor, que en más de una ocasión había comentado que su aspiración era ser olvidado. A través de este libro, Payne consigue mantener vivo el espíritu de Kaufman, compartiendo su genialidad con un público que puede que no le conociera hasta el momento. Aunque hay algunos aspectos que se podrían mejorar considero que, al final, las “asperezas y rarezas11,” como comentaba la también poeta Beat Diane di Prima sobre su trabajo The Calculus of Variation, no se deberían analizar como errores a enmendar, sino como ejemplos del diálogo que se crea entre los dos autores. Más que la mera transmisión de una lengua a la otra, se trata de una experiencia de aprendizaje nacida de las conexiones entre la poesía de Kaufman y otros movimientos literarios, así como de la posición de Payne como poeta y académico. Además, como un hablante no nativo del español, que habla “mariposa12,” más que un español gramaticalmente correcto, Payne consigue capturar en su traducción la rebeldía y la espontaneidad del espíritu Beat. Es en el lugar de encuentro de todos estos factores, donde El Manifiesto Abomunista de Zachary Payne celebra con mayor fuerza y rinde mejor tributo al trabajo de Kaufman.

 7. [A. Robert Lee, “Black Beats: The Signifying Poetry of LeRoi Jones/Amiri Baraka, Ted Jones and Bob Kaufman,” in A. Robert Lee, ed., The Beat Generation Writers (London: Pluto Press, 1996), 171. Mi traducción.]↩ 8. [Gregory Stephenson, Pilgrims to Elsewhere: Reflections on Writings by Jack Kerouac, Allen Ginsberg, Gregory Corso, Bob Kaufman and Others (Aalborg: EyeCorner Press, 2013), 29. Mi traducción.]↩ 9. [Maria Damon “Abomunist Manifesto,” in Kurt Hemmer, ed., Encyclopedia of Beat Literature (New York: Infobase Publishing, 2007), 2. Mi traducción.]↩ 10. [Vladimir Nabokov, “Problems of Translation: Onegin in English,” en Rainer Schulte y John Biguenet, eds., Theories of Translation: an Anthology of Essays from Dryden to Derrida, (Chicago: University of Chicago Press, 1992), 143. Mi traducción.]↩ 11. [Diane di Prima, Recollections of My Life as a Woman: The New York Years, (New York: Penguin Books, 2002), 384. Mi traducción. ]↩ 12. [Ver http://asociacionumbrales.blogspot.com.es/2012/05/nuevo-libro-death-del-oso-antologia.html]↩ Leave a Reply Your email address will not be published. Required fields are marked *

martes, 8 de abril de 2014

NUEVAS BATALLAS, DE WILLY GÓMEZ MIGLIARO

La revista chilena s5 acaba de publicar una reseña que escribí sobre Nuevas Batallas, un excelente poemario de Willy Gómez Migliaro:

http://letras.s5.com/wgom070414.html




Proyecto Patrimonio - 2014 | index Willy Gómez Migliaro Rodolfo Ybarra Autores |








NUEVAS BATALLAS, DE WILLY GÓMEZ MIGLIARO
x Rodolfo Ybarra


 .. .. .. .. .. .
Willy Gómez (1968), poeta y profesor de literatura, ha dirigido revistas de poesía como Tokapus y Polvo Enamorado y publicado los libros: Etérea, Nada como los campos, Breve eternidad de Raymundo Nóvac, Construcción civil, etc. En esta ocasión, nos presenta Nuevas batallas, un texto delicado de alta poesía con reminiscencias al neobarroquismo (o neobarrosismo) de Perlongher y Pedro Lemebel, quizás más emparentado con el barroquismo clásico de Severo Sarduy y José Lezama Lima: “La Tierra es clásica y el mar es barroco”.
Nuevas batallas, de Willy Gómez se adentra en el lenguaje, buceando en expresiones aparentemente inconexas o contradictorias, pero siempre dejando que la luz de la idea ilumine el verso: “Dentro de un estado descompuesto hay esperanza//Encubre imágenes deprisa/instauraciones que se extienden” (p. 11). La palabra se convierte en herramienta de cuestionamientos históricos a partir de la experiencia particular: “De regreso escribo un correo a Marga:/alguien debería acabar con tu dolor//Tal vez busco un país –respondió//Hacia esa composición de hielo se fueron nuestros amigos para iniciarse en un lenguaje sin carga alguna” (p. 15).
La poesía de Willy Gómez denuncia y se involucra con la economía, la historia; su belleza incluye una verdad que subyace en la interpretación: “Un país tiene su altar/ahora que hemos salido//de debajo del montón de un deshecho. Asciende//a vida nueva parece;//pero ciertas inundaciones sin significado ennegrecen sus orillas,//y asimilar el negro con ese corte tradicional de agua//es un sumergimiento. Perfecciona el sol en cada salida de paisaje//o una entrada a tu casa.//Encontraré repisas llenas de polvo,//periódicos de la república que Velásquez trabaja en serigrafía.//De nuevo ruinas.//El tiempo –dirás//Casi veinte años//una maquinaria de guerra desvió su lucha fundamentalista//a un allá que no era suya” (p. 17).
Asimismo, no quedan de lado las contradicciones internas del país-poema. Una crítica subyace detrás del texto, el paratexto y la hermenéutica que no necesitan de esfuerzos, porque el recuerdo es latente y la poesía fresca se derrama como un río posheraclitiano: “Pasamos como sueño y pradera. Un país se abría//sin conducción//frente a otro espectáculo violento” (p. 20). “Un hervidero entusiasma con su lenguaje.//Nuestro desplazamiento progresa. Ruego & canto//han sido desde siempre integraciones//con tapadas definiendo americanismos,//tal vez como una resistencia de replantear el lujo de la colonia” (p. 21). “Y al voltear vemos calles,//lo mismo que ayer cuando en un centro educativo//la Srta. Turner mostró algunas instantáneas de un país bombardeado”, “desde la construcción del nuevo ser iniciando sus batallas/o un medieval dividiendo territorios de un país/que después de la devastación política interna//prefiere estar conjugando sin sabores/o pesimismos más confusos que metafísicos” (p. 33). “algo de víctimas/hay heridas de un país en las cintas de embalaje/mientras escuchamos cierre de cajones/no me llaman a declarar la culpa copia un maquillaje decente/y huyo por los jardines de una calle” (p. 56).
Y el futuro inmediato, el no futuro, desarrollo o paz no cuaja y se desvanece como humo en el aire. No obstante, el poema es directo, no nombra al cuerpo del delito, pero nombra el arma; no le da un título al suceso ignominioso que se respira y arde en los ojos, pero describe la escena del crimen; se solaza y se enerva con detalles importantes y el estro poético siempre en guardia, siempre dispuesto a enfrentar la estética estatuaria (¿qué es el canon?) o atraparla en su concepto: “Qué tales momias,/cómo se levantan cerca de lo ganado./Crean sus empresas,/almacenes para ese discurso que ya no semeja con su rotura/lo des-/hecho./Significa//cuando toca claridad y su belleza cura desde el exilio” (p. 40).
En el caso peruano, y ahora me voy a permitir una enunciación políticamente incorrecta al decir que la guerra Interna fue más que un conflicto político-militar o una guerra intestina, pero que nunca dejó de ser barroca, ni tampoco después de finalizada (con los vencedores y vencidos), pues también fue lo que quedó: por ejemplo, las 4800 fosas comunes que hay en este país son un hecho barroco, tanto en su forma como en su número, lo mismo que los 80 000 muertos y los miles de desaparecidos. Lo mismo pasa, y ya de otro lado, con las 137 universidades que se fundan y refundan a lo largo del territorio patrio y que no sirven para nada o sirven de poco; o con los programas de televisión y el mass media en su conjunto, que no se cansa de difundir un discurso que ya todos conocemos. El maremágnum de culturas, subculturas y el bullicio entrópico de los demagogos, los partidos políticos cada vez más cerca del sicariato y nuestra historia como un guion mal hecho o un cadáver exquisito acromegálico que se va formando día a día, etc., todo ello hace que el poeta, un buen poeta como es Willy Gómez, acondicione el texto, sometiéndolo a un agiornamiento y a las nuevas formas, ética y estética, y nos entregue no la “explosión”, pero sí las esquirlas, esos pequeños detalles oNuevas batallas para seguir en el frente de lo que hoy entendemos como poesía.

domingo, 6 de abril de 2014

MAD MISÓGINO. MI COLUMNA PIRATA EN LIMA GRIS.


Los delirios de Marco Aurelio Denegri (MAD), en su último artículo “Escasez de boxeadoras”, se convierten esta vez en misoginia solapada, en aristocracia decimonónica e intelecto al servicio del sistema falogocentrista. Decir que hay escasez de boxeadoras (cuestión que tiene que ver con un cuestionamiento físico) para después concluir que “hay escasez de mujeres que poetizan” (cuestionamiento intelectivo) no tiene ninguna reflexión valedera o algún hilo activo de coherencia, salvo que todo sea un exabrupto o una expresión de iracundia o desfogue de algún inconsciente reprimido al borde de la locura o la histeria.

Y es que para MAD hacer puño solo es un mecanismo masculino, del macho que golpea para abrirse paso en la selva de cemento, mientras que la mujer se tiene que conformar con los arañazos, jalar de los pelos, dar cachetadas, etc., porque, si no, se “desfeminiza”, se afea o se “ahombra” y porque, además, la mujer se tiene que quedar dentro de la cueva cuidando a los hijos, cocinando, planchando, barriendo y sirviendo la comida; porque la metáfora de los puños es también una forma de decir que el hombre es, como en las épocas antediluvianas, el cazador, el que domestica a las bestias y vence a los enemigos, mientras que a la mujer solo le queda ser parte del clan y caer rendida ante el macho alfa.
Pero el asunto empeora: MAD redondea su artículo con una aparente “escasez de poetisas”, o sea, escasez de artistas y escasez de intelectuales mujeres. Y, para pasar de contrabando un pensamiento que se cae a pedazos por lo misógino, atrabiliario y anacrónico, se basa en las expresiones de una mujer que considera que la dación** y la extraversión*** son expresión natural de la mujer, la misma que “da hijos y los cría y se ocupa del hogar y atiende al marido”, negándose a sí misma la posibilidad de ver hacia adentro y reflexionar sobre el mundo o acerca de su propia persona, razón aparente por lo cual, dice Denegri, habría pocas poetas mujeres.
El “análisis” culmina con un pincelazo propio de un terrateniente del siglo XVIII: “(Que la escasez de mujeres que poetizan) no me parece admisible atribuirla al sistema patriarcal y al machismo”. En otras palabras, para MAD, la opresión, sometimiento y explotación histórica del hombre sobre la mujer no tiene cabida ni explica que la población de poetas mujeres sea tan escuálida; es decir, la reivindicación del voto femenino, el casi nulo acceso a la educación universitaria para mujeres a mediados del siglo XX, la lucha por la igualdad de los sexos en los años sesenta, la marginación religiosa, la lucha por la aceptación del aborto legal, etc., no explican, ni remotamente justifican, el escaso número de poetas mujeres. Pero ¿no fue acaso a escondidas del hombre como sor Juana Inés de la Cruz, una gran poeta, escribió sus textos que pasaron a la historia, tal como esa “Respuesta a sor Filotea de la Cruz”, donde está la esencia y sutra de la mujer intelectual tratándose de hacer un lugar en el reinado de los machos “pensantes” (como el obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz, que se hizo pasar por sor Filotea para combatir el pensamiento protofeminista de sor Juana)?
No obstante, es claro que el señor Denegri se ha equivocado (como en el caso del dato que consigna en la antología de Ricardo González Vigil: no son 28, sino 32 mujeres poetas seleccionadas: 11 del tomo I y 21 del tomo II) o no se ha dado cuenta (eso queremos pensar) de que, como articulista, es un perfecto desastre. Una cosa es el sistema biofísico, la fisiología, la histología, etc. (¡la mujer que boxea?) y otra cosa, muy diferente, el aspecto intelectivo, la racionalidad, la neurología, la psicología, la psiquiatría (¡la mujer que poetiza?). Y, por cierto, la acción que comprende al puño no es exclusividad del hombre-mujer, ya que los simios también la expresan, como en el caso de los gorilas de montaña (Gorilla beringei beringei), los chimpancés, los bonobos o los orangutanes, que se golpean el pecho para atemorizar a la manada, y justamente ello no (los-nos) ubica en una situación de superioridad en estos tiempos de posposmodernidad, donde la raison d’être, la capacidad de reflexión o el simple acto de la poesía se han encargado de acortar las multidiferencias genotípicas y fenotípicas y de preparar el camino a la igualdad.
http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/escasez-boxeadoras-marco-aurelio-denegri-noticia-1719396
** El término “dación” usado por la poeta Gabriela Briseño y citado por MAD, se explica mejor en la máxima latina datio o datio in solutum, dar en parte de pago algo por una deuda pendiente.
***La extraversión es un término opuesto a la introversión y fue consignado por Carlo Jung en su obra Los Tipos Psicológicos. Un extravertido centra su atención en el mundo externo, son sociables y están al tanto de su entorno.
 19 2 0 21
- See more at: http://www.limagris.com/mad-misogino/#sthash.9TLZ7ONS.dpuf

martes, 1 de abril de 2014

¡ALGUNOS NARRADORES TAMBIÉN LLORAN?




No entiendo lo que le sucede a nuestro crítico literario Víctor Coral. ¿Cómo es eso de que algunos narradores lloran por no participar en un evento literario y otros --¡¿como yo?!-- nos 'hacemos' de la vista gorda y no aplaudimos cual focas el triunfo de nuestros amigos vargasllosianos. ¿Cómo es eso? Habrase visto. Tanta envidia y sentimientos malsanos puede generar estar tan ocupados resolviendo cuestiones domésticas como terminar de escribir un nuevo libro. (Pronto en librerías el ostentoso y mastodóntico Aberrario). Ya me daré un tiempo para abrazar a cada uno de los retratados en la foto de Mordzinski, empezando por mi viejo amigo que aparece con lentes, camisa a cuadros y pantalón pitillo. 
Too much.

http://luzdelimbo.blogspot.com/2014/03/bienal-mvll-algunos-narradores-tambien.html