miércoles, 8 de junio de 2011

"DÍAS OSCUROS DE FUJIMORI", DIARIO "EL ESPECTADOR" DE COLOMBIA


Hace unos días, el importante diario El Espectador de Colombia se puso en contacto con algunos escritores del Perú, entre ellos Luis Freire, Max Palacios, Giancarlo Stagnaro y este blogger. La razón fue el apoyo hacia una de las candidaturas presidenciales (o mejor dicho, el rechazo hacia la postulación de Keiko Fujimori) y la firma de una carta que tuvo a Mario Vargas LLosa como cabeza visible de una conciencia vigilante del Estado y su posible captura por una mafia.
Cabe anotar que, si bien las elecciones acabaron con el triunfo de Ollanta, es necesario reconsiderar una "ley de partidos" y poner en la ilegalidad o proscribir, de una vez por todas, al fujimontesinismo, por lo menos 30 años. Quisiera apuntar también que Alberto Fujimori merece estar en una cárcel normal y no en un centro de veraneo o cárcel dorada como la Diroes. Sirva entonces todo este esfuerzo como ayuda para que el proyecto país continúe el camino ascendente hacia un desarrollo simétrico donde los beneficiados sean las grandes mayorías y no un puñado de delincuentes o un grupo de empresarios sin conciencia alguna.


Días oscuros de Fujimori

Por: Diego Alarcón Rozo
Redactor International

Foreign News Reporter


Algunos de los escritores firmantes del manifiesto contra el fujimorismo en Perú explican las razones que los impulsaron a apoyar a Ollanta Humala.

El nombre de Keiko Fujimori no aparece en la carta. Más de 100 escritores de Perú —109 para ser exactos— no tuvieron que nombrarla para declararse opositores de sus intenciones como candidata. En la recta final de esta campaña, con una cotidianidad que avanza sobre la polarización absoluta, los insultos y algunos episodios de agresión, ellos, entre quienes Mario Vargas Llosa se distingue, decidieron lanzar un dardo con la intención de frenar los eventuales votos que estuvieran destinados a su imagen como candidata. Un grito de despertar para la ciudadanía.

Firmaron y difundieron un manifiesto contra “el fujimorismo y a favor de la democracia”, un documento que sostiene que “el régimen de Alberto Fujimori marcó el período más siniestro en la historia de nuestros gobiernos republicanos. Una década criminal cuyas funestas consecuencias no debemos olvidar”.

Aunque tampoco está escrito, la frase “funestas consecuencias” corresponde a los cerca de US$600 millones en desfalcos que dejó el paso de Alberto Fujimori por la Presidencia de Perú (1990-2000), al temido escuadrón Colina del Ejército que intimidó, asesinó y violó en sincronía con los interese del mandatario; a las imágenes grabadas del asesor Vladimiro Montesinos sobornando políticos para apoyar sus causas, a esa clausura autoritaria del Congreso y del Poder Judicial que la historia peruana identificaría como “el autogolpe de 1992”; a las más de 300.000 mujeres de escasos recursos esterilizadas sin consentimiento y a los 25 años de condena penal que fueron impuestos a Fujimori por la justicia peruana en respuesta a sus faltas.

Es evidente que hoy el fujimorismo tiene cuerpo propio y es el de la hija del líder, el de la candidata a quien la última encuesta le otorgaba el 51% de la intención de voto contra el 49% de su oponente Ollanta Humala. A este último, un nombre que sí se lee en el manifiesto y al que se le anuncia vigilancia, se la atribuye el compromiso de respeto a los derechos humanos y el rechazo a la violencia. Un candidato que no necesariamente copa las expectativas, pero que al mismo tiempo se convierte en la única posibilidad de escape a lo que sería el regreso a los días negros de la “dictadura”.

El Espectador estableció contacto con algunos de los firmantes de la carta para indagar acerca de los temores que hoy hacen ver a Keiko Fujimori con preocupación, de la realidad de los años que marcaron el clímax del fujimorismo y de las fortalezas y debilidades que pueda tener el candidato Ollanta Humala.

“Humala, el único que garantiza la democracia”

Max Palacios: Los estudiantes sufrimos la represión del gobierno dictatorial del señor Fujimori. Una represión que no sólo se daba en el maltrato a los estudiantes, sino también en las desapariciones y ejecuciones extrajudiciales. El mayor temor de los peruanos es que el gobierno vuelva a caer en la mafia ‘fujimontesinista’ que gobernó el país la década del 90 y que sumió al Estado en un clima de corrupción, narcotráfico y terrorismo. Basta notar que la mayoría de congresistas que han postulado por el partido de la señora Keiko Fujimori son los mismos corruptos que gobernaron el país, y la gente que la rodea es la misma calaña que acompañó a su padre. Ella está preparando el camino para indultar a su padre y sacarlo de la prisión al afirmar hace poco, en una entrevista transmitida a nivel nacional, que él es inocente de los cargos que se le acusa. Los peruanos somos conscientes de que Ollanta Humala no es el mejor de los candidatos, sin embargo pienso que en este momento es el único que garantiza la permanencia de la democracia y la vigencia de un sistema legítimo y decente.

El cubismo en épocas fujimoristas

Rodolfo Ybarra: El primer gobierno de Fujimori lo viví en las universidades, en ese tiempo ser universitario era un estigma y casi una sindicación de “terrorista”. Hay que recordar que varios estudiantes de arte fueron llevados presos por tener libros de cubismo, ya que los militares pensaban que eran textos de apoyo a Cuba. Esto que ahora resulta risible es cruel. En este marco se dio la matanza de La Cantuta, donde fueron asesinados nueve alumnos y un profesor. Yo mismo fui compañero de estudios de Melissa Alfaro, una periodista de izquierda a la que despedazaron con un sobre bomba. Todos estos crímenes fueron digitados por quienes dirigían el gobierno más corrupto que ha tenido el Perú. El temor y peligro es que la señora Keiko Fujimori está postulando con la misma gente que acompañó a su padre. Ha querido matizar su agrupación invitando a artistas, deportistas y ‘vedettes’ de la farándula, pero su buró político sigue siendo el mismo. Alberto Fujimori está condenado a 25 años de cárcel. Meterlo a prisión ha sido uno de los mayores éxitos de la democracia en el país. Si bien Ollanta Humala no es el candidato perfecto, ha ido cambiando conforme ha ido avanzando la campaña. Quizás el principal elemento del porqué la candidatura de Ollanta ha hallado eco en las masas es porque es “cholo” y porque su discurso claro y directo se identifica con el poblador de a pie, y marginado ancestralmente por el Estado criollo.

“El voto ético es contra Keiko”

Luis Freire: El asco se incrementaba conforme pasaban los años y la amenaza de un tercer gobierno fujimorista, obtenido con el fraude y la compra de conciencias, se asomaba en el horizonte del año 2000. Si Keiko Fujimori gana es posible que su padre sea liberado, se instale como el gobernante tras el trono con poder moral sobre su hija. De sólo pensar que quién sería el primer vicepresidente de Keiko (Rafael Rey) es un importante miembro del Opus Dei, que ha hecho voto de castidad, se me erizan los pelos de todo el cuerpo. El voto ético es el voto contra Keiko y su rival es Ollanta Humala. Él debe mejorar. Lo considero una persona honesta y bien intencionada, con deseos de cambiar lo que se requiere cambiar, pero pienso que el gobierno de un país está por encima de sus capacidades actuales. Es el candidato del cambio, la ética y el cariño por el país, pero preferiría a otro con esa bandera.

Atraso y subdesarrollo mental

Giancarlo Stagnaro: Yo viví enteramente los años del fujimorismo, desde 1990, cuando tenía 15 años y Mario Vargas Llosa perdió la elección. A fines de los 90, yo trabajé en periodismo, no directamente vinculado al periodismo político, pero sí se lograba percibir cierto hartazgo en relación con lo que representaba Fujimori en el poder. Como dice Julio Cotler, un científico social peruano, el fujimorismo representa lo peor de nosotros: el subdesarrollo mental, el atraso moral, la transgresión criolla como práctica cotidiana. El problema con Keiko Fujimori se origina con los juicios contra su padre y su condena. Existe un mito bien enraizado en los fujimoristas y sus huestes de que éste ha sido el mejor gobierno en la historia del país. Keiko dice que su equipo lo compone "gente intachable", gente que apañó las mentiras de Fujimori en cuanto a las evidencias de violaciones de derechos humanos y esterilizaciones forzadas contra las mujeres más pobres de origen andino; gente que destruyó al país con las privatizaciones de las empresas públicas, gente que instituyó un capitalismo salvaje, que hizo que la vida no valiera nada. De otro lado, Ollanta Humala es un candidato que ha variado su discurso. No tendrá la capacidad retórica de la que goza un Alan García. Su carisma va por otro lado, el de encarnar el descontento de un sector dejado de lado por el modelo económico imperante.

Las sombras de los candidatos

El posible indulto

El solo hecho de ser la hija del expresidente Alberto Fujimori, preso por violación de los DD.HH., ha sido suficiente para que muchos consideren a Keiko Fujimori como un peligro para la democracia. Además, hay quienes aseguran que de llegar al poder la exsenadora podría indultar a su padre.

El modelo familiar

A pesar de que Keiko ha negado que represente la continuidad del proyecto político de su padre, sus opositores afirman lo contrario y dicen que más allá de los aciertos económicos y de la victoria sobre Sendero Luminoso, el modelo conformó la red de corrupción más grande de la historia peruana.

Esterilización forzada

Durante la campaña presidencial otro tema que volvió a salir a la luz pública fue la esterilización de más de 300 mil mujeres humildes durante el gobierno de su padre. Un suceso que Keiko y su fórmula vicepresidencial, Rafael Rey, minimizaron al asegurar que ese proceso ya se archivó.

¿Quién pagó sus estudios?

La candidata también ha sido acusada de haber estudiado en la Universidad de Boston (EE.UU.) con dinero del Estado. Una afirmación que ella también niega. Sin embargo, existen declaraciones del exasesor Vladimiro Montesinos que la delatan.

Diego Alarcón Rozo

Elespectador.com 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

…Los peruanos somos conscientes de que Ollanta Humala no es el mejor de los candidatos, sin embargo pienso que en este momento es el único que garantiza la permanencia de la democracia y la vigencia de un sistema legítimo y decente…


Discrepo. Humala no garantiza la permanencia de la “democracia” sino más bien se compromete a que el formalismo democrático burgués no degenere en el fascismo ladrón y homicida que el fujimorismo representó. Porque, a fin de cuentas, el Fujimorismo, el Toledismo, el Alanismo y ahora el Humalismo (si este último entrega los ministerios claves a la oligarquía agro-mineral exportadora) son en esencia lo mismo: todos representan la mierda neoliberal. Que uno robe menos que otro, mate menos que otro, que sea menos autoritario que otro, son meros detalles que sólo satisfacen a los moralistas de pacotilla.

Mientras el neoliberalismo siga vigente siempre existirán las condiciones económicas, sociales y políticas para que los elementos más reaccionarios de los grupos de poder intenten aplicar métodos fascistas si sus intereses económicos son amenazados. ¿Acaso no lo hemos visto en Venezuela en 2002, Haití en 2004, Bolivia en 2008, Honduras 2009, Ecuador en 2010, y posiblemente Perú si Humala deja de lado su Hoja de Ruta? Así que el lema “Fujimori nunca más” es una mera ilusión. El Fujimorismo está a la vuelta de cualquier esquina.

Lo único positivo del triunfo del Comandante es que el Pueblo ha decuplicado su confianza y está listo para asestarle uno cuantos golpes al sistema. Educación política, como le llaman.

Anónimo dijo...

me gusta eso de que un subterráneo sea un referente internacional. felicitaciones.


marco.

RODOLFO YBARRA dijo...

Aquí la "permanencia" no significa un periodo que sea más allá de los 5 años. En todo caso, muchos de los que nos vimos acorralados en cerrar filas contra el retorno del fujimontesinismo y/o votar en blanco, nulo o viciado (que no era más que darle carta libre a la captura del Estado por parte de criminales probados), jamás nos pusimos las vinchas o los polos de Ollanta; y, de hecho, desde el día 5 de junio nos convertimos en oposición (aunque la verdad, nunca he dejado esta trinchera para correr bajo la pollera o las botas del gobierno de turno; la "oposición" sigue siendo el lugar común del pueblo de a pie).
Queda en Ollanta y su equipo convertirse en un gobierno honesto al servicio de las mayorías o caer en el continuismo y representar al gobierno títere de las transnacionales, los empresarios vendepatria, exportadores de cerros y OGROexportadores, cuyos intereses están lejos del desarrollo de este país. No está demás decir que aborrezco este seudosistema democrático que tiene en las urnas una forma infeliz de escoger gobernantes.