Alberto Kenya Fujimori ha tenido una cárcel dorada y ni siquiera ha aguantado 3 años y medio, rodeado de lujos y prebendas, incluido el matrimonio de su hija Sachi que fue celebrado ahí con pompas y platillos (con el permiso del Consejo de Ministros), y ese jardincito donde el asesino siembra bonsais y desde donde despacha como si estuviera en Palacio de gobierno.
3 años y medio no es ni siquiera la condena por robar un celular, que de ninguna manera se podría equiparar a quien despedazó a ciudadanos inocentes, castró con engaños a mujeres en situaciones reprobables y reprochables desde el punto de vista médico, creo una mafia que enfermó al país hasta el tuétano donde profesionales, comunicadores, sacerdotes, congresistas y una larga lista de militares, artistas y tecnólogos se convirtieron en cómplices de la peor miseria que puede haber en un país: la corrupción y la aceptación de la corrupción como forma natural de gobierno y convivencia.
Fujimori, el cobarde asesino del niño de Barrios Altos --que hoy tendría la misma edad de Kenyi--, no merece ningún indulto (aún cuando eso signifique la aceptación de sus culpas), ni siquiera debería hablarse de eso, más bien deberían trasladarlo a Lurigancho donde, de seguro, los reos comunes lo repudiarían y lo arrojarían a la "tierra de nadie".
Ver este link donde se condena a un delincuente común a 10 años de prisión por robar un celular:
http://peru21.pe/2011/12/01/actualidad/diez-anos-prision-robar-celular-2001360
Ver este link donde se condena a un delincuente común a 10 años de prisión por robar un celular:
http://peru21.pe/2011/12/01/actualidad/diez-anos-prision-robar-celular-2001360
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