domingo, 13 de enero de 2013

OTRA MÁS SOBRE EL RACISMO DEL DIARIO "EXPRESO"

“Serrano nunca bueno, si bueno nunca perfecto, y si perfecto siempre serrano”, dice una nota del diario Expreso publicada el día 11 de enero acerca del ex presidente Alejandro Toledo.




Y es que al Perú le chorrea el racismo por todos lados, desde las chicas escort de "Aisha" que miran por sobre el hombro (y explotan) a sus empleadas domésticas, pasando por los periódicos chatarra (y los libelos "históricos" como La Prensa, la misma que insultaba de "zambo jetón" a Echenique y que arremetía contra los de "color humilde") o los canales de tv y sus programetes racistas, incluida toda su publicidad vomitiva y denigrante. Y ni qué decir de nuestros pensadores, acaso Alejandro Deustua (ese seudoteórico de la dizque educación) no decía que el indio era una máquina incapaz de aprender nada y a la que había que explotar sin piedad (ahí tienen la base de este bodrio "neoliberal" peruviano que tarde o temprano nos arrastrará al abismo). El principal benefactor de la Universidad Católica, José de la Riva Aguero, decía que el indio vivía en permanente estado de hostilidad y venganza, y casi lo mismo pensaban Víctor Andrés Belaunde, Francisco García Calderón y el fascista Honorio Delgado.
Lo curioso de todo esto es que A. Toledo es un homúnculo miserable por donde se le mire (el mismo David Waisman lo ha acusado de insultos), al igual que su esposa, la judaica Eliane Karp que imploraba hipócritamente a los apus para que elijan a su "cholo sano y sagrado" mientras decía "pituquitos", "limeñitos", "blanquitos", etc., etc., y demás insultos oprobiosos y racistas que nadie se encargó de objetar. El racismo del diario Expreso es el racismo de la burguesía, de los señores feudales, de los que enrejan sus casas y construyen universidades para que sus hijos puedan mandar o largarse a europa  o USA. Toledo no es más que un felipillo al igual que todos los que se rasgan las vestiduras por un asunto que tiene más que ver con la historia y la economía; por ello, Atusparia y Uchcu Pedro se levantaron en el Callejón de Huaylas, y, por eso mismo, a uno lo envenenaron y al otro lo fusilaron.




1 comentario:

Fabián dijo...

No la vomitaré,por que lo he pensado antes. La Verdadera Historia del Perú(nombre de una publicación de Nicolás Yerovi) está aún por escribirse. Cuando se escriba esa historia, muchas calles tendrán que cambiar de nombre y la familia de muchos "vacancitos" sólo les quedará avergonzarse de sus antepasados y también de los que todavía estan "vivos"
Fabián.