domingo, 29 de diciembre de 2013

'MATAGENTE' Y VINCENT CASTIGLIA


Muchas gracias al laureado escritor Pedro Novoa por esa vinculación de plasma y feroz urdimbre entre Atoj ('Matagente') y un genio como Vincent Castiglia que pinta con líquido arterial, y a quien, con mucho gusto, le donaría un litro de mi sangre.

Aquí la reproducción del post de Novoa: 




La saliva en el suelo nos muestra el cristal de su desnudez. Un hilito de sangre alimenta su cuerpo de formas atropelladas. La loseta del suelo pareciera que la rechazara en su morfología de emplasto inservible. Y es como si se movilizara en esa superficie la calma, el dolor, la náusea, reptando la saliva hacia todas partes como si intentara tragarse al mundo. Abriéndonos sus fauces, mostrándonos los dientecitos cariados, su negra cualidad de infectarnos con sus gérmenes de la muerte, mientras la loseta se defiende cerrando sus poros a la adversidad. Y los globitos se aglomeran, se hinchan como levaduras fantásticas. Y la saliva muestra sus músculos obtusos, su cabeza esponjiforme, sus extremidades acuosas, su fuerza proviene de la boca madre, abortiva eyección del pensamiento; pero la saliva no le debe nada a nadie, es una e indivisible, sus pequeños hijos la admiran y ofrendan sus cuerpos para que la saliva cumpla con su objetivo. Y su objetivo es el hombre, su dios, su mundo, sus problemas. Y la saliva ya tiene un brazo metido en el mundo, está mordiendo la piel del planeta, conectando su arteria, inyectándonos su materia amarilla. Y el hilito de sangre empieza a palpitar. Y se abre el único ojo de la saliva. Y otro brazo nos tiene paralizados. Y el pecho de la saliva se infla, está creciendo rápidamente. La saliva es una ameba gigantesca que amenaza con reventarse. Y ahora el hilito de sangre es un corazón que palpita en su interior. Y una mosca vigila desde arriba (la mosca sin patas). Y la materia amarilla se desparrama a los costados. Y un hombre está tosiendo y salen de su boca ejércitos de saliva. Y cuando ya no puede más la saliva mayor. Y revienta en mil pedazos. Y vuela su cabeza esponjiforme. Y caen sus extremidades acuosas. Y brinca su blando corazón saltándonos al rostro. 




Texto de Rodolfo Ybarra, Matagente. 
Pintura de Vincent Castigliaa, pintor estadounidense que usa sangre humana en sus cuadros.

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