domingo, 3 de agosto de 2014

MI 'COLUMNA PIRATA' EN LA REVISTA LIMA GRIS DE ESTA SEMANA: "CON EL CULO EN LA CABEZA".

CON EL CULO EN LA CABEZA

A vuelo de pájaro y en formato “sancochado” con aceite de oliva:

I

Este mundo está de cabeza, al vesre o, como diría mi amigo, el novelista Manuel Rilo: Contraeltráfico. En algún momento, todo perdió su sentido real y empezamos a caminar patas arriba. Por eso, los padres, para saber de sus hijos, lo hacen a través de una pantalla de televisor, e incluso hay colegios que están colocando camaritas en las aulas, a lo “Gran Hermano”, para monitorear a los “educandos”, seguirles los pasos con “gepeese”, endoscopias o métodos invasivos, etc. Los amigos son amigos a la distancia aun cuando estén sentados uno al lado del otro.

Hasta el amor es por computadora, por Facebook o por Skype, la utopíade Miguel Ríos, y el Yo, robot, de Asimov, se hizo realidad. Al parecer, ya nadie necesita a nadie: hasta las muñecas inflables sobran y los dildos o lo juguetitos sexuales ya no se llevan en las carteras o en los bolsillos del pantalón (se quedaron para siempre en los baños, junto al jabón y al papeltissue), y el camino al éxito es tan simple como exponerse al público enreality shows o en programas “en vivo y en directo”, donde la privacidad se ha perdido para siempre y ha dado paso al morbo en toneladas métricas y hasta la saciedad. Por eso, la hija putativa de esta época es la pornografía triple equis y el brutal valetodo, a punta de puñetazos y llaves rompehuesos, porque todo es excitante ad nauseaum y, a la vez, contradictoriamente, nada es excitante, como una patada en la ingle, un dolor de muelas o una escarificación tribal, tal y como se muestra en elunderground y soft-sórdido programa Tabú de NatGeo. Y, pues, la magia del sexo es un ejercicio de rutina como palmear una chuleta o cachetear un trozo de bife. A fuerza de tanto exponerse a la luz, se velaron las imágenes, las fotos se despintaron, perdieron su interés, y cada vez más es mejor el solipsismo, el onanismo y la paja triunfadora con guante de cota de malla y siempre mal vista, aunque muy bien practicada y a escondidas.
Ni qué decir de las top models, los jugadores de fútbol o las estrellas derock, confundidos entre casanovas, priapicos y ninfómanas: todos ellos son famosos y han alcanzado un estatus económico y “sexo aspiracional” (son los que tod@s desearían tener en la cama), gracias a sus particulares y bajoventrales talentos; “coitotécnicos” los llama un viejo carcamán de la televisión; cuestión que nadie critica y que todos aceptan en posición de rodillas, veinte uñas, solo que lo acromegálico de esta paradoja puede decirnos que ya nadie necesita leer un libro o dedicarse a alguna especialidad médica, científica o artística para alcanzar algún tipo de reconocimiento, validación o justificación en esto que llamamos “vida” o simulación de vida. Lo más fácil es, si eres mujer, ponerte un montón de siliconas; y, si eres hombre, aprender a patear una pelota. Y, si eres dotado por la naturaleza y/o atrevid@ a lo Nacho Vidal o a lo Silvia Saint, puedes intentar acortar distancias con la fama-cama y lograr éxito, realización profesional y una buena cuenta bancaria.
Mientras tanto, mientras llegas a ser mujer u hombre o LGBT, chateas, juegas Buggle, Pudding Pop, Monster Legends o Candy Crush; montasskateboard, bicicleta o monociclo, practicas downhill, o te haces el huevasbuscando empleo con tu Comercio bajo el brazo o tratando de entrar a la universidad a los cuarenta años para parasitar un tiempo más, viviendo de tus padres, tus abuelos o del vecino hasta que puedas vivir de tus hijos o de tus nietos, como dicen los punkekes; igual la fábrica y los oficios manuales esperan. Las fábricas seguirán devorando esclavos. Las minas seguirán devorando a los topos-mineros. La burocracia seguirá devorando a los oficinistas-robots, etc. Igual el mundo seguirá siendo el mundo de cabeza.
Y eso es lo lógico de lo ilógico, porque vivimos la lógica al revés, en donde la mujer perfecta es un hombre y donde mujeres sin tetas y con pectorales y bíceps pueden seducir a millones de féminas al modo de El perfume, de Süskind. O quizás, como en el caso del yugoslavo Andrej Pejić, puede hacer de hombre o de mujer si se lo piden, solo si se lo piden y le pagan bien. (Mihermano putativo y ladygaguista Richard Torres sabe bien de esto). La cultura unisex, un invento de las patronales para uniformizar las conductas, es pan de todos los días. El andrógino de Platón se ha visto realizado. Almodóvar baila en taco aguja y Freddie Mercury se revuelca en su tumba al costado de Rudolf Nuréyev y Rock Hudson: “We are the champions”. Mientras tanto, aquí, en el planeta chatarra: Chicho Ferrando, el peinador Carlos Cacho y los concursantes de Combate y Esto es guerra no dejan de celebrar en Eisha o en “discotecas de ambiente” (¿ambiente de qué?), donde es casi ilegal no pensar en divertirse o juerguearse hasta morir. Si eso es lo único que importa en este mundo de cabeza o con la cabeza en los genitales, ¿acaso el lingam no es también un dios, al igual que el dios Min y Príapo?

II
Hay un avión Concorde que te lleva de París a Nueva York en cuatro horas y, si quieres o, mejor dicho, si puedes pagar, puedes darte un viajecito alrededor de la Tierra o la Luna, tal y como hizo un multimillonario ruso hace unos meses. Seiscientos millones de dólares le costó el paseo por Neverland, el éter de los gnósticos. Dicen que la Luna ya está parcelada y, en unos años, se empezarán a construir los primeros resorts. Jimmy Carter, John Travolta y Tom Cruise, entre otros, ya tienen sus chacras lunares, susmoon-Shangri-Las, las mismas que vigilan con telescopios desde la Tierra. Mientras las convocatorias para los primeros colonos a Marte se repletan de postulantes sin retorno: todos morirán allá o en el camino, igual ya son cadáveres espaciales. La muerte también puede tener fines científicos y quizás por eso nuestro otrora mártir de la medicina, José Faustino Sánchez Carrión, se inoculó la humilde y fea verruga; y claro que hay científicos másnice que están revolucionando las cirugías estéticas trabajando con animales al estilo antihipocrático y hasta haciendo trasplantes de corazones de cerdo en humanos, como se está haciendo en China y Europa. Y, claro, cómo no, la ultramoderna impresora en 3D puede construir un cerebro idéntico al original y duplicar por igual a una rata o una metralleta rusa Kalashnikov.
Pero no nos alejemos de nuestra realidad interestelar. ¿Acaso en el Perú no estamos en la Luna? Aquí, en Cañete, un globo aerostático te podía llevar al infierno, sin pasar por el purgatorio, por menos de trescientos soles, y así lo hizo hace poco, cayendo en el mar y ahogando a uno de sus tripulantes. (Mis amigos Carlos C., Victoria G., Ker V., Katalina R. y yo nos quedamos con las ganas). El bendito ovovehículo ledzepelliano no tenía ninguna licencia y estaba funcionando a prueba: las vidas humanas no valen nada en estas tierras del Señor. Las tragedias, como en los países bárbaros, dan origen a las leyes y a los ordenamientos urbanos. ¿Cuándo ha funcionado de otro modo?
Estados Unidos tiene su Hollywood, pero la India tiene Bollywood (20 millones de hindúes van diariamente al cine a ver puras coreografías) y, en el Perú, donde todo lo copiamos mal, existe un virtual world llamado “Chollywood”, en el que el rating depende de cuán “infiel”, “patán”, “puta” o “maricón” seas. Y, como dije, aquí no tenemos que viajar a ningún lado. Lo curioso es que, como los escándalos venden, ahora se alquilan enamoradas o enamorados: pagas una buena suma y te dejas fotografiar, con el contratado, para ser parte del cuchicheo de la prensa, radio, radio-bemba, televisión, internet. Y, listo, imagino que no están contemplados los ingresos a hoteles, sexo al paso o en el carro. Deducimos que eso corresponde a otra tarifa. (Esta noticia es cierta y comprobada, me la contó un viejo amigo que labora en televisión, en tráfico de Frecuencia Latina). Lo otro es un asunto de las prostivedettes y de los chulos o fletes, que ya no son noticia para nadie.
De otro lado, para los que queman energía y necesitan recuperarla: en Indonesia comen perro, pero, en Cañete, Chincha, El Carmen y Tambo de Mora, se come gato con frejoles, yuca, una guarnición de arroz y tu salsa criolla. China come ratas, y aquí comemos cuy, lo que para muchos europeos es un horror, porque consideran al cobayo como una tierna mascota. (En Los Simpson, muestran al cuy como si fuera parte de la familia: pasea y retoza en la sala. ¡Bah!). Aquí nos comemos hasta al Cuy Mágico. En varios chifas de Lince, te dan gato por pollo y está prohibido quejarse por el “reciclaje” o “langoy”, siempre muy taipá y con repetición, y refrescos con colorantes artificiales. Vamos progresando en cuestión de gastronomía, gas metano y bomba de protones estomacal. Acuérdense de la teoría que dice que los dinosaurios se extinguieron por sus propias flatulencias. (Y acuérdense de que, en los casquetes polares, se sigue expulsando peligrosamente metano de las profundidades debido al calentamiento global. La Tierra sufre de dispepsia estomacal. La Tierra va a estallar). Solo esperamos que la tifoidea, el cólera o la Escherichia coli no nos levanten en peso por meteorización y que nuestros organismos se vuelvan cada día más fuertes y resistentes, pues veneno que no mata engorda; al menos eso dice la máxima nietzscheana. El primer y último postulado tiene que empezar por la negación del superhombre.

III
Hay “bombas limpias”, o “bombas de vacío”, inventadas por los rusos, que matan en silencio, sin ensuciar las ciudades; mueres y después pueden recoger tu cadáver junto a los desechos, a la basura, como los fetos del “control natal” en la China industriosa o como los bulldozers que levantaban en peso los cadáveres de la Alemania nazi. Las vacunas contienen timerosal, aluminio, arsénico, plomo, cadmio y demás metales pesados; sanan, pero enferman: causan problemas respiratorios, retraso mental, mal de Asperger, autismo, idiotismo, etc. Igual pasa con los medicamentos, en su mayoría derivados del petróleo o del plástico, condenando a los pacientes a una muerte lenta, inexorable y cruel. Y quizás por eso hay más armas en el mundo que habitantes; hay suficiente armamento para volar el planeta varias veces con la Luna incluida, y hasta Marte y Mercurio pueden ser víctimas de nuestra piromanía. Eso sin contar que la Luna también estuvo a punto de ser bombardeada durante la guerra fría: Estados Unidos quería demostrar su poderío a la ex Unión Soviética devastando nuestro único satélite natural, tal y como se afirma en el Proyecto A119, ideado en 1958.
Este es el Nuevo Mundo, el mundo de oropel, cáscara de plátano y eufemismos, donde comemos chocolate que no es chocolate, yogur que no es yogur, queso que no es queso y miel de abeja que no es miel de abeja, por poner solo unos ejemplos; puros saborizantes, pura tartrazina, aspartame y demás cojudezas con sabor a azúcar. Por eso hay Coca-Cola “Zero” dulce, pero sin calorías; tortas, pasteles, queques, panes, panecillos, turrones y galletas sin calorías y especialmente diseñados para diabéticos u obesos mórbidos. (En el mundo, hay en la actualidad más de mil millones de obesos y una de cada tres personas padece de sobrepeso). Asimismo, hay comida especial para cancerosos y comida para anoréxic@as y bulímic@s. Todo es bamba, chimba y chueco. En China, hasta las piedras las hacen de plástico, polietileno y poliuretano. Incluso los tomates se cosechan de forma cuadrada para ahorrar espacio y facilitar el transporte. En Disneylandia, se exponen sandías con la forma de la cabeza de Mickey Mouse y hay limones del tamaño de zapallos y frutas sin pepas y hasta sin cáscara. Y, claro, fruta enlatada o licuada, que no es fruta, pero que tiene el color y el sabor. Asimismo, las mineras, esos centros hediondos y contaminantes, son ahora los nuevos instrumentos del desarrollo, no importa que arrojen anhidrido carbónico o que rellenen los ríos con relaves de sulfuro, cianuro, cobre, zinc, cadmio, plomo, arsénico, etc. “Minería responsable” le llaman ahora. Total, el pacto internacional para preservar el medioambiente se firmó en Kioto en el Japón, y el Japón no firmó.
Hay marxismo sin Marx y capitalismo sin capital, y algunos dicen que no hay imperialismo, pero sí hay imperio o al revés (planteado por el célebre magnicida Toni Negri). Y los punks y anarcopunks ahora pueden comprar su ropa en Saga Falabella. Los metaleros del Brasil pagan grandes cantidades por ropa ensangrentada o con agujeros de bala, no les importa si son de civiles o de militares, todo vale para la moda que-ya-no-incomoda. Incluso los indigentes son ahora objeto de observación por los grandes modistos, que han inventado al joven hipster, antisistema con tecnología, iPad, barbita, cabello crecido, zapatillas Nike, New Balance o Reebok, pero sucias; eso sí: nada tiene que notarse nuevo; incluso el jean ya se vende roto y con manchas de lodo. Hay de todo y para todos. Las mujeres que le tienen miedo a las cirugías o a la medicina invasiva; pueden comprarse calzones con nalgas de dunlopillo o pantalones levantapompis. También se venden brasieres con senos incorporados o con push-up, y todo lo que puede maravillar la vista o sugerir erotismo a cualquier precio. Y, por ello, el perfume con olor a menstruo ya salió al mercado. Ni siquiera la poderosa pusanga le puede hacer frente. Ah, también existen los correctores de plástico para respingar la nariz; te lo pones y listo.
Hoy por hoy, la muñeca Barbie tiene a su homóloga en mujeres de carne y hueso (aunque más lo segundo que lo primero), personalidades tan vacuas y vacías que intentan convertirse en idiotas porque suponen que la belleza es sinónimo de no pensamiento, como un papel en blanco o como si solo la forma fuera ya el fondo, tal como en el caso de la californiana Blondie Bennett, que se ha sometido a infinitas cirugías y a largas jornadas de hipnosis, tras pagar miles de euros para anular la poca inteligencia que le queda. Y, cuando se le pregunta por qué hace eso, la respuesta no se deja esperar: “He tenido veinte sesiones de hipnoterapia y me he empezado a sentir completamente idiota y confundida todo el tiempo. La gente me pregunta por qué quiero ser Barbie. ¿Quién no quiera ser como ella?”, dice. Y, claro, cómo no, también existen los Kents al natural, hombres o simulaciones de hombres con implantes de músculos; para qué van a hacer ejercicio si se lo pueden poner como prótesis o como relleno debajo de la piel. Y también están los rostros esculpidos con láser o cincel y martillo. Y así ya nadie envejece: los rostros se petrifican, se congelan, se sostienen a puntadas con hilo detrás de la nuca o con litros de Botox y cirugías permanentes, cirugía de la cirugía, remangando el pellejo hasta tensarlo como un tambor, y dan forma a esos rostros de palo, caras que no lloran ni sonríen, no aman ni odian. No pueden. Pero qué importa: ahí está la máscara, la perfección de la imperfección, el personae griego mirándonos de frente.
La utopía del hombre es convertirse en hombre. Nadie entiende ese aparato jurídico heredado de los romanos. La democracia es una trampa. La ley del más fuerte o ley de la selva es lo que prima. Las religiones funcionan como centros de destazamiento mental; la jibarización y los reductores de cabeza, a la orden del día; sin embargo, el verdadero dios es el dinero: sin dinero no se puede hacer nada, ni siquiera pensar, mirar el mar, tener enamorad@, espos@, amig@os o siquiera una vida (los urban forrest, que viven de espaldas a la sociedad consumista y rebuscan su comida y su ropa en los rellenos sanitarios, están poniendo a prueba esto último: vida; ¿qué es la vida?). Y así como la alquimia dio origen a la química, el “análisis de la riqueza” (Adam Smith) engendró a la “economía política”. Diógenes, el Perro se hubiera vuelto a morir mil veces, porque aquí todo cuesta y se tiene que pagar peaje y todo tipo de tributación: al que más gana se le descuenta menos y al que menos gana se le arranca hasta los calzoncillos y las medias. Y la ley sigue siendo la ley. Alguien se ha preguntado por qué causa, razón o circunstancia la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 25o, dice que todos tenemos derecho a una vivienda digna y, sin embargo, pocos son los que pueden comprarse una “vivienda digna”. Ni siquiera el seudoboom de la construcción por estos lares ha servido para paliar esta necesidad natural desde que el hombre logró posesionarse de una cueva para protegerse del medioambiente y los depredadores naturales. Quizás por ello nuestra Constitución Política de 1993 ni siquiera consigna el derecho a la “vivienda digna”. Los homeless, los desarrapados y los mendigos tienen derecho al odio.
Y es que vivimos los tiempos en que todo puede ser tergiversado, interpretado a favor o en contra; las definiciones correctas no los da la Academia de la Lengua, sino la crematística y el poder. Por eso, un país opresor puede invadir y bombardear a otro pueblo y después hablar de “paz” y “daño colateral”. (El mejor ejemplo es Israel verdugo de Palestina). Un monje budista puede ser considerado un terrorista; y un campesino, un enemigo del orden. Ahí tienen a Obama como premio Nobel de la Paz, al lado del otro psicópata y asesino: Henry Kissinger. Las definiciones sobre política internacional las elabora la CIA; y los estándares de vida, incluida la canasta básica familiar, los elaboran los mismos empresarios; ellos establecen la pitanza, son los nuevos capataces de este mundo de cabeza. Y el desarrollo de un país se puede medir por la cantidad de celulares (tal y como hizo por aquí el grotesco genocida Alan García). El malabarismo verbal es el do de pecho de estos tiempos. Todo se puede sostener desde cualquier lógica, incluso la inventada al gusto del cliente, pues la verdad es “relativa” o se estira como un chicle, que solo tienes que mascar, crear un globo o bluf y escupirlo en el rostro del receptor. Y, si no te entiende, pues a la mierda. Las patadas también hablan. Y las armas hablan mejor: ahí tienen a Ucrania, Iraq, Irán, Siria, Kuwait, África o lo que queda de ella, etc.
Ahí tienen el mundo con el culo en la cabeza
Namaste.
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Author: Rodolfo Ybarra
Rodolfo Ybarra
Rodolfo Ybarra. Ha estudiado matemática pura, física, electrónica y comunicaciones. Ha publicado una veintena de textos entre novelas, cuentos, poemarios y ensayos. Ha dirigido un programa de televisión de contracultura y política, y editado revistas y fanzines. Se expresa también vía el vídeo y la música. Desde el 2007 maneja el blog www.rodolfoybarra.blogspot.com.
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3 comentarios:

inDiios dijo...

es muy cierto lo que dices bro, lo que sucede es que la gente pasa de todo, creo que cada uno ve como enemigo a otro, desde el arriador hasta los arriados, TODOS CON EL CULO EN LA CABEZA.

Lo ultimo que dices del hijodelagranputa de alan es otra verdad...
Muchos Saludos, es deputa madre que halla gente que se moje, en estos tiempos nadie se quiere mojar con na... un Fuerte abrazo Rodolfo.

RODOLFO YBARRA dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
RODOLFO YBARRA dijo...

Compagni avanti alla riscossa, bandiera rossa, bandiera rossa.

Slds.

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