domingo, 17 de agosto de 2008

"EL VANO OFICIO DE CRITICAR SIN LEER", artículo de Rafael Inocente



El novelista Rafael Inocente, me envía -con carácter de urgente- el siguiente artículo, el mismo que está siendo posteado en otros blogs de carácter independiente. Aquí el artículo en cuestión:

Alguien dijo que el propósito último del arte es intensificar y exacerbar la conciencia moral de la gente. En particular la novela, la buena novela, tendría este efecto catártico, pues sería la forma más inmediata e insoportable de arte. La lectura de una buena novela nos cambia la vida. Sé de matrimonios que se han disuelto porque alguno de los cónyuges leyó cierta novela y decidió que la vida del personaje era más interesante que la suya propia. Puede entonces resultar doloroso leer una buena novela. Por eso pienso que para evitar este doloroso trance, Iván Thays no ha leído las ficciones de Gutiérrez, lo cual es decisión absolutamente personal de Thays, a fin de cuentas cada uno lee lo que le da la merecida gana. Pero pontificar de algo que no se ha leído, eso si tiene nombre propio.

El sentimiento inicial que experimenté al leer el artículo de Thays referido a la reedición del ensayo de Miguel Gutiérrez, La Generación del Cincuenta: un mundo dividido (Arteidea Editores, 2008) ha sido de sorpresa. No es que fuese inesperado el rechazo de un ensayo como el de Gutiérrez, rechazado ya y vilipendiado hasta el escarnio por distintos sectores, más notoriamente por la derecha liberal más ultramontana. Lo que me ha causado desconcierto es el subjetivismo y el desconocimiento de la obra de Gutiérrez de los que hace gala un literato considerado una joven promesa de la narrativa nacional.

Recuerdo que cuando cursaba el segundo o tercer ciclo de Biología en la Universidad Agraria, ávido de encontrar autores peruanos de posición honesta y valiente respecto a la putrefacción social que vivíamos por aquellos días, indagué con varios profesores de los distintos cursos de humanidades que se estudian los primeros ciclos universitarios. Desgraciadamente, la Agraria degeneró en cuanto a formación humanista desde la época en que suicidaron a Arguedas y yo estaba hastiado de tanto escritor onanista y huelepedo que cundía —cunde aún— en nuestro medio. Inquirí más detenidamente y surgieron algunos candidatos, refrendados por las voces de un par de profesores de la Universidad cuyos nombres prefiero mantener en reserva. Uno era un sociólogo con pinta de jipi reciclado, excelente profesor y amigo de los alumnos y sugirió vivamente leer a Miguel Gutiérrez, pero no solamente sus ficciones, si no además, dijo, su valioso ensayo La Generación del Cincuenta. Otro profesor, un delicado poeta que escribe en runasimi y en castellano, coincidió plenamente con el sociólogo neojipi. Debía leer a Miguel Gutiérrez.

Como mencioné, yo me encontraba empachado de aquella pléyade de escritores y poetas delicatessen con los que nos habían bombardeado en el colegio y tampoco me tragaba como muy cierta aquella vieja dicotomía entre poesía pura y poesía social. Estaba seguro que cuando un escritor o un poeta eran realmente buenos, lo eran en ambos registros. Allí estaban Vallejo, Balzac, Neruda, Víctor Hugo. Éramos, pues, un grupo de candidatos a agrónomos, biólogos, zootecnistas, forestales, prestos a salir a los campos pero no sólo como vendedores de paquetes tecnológicos de las transnacionales o plomizos funcionarios de algún ministerio, si no como reza el lema de la Universidad, deseábamos cultivar al campo, pero sobre todo al hombre, como intentó hacerlo aquél ingeniero agrónomo llamado Antonio Díaz Martínez. Por aquellos años, circulaba en fotocopia entre quienes llevábamos cursos de extensión agrícola, el libro Ayacucho, hambre y esperanza (Mosca Azul Editores, 1969, segunda edición 1985), un hermoso e implacable ensayo en el cual Díaz Martínez denunció el latifundio, las relaciones de servidumbre feudales y el gamonalismo enseñoreados en aquellas tierras, como declama en el poema inicial “Campesino hermano/tu hambre, / me duele en las entrañas; / tu sed, /la siento en mi garganta; /…” Cuando se publicó en el 1969, este libro fue recibido con calidez por estudiantes de extracción campesina, por profesores, por universitarios ansiosos de conocer una palabra alternativa al discurso hegemónico, pero además —al igual que La Generación del Cincuenta— el libro fue demonizado por la crítica académica y suscitó el odio de gamonales y letratenientes de la sociología que achacaron a Díaz Martínez escribir desde una posición doctrinaria. De manera anecdótica, se cuenta que por los 70, un latifundista serrano vociferaba por calles y plazas que mataría a Antonio a balazos. En el 1986 Antonio Díaz Martínez fue asesinado en el penal de Lurigancho junto a cientos de presos políticos, entre quienes se encontraban también Vilma Aguilar y Carlos Ayala Aguilar, esposa e hijo de Miguel Gutiérrez. Hoy, años después de aquella matanza, la investigación judicial no llega todavía a ningún resultado público.

Y fue precisamente un antiguo alumno de Zootecnia, conocido como el Abuelo Neper, quien había compartido aulas con Antonio Díaz Martínez, el que me prestó para fotocopiar —ya por el año 89 resultaba imposible conseguir algún ejemplar de La Generación del Cincuenta— el que considero tal vez el mejor ensayo que se haya escrito sobre una época del proceso literario peruano. Pero no sólo eso, pues para quienes teníamos ambiciones literarias aquél libro significó ante todo una deliciosa crónica de la vida cultural, política, social y bohemia de una generación determinante en el devenir de nuestra patria y un contundente mentís a quienes venían arrogándose la representatividad de la literatura peruana.

Todos estos recuerdos han venido a mi mente al leer la sarta de falsedades que le endilga Thays a Gutiérrez respecto a la calidad de su obra y su consecuencia de vida. Afirmar muy suelto de huesos que los personajes de las ficciones de Gutiérrez son “estereotipados” y “convencionales” refleja escandalosamente que Thays escribe porque se levantó y descubrió que se le habían caído más pelos de su adobada peluca y ni siquiera se permitió hojear alguna de las tantas novelas de Gutiérrez, muestra de manera flagrante su mezquindad frente a la obra de un escritor que viene siendo reconocido tardíamente por su extraordinaria e inocultable calidad literaria. Un muchacho como Martín Villar, abrumado por un mestizaje violento e irresoluto y que a pesar de ello lleva a buen término la novela que anima su vida, un doctor Gonzáles cuya grandeza refleja al individuo pero también al científico esforzado y pedagogo, un Padre Azcárate, rebelde en Barcelona y Piura pero siempre atormentado, un Odar Benalcázar León y Seminario, hacendado piurano proveniente de un linaje bastardo, una Sacramento Chira, matriz que da origen a la estirpe de los Villar, acaso un tributo a la sangre tallán de José Carlos Mariátegui Lachira, un Bauman de Metz, ubicuo y múltiple, una Primorosa Villar, bella y turbadora, una Xóchitl incestuosa pero sin mala conciencia, el viajero narrador de historias a un auditorio políglota en la China post revolución cultural, son todos personajes complejos y consolidados, no podemos considerarlos estereotipados y convencionales como pretende hacer creer Thays. Podría seguir recordando más personajes de la vasta obra de Gutiérrez, mas se que sería inútil. Thays va a la lectura de Gutiérrez como lo haría Alonso Alegría, ofuscado por sus prejuicios (”…pues supongo que la Cámara Peruana del Libro sabe distinguir entre el literato y el senderista, pero yo no puedo. Para mí, lo que escribe un senderista jamás será buena literatura. Es un defecto que tengo, qué voy a hacer” Dos preguntas cargosas para Miguel Gutiérrez, Perú 21, 29 de julio 2005). Para Thays, en su obnubilación individualista, no tiene cabida la superestructura ni el colectivo humano y todo lo que suene a social será doctrinero, panfletario y maniqueo. Comprensible entonces que la obra de Gutiérrez, surcada transversal y semánticamente por los conflictos étnico-sociales de un país-corral-de-chanchos nacido de una violación histórico-social le resulte insoportable. Tal vez a Thays y sus amigos le agraden más las ficciones que ensalzan un mestizaje ideal, la aculturación o la integración hacia proyectos nacionales sustentados en premisas unilaterales y pretendidamente civilizadoras. A fin de cuentas, acorde con los aires actuales de globalización cibernética y económica y crisis de los estados nacionales (¿o más bien reafirmación?), Thays admira aquellas obras en donde la exaltación del individualismo liberal se hace sin atenuantes.

Miguel Gutiérrez es agua clara en La Generación del Cincuenta. Transparente y líquido. Las bases teóricas, el rigor metodológico y la honestidad le permitieron generar planteamientos literarios y propuestas ideológicas con una fluidez tal que siguen desmelenando a los figurones de los sectores tradicionalmente reaccionarios. Aunque no exento de las incidencias propias de la subjetividad de una época, tal vez la más difícil de la historia del país, La Generación del Cincuenta continúa siendo un ensayo brillante y controversial, grato de leer, pero sobre todo desmitificador de la imposición que un grupo social intentó asignar como verdadera para toda la sociedad y la literatura peruana en particular. Eso es lo que ha enronchado a los integrantes de la llamada secta y es lo que no se le perdona a Gutiérrez. Más aún, lo doloroso para estos señores es la calidad literaria alcanzada por Gutiérrez, calidad considerada en el doble sentido de representación, estética y política. Para coronar la sordidez del artículo, Thays lanza alevemente un arma arrojadiza, intentando mancillar la vida privada y la consecuencia de un contador de historias que sigue viviendo modestamente en una casa sencilla como siempre lo hizo, sin figurar como escritor-estrella-del-rock, sin percibir ingresos del estado, ni prebendas ni mermelada alguna.

Ni concesivo ni arrugador, Miguel Gutiérrez se leerá más y mejor cada día, dejando en evidencia que desde esta tierra es posible descolonizar la ficción y la crítica y hacerlo con honestidad y rigor intelectual, sin dejar por ello de ser ameno.

¿Se leerán las novelas de Thays en el milenio que inicia? No lo sabemos. Pero, si como él vaticina —en coro con el Discovery Travel & Living— acerca de la existencia de artefactos anacrónicos en los países ex comunistas, no nos sorprendamos si nuestros nietos nos regalan con La Disciplina de la Vanidad adquirida a precio de huevo en una cachina de tiempos futuros. Eso si sobrevivimos al segundo gobierno aprista.


Rafael Inocente


Agosto 16 del 2008

46 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Leo Zelada dijo...

Respuesta a Rendón,

Publique mi replica en el blog de Ybarra porque todo el día Sábado no lo público en su blog. Y lo de Sanmarquino exitoso, era obvio que era irónico y que lo hice porque amenazo con no publicar mis mensajes. Pero no se preocupe no visitare mas su espacio. No me interesa. Solo intervine ahora por la alusión directa suya.
La historia de mi Seudónimo está en mi blog y es mejor no refrescar la memoria, porque sus amigos pueden continuar con su cacería de brujas. No le voy a dar esas armas.
No soy humalista, así que búsquese un nuevo adjetivo para tratar de ocultar lo obvio: su naturaleza déspota y elitista.
Ahora la chacra de los señoritos son sus blogs. Qué ironía.

Anónimo dijo...

Oe Leo deja de joder con eso de Rendón, que el tema es Gutiérrez no tú, cuya vida y obra a nadie le interesa...

Leo Zelada dijo...

Bueno creo que ese anonimo lo ha escrito Faveron o sus secuaces.

Anónimo dijo...

lo he escrito yo imbécil que no conozco a faveron y sus secuaces.

pregunto: por qué no usas tu blog para tus delirios, dejános el blog de ybarrita limpio de tu presencia o mejor dicho de tu anómala existencia.

"El Ladrón doblemente armado" como te gusta.

Leo Zelada dijo...

Que valientes se vuelven los que esconde la cara no?

Anónimo dijo...

Deja de joder oe platanito Grajeda que si no te vamos a orinar la cama como esa vez en la casa del Nico Eutanasia. Cuando te echaste pensaste que estabas en una piscina, sonso. Y te meamos por arribista, que es lo que has sido toda la vida desde cuando te pegaste a los subtes.

Rafo deformal
condorillo
Y yo Memo Eskoria

Anónimo dijo...

LEAN CÓMO LA SECTA SE UNE Y CIERRA FILAS EN TORNO A THAYS. ESTO HA PUBLICADO OVIEDO EL DÍA DE AYER DOMINGO 17 DE AGOSTO EN EL COMERCIO:

"Todo comenzó cuando en su columna de "La República" Abelardo Oquendo hizo un paciente y razonado recuento de los poetas y narradores que figuraban en mi libro desde el siglo XIX hasta hoy: 30 poetas y 21 narradores, cómputo que yo mismo ignoraba. Eso coincidió con un comentario bastante crítico de Iván Thays (El Dominical, 3 de agosto) a la reedición de un ensayo de Miguel Gutiérrez -con quien yo había polemizado hace un tiempo- sobre la generación del 50.


Pronto los dos asuntos confluyeron en una serie de ataques, condenaciones y denuncias de mi presunto "canon", visto como una turbia maniobra para desterrar del paraíso literario a los escritores que no me gustaban. El más estridente fue César Hildebrandt, quien, con su santo furor inquisitorial de siempre, nos atacó, por distintas razones, a Oquendo y a mí. Y luego volvieron a aparecer en el horizonte los amigos, simpatizantes y admiradores de Gutiérrez, que no querían perder la oportunidad para señalar que su exclusión y la de otros de su grupo Narración era una forma de venganza ideológica, para lo cual reactualizaron un viejo y largo memorial de agravios. Creo que el público lector merece unas cuantas aclaraciones."

Sanmarquino ilustrado

Anónimo dijo...

SIGUE OVIEDO:


"Por último, en un artículo publicado en "Perú21", Juan Morillo atribuye la ausencia de Miguel Gutiérrez y otros del grupo "Narración" a mi negro resentimiento y rencor ideológico porque, hace varias décadas, me abstuve de contestar una encuesta de la revista homónima, en la que mi nombre apareció al lado de "una ominosa franja en blanco", humillación de la que habría querido vengarme ahora. La teoría es psicológicamente interesante pero tiene el defecto de ser falsa: de esa pequeña anécdota no guardaba ningún recuerdo, aunque ellos la tienen archivada para usarla en una ocasión oportuna. No, la razón por la cual esos escritores no aparecen en mi libro es otra: considero que la contribución del grupo (separo de él a Vargas Vicuña) a la literatura peruana es mucho menor de la que ellos creen y que, dentro del contexto hispanoamericano, su ausencia no es nada digna de lamentar. El problema es que cultivan un concepto de la literatura tan anticuado como su nostálgica visión de una China maoísta y de una "guerra popular" que (afortunadamente) sólo existen en su imaginación, como parte de su petrificado canon personal."

Pobre señor, este si que tiene demencia senil. ESTO, SEÑORES BLOGUEROS, es una GUERRA literaria entre quienes defendemos a pie firme la buena literatura y quienes consideran desde sus posiciones académicas anacrónicas, criollas y racistas, que sólo lo que ellos olisquean tiene valor.

Cosa más grande en la vida, chico!

Sanmarquino ilustrado

Anónimo dijo...

Muy buena su argumentación, señor Inocente. No he leído ninguna creación suya, pero se de críticas muy interesantes sobre su novela.

Una atingencia:

¿Usted cree que el artículo de Thays se debe meramente a desconocimiento del tema, como usted le llama, criticar sin leer, o se debe quizá a alguna envidia inconfesable de un escritor como Thays que ya roza los cincuenta y sólo ha dado obras menores? No olvidemos que todo este debate se inscribe dentro del combate de ideas entre los mal llamados andinos y los mal llamados criollos y que se prolongará durante mucho tiempo.


Atentamente,

F. A. T.

Anónimo dijo...

Bien, Ybarra e Inocente, se esperaba ya esta carta aclaratoria a Thays. He leído lo de Oviedo el día de ayer, parece que el tío no aprende a estarse quieto. Una lástima que una persona vieja siga anidando rencores y lo que es peor, no acepte lo evidente: el Grupo Narración gravitará largo tiempo en la literatura peruana y latinoamericana, le duela a quien le duela

Basilio Auqui

Anónimo dijo...

Ayer tuve un sueño. Qué lindo que fue. Todo era bonito. Todo era bondad.

Nos tomábamos de la mano todos los escritores del país. Olvidábamos viejos rencores e íbamos juntos por el sendero de la concordia, hacia el paraíso de la fama literaria. Todos publicábamos hermosas ediciones, nos reseñaban sin mala sangre en los mejores diarios del país, los críticos sólo tenían florilegios para con nuestra obra y participábamos en recitales en el Nirvana.

Cuando me cogía (no mal entiendan) de la mano Fernando, Alonso le jaló las orejas y le dijo algo al oido. Balo y Gonzalo empujaron a Alonso y en eso llegó el otro Alonso, el alegre, a defenderlo a su colombroño, yo me sentí un poco mal porque hasta ese momento no había reparado en que el motivo de la rencilla era... nada menos que mi manita cobriza entrelazada con la de Fernando. Pero ahi mismito llegó el otro Alonso, el Rabito, y le miró feo a Fernando que tenía en la otra mano a Kikito, que a su vez se encadenaba con Renatito, Enzo, Johan y otros chicos pericos que ya ni me acuerdo.

Firme en mis propósitos de concordia, paz, amor y amistad, estreché más fuertemente las manos de Fernando mientras este me abrazaba del cuello. Me sentí ahorcado pero a la vez un dulce y extraño placer me recorrió de punta a punta.

Para suerte mía, aparecieron Héctor, Miguel, Haroldo y Leito, que eran correteados por un grupo de antisociales, resentidos y atrabiliarios , entre quienes pude distinguir a Javier, Ricardo, Rafo, Dante y Rodolfo, pero habían más muchos más, eran decenas, tal vez cientos de aborígenes los que corrían tras mis amigos.

En eso recibí un empujón brutal del poeta Haroldo y todos pasaron encima de mí. Cuando desperté, Carlitos me frotaba con un ungûento la espalda y yo me sentí el chico más feliz del mundo: no había logrado la concordia, pero había sido bonito soñar todo ello, que algún día será realidad, estoy seguro de ello, por el bien de nuestra amada patria y de la literatura peruana.

El Escritor Putito

Anónimo dijo...

la gaga cada dia esta mas calva

Anónimo dijo...

Un abrazo y un beso para Rafael Inocente, su carta es conmovedora y muy bien argumentada, aquí en La Molina, muchos estudiant@s de las nuevas generaciones seguimos con interés su narrativa.

Besitos,

G. U. B.

Facultad Agronomía

Anónimo dijo...

Los Prisioneros fue el mejor grupo de rock de los ochenta EN TODA AMÉRICA DEL SUR. Por qué no se van, Paramar, La Voz de los 80, Latinoamérica es un pueblo al sur de EU, Nunca quedas mal con nadie, Que no destrocen tu vida, La cultura de la basura y etcétera, son canciones que perdurarán en el corazón de quienes vivimos aquella época. Mientras otros imitaban escandalosamente a The Cure, The Police y a la panquecada inglesa, estos mapochos mestizos, de extracción popular, talentosos y valientes lograron el éxito masivo por la calidad de sus canciones y la honestidad de sus letras.

Si te parecieron demagógicos ese es tu problema y complejo. El chileno promedio es sumamente acomplejado, al igual que la pituquería y la pseudopituqería peruanas. Como los bonaerenses, muchos chilenos se creen la última chupada del mango porque al igual que ellos tienen mayor ascendencia europea que otros pueblos de Sudamérica.

No se trata de creerse más por ostentar un apellido indígena. El problema no es del indio, el problema es de ese grupúsculo CRIOLLO, DOMINANTE Y RACISTA que se ha hecho del poder amparados por el ejército, la iglesia católica y el estado, que es su botín particular.

Esa lucha de clases y etnias se refleja en el proceso literario y quienes han trabajado esto desde la crítica y la ficción son denominados ignorantemente como ANDINOS. De ahí el odio a Miguel Gutiérrez y a su obra, de ahí el encono contra quienes discrepan con los letratenientes, apitucados e ignorantes que pretenden imponer soterradamente sus gustos porque escriben en el decano del puterío nacional.

El debate/combate de ideas es entonces lo importante, argumentando, como tú lo haces, aunque erróneamente, sin caer en el insulto barato que sólo refleja el cacúmen de un pitecantropus.

Basilio Auqui M.

Anónimo dijo...

Buen Artículo Rafael, no le des importancia a estos adoradores del falo burgués.

Pedro Huaraca desde la Calle Real, Huancayo.

Adelante compañeros!!!!!!

BASE CENTRO

Anónimo dijo...

ESTO ES LA GUERRA POPULAR DE LOS LITERATOS, AQUÍ COMBATEN REACCIONARIOS CONTRA REVOLUCIONARIOS.
ES BUENO SABER QUE EL MIEDO SE ACABÓ. LÁSTIMA POR LOS COBARDES QUE SE ALINEAN A FAVOR DE LAS "VENTAJAS" Y MIGAJAS QUE LE OTORGA EL SISTEMA.

MI SOLIDARIDAD CON USTEDES

OXAL DURAND A. (EX-PRISIONERO DE GUERRA)
C.E. 77678943
BRUSELAS

Anónimo dijo...

inocentón web ón, por qué no te callas?

yo

Anónimo dijo...

Qué fácil mandar arengas desde el exilio.
Cárcel para Miguel Gutiérrez, Dante Castro, Rodolfo Ybarra, Rafael Inocente, Augusto Higa, Reyes Tarazona, Oswaldo Reinoso, Winston Orrillo, etc.
Qué hace la policía. Ahí los tienen.

Ezra Pound
U de Lima

Anónimo dijo...

El ingeniero Rafael Inocente (perdón por nombrar el título de nobleza, pero apunto a darles donde más les duele a quienes ya saben) es un tipo multifacético. Lo conocí hace mucho tiempo en Quilca, en esa época él preparaba su tesis sobre aves marinas. Paralelamente escribía una novela, que según me entero, ya fue publicada.

A Miguel Gutiérrez lo leo desde que inicié mis estudios en La Católica y lo afirmo sin duda: las novelas de Miguel Gutiérrez son de una calidad extraordinaria. Por qué quienes afirman que otorgó concesiones al sistema, no se preguntan dialécticamente si no ha sido más bien este sistema quien le ha hecho concesiones al talentoso narrador de La Violencia del Tiempo, al publicarlo?

La mezquindad debió ser considerada uno de los pecados capitales. Todos aquellos que insultan a diestra y siniestra y piden cárcel para pensadores disidentes deben ser una manga de comechados que viven a la espera de la primera oportunidad para alargar las zarpas y salir de la miseria en la que viven.

Adelante, jóvenes escritores populares, no se dejen amilanar por los academicistas y los oportunistas. Ustedes deben demoler los paradigmas de degradación en que se han convertido hoy los escritores criollos.

Bravo, Rafael Inocente por tu excelente y valiente artículo en defensa de nuestro querido Miguel Gutiérrez.

Zoila P.

Socióloga

Anónimo dijo...

¿Existen realmente las generaciones? Se preguntaba Gutiérrez hace 15 años.

Hoy, a la luz de los nuevos acontecimientos mundiales, de la mundialización y el auge del liberalismo, creo que es más urgente todavía considerar en un análisis de este tipo la categoría de Clase Social y de lucha de clases para enriquecer el concepto y evitar una visión unilateral y mistificadora de lo que pueda entendese como generación. De acuerdo a este enfoque, ¿pertenecerían a la misma generación escritores tan disímiles como Iván Thays, Rodolfo Ybarra, Fernando Cueto, José de Piérola, Cayo Vásquez, Dimas Arrieta, Martín Roldán, Fernando Carrasco, Carlos Rengifo, Rafael Inocente, Daniel Alarcón?

En el 18 de Brumario de Luis Bonaparte, Marx anota: LOS HOMBRES HACEN SU PROPIA HISTORIA, PERO NO LA HACEN ARBITRARIAMENTE, BAJO CIRCUNSTANCIAS ELEGIDAS POR ELLOS MISMOS, SINO BAJO CIRCUNSTANCIAS DIRECTAMENTE DADAS Y HEREDADAS DEL PASADO. LA TRADICIÓN DE TODAS LAS GENERACIONES MUERTAS OPRIME COMO UNA PESADILLA EL CEREBRO DE LOS VIVOS. HE AQUÍ, ENTOPNCES, UNA FUNDAMENTACIÓN MATERIALISTA DE LA EXISTENCIA OBJETIVA DE LAS GENERACIONES Y DEL COMPLEJO DE FACTORES QUE EN INTERACCIÓN CON ELLAS FORJAN EL DEVENIR HISTÓRICO.

Roberto Meza Barba
Estudiante de Literatura San Marcos

Anónimo dijo...

"Las generaciones están conformadas por la totalidad de coetáneos en un momento histórico dado e insertas en las clases sociales, producto todo ello del reino de la necesidad tanto biológica como social y se van escindiendo, agrupándose y reagrupándose como consecuencia de las opiniones asumidas por sus integrantes -y este es el reino de la libertad- frente a la lucha de clases, a los diversos proyectos sociales en pugna -conservadors, reformistas y revolucionarios- y a las formas ideológicas, incluidas las formas estéticas..."


¿Acaso no es esto lo que está ocurriendo en el proceso literario peruano actualmente y de manera aguda?

Viva Narración!
¡Abajo los soplones apristas y liberales!

Anónimo dijo...

Pregunto, ¿cuál es la conciencia histórico-política de todos estos pobres pajeros que insultan sin gracia? ¿Su cerebro se reducirá a una masa afectada de encefalopatía espongiforme bovina? Creen en serio lo que Thays dice sobre el individuo y su creatividad, en una sociedad enajenada en donde el libre albedrío se reduce a comprar en Wong o en Metro, a morirte de sida o tuberculosis, alguna vez habrá leído Thays cuál es el papel que le asigna el marxismo al individuo? O cree el pobre hombrecito que el marxismo se reducen a los regímenes totalitarios tenebrosos que asolaron Europa del Este? Y las corrientes anarco individualistas? Qué de Stirner? Y el aporte de la América Pre colombina? El mundo se va al carajo por culpa del capitalismo y este patita sigue hablando de ficciones que acezan un individualismo liberal delirante funcional al capitalismo transnacional más salvaje y quiere que le tomemos en serio… vaya con el señorito engolado… Un abrazo libertario amigo Innocente, su carta es magnífica y aporta con argumentos en el combate de las ideas.

Anónimo dijo...

VIVA LOS PROLETARIOS DE "NARRACIÓN"
ABAJO LOS ULTRALIBERALES ENCABEZADOS DE MALA FORMA POR AMPUERO,IVÁN THAYS, CUETO Y MÁS SEUDOESCRITORES QUE ENGAÑAN AL PUEBLO.

ttt

Anónimo dijo...

Saludo la carta de Rafael Inocente, valiente y muy bien fundamentada, y saludo la presencia de este blog de Rodolfo en el ciberespacio.

Es bueno recordar que otro ingeniero agrónomo, el cajamarquino Antonio Díaz Martínez escribió ese hermoso testimonio llamado Ayacucho, hambre y esperanza, libro que leí en mis años cantuteños.

Creo que es un derecho constitucional opinar libremente, espero no me acusen de terrorista por decir que la labor intelectual de Díaz Martínez es una labor que necesita ser estudiada y rescatada del olvido a que la han condenado los inquisidores del estado burgués. Un pueblo que pierde la memoria es un pueblo condenado a repetir la infamia.

Un abrazo para Rodolfo Ybarra y Rafael Inocente por su muy buena labor para esclarecer la conciencia de la gente.


Pedro Mallqui Covarrubias

Profesor de Historia

Anónimo dijo...

No entiendo por qué la guerra literaria se ha vuelto una guierra ideologica. No hay ningun escritor liberal, salvo MVLL. ¿Thays liberal? jaja, no exageren. Seria como decir que Ybarra es un terruco y no lo es ¿Verdad?

Hay que derivar el debate hacia la calidad literaria. Gutierrez es buen escritor y no por que sea de izquierda y hay al otro lado tambien buenos escritores.

Vamos a analizar los textos y a la M si sus autores son rojos o neocons. ¿Ya?
Luiggi

Anónimo dijo...

EL ÚNICO QUE DICE QUE YBARRA ES TERRUCO ES IVÁN THAYS, ALGO LE HABRÀ HECHO...NO?

Anónimo dijo...

Luigi tiene razón, deberíamos privilegiar el debate en base a la calidad literaria. Pero no por eso está exento del debate ideológico

Petete

Anónimo dijo...

Rodolfo, Rafael, sus cartas han encontrado un buen rebote. Víctor Coral acaba de publicarlas, también Silvio Rendón y vienen más. Queda demostrado que los blogs son un espacio realmente democrático para el debate de las ideas. Que gane el mejor argumento.

Sanmarquino ilustrado

Anónimo dijo...

HAY QUE VER EL VENENO SUTIL Y LETAL DE LA VÍBORA CORAL MIREN LO QUE HA ESCRITO, CON EL PRETEXTO DE VALERÍ HA ATACADO A TODOS LOS ANDINOS!!!!!

FUERZA HERMANOS!!!




Narrativa según Paul Valéry

Impulsado por la lectura, recomendable, de Decir casi lo mismo, de Eco, reciente volumen de ensayos en torno a la traducción literaria, volví a la versión de Cementerio marino que hiciera el gran poeta español Jorge Guillén. En la edición del 2002, de Alianza Editorial, se incluye unas notas del crítico Gustave Cohen, y un prefacio del autor de La joven parca donde se deja leer una frase atribuida, injustamente, a innumerables autores:

Para esos hombres deseosos de inquietud y de perfección, una obra no es nunca una cosa acabada –palabra que para ellos no tiene sentido alguno–, sino abandonada;

Pero lo que más me intrigó es un pasaje donde Valéry discurre sobre la distinción, supuestamente clara, entre poesía y prosa:

El poeta, a mi modo de ver, se conoce por sus ídolos y sus libertades, que no son los de la mayoría. La poesía se distingue de la prosa en que no tiene ni las trabas ni las licencias de ésta. La esencia de la prosa es perecer, es decir, ser “comprendida”, o lo que es igual, ser disuelta, destruida sin remedio, enteramente reemplazada por la imagen o por el impulso que significa según las convenciones del lenguaje. Pues la prosa sobreentiende siempre el universo de la experiencia y de los actos, universo en el cual –o gracias al cual– nuestras percepciones y nuestras acciones o emociones han de acabar correspondiéndose o respondiéndose de un solo modo: uniformemente. (…) Este universo excluye la ambigüedad, la elimina.

Lo que dice el poeta y ensayista francés parece restringirse al periodismo y a la novela realista, que fue la que más o menos predominaba en Francia en los años veinte y treinta (recordemos las grandes novelas–río de Rolland, Martin du Gard y otros). Pero ni siquiera En busca del tiempo perdido se restringe a los reproches esbozados: es un texto que crece y se enriquece, con evidente elan poético y polivalente, a medida que pasan los años.


En cuanto a las “convenciones del lenguaje”, supuestas inevitables compañeras de ruta de la prosa, fueron muy bien aprovechadas desde los 60 por cierta poesía coloquial, y con éxito, en todo Hispanoamérica. Además, continuar haciendo indesligables prosa y experiencia resulta tontamente injusto a la luz de creadores como Julián Ríos, J. M. Merino o Felisberto Hernández (ya no hablemos de Bellatin o Fresán), o inexplicable en géneros como la sci–fi y las novelas de experimentación interior devenidas de Beckett y otros.

En cuanto a lo de lo ambigüedad como rasgo exclusivo de la poesía, pues desde Ulises esto no solo es inexacto sino que hay cuentistas y novelistas (solo pensemos en Cheever, Pynchon, Gaddis) cuya obra íntegra es un homenaje –ambiguo, por lo demás– a la ambigüedad y a las poéticas mallarmeanas y derivados posteriores.


No sé cómo alguien que escribió una novela tan especial como Monsieur Teste –donde ciertamente no sucede casi nada (pero ese casi es todo)– puede mantener una división tan rígida e irreflexiva. Salvo que haya una diferencia de muchos años entre la fecha de redacción del prefacio y la de la redacción de la novela.


Finalmente, lo que más me sorprende es que todavía hoy haya escritores en nuestro país que sigan pensando la narrativa como Valéry pensaba que la prosa era. Esta visión realista y estrecha suscitó en él reproche y velado desdén, a principios del siglo pasado; hoy, siglo veintiuno, para ciertos narradores locales todavía parece ser un ideal no solo estético sino ético.

Unknown dijo...

Tal vez la definición más brillante y concisa del APRA sea la siguiente:

"En cambio el proyecto aprista -estratégicamente contrarevolucionario- constituye una criolla mescolanza que acaso Carpentier lo habría incluido en su catálogo de lo real maravilloso americano. Intentemos una caracterización: PUCHERO FILOSÓFICO, SEUDOTERÍA DE LA RELATIVIDAD Y ASTROLOGÍA EN EL ORDEN DEL PENSAMIENTO, EN LO POLÍTICO DEMOLIBERALSIMO PARLAMENTARISTA, MEDIDAS LABORISTAS O SOCIALDEMÓCRATAS EN EL PLANO ECONÓMICO, UN PARTIDO CON ESPÍRITU DE SECTA, MÁS CAUDILLISMO Y RITUALES FASCISTAS COMO LÍNEA ORGANIZATIVA, UNA METODOLOGÍA BASADA EN LA CACHIPORRA Y LA DEMAGOGIA LEBEYA, MASAS CON CONCIENCIA SOCIAL ATRASADA COMO PRINCIPAL CONTINGENTE, Y CLASISTAMENTE FIRMES Y SESCRETOS VÍNCULOS CON LAS CLASES DOMINANTES Y LAS INSTITUCIONES REPRESIVAS DEL ESTADO BURGUÉS-TERRATENIENTE".


MIGUEL GUTIÉRREZ

LA GENERACIÓN DEL CINCUENTA, UN MUNDO DIVIDIDO.

Por eso, estimados papanatas reaccionarios, oportunistas de izquierda y derecha, chanchos neoliberales con plata del estado, comechados de las instituciones públicas y chupamedias del orden retrógrado, el ensayo de Gutiérrez es hoy más VIGENTE que nunca y lo será por mucho tiempo más, hasta que el pueblo consciente no derroque a los miserables enquistados en el poder y a sus cómplices, llámense apristas, humalistas o derechistas.

En estos momentos casi 7000 hermanos de las etnias de la Amazonía están en pie de guerra. Todo el orden establecido se ha alineado en contra de ellos y se preparan para disparar a mansalva: el pelele ignorante Brack Egg ha sido rechazado a punta de escupitajos, los nativos ya saben de quién se trata, este chololemán es conocido en la selva como estafador y ahora es sirviente del genocida Alan García y las mineras.

La ministrucha de justicia ha dicho que el Perú no puede parar por un grupo de desadaptados (le faltó decir, indios de mierda), la horrenda mujercita Mariella Balbi ha intentado ridiculizar a Pizango en la Hora N , tratándolo con desdén y sarcasmo (su expresión de asco hacía más horrendo su rostro de bruja), la duquesa Alva Castro, enloquecida, ya envió al ejército para atacar al pueblo selvático, mientras tanto en Piura, toda la comunidad consciente se prepara para hacer frente a los mineros que dejan su óbolo (en Piura se han descubierto minas de oro diez veces más grandes que Yanacocha, está la fosfatera, etc., qué quedará para el pueblo?), en Moquegua, Puno, Ayacucho y Arequipa el pueblo no puede ver a los apristas y el rechazo generalizado hacia estos delincuentes es MAYORITARIO. El gas natural se va para Chile, se vienen los cortes de energía eléctrica, exactamente igual que hace 15 años. Los pasajes suben el miércoles, en una semana más sinceran los precios de la gasolina, todos los artículos de primera necesidad han subido y estos malditos ladrones y sus cómplices intelectualoides dicen que estamos en el mejor de los mundos y claman por LA LIBERTAD DEL INDIVIDUO. Hijos de puta, carajo, malditos hipócritas fariseos y traidores a la patria. Este no es solamente un conflicto literario, de canones, calidades literarias y cojudeces de ese tipo. Esto es el reflejo de la lucha de clases en un país destrozado por 15 años de gobiernos liberales, envilecido hasta el alma, y cuya fracción consciente debe funcionar como catalizador para inflamar la pradera. Como en Ecuador, como en Bolivia, como en Venezuela, como en Argentina y en Paraguay. El resto es ir contra la historia, el sentido común y la sobrevivencia del Perú como nación.

Mi saludo libertario a los escritores del pueblo, mi saludo combativo a todos aquellos que contribuyen con su granito de arena a esclarecer la conciencia del pueblo peruano.

Aquí en la selva, en Tarapoto, Juanjuí, Yurimaguas, Moyobamba, Nuevo Cajamarca, Rioja, Jaén, Bagua, Rodríguez de Mendoza y Chachapoyas se ha empezado a leer el blog del señor Rodolfo Ybarra con mucho interés y se recomienda de boca en boca entre estudiantes de colegio e institutos, gracias a la labor de los profesores patriotas.

Desde la Selva Alta,

Giuliano Vecco F.

Anónimo dijo...

Vivan los jóvenes literatos airados!

Después de todo lo sucedido en el Perú, es lo menos que puede esperarse, esos literatos de salón, sobones con el la criollada,son sólo un montón de basura que quedarán para el olvido.

Felicitaciones, Ybarra, Inocente, sus posiciones son honestas y corajudas.

Lorenzo Apari Coronel

Huamanga-Ayacucho

Anónimo dijo...

Giuliano Vecco, ¿y en Tabalosos?

Anónimo dijo...

Tabalosos es un hermoso pueblo a la vera de la Marginal. La mitología criolla que lo rodea en cuanto a la virilidad de sus pobladores tiene su origen en la envidia desmedida de un grupo de ingenieros forestales limeños que un día, hace muchos años, los retaron para ver quién escupía más lejos. Huelga decir que los tabalosinos batieron records olímpicos. En donde he visto descocadas por montones es en Morales, un pueblo a diez minutos de Tarapoto. Lo curioso es que todos tenían carné aprista y admiraban a Alan.

Bivan los compañeros!
Bivan las etnias amazónicas!
Biva la lucha de los pueblos amazónicos!

Anastasio

Anónimo dijo...

Según cifras técnicas, 75% del territorio amazónico peruano ESTÁ CUBIERTO POR PETRÓLEO. ¿Querían más? Por eso los ladrones apristas están decididos a aniquilar a las etnias, por eso han dado la LEY DE LA SELVA, en complicidad con los criminales estudios de abogados pitucos y los lobys transnacionales.

¿Y LA NOVELA SELVÁTICA reciente?

LA GUERRA DEL SARGENTO BALLESTEROS, de Vásquez Izquierdo

HOSTAL AMOR, de Cayo Vásquez

SELVA, GUITARRA Y CEMENTO,
de Cisneros Rengifo

y por lo menos 10 obras ficcionales más que se me van de la memoria, todas reivindicativas de sus ancestros indígenas. Lean la Revista Peruana de Literatura, uno de los pocos lugares en donde se rescata y difunde la obra de los narradores selváticos de la actualidad.

Sanmarquino ilustrado

Anónimo dijo...

Señor JCA

Concuerdo con usted, en que en el Perú el problema es más de etnias (entendida como raza + cultura que de clases, pero ninguna de las dos lecturas debe ser dejada de lado, se complementan dialécticamente. Y ello se refleja en el proceso literario, como el debate en el que estamos participando actualmente. El gran problema de SL fue el no considerar este enfoque, sumado a su endiosamiento de Gonzalo y su particular y equivocada visión del liderazgo.

En cuanto a lo de la música mal llamada chicha... si bien la sociología puede tomarla como indicativo de cierta democratización en la cultura peruana, cuando escuche tecnocumbia con una temática auténtica y no vendida a las cerveceras(como lo que cantaban los grupos iniciáticos, llámense Los Destellos, Los Ecos, Los Girasoles, el Grupo Naranja, El Cuarteto Continental, Los Diablos Rojos o el primer Aguamarina) podría coincidir con usted en este planteamiento. Por ahora la cumbia y el huayno moderno son escoria apta sólo para cholos imbecilizados por el mercado y magaly, funcionales totalmente al sistema alienado.

Coincido más bien con Rafo León cuando afirma que la pituquería está más sólida y arrogante que antaño. Los hijos de la oligarquía, la burguesía burocrática y los terratenientillos salen hoy con más fuerza en las páginas sociales de los diarios "serios", cien familias se han adueñado de un porcnetaje considerable del litoral limeño, el vadémecum bursátil incluye ahora unos cuantos descendientes de chinos, pero los apellidos siguen siendo todos "extranjeros" mientras que en los medios de embrutecimiento masivo se sigue ridiculizando al indio, al homosexual y ahora a los "chunchos".

El problema con la llamada clase media es que a pesar de ser lúcida y estar consciente de hacia donde se dirige la historia, pese a ser consciente del rol nefasto del capitalismo, que ya no digamos desde el punto de vista económico, si no de la INSOSTENIBILIDAD ECOLÓGICA de sus políticas liberales con los países colonizados, esa "clase media" es tibia y oscilante, se debate entre la lucha y sus apegos a los secretos encantos de la burguesía.

En cuanto a Los Prisioneros, son a mi parecer, junto con Los Estómagos, La Tabaré River Rock, Los Traidores (todos uruguayos) y algunos otros grupos que se me van de la memoria, lo mejor que se hizo en los ochenta en rock sudamericano.


Cordialmente

Basilio Auqui

Anónimo dijo...

y por lo menos 10 obras ficcionales más que se me van de la memoria, todas reivindicativas de sus ancestros indígenas

¿El monotematismo es para alegrarse? ¿Todos los escritores amazonicos deben escribir sobre sus ancestros para ser amazonicos? ¿Hay por lo menos alguno original?

Lo que tambien lleva a preguntar:

¿los limeños deben escribir sobre Lima? ¿los puneños sobre Puno? ¿los españoles sobre España?

Lo que hay que apoyar es el surgimiento de escritores, difundir su obra, pero sin parametrarlos.

Anónimo dijo...

Ese no ha sido el espíritu de mi mensaje. La buena literatura será siempre buena literatura, independiente del tema. Lo que no puedo aceptar es mediatizar una realidad tan dura y alucinante como la que vivimos, mediante ficciones escapistas que tergiversen la conciencia de la gente, salvo que te dediques a hacer literatura fantástica.

Las relaciones entre poder y cultura son tuerca y tornillo en este país. Y si no estás dentro de este circuito, será muy difícil que logres un reconocimiento, como lo está haciendo Miguel Gutiérrez Correa debido al talento magistral que ha adquirida en su magna obra.


Particularmente soy permeable a leer cualquier historia bien contada, pero me desagradan quienes se esfuerzan por desligarse de su propia entorno (que no narrativa fantástica) mediante ficciones que falsean la realidad que vivimos. Cuando leí La Disciplina de la Vanidad, no pasé de la página 10. Me resultó intragable por aburrido y pretencioso. Intenté leer a Ampuero, pero el pésimo gusto, la poca destreza en técnicas narrativas y esa mezcla indigesta de arrogancia con imbecilidad me impidieron pasar de la página 15 de Miraflores Melody. ¿Quién más? Alonso Alegría y sus obritas teatrales que son una afrenta al gran Ciro, el Oquendo y sus novelas mal logradas y peor escritas, el borrachín Bryce, plagiario de talentos desconocidos (me quedo con el cuentito con Jimmy en Paracas)... para qué seguir, qué tal diferencia con los narradores de la otra orilla... o con narradores de talla universal como Koetzee, Kundera, Calvino, Sábato... y así quieren atribuirse la representatividad de este colectivo mal llamado nación peruana?

Por favor, señores, ubíquense en su sitio. Ustedes son una manga de pitucos empobrecidos pero con buenas relaciones en los periódicos y el poder político. Eso es todo. ¿Escritores, poetas? Por mi bragueta. A la arrogancia de sus ancestros han sumado la imbecilidad propia de una clase decadente y parasitaria.

Sigan adelante con su labor de desenmascaramiento, Ybarra e Inocente. Muchos escritores autotitulados de izquierda, irreverentes y tanta huevada, han tenido miedo de enfrentarse a este tipejo Thays, adelantado de los criollos, por miedo, por miedo y por miedo y se escudan en falacias que ni ellos mismos creen como argûir que no merece respuesta o que no hay que pisar el palito. Por pusilánimes y plumíferos como estos, los thays, ampueros, cuetos y alegrías siguen vivos.

Basilio Auqui

Anónimo dijo...

Lo que no puedo aceptar es mediatizar una realidad tan dura y alucinante como la que vivimos, mediante ficciones escapistas que tergiversen la conciencia de la gente, salvo que te dediques a hacer literatura fantástica.

Un tanto peligrosa tu posicion. Mas que critica, siempre interesante, suena a amago de censura, de busqueda de lo politicamente correcto.

Y la literatura fantastica no tiene que ser la unica salida para escribir desligandose del entorno, ni esto ultimo debe ser sinonimo de mala literatura. Otra cosa es que a algunos no le guste, pero eso ya es cuestion de preferencias meramente.

Anónimo dijo...

Ayer vi la entrevista que le hizo la Mariella Balbi a Pizango, el dirigente de AIDESEP. No sólo lo trató como una zapatilla vieja, a cada momento se burló de él, ironizó burdamente y fue despiadada en sus preguntas, le deslizaba miradas de burla, algo que jamás haría con un invitado doctor, ingeniero o congresista, interrumpía a cada momento las respuestas del selvático.

Para la ignorante y desinformada prensa limeña y sus periodistas ígnaros, los awajún, los achuar y los candoshi, los shapra, los wampis, los shawi y los quechua del Pastaza son mudos. O peor, son incapaces de tomar una decisión por su cuenta porque se pintan el rostro y bailan con lanzas y flechas.

Los más pobres entre los pobres son los "nativos". Lo dice el INEI: 63% de los que hablan alguna lengua amazónica son pobres, mientras que en el caso de los que se comunican en español son solo 32%. Esto es, seis de cada diez candoshi, shapra, achuar, wampis, awajún o quechua del Perú están condenados a la pobreza. De allí que defienden a muerte lo poco que tienen: sus ancestrales tierras comunales. No hay que ser indígena para comprenderlo.

La ignorancia del periodista peruano asombra por su increíble capacidad de dominar todos los temas, especialmente los de su país.

Así las cosas, si yo fuese de la selva y más aún si tuviese ancestros selváticos, me vería impelido a escribir y ficcionar sobre mi propio pueblo. No es ilícito crear ficciones escapistas, simplemente yo no lo haría y además me disgustan sobremanera, suenan a postizas, arribistas y oportunistas: exactamente como lo que hacen los criollos que intentan parecer populares o democráticos, como el buen Alonso Cueto o el, pero este si es otro lote, el mercachifle Roncagliolo.

La narrativa de la selva es excelente y los nuevos narradores selváticos están demostrando que está muy fuerte y saludable. En provincias es donde se está escribiendo la nueva narrativa peruana.

Basilio Auqui

Hernan dijo...

Agradezco a Martín Roldán, Silvio Rendón, David Abanto, Rodolfo Ybarra, Víctor Coral, y que me perdonen si omito a alguno, por permitirme alojar en sus espacios virtuales la misiva de mi autoría. Con ello demuestran su espíritu democrático y su apertura al debate/combate de ideas. Sin insultos, sin adjetivos, pero sin medias tintas ni susurros hipócritas. Escapa a mi voluntad la generación de insultos de algún bloger exaltado o de enemigos previos de los aludidos. El resto es silencio.

Salud y Libertad

Rafael Inocente

Anónimo dijo...

EXCELENTE ARTÍCULO, SEÑOR RAFAEL INOCENTE. MI FELICITACIÓN Y MI RECONOCIMIENTO POR SU ARGUMENTADA Y VALIENTE EXPOSICIÓN A FAVOR DE LA BUENA LITERATURA.

Fernando Marini de los Santos

Profesor UNI-UAP