La cantaleta de fin de año y de fiestas avideñas (de aves al horno y panetón con bromato) nos reúnen al pie del cañón: escribir en contra o contraescribir, recordarnos que aún es posible lo imposible, encontrar nuestros ojos en el espejo: La verdad.
No voy a hacer ningún recuento literario, mucho menos recuento noticioso o recuentos en plumón indeleble, o en “resaltador”, de lo ya sucedido. Estamos cansados de titulares malagüeros, del instinto mal avisor y alienista con que nos manejan los mass medias. La imagen sincrética con la que se construye una verdad que necesita imponerse (¿Por qué tendría que seguir los modus operandis de los mamíferos pestilentes que se regodean en la información al gusto del cliente? Clientes que, por cierto, les pagan en efectivo o en especies, si no es que el sobre llega debajo de la mesa). Esto, claro está, bajo honrosas excepciones, algunos críticos y/o bloggers que se pueden contar con los dedos de la mano.
Entonces, simplemente, vamos a decir que el 2009 llegó a su fin, otro calendario nos espera; de seguro habrá problemas, la farsa de estabilidad no podrá mantenerse, mientras retumban los reclamos sociales, mientras nos organizamos para enfrentar la ignominia, mientras los escritores responsables toman posición sobre la realidad, sólo queda guardar un poco de fuerzas para continuar.
Quisiera apuntar una vieja frase del che Guevara (prostituido y desvalorizado por la intelligentzia yanqui) en el congreso de juventudes en 1960 en la Habana, que un amigo me ha hecho recordar (ahora que veo jóvenes veraniegos con el polo del Che en fotografía de Alberto Díaz, Korda) y esto en torno a la “moderación” que algunos lectores (o bloggers disfrazados) me piden o me exigen (modere los cometarios, señor Ybarra; modere su blog, señor Ybarra; modérese usted mismo, señor Ybarra, etc., etc.):
“La moderación es otra de las palabras que les gusta usar a los agentes de la colonia, son moderados todos los que tienen miedo o todos los que piensan traicionar de alguna forma. El pueblo no es de ninguna forma moderado”. Frase que se engarza con las palabras de Sartre cuando decía que no había otra forma de observar un crimen sino era con indignación y no desde la calma (¿Cómo podríamos mirar esa fosa común en Ayacucho con 25 niños con ropa de uniforme colegial? ¿Cómo podríamos mirar esa compra de armamentos chinos sabiendo que miles de familias no pueden satisfacer necesidades básicas?, etc.).
Aquí nadie emprende la retirada. Desde el blog, desde los libros, desde los comentarios, cartas a los medios plutocráticos, o en las huelgas, paros o plantones, seguiré manifestándome a favor de un cambio para nuestro país, cambio que podría irradiarse desde la literatura (¿por qué no?).
Me doy unos días libres y nos vemos el 2010.
Que este año nuevo sea de paz y progreso para todos.
(¡Feliz vanidad y próximo engaño nuevo!)
Cambio y fuera,
ry
No voy a hacer ningún recuento literario, mucho menos recuento noticioso o recuentos en plumón indeleble, o en “resaltador”, de lo ya sucedido. Estamos cansados de titulares malagüeros, del instinto mal avisor y alienista con que nos manejan los mass medias. La imagen sincrética con la que se construye una verdad que necesita imponerse (¿Por qué tendría que seguir los modus operandis de los mamíferos pestilentes que se regodean en la información al gusto del cliente? Clientes que, por cierto, les pagan en efectivo o en especies, si no es que el sobre llega debajo de la mesa). Esto, claro está, bajo honrosas excepciones, algunos críticos y/o bloggers que se pueden contar con los dedos de la mano.
Entonces, simplemente, vamos a decir que el 2009 llegó a su fin, otro calendario nos espera; de seguro habrá problemas, la farsa de estabilidad no podrá mantenerse, mientras retumban los reclamos sociales, mientras nos organizamos para enfrentar la ignominia, mientras los escritores responsables toman posición sobre la realidad, sólo queda guardar un poco de fuerzas para continuar.
Quisiera apuntar una vieja frase del che Guevara (prostituido y desvalorizado por la intelligentzia yanqui) en el congreso de juventudes en 1960 en la Habana, que un amigo me ha hecho recordar (ahora que veo jóvenes veraniegos con el polo del Che en fotografía de Alberto Díaz, Korda) y esto en torno a la “moderación” que algunos lectores (o bloggers disfrazados) me piden o me exigen (modere los cometarios, señor Ybarra; modere su blog, señor Ybarra; modérese usted mismo, señor Ybarra, etc., etc.):
“La moderación es otra de las palabras que les gusta usar a los agentes de la colonia, son moderados todos los que tienen miedo o todos los que piensan traicionar de alguna forma. El pueblo no es de ninguna forma moderado”. Frase que se engarza con las palabras de Sartre cuando decía que no había otra forma de observar un crimen sino era con indignación y no desde la calma (¿Cómo podríamos mirar esa fosa común en Ayacucho con 25 niños con ropa de uniforme colegial? ¿Cómo podríamos mirar esa compra de armamentos chinos sabiendo que miles de familias no pueden satisfacer necesidades básicas?, etc.).
Aquí nadie emprende la retirada. Desde el blog, desde los libros, desde los comentarios, cartas a los medios plutocráticos, o en las huelgas, paros o plantones, seguiré manifestándome a favor de un cambio para nuestro país, cambio que podría irradiarse desde la literatura (¿por qué no?).
Me doy unos días libres y nos vemos el 2010.
Que este año nuevo sea de paz y progreso para todos.
(¡Feliz vanidad y próximo engaño nuevo!)
Cambio y fuera,
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