Para muchos escritores del establo literario tener a un agente literario es un escalón, aunque muy pequeño, pequeñísimo, a la supuesta “consagración” necesaria, según el laureado Chocano y los cacógrafos postmodernos parados en sendas pesuñas y con voces de relinchos azotados por los fuetes de las modas literarias o los bisbiseos de corrientes europeas o europeizantes. Para otros, los verdaderos escritores, los que sudan la gota gorda y se dan de trompadas con sus escritos, los que están al margen de los concursos literarios y de los maniqueos críticos con cerebros esponjiformes (academicus de merde) sería poco menos que el horror vacui, el fracaso como creador, la claudicación absoluta frente a un sistema que aborrecen y cuyos intelectuales a sueldo fijo --movidos por el arribismo y por la angurria-- se muestran poco menos que enemigos de clase, enemigos del parnaso anartista, enemigos de la creatio libertarians; en el fondo enemigos de una verdad que tratan de ocultar a toda costa.
Los Poetas del Asfalto son antiacadémicos por naturaleza (el orden de estudios literarios casi siempre es reemplazado por principios de vida donde la literatura es la vida misma. Un golpe en la cara es un verso. La danza de los cuchillos es un poema verdadero. Una patada en los testículos la verdadera metáfora. Nótese la teratología de lo bello), a ellos no les importa los libros con solapa y de pasta barnizada, los libros con papel Japón u hojas a 80 gramos. Para ellos la fotostática es el material de guerra, material de contrabando. El mecanismo de difusión a bajo costo; la clásica revista literaria ha sido subvertida y transmutada (de mariposa en bello gusano de seda) en bélico fanzine antiestablishment, antifasista, antiEstado, antigobierno, antitaurino, antiImperialista, antipoder, antipoético, antinada, antitodo, etc. No interesan las formas interesa el fondo. La estética del continente es domeñada en función del contenido. El fanzine, por ratos se metamorsea en bomba molotovs, se yergue en misil antiaéreo, tierrra-aire, aire-tierra. Tenerlo en las manos da la sensación de fuego, se siente el aliento de Vulcano, alguna salamandra mitológica saldrá de sus páginas, algún aerolito cruzará desde el otro lado para incinerarnos. El fanzine, como vemos, es un arma de combate. El grupo se ve representado ahí. La formación gregaria es una característica visible. No es Uno son Unos. Son muchos, D´artagnan y sus espadachines, Arturo y la mesa redonda, los tortuninjas alrededor de la rata (y esto no es peyorativo, suele tomarse como todo lo contrario): Richi Lakra, Director Fundador y verdugo; Luis Mujica o el “Primo Mujica”, Director en Jefe del manicomio (así aparece en la presentación del fanzine); Fernando Laguna, Jefe de Arte abstracto, guitarrista eximio y erudito melómano; el polifacético, fasionista y performer Félix Méndez tomando con la boca, casi mordiendo, el asfalto y ejecutando acciones incomprensibles, reta a los dadaístas (en una visita al Averno me obsequió uno de sus libros, los traía una caja de zapatos e hizo lo mismo con todos los comensales, salió a la calle y siguió repartiendo hasta que se le acabaron. Ese día, esa acción solitaria me trajo algo de emoción. Regalar libros qué gran locura, sobre todo cuando no tienes los recursos, cuando “tienes” que dar de la nada. La intensión vale y refuerza todo criterio que yo pueda tener sobre ellos en relación a su trabajo y papel de artistas en esta zoociedad decadentista con moral decimonónica); el poeta vampiro, chupasangre con capa y dientes salientes, Pablo Pineda Estrada, por ahí una chiquilla emo tiene el cuello perforado ¿serán la autoría del poeta?; el poeta callejero y artesano de mal vivir Charles “Velorio” Barzola (hace un par de meses lo vi danzar en una bronca callejera. Intercambio de puñetes, un par de patadas y luego secando de un porrazo una botella de licor fosforescente mientras alguien le pasaba una chicharra gigantesca en una pipa victoriana, solo faltaba que apareciera Salvador Dalí con sus ojos inyectados sosteniendo un cráneo de chocolate lleno de termitas y diciendo a Alex Cooper, el roquero amigo, el metalero con ojos de demonio, “este es tu cerebro”, tal y como apuntan los periodistas de canal “Bio”); el poeta mayor Christian Portocarrero; el políglota e intelectual callejero Hans Polilla; “Piernitas”, siempre listo y avispado; el loco frontman “Lymbert”, compañero fiel y cantante del grupo con ligazón permanente a los PDA, el nombre lo dice todo, me reservo mi opinión por razones que pueden herir la susceptibilidad del lector: “Los Alcohólicos Cadavéricos”; Jorge “Botellas”, hoy entregado al deporte extremo del “Vale Todo” (así con mayúsculas), hace unos meses conversé con el hombre lo habían agarrado como saco de golpear, tenía algunas costillas rotas y el rostro magullado, rengueaba y se cogía el brazo izquierdo pero irónicamente estaba feliz, recordé (aunque la imagen debería de ser otra) esa frase del niñato de Kiko: ¿por qué sangras? Por que lo agarre a narizazos en la rodilla ¿!. La capicúa “Ana” mirándome desde su pequeña estatura y tomando fotos por doquier (¿quién entiende a las mujeres? Primo dixit, etc., etc).
Hablar de los inicios de “Poetas del Asfalto” es hablar de los trasfondos de la contracultura limensi. El mismo Richi Lakra fue conductor y manager del legendario y PUNKRÁTICO (subscribo esta palabra) “Eutanasia”, (recuerdo una conversa en los ochentas con Kike Eutanasia, vendedor y lector de libros, hoy en día radicado en Alemania: “el roquero tiene que leer sino sólo le queda hacer covers y cantarle al sistema, la poesía otorga al músico lo que la estridencia no puede enseñar: humanidad y ciencia”). En “Las Rejas” de Lima recuerdo la primera vez que me encontré con Richi, camisa a cuadros rojo con negro, lentes gruesos, rostro duro y de estatura comprensible ¿!, traía unos libros y fotostáticas en el sobaco, balbuceaba algunas palabras, carajos, mierdas, @#**%%&## mientras se balanceaba ante los estruendos de una banda punk que se desgañitaba en la parte del fondo del antro. Los olores a axila y a orines maltrataba los olfatos de señoritos cacógrafos que se la querían dar de escritores y artistas postmodernos. El seudobaño que había sufrido varios atentados de parte de “Rompewaters”, otro célebre mutante de la calle Quilca, era en realidad un mecanismo de selección natural, imposible de burlar. Pocos pasarían esta dura prueba (Róger Santibáñez, Dalmacia Ruíz Rosas, Domingo de Ramos, Mary Soto, etc., etc.,). Yo departía mesa con algunos poetas, en esos tiempos, entregados a los excesos de William Blake, hoy trabajan en algunos periódicos y revistas (o son profesores universitarios. No estafen, señores, digan la verdad aunque tengan que doblarse. Nietszche dixit), y son parte de los staffs que desprecio. Trabajar en un periódico, salvo honrosas excepciones, es como encerrar en una mina a un pájaro migratorio. Tarde o temprano terminará por matar al artista, al escritor que tienen dentro. Escribir cuartillas (carillas a veinte líneas) para el periódico es mierda decorativa que por unos centavos se obligan a sí mismos redactar (repito: salvo honrosas excepciones). Ahí están años de años burocratizados, entornillados en una silla eléctrica y giratoria, y envejecidos por un sistema que los condena a cambiar palabras y escritos por monedas. Tienen que vomitar palabras como sea para sobrevivir. Como decía la letra del desaparecido grupo “La Raza” de los hermanos Marambio: “Tienen que pagar peaje para seguir en el viaje. Tienen que darle carne a los lobos para seguir a su modo”. Han pasado de ser toros de lidia a ser mansos bueyes, o sea castrados y sometidos al yugo diario arrastrando una carga de mediocridad. Estos modernos Judas acabaran ahorcados por sus propias mentiras.
A los PDA no les interesa la crematística sobreviven como pueden. Tienen trabajos esporádicos ligados al recurseo que califica según la división internacional del trabajo como acciones del lumpen proletariado o ambulantado para sobrevivir inapropiadamente (en Japón se les conoce, según Augusto Higa y su “Japón no da dos oportunidades”, como “dekasegui”, aunque en el país del sol naciente tiene una connotación peyorativa e internacional. A propósito del último libro de Higa no se puede entender si primero no se ha leído este, aquí el trabajo forzado termina minando la salud mental por ahí hay un vaso comunicante con su última nouvelle): Richi alguna vez trabajó para el INEI y por ahora hace “trabajitos al paso” (pongo a volar mi imaginación), el “Primo” trabaja en una planta química y “radioactiva” llamada “Procolor” o algo así, tiene que tomar leche todas las noches para no morir envenenado. Fernando Laguna regenta una tienda de discos donde vende al menudeo material musical relativamente caleta. Nunca vende nada que forme parte de su colección, ya lo he probado, como conocedor musical (lo visité varias veces en su bastión de “El Hueco”, zona roja del pirateo y la fiscalía –que, por cierto, no persigue a esos congresistas que importan discos, cds en blanco, material básico del pirateo. Son ellos los verdaderos piratas--, luego migró a otros lares ¿Caylloma? ¿Carabaya? Vaya dios o el diablo a saber) su fuerte son los años sesentas y setentas, aunque siempre sale con algo muy, pero muy rebuscado (como no me gusta perder le recomiendo “Los dólares 500” que fue una banda del negro Rigo que fundó en el Callao de los años sesentas. Hay por ahí un vinilo, un 45. A buscar se ha dicho).
Si hay un dios a quienes los PDA dejan sus plegarias, vómitos, regurgitaciones y otras excrescencias, este es Bukowski, Henry Chinanski, el fracasado escritor con piernas de elefante vomitando sangre en “La Máquina de Follar” y perseguido por perros callejeros en “El Cartero”. Condenado a perder y a tomarse por siempre un vaso de trago. Sísifo lo persigue en la carrera de caballos. No se va a apartar jamás. Hay una nube negra volando y lloviendo sobre las cabezas y en especial sobre la cabeza de este escritor redivivo. Apostar no es una consigna es el modus vivendi, el modus operandi de una vida sin sentido. Nada nos pertenece, por ende podemos apostarlo todo incluso el porvenir. Bukowski dando de patadas a un caficho y llevándose a la puta para besarla con esos belfos sangrantes, el resabio a morcilla, las tetamentas unidos al pecho velludo con olor a creso, el sexo triangular y el pene también sangrante casi como una piltrafa, una dolorosa morcilla, el dolor sexual y casi sexual en movimientos pélvicos (el mal llamado un dos) no pueden detener al escritor que necesita de la vida para avanzar en el papel. Buko es venerado como debe de ser: en trago corto, seco y volteado. Arrojando llamas como un tragafuegos. No hay vainas. Destrucción es, de alguna forma, construcción. Alguien lanzó un gargajo y escribió con sus orines en la vereda: “De-construcción” (oh estructuralistas hijos de la guayaba). Por eso estos poetas en el sentido griego y muy limeño habitan su propio monte de Olimpo: Richi vive en el temible, indecoroso y lumpenesco, cerro “El Pino” cerca al camal de yerbatero y desde donde Lima es poco más que un mojón gigantesco, una bola batida de excrementos que empuja el escarabajo del destino, con filas desordenadas de casas y carros destartalados que llevan pesados bultos y latones con algún raro contenido o comida para chanchos (¿alguien gruñe por ahí?). Desde este cerro también se ven los estibadores de la Parada cargando como hormigas sus pesadas migajas de pan o piedras de molino (la imagen de Sísifo, otra vez, cayendo con su piedra y con el hígado devorado por algún ave de rapiña que no es más que un trago barato que venden en bolsa plástica, transparente, como para ver la calavera que se proyecta desde adentro, la imagen de la misma muerte o alguna arpía parecida, Erirnia-Hipnos-Thanatos, etc.. A propósito recomiendo revisar “El Final del Porvenir”, novela donde Higa se luce en el lenguaje y narra las peripecias para sobrevivir en una realidad dura y cruel como es La Parada y el distrito basurizado, avatar de la mierdocracia, cuya imagen permanente es la de haber resistido un ataque nuclear: La Victoria. ¿Alguien se atreverá, algún día, parchar esas pistas y arreglar esas veredas?). Desde el otro lado de la ciudad, Fernando Laguna habita en el cerro Armatambo al cual se llega por una salida a la avenida Huaylas en Chorrillos. La imagen de él es la que nos otorga Cromwel Jara en su “Patíbulo para un Caballo” (a propósito sé de una disputa entre Augusto Higa y Cromwel Jara. Si leen bien “Final del Porvenir” y “Patíbulo para un caballo” se van a dar cuenta que el personaje principal es el mismo tanto para uno como para el otro. Cromwel reniega de esto, imagino que Higa también. Ya dedicaré un post sobre este tema). Los conos de la ciudad son submundos. Sobrevivir ahí implica algo más que una escafandra existencial. Hay que madrugar para tomar el carro. La polvareda de la tierra seca se mete por las orejas, la nariz. La ropa limpia se convierte inmediatamente en ropa vieja. El polvo seco funciona como lija. La hojarasca de García Márquez persigue a los conos. Los municipios son cuevas de ladrones que inflan en precio las pocas labores, casi siempre empiezan y terminan con la pileta municipal y el plantado de algunos árboles. Las concesiones de construcción son hechas a familiares, amigos o correligionarios. Estafa y depredación pura. Desde ahí la ciudad de Lima es un crustáceo caminando al revés. Al oeste, siempre, el océano con su ojo tuerto e imposible nos arrastra como una cloaca a la eternidad de ola encrespada y dispuesta a ahogarnos.
Y no deja de ser poético que PDA, el fanzine que ahora llega, como en edad madura llega Richi, a su número 50 descienda de unos cerros, de unos montes griegos muy limeños y MAZAMORREICOS (acuño y suscribo este término). El fanzine desciende de los cielos para sus mortales lectores, baja del Olimpo y toma posesión de la urbe ribeyriana. Sin embargo me doy tiempo para reflexionar sobre esta categoría que por ratos parece un exabrupto imperialista: “el fanzine”, de Fan (fanático) y Zine de Magazine, o sea la revista del fanático, aunque PDA es más un prozine pues casi se edita por medios profesionales, la carátula es diagramada y editada en cartulina duplex de buen gramaje, los trazos de Laguna podrían adornar perfectamente cualquier revista burguesa, le sobra calidad y su estilística sobrepasa a muchos dibujantes a sueldo de los periódicos chatarra (sé de un seudodibujante que le pagan cien dólares por hacer cojudeces. A cien dólares cada cojudeza). Considero que PDA podría también editarse vía Internet, entonces se convertiría en un Ezine, sujeto, claro está, al copyleft (el commond) y la protección subterránea de los derechos de autor. En el plano literario se puede decir que “Poetas del Asfalto” es una experiencia casi solitaria, solo el fanzine sanmarquino con alianza de Bellas Artes lo acompaña, Lithopía está en el número tres (por algunos instantes recuerdo el fanzine “ACIDO”, corrosivo literario, que saqué con carlitos Rengifo al finalizar el segundo milenio. Todo quedó en el número cero. Sus casi cien páginas todavía son reclamadas por ahí).
Veo pasar en el panel de la memoria, otra vez, al celebérrimo “Rompewaters” que en una teoría bizarra ha degenerado en el concepto que combatir literalmente a la mierda empieza por romper los waters y dejar que la mierda tome su curso. Una completa aberración. La gente, especialmente los organizadores de conciertos y recitales literarios se cuidan de él. Un water no es algo barato. Dicen que antes “Rompewaters” solía romper los inodoros a patadas para lo cual usaba unos chancabuques con punta de acero, hoy en día ha mejorado su técnica, ya no rompe estos aparatos occidentales (todavía hay pueblos orientales que usan el silo) simplemente los atora, para eso lleva una piedra y trapos los que logra poner en la “trampa” donde los excrementos se despiden de nuestro lado visual para seguir su rumbo silencioso y escatológico camino al mar que todo lo entiende y todo lo soporta, incluso los desbarajustes del “Rompewaters”.
Un conocido de neón cuenta que un día saliendo del aeropuerto se topó entre tantas revistas extranjeras y el Le Monde Diplomatique, nada más y nada menos que al fanzine “Poetas del Asfalto” envuelto en papel celofán transparente y al precio módico de 15 soles. ¿Qué fue esto? Masculló el conocido de neón. Compró, pagó con tarjeta y salió a la avenida Fawcett. No pudo aguantarse y no obstante su tacañería me llamó por teléfono: “Ybarra, aunque no me creas acabo de comprar en el dutty free del aeropuerto un fanzine de Poetas del Asfalto. Sólo comparable al mozo peruano de Estocolmo que se dio cuenta que le mentaba la madre a un gringo flatulento. Qué estás haciendo. Te visito más tarde” Ok. Ok. Venga nomás santo del puño.
Son 14 años empujando la carreta, dice Richi, a veces uno se cansa pero hay que seguir para adelante. No queda de otra, doctor. Y no queda de otra, sólo coger al monstruo de los cuernos y derribarlo o ser embestido. Por eso hace poco tiempo el fanzine se presentó en la Fundación Telefónica, cuadra 15 de la avenida Arequipa de Lima. En sus limpios y lustrosos ambientes los Poetas del Asfalto dieron rienda suelta a sus bajos instintos: los poetas gritaron, gruñeron, aullaron (howl, howl, “He visto a los mejores cerebros de mi generación carcomidos por el llanto, famélicos, histéricos, desnudos, arrastrándose por las calles de los negros en busca de un colérico picotazo…”), Primo se bajó los pantalones, alguien simuló limpiarse el trasero con unos poemas, mentaron la madre a los visitantes clasemedieros que confundieron la acción con “arte postmoderno” o “teatro de vanguardia y grotoswkiano” (oh Grotowski y Judith Malina padre y madre del teatro pobre sepúltalos con tu verborrea). Alguien simuló romper los vidrios y televisores que vigilaban desde arriba. Otro prendió algo extraño, en formato de cigarrillo, a vista y paciencia de todo el mundo. Y se armó el molondrón.
A la directora del centro cultural Telefónica se le bajó la presión, le vino de sopetón la vejez prematura, la horrible menopausia, la arteriosclerosis, las várices, las patas de gallo, la papada de sapo, los brazos cortina, se le desinfló el trasero, la columna vertebral se convirtió en la curva de Gauss, las tetas se le convirtieron en dos huevos fritos, dos limones resecos, dos higos desecados en generación espontánea. Le dio progeria. Los Poetas del Asfalto fueron sacados a patadas al asfalto. Llovía y hacía frío. Las combis pasaban a toda velocidad. Los autos volaban sobre la pista. Uno de ellos casi atropella a Richi quien hizo un movimiento de mimo para esquivar al bus que pasó como un toro rabioso, botando humos negros y refunfuñando. Ahora tendríamos a otro héroe urbano. Una que otra mujer de la noche asomaba por la esquina de Panamericana televisión, “la mujer alta y fría vestida de negro” de The Holys”. No sabían si llamar a los loqueros o a la policía. Arrestarlos o encerrarlos era la consigna. Estos “maleantes” no valían la pena. Después del clásico maltrato ahora están vetados de por vida. Les gritaron a boca de jarro: “No son poetas. No son artistas. No son nada. Los poetas se comportan como gente decente, cumplen con los protocolos, no hablan palabrotas, no escupen, no beben esa cosa de color fosforescente parecido a la cicuta. No cogen sus sexos en público. No se rascan las axilas. No fuman esas cosas extrañas. No dan de cabezazos a las paredes. No andan con pantalones rotos y zapatos con hambre. Los poetas de verdad pagan sus impuestos, tienen auto, cargan laptops último modelo, cargan chequera, no beben en la calle sino en el “Juanitos”, en el “Pollos Pier” o en la librería snob “Casa Tomada”. Los poetas de verdad leen a Chocano y Antonio Cisneros. Respetan las reglas gramaticales y el buen decir. Los poetas de verdad visten casimir inglés, saco Giorgio Armani, lentes Dolce Gabanna y hablan amaneradamente (o sea, o sea, después de mi viaje al encuentro internacional de escritores…puag puag) Oigan ustedes, los poetas de verdad sacan revistas y no fanzines. Fuera de acá”.
Aunque a simple vista no pareciera los PDA habían acometido un atentado contra el honor y las buenas costumbres y la cuchara en posición horaria 5 y 20 después de comer como dice la vieja fenilcetonúrica y ridícula Fridda Holler. Telefónica, el monstruo que le roba desorejadamente al público parlante, en contubernio con el Estado, había sido herido en su falsa moral y falso concepto de cultura. No les perdonarían esta afrenta. Pasarían la voz a todos los seudocentros culturales, desde el moderno CC del PUC en Camino Real hasta el cuchitril de Barranco city donde unos borrachines malaspectosos se creen los paladines de la cultura. Todas las universidades sobre todo particulares tendrían la luz roja para los Poetas del Asfalto. El silencio terminaría por estrangularlos y desaparecerlos en la nada de Antoine Roquentín abriendo la puerta: ¿qué habría más allá? (qué quiso decir Sartre con el cogito prerreflexivo? Abstenerse los que no han leído completo “El Ser y la Nada”).
El Primo me contaría luego de esa performance donde se bajó los pantalones en el Yakana y mientras leía casi poseído por los demonios del parnaso --enseñando su sexo casi público tras unos calzoncillos blancos y grandes-- unos hombres musculosos del 911 lo sacaban a empellones a la calle donde, por cierto, siguieron las piruetas, los movimientos de saltimbanqui con ademanes de pornostar porque nada podría parar a la poesía. Ser arrojado a la calle no es una ofensa es un halago. Ser incomprendido es ya una entelequia una forma de llegar a la ataraxia, al nirvana hindú. Se muerde el polvo de la derrota pero se muerde el polvo de la redención y, en algunos casos, el de la iluminación. Cuántos buenos poemas han nacido de un derribamiento moral o físico. Cuántos buenos poemas pueden nacer de la pérdida, de la pérdida de una pieza dentaria, es decir.
Otra noche hablando con el Primo tocamos el tema de la diverticulosis que son una especie de vesículas que le salen a los intestinos y que al reventarse generan un sangrado que acaba en melena (excremento de sangre). En casos graves hay que proceder con una colostomía, le dije, o sea hay que trasladarle el ano a la parte delantera izquierda y colocarle un bolsa diseñada especialmente para la evacuación, las personas pobres usan bolsas de mercado que adhieren a la piel con cinta de embalage, alguna vez en el Hospital 2 de Mayo, en una visita de voluntario vi que a un paciente le habían puesto una bolsa de Metro. La mierda traslucía el plástico amarillo. Hubiera sido una buena publicidad, pensé. El Primo rió como un condenado. Hablamos, también de los niños índigos y de los niños cristal que rechazan la carne y aprenden a escribir a los 2 años de edad. Antes de los 10 años pueden dominar dos o tres lenguas aparte de la materna. Son los llamados a cambiar este mundo decadente (de este tema también he hablado con Helem Ramos, la tenaz conductora de ese espacio radial, Odisea 2001, en radio Miraflores donde bota casi a gritos a cualquier ignorante que quiere pasar de músico. Sus entrevistas son de colección. Recomiendo la conversa que tuvo con Bjork. Helem habla siete lenguas así que no hay problema. Ella cree que soy índigo y cada vez que nos encontramos no me llama por mi nombre sino por esta categoría: Índigo, Índigo. Su estrabismo me parece bello).
El Primo me dijo, al final, que su señora madre sufría de diverticulosis. Le dije que rayara papa blanca y que la exprimiera hasta que saliera un almidón. Había que hacer esta operación rápidamente porque el material importante se oxida, en otras palabras se muere. Esta operación se tenía que hacer tres veces al día. El almidón de la papa cicatriza las heridas. Le recomendé comidas ricas en hierro como las lentejitas ya que esta enfermedad, debido a las hemorragias deriva en anemia. Le dije que comprara sangre de Drago, confundido comúnmente con “grado”. Unas gotitas al amanecer y otras al anochecer. Esta terapia tenía que estar acompañada con una orinoterapia para lo cual había que limpiar el organismo e insistir en una dieta vegetariana, ya que las carnes demoran en digerirse y en el caso de la diverticulosis generan infecciones y estreñimientos que comprometen el precario estado de salud. La primera orina que se queda en el meato urinario debe ser expelida por su carga bacteriológica. El segundo chorro es el que sirve y debe ser tomado inmediatamente ya que su exposición al aire lo contamina casi inmediatamente. Esto es algo muy importante que hay que tener en cuenta si se decide seguir este tratamiento puesto que enfermedades como la tifoidea pueden aparecer no por la orina propiamente dicha sino por las bacterias que están en el ambiente. Este punto aparentemente flaco ha sido explotado por la medicina de occidente para satanizar este método ancestral que funciona como vacuna. Ahora, como le dije, toda esta terapia es holística hay que aprender meditación, ir al acupunturista, al jorei o mahikari, recibir imposición de manos; ya Oswaldo Reynoso cuenta en “Los Eunucos Inmortales” que en China a los sometidos quirúrgicamente les imponen las manos como ayuda en sus tratamientos. Aquí todavía seguimos en estado de ignorancia. El samsara perujin (así nos llaman los chinos) es imposible en este país. Nos cae rayos y truenos desde arriba. Hay que protegerse con conocimientos que excedan la tradición. Informarse desde el folklore es necesario (aunque mentes alucinadas nos quieran llamar “folklóricos”). La medicina está secuestrada por unos médicos arrogantes. Recomiendo al acupunturista Ku Kam de la calle Mariátegui en Jesús María o a su primo Kam Jo, al final de la avenida Brasil. Ahí me encontré varias veces con el novelista Miguel Gutiérrez dando lentos pasos en un andador de manos. Le pregunté qué le había pasado y me dijo que un cobrador lo había empujado y se le había fracturado la cadera. Una mierda todo esto, balbuceó el novelista. Le di un abrazo y le dije que el doctor Kam no cura la enfermedad, lo que hace es ordenar los chakras, ordenar la energía, restablecer los puntos energéticos y al final, por añadidura, desaparece todo dolor o enfermedad. Ahí, también, en la salita de espera me encontré un par de veces con el poeta José Watanabe y su bella compañera, la poeta Micaela Chirif, recuerdo que hablamos de plantas, le recomendé unas yerbas y cambiar la disposición de su cama con dirección norte para capturar las energías polares y potenciar la mente y el cuerpo. No olvidar el ejercicio, no nos olvidemos que Sócrates, Platón, Aristóteles, etc., enseñaban mientras caminaban, los conocimientos requieren cierto movimiento físico para acelerar el tránsito sanguíneo que al fin y al cabo es el que irriga el cerebro y transmite la carga eléctrica, entre cinco y diez voltios, dependiendo del cuerpo o el desarrollo alcanzado. Aquí también juega papel importante el sistema de enfriamiento también llamado sistema de refrigeración (por los motorcolumnistas), los riñones y la piel trabajando conjuntamente, el exceso de sudor va a hacer que los riñones trabajen menos. El perro no suda, evapora líquidos y se enfría a través de la lengua; de ahí la lengua larga cayendo unos centímetros del hocico y enfriando rápidamente el organismo canino.
El primo me dijo que inmediatamente obligaría a su señora madre a beber su propia orina. Le dije que me mantuviera al tanto. Si necesitaba imposición de manos, a unas cuadras de la Casa España, en la cuadra 6 de República de Chile está la Iglesia Mesiánica de Seichu Sama, una iglesia japonesa donde practican el Jorei y el Ikebana tangetsu, que es el cultivo de flores, los adornos florales y la cromoterapia. La curación a través de los colores. Esta iglesia metodista dice que el supremo creador nos quiere sanos para cumplir nuestras tareas diarias. Por ahí podemos entender por qué Japón es un pueblo trabajador, todo conspira para que así sea.
Volviendo al Primo, recuerdo que me pasó su libro “La Vagina de Ana” donde aparece en una foto con un pene sobredimensionado, imagino que por la posición de la cámara en primer primerísimo plano. Su poesía falocéntrica, como dije en otro momento, está encima, casi en cabalgata a ritmo de huayno y punk rock, de la toñito Cisneros caído en desgracia tautológica. No puede más. Experimentar para él es un horror, prefiere su camino trazado a lápiz y martillo, sus versitos de avignon. Para él lo clásico es lo perfecto. Un enano montado en los hombros de un gigante se cree grande. Hay una imagen por ahí de Jorge Pimentel disparándole con el dedo índice y diciendo “muere, muere, viejo cabrón”.
Siguiendo con esto de las medicinas alternativas, Richi vino preocupado a preguntarme si la gastritis producía la muerte. Le dije que la bacteria del Helicobacter Pílory es la causante de estas maldades. Ahora se cura con una variante de la penicilina y harto Omeprazol (si se toma Omeprazol no se puede tomar “leche Milanta” son contraindicados. Uno anula al otro). Lo mejor es una dieta rica en harinas y alejada de sales, picantes y condimentos. Le dije que lo mejor es la orinoterapia, agua helada tanto en compresas externas sobre el vientre como en “agua de tiempo”. Hay un tipo de arcilla que se bebe y listo en una sola ingesta ya no hay más Helicobacter. “Gracias, doctor” me dijo. Más importante que ser doctor es ser docto le dije. No hay que olvidar la salud, es lo principal para continuar en la brega, puesto que el principal enemigo, después de la plutocracia, es el estrés. La guerra también es contra el estrés. Muerte al estrés. Muerte al estrés, repitió como un niño viejo, Richi.
Ahora es de noche, un poco más de las 4 de la mañana, y tengo en las manos este memorable número 50 de Poetas del Asfalto, titulado “Toca el piano borracho como un instrumento de percusión hasta que los dedos te empiecen a sangrar un poco”. Me entero por el editorial que Hans Polilla, el traductor del grupo, ha cedido sus derechos sobre el material editado, el título en inglés es “Play the Piano Drunk Like a percusión Instrumental Until The Fingers Begin To Bleed a Bit” (Black Sparrow Press, 1979), cuya traducción, aparte de Polilla, ha tenido como aliados a Eduardo Espinoza Lecca, María García (Argentina) y Eric Leunam (México). Rescato estas palabras de Buko: “Lo peor de todo es que algún tiempo después de mi muerte se me va a descubrir de verdad. Todos los que me tenían miedo o me odiaban cuando estaba vivo abrazarán de repente mi memoria. Mis palabras estarán en todas partes. Se crearan clubs sociales y sociedades. Será como para volverse loco. Se hará una película de mi vida. Me pintarán mucho más valiente de lo que soy y con mucho más talento del que tengo. Mucho más. Será como para hacer vomitar a los dioses. La especie humana lo exagera todo: a sus héroes, a sus enemigos, su importancia”. Y pienso que de repente tiene razón y que yo sin querer he exagerado esta pequeña nota a los Poetas del Asfalto que, a pesar de todo, es el grupo literario que más años tiene, el más antiguo, el más persistente, casi legendario, casi leyenda viviente, un dinosaurio arrastrado sobre rodajes literarios (pronto les harán una estatua en Quilca); y cuya permanencia no solo es tangible en los cincuenta números editados sino en la continua participación en recitales, presentaciones, “varietés”, vernisagges, intervenciones urbanas y sabotajes a este sistema putrefacto que aniquila día a día a sus mejores hijos, a sus artistas plásticos, músicos y poetas que muestran los dientes y andan erizados dispuestos a responder y dar pelea, como dijo el héroe “hasta el último cartucho”. Venderán caro su derrota. Sus lectores recogeremos los cadáveres que vayan quedando.
He exagerado, sí, pero valió la pena.
Hasta la victoria final
CMDT YBARRA (acepto su lisonjero mote)
PD: Se supone que esta pequeña nota iba a ser una reseña sobre “Toca el Piano…” de Bukowski que aparece por primera vez en edición impresa en español. Para remendar mi “error” dejo aquí mi apreciación, sobre este hermoso libro que trae quizá la frase, el aforismo más conocido del maestro: “es tan fácil ser poeta y tan difícil ser hombre” (antes de iniciar o “finalizar” quisiera decir que se me presenta un pequeño problema logístico, por cuanto esta edición trae un “prólogo” extrasístole del Primo y dos sendas reflexiones de Francisco León: “Bukowski o la inutilidad de la existencia, un NO rotundo al movimiento Beat”; y Lucho Desobediencia: “Alguna vez un paria Ácrata…Reflexiones sobre Charles Bukowski”. Aprovecharé entonces lo ya vertido para finiquitar el asunto).
Primero que nada, quisiera afirmar que Charles Bukowski es técnicamente más narrador que poeta, sin embargo lo poético –no como género sino como efluvio, como estro ardiente o lava del escritor-- tiene más cabida en sus textos. No sé si el autor tiene plena conciencia de que sus poemas son pequeñas historias, cuentos breves, historias truncas o bocetos de historias mayores. Lo mismo, pero al revés pasan con sus cuentos y novelas, siempre hay imágenes poéticas, metáforas, historias que se sostienen en la poesía misma, quizá una visión torcida, hilarante, patética por ratos, pero siempre dispuesto a sacar roncha y a mantener al lector en vilo, en estado nervioso, casi cascabeleando los dientes, tronchando los dedos y tratando de acabar el libro rápido, lo más rápido que se pueda.
Nunca voy a olvidar ese cuento titulado “El Malvado” que aparece en la “Máquina de Follar” y que narra los últimos días de un viejo jubilado renegado de su vida y apartado del sexo, todo parece plano y aburrido, pero de un momento a otro y mientras el personaje bebe su cerveza y observa por la ventana va descubriendo que una niña de 5 años no es indiferente a su vista ni a su libido y siente que algo le excita (la falda pequeña, las blondas de niña, etc.,) siente que los malos deseos están a punto de quebrar su fuerza de voluntad ante lo negado, hasta que acomete una violación, narrada con maestría, casi como si en verdad estuviera ocurriendo, hecho que se comprueba cuando se termina el cuento y uno se queda con la sensación de que ese hecho pretérito y monstruoso es, existe o existió. Y la culpabilidad salta a la luz porque Bukowski ha logrado que el lector participe de ese hecho, ha abierto una ventana para el morbo y pone a prueba la sensibilidad y los principios o cánones (toda moral juzga y castiga la violación sexual) que nos diferencian de un animal, aunque es claro que el autor prefiera cien mil veces a los animales.
Suscribo la subdivisión temática planteada por el Primo Mujica en torno a este libro, a saber: 1.-Poemas de Amor-Lujuria-Pendejada, 2.-Poemas de Borracheras-Chinganas-Huascas, 3.-Poemas de Personajes Lumpenes-Varios, 4.-Poemas de Muerte-Defunción-Estirar la pata. Y es que en los textos de Bukowski siempre van a estar presentes los deseos lujuriosos o carnales, siempre va a haber una bella damisela dispuesta a batallar cuerpo contra cuerpo con un viejo borracho deseoso y ansioso por el intercambio de efluvios. Como es sabido, el combustible bukowskiano es el licor, no hay cuento, novela o poema donde no esté presente el “bendito” licor. En realidad este elemento líquido es el verdadero personaje principal de todas las historias y poemas contadas por el viejo. No nos olvidemos que Bukowski era amante de los trabajos eventuales, aunque de preferencia era más amante de la vagancia y de la vida errabunda, por ello su asociación con personajes lumpenescos es normal. Él es parte de ellos, por ello mismo la presencia de la muerte es inevitable. Aquí el poema “La noche que estuve a punto de morir”: La noche en que estuve a punto de morir/ estaba sudando en la cama/ y podía oir a los grillos/ y una pelea de gatos afuera/ y sentí cómo mi alma se desprendía y atravesaba el colchón/ y justo antes de que tocara el suelo me levanté de un salto/ estaba tan débil que casi no podía andar/ pero caminé de un lado a otro y encendí todas las luces/ después regresé a la cama/ y otra vez mi alma se desprendió y atravesó el colchón/ y me levanté de un salto/ justo antes de que tocase el suelo/ caminé de un lado a otro y prendí todas las luces/ y después volví a la cama/ y otra vez se desprendió y/ me levanté/ y prendí todas las luces// yo tenía una hija de 7 años/ y estaba seguro de que ella no quería que muriese/ sino no me hubiese/ importado// pero durante toda aquella noche/ nadie llamó por teléfono/ nadie vino a verme con una cerveza// mi novia no llamó/ todo lo que podía oír eran grillos y hacía calor/ y seguí entregado al asunto/ levantándome y acostándome/ hasta que el primer rayo de sol entró por la ventana a través de los arbustos/ y entonces me metí en la cama/ y el alma se quedó/ dentro por fin/ y me dormí/ahora la gente viene a verme/ llaman a mi puerta y ventanas/ el teléfono suena/ el teléfono suena una y otra vez/ recibo cartas fantásticas por correo/ cartas de odio y cartas de amor/ todo vuelve a ser igual.
Sin duda un gran libro cuyo soporte para este caso es una buena traducción que Hans Polilla ha tenido la amabilidad de colgar en la net.
En forma casi de metatexto copio íntegramente (disculpen que me haya explayado más allá de lo permitido, pero ya que no tengo límites “físicos” o editoriales prefiero ser Balzaciano a ser capsular). Aquí va el texto titulado “Entrevistas”: “Los jóvenes del movimiento subterráneo/ con sus periódicos y revistas/ de poca circulación/ llegan con frecuencia a entrevistarme./ sus melenas son largas/ sus cuerpos delgados/ tienen grabadoras y/ vienen con abundante cerveza./ muchos de ellos/ se las arreglan para quedarse algunas horas y/ terminan borrachos.// Si estoy con alguna de mis amigas/ logro que ella hable./ sigue adelante –digo--/ cuéntales la verdad.// entonces ellas cuentan lo que les parece que es la verdad.// me pintan como algo semejante a un idiota/ lo cual es cierto.// entonces soy interrogado:/ ¿por qué dejó de escribir durante diez años?/ no sé./ ¿por qué no entró en el ejército?/ por loco./ ¿sabe hablar alemán?// no// ¿cuáles son sus escritores modernos preferidos?// no lo sé.// raras veces veo las entrevistas./ aunque cierta vez uno de estos jóvenes/ me contó que mi novia lo había besado/ mientras yo estaba en el baño.// te la llevaste fácil, le dije/ y dicho sea de paso/ olvídate de esa pendejada que te dije sobre/ Dos Passos. ¿o fue acerca de Mailer?/ hace calor esta noche/ y la mitad del vecindario está borracha./ la otra mitad está muerta./ si tengo algún consejo que dar acerca de escribir/ poesía es éste: no lo hagas./ ahora estoy enviando a alguien a comprar algo de pollo frito.
Los Poetas del Asfalto son antiacadémicos por naturaleza (el orden de estudios literarios casi siempre es reemplazado por principios de vida donde la literatura es la vida misma. Un golpe en la cara es un verso. La danza de los cuchillos es un poema verdadero. Una patada en los testículos la verdadera metáfora. Nótese la teratología de lo bello), a ellos no les importa los libros con solapa y de pasta barnizada, los libros con papel Japón u hojas a 80 gramos. Para ellos la fotostática es el material de guerra, material de contrabando. El mecanismo de difusión a bajo costo; la clásica revista literaria ha sido subvertida y transmutada (de mariposa en bello gusano de seda) en bélico fanzine antiestablishment, antifasista, antiEstado, antigobierno, antitaurino, antiImperialista, antipoder, antipoético, antinada, antitodo, etc. No interesan las formas interesa el fondo. La estética del continente es domeñada en función del contenido. El fanzine, por ratos se metamorsea en bomba molotovs, se yergue en misil antiaéreo, tierrra-aire, aire-tierra. Tenerlo en las manos da la sensación de fuego, se siente el aliento de Vulcano, alguna salamandra mitológica saldrá de sus páginas, algún aerolito cruzará desde el otro lado para incinerarnos. El fanzine, como vemos, es un arma de combate. El grupo se ve representado ahí. La formación gregaria es una característica visible. No es Uno son Unos. Son muchos, D´artagnan y sus espadachines, Arturo y la mesa redonda, los tortuninjas alrededor de la rata (y esto no es peyorativo, suele tomarse como todo lo contrario): Richi Lakra, Director Fundador y verdugo; Luis Mujica o el “Primo Mujica”, Director en Jefe del manicomio (así aparece en la presentación del fanzine); Fernando Laguna, Jefe de Arte abstracto, guitarrista eximio y erudito melómano; el polifacético, fasionista y performer Félix Méndez tomando con la boca, casi mordiendo, el asfalto y ejecutando acciones incomprensibles, reta a los dadaístas (en una visita al Averno me obsequió uno de sus libros, los traía una caja de zapatos e hizo lo mismo con todos los comensales, salió a la calle y siguió repartiendo hasta que se le acabaron. Ese día, esa acción solitaria me trajo algo de emoción. Regalar libros qué gran locura, sobre todo cuando no tienes los recursos, cuando “tienes” que dar de la nada. La intensión vale y refuerza todo criterio que yo pueda tener sobre ellos en relación a su trabajo y papel de artistas en esta zoociedad decadentista con moral decimonónica); el poeta vampiro, chupasangre con capa y dientes salientes, Pablo Pineda Estrada, por ahí una chiquilla emo tiene el cuello perforado ¿serán la autoría del poeta?; el poeta callejero y artesano de mal vivir Charles “Velorio” Barzola (hace un par de meses lo vi danzar en una bronca callejera. Intercambio de puñetes, un par de patadas y luego secando de un porrazo una botella de licor fosforescente mientras alguien le pasaba una chicharra gigantesca en una pipa victoriana, solo faltaba que apareciera Salvador Dalí con sus ojos inyectados sosteniendo un cráneo de chocolate lleno de termitas y diciendo a Alex Cooper, el roquero amigo, el metalero con ojos de demonio, “este es tu cerebro”, tal y como apuntan los periodistas de canal “Bio”); el poeta mayor Christian Portocarrero; el políglota e intelectual callejero Hans Polilla; “Piernitas”, siempre listo y avispado; el loco frontman “Lymbert”, compañero fiel y cantante del grupo con ligazón permanente a los PDA, el nombre lo dice todo, me reservo mi opinión por razones que pueden herir la susceptibilidad del lector: “Los Alcohólicos Cadavéricos”; Jorge “Botellas”, hoy entregado al deporte extremo del “Vale Todo” (así con mayúsculas), hace unos meses conversé con el hombre lo habían agarrado como saco de golpear, tenía algunas costillas rotas y el rostro magullado, rengueaba y se cogía el brazo izquierdo pero irónicamente estaba feliz, recordé (aunque la imagen debería de ser otra) esa frase del niñato de Kiko: ¿por qué sangras? Por que lo agarre a narizazos en la rodilla ¿!. La capicúa “Ana” mirándome desde su pequeña estatura y tomando fotos por doquier (¿quién entiende a las mujeres? Primo dixit, etc., etc).
Hablar de los inicios de “Poetas del Asfalto” es hablar de los trasfondos de la contracultura limensi. El mismo Richi Lakra fue conductor y manager del legendario y PUNKRÁTICO (subscribo esta palabra) “Eutanasia”, (recuerdo una conversa en los ochentas con Kike Eutanasia, vendedor y lector de libros, hoy en día radicado en Alemania: “el roquero tiene que leer sino sólo le queda hacer covers y cantarle al sistema, la poesía otorga al músico lo que la estridencia no puede enseñar: humanidad y ciencia”). En “Las Rejas” de Lima recuerdo la primera vez que me encontré con Richi, camisa a cuadros rojo con negro, lentes gruesos, rostro duro y de estatura comprensible ¿!, traía unos libros y fotostáticas en el sobaco, balbuceaba algunas palabras, carajos, mierdas, @#**%%&## mientras se balanceaba ante los estruendos de una banda punk que se desgañitaba en la parte del fondo del antro. Los olores a axila y a orines maltrataba los olfatos de señoritos cacógrafos que se la querían dar de escritores y artistas postmodernos. El seudobaño que había sufrido varios atentados de parte de “Rompewaters”, otro célebre mutante de la calle Quilca, era en realidad un mecanismo de selección natural, imposible de burlar. Pocos pasarían esta dura prueba (Róger Santibáñez, Dalmacia Ruíz Rosas, Domingo de Ramos, Mary Soto, etc., etc.,). Yo departía mesa con algunos poetas, en esos tiempos, entregados a los excesos de William Blake, hoy trabajan en algunos periódicos y revistas (o son profesores universitarios. No estafen, señores, digan la verdad aunque tengan que doblarse. Nietszche dixit), y son parte de los staffs que desprecio. Trabajar en un periódico, salvo honrosas excepciones, es como encerrar en una mina a un pájaro migratorio. Tarde o temprano terminará por matar al artista, al escritor que tienen dentro. Escribir cuartillas (carillas a veinte líneas) para el periódico es mierda decorativa que por unos centavos se obligan a sí mismos redactar (repito: salvo honrosas excepciones). Ahí están años de años burocratizados, entornillados en una silla eléctrica y giratoria, y envejecidos por un sistema que los condena a cambiar palabras y escritos por monedas. Tienen que vomitar palabras como sea para sobrevivir. Como decía la letra del desaparecido grupo “La Raza” de los hermanos Marambio: “Tienen que pagar peaje para seguir en el viaje. Tienen que darle carne a los lobos para seguir a su modo”. Han pasado de ser toros de lidia a ser mansos bueyes, o sea castrados y sometidos al yugo diario arrastrando una carga de mediocridad. Estos modernos Judas acabaran ahorcados por sus propias mentiras.
A los PDA no les interesa la crematística sobreviven como pueden. Tienen trabajos esporádicos ligados al recurseo que califica según la división internacional del trabajo como acciones del lumpen proletariado o ambulantado para sobrevivir inapropiadamente (en Japón se les conoce, según Augusto Higa y su “Japón no da dos oportunidades”, como “dekasegui”, aunque en el país del sol naciente tiene una connotación peyorativa e internacional. A propósito del último libro de Higa no se puede entender si primero no se ha leído este, aquí el trabajo forzado termina minando la salud mental por ahí hay un vaso comunicante con su última nouvelle): Richi alguna vez trabajó para el INEI y por ahora hace “trabajitos al paso” (pongo a volar mi imaginación), el “Primo” trabaja en una planta química y “radioactiva” llamada “Procolor” o algo así, tiene que tomar leche todas las noches para no morir envenenado. Fernando Laguna regenta una tienda de discos donde vende al menudeo material musical relativamente caleta. Nunca vende nada que forme parte de su colección, ya lo he probado, como conocedor musical (lo visité varias veces en su bastión de “El Hueco”, zona roja del pirateo y la fiscalía –que, por cierto, no persigue a esos congresistas que importan discos, cds en blanco, material básico del pirateo. Son ellos los verdaderos piratas--, luego migró a otros lares ¿Caylloma? ¿Carabaya? Vaya dios o el diablo a saber) su fuerte son los años sesentas y setentas, aunque siempre sale con algo muy, pero muy rebuscado (como no me gusta perder le recomiendo “Los dólares 500” que fue una banda del negro Rigo que fundó en el Callao de los años sesentas. Hay por ahí un vinilo, un 45. A buscar se ha dicho).
Si hay un dios a quienes los PDA dejan sus plegarias, vómitos, regurgitaciones y otras excrescencias, este es Bukowski, Henry Chinanski, el fracasado escritor con piernas de elefante vomitando sangre en “La Máquina de Follar” y perseguido por perros callejeros en “El Cartero”. Condenado a perder y a tomarse por siempre un vaso de trago. Sísifo lo persigue en la carrera de caballos. No se va a apartar jamás. Hay una nube negra volando y lloviendo sobre las cabezas y en especial sobre la cabeza de este escritor redivivo. Apostar no es una consigna es el modus vivendi, el modus operandi de una vida sin sentido. Nada nos pertenece, por ende podemos apostarlo todo incluso el porvenir. Bukowski dando de patadas a un caficho y llevándose a la puta para besarla con esos belfos sangrantes, el resabio a morcilla, las tetamentas unidos al pecho velludo con olor a creso, el sexo triangular y el pene también sangrante casi como una piltrafa, una dolorosa morcilla, el dolor sexual y casi sexual en movimientos pélvicos (el mal llamado un dos) no pueden detener al escritor que necesita de la vida para avanzar en el papel. Buko es venerado como debe de ser: en trago corto, seco y volteado. Arrojando llamas como un tragafuegos. No hay vainas. Destrucción es, de alguna forma, construcción. Alguien lanzó un gargajo y escribió con sus orines en la vereda: “De-construcción” (oh estructuralistas hijos de la guayaba). Por eso estos poetas en el sentido griego y muy limeño habitan su propio monte de Olimpo: Richi vive en el temible, indecoroso y lumpenesco, cerro “El Pino” cerca al camal de yerbatero y desde donde Lima es poco más que un mojón gigantesco, una bola batida de excrementos que empuja el escarabajo del destino, con filas desordenadas de casas y carros destartalados que llevan pesados bultos y latones con algún raro contenido o comida para chanchos (¿alguien gruñe por ahí?). Desde este cerro también se ven los estibadores de la Parada cargando como hormigas sus pesadas migajas de pan o piedras de molino (la imagen de Sísifo, otra vez, cayendo con su piedra y con el hígado devorado por algún ave de rapiña que no es más que un trago barato que venden en bolsa plástica, transparente, como para ver la calavera que se proyecta desde adentro, la imagen de la misma muerte o alguna arpía parecida, Erirnia-Hipnos-Thanatos, etc.. A propósito recomiendo revisar “El Final del Porvenir”, novela donde Higa se luce en el lenguaje y narra las peripecias para sobrevivir en una realidad dura y cruel como es La Parada y el distrito basurizado, avatar de la mierdocracia, cuya imagen permanente es la de haber resistido un ataque nuclear: La Victoria. ¿Alguien se atreverá, algún día, parchar esas pistas y arreglar esas veredas?). Desde el otro lado de la ciudad, Fernando Laguna habita en el cerro Armatambo al cual se llega por una salida a la avenida Huaylas en Chorrillos. La imagen de él es la que nos otorga Cromwel Jara en su “Patíbulo para un Caballo” (a propósito sé de una disputa entre Augusto Higa y Cromwel Jara. Si leen bien “Final del Porvenir” y “Patíbulo para un caballo” se van a dar cuenta que el personaje principal es el mismo tanto para uno como para el otro. Cromwel reniega de esto, imagino que Higa también. Ya dedicaré un post sobre este tema). Los conos de la ciudad son submundos. Sobrevivir ahí implica algo más que una escafandra existencial. Hay que madrugar para tomar el carro. La polvareda de la tierra seca se mete por las orejas, la nariz. La ropa limpia se convierte inmediatamente en ropa vieja. El polvo seco funciona como lija. La hojarasca de García Márquez persigue a los conos. Los municipios son cuevas de ladrones que inflan en precio las pocas labores, casi siempre empiezan y terminan con la pileta municipal y el plantado de algunos árboles. Las concesiones de construcción son hechas a familiares, amigos o correligionarios. Estafa y depredación pura. Desde ahí la ciudad de Lima es un crustáceo caminando al revés. Al oeste, siempre, el océano con su ojo tuerto e imposible nos arrastra como una cloaca a la eternidad de ola encrespada y dispuesta a ahogarnos.
Y no deja de ser poético que PDA, el fanzine que ahora llega, como en edad madura llega Richi, a su número 50 descienda de unos cerros, de unos montes griegos muy limeños y MAZAMORREICOS (acuño y suscribo este término). El fanzine desciende de los cielos para sus mortales lectores, baja del Olimpo y toma posesión de la urbe ribeyriana. Sin embargo me doy tiempo para reflexionar sobre esta categoría que por ratos parece un exabrupto imperialista: “el fanzine”, de Fan (fanático) y Zine de Magazine, o sea la revista del fanático, aunque PDA es más un prozine pues casi se edita por medios profesionales, la carátula es diagramada y editada en cartulina duplex de buen gramaje, los trazos de Laguna podrían adornar perfectamente cualquier revista burguesa, le sobra calidad y su estilística sobrepasa a muchos dibujantes a sueldo de los periódicos chatarra (sé de un seudodibujante que le pagan cien dólares por hacer cojudeces. A cien dólares cada cojudeza). Considero que PDA podría también editarse vía Internet, entonces se convertiría en un Ezine, sujeto, claro está, al copyleft (el commond) y la protección subterránea de los derechos de autor. En el plano literario se puede decir que “Poetas del Asfalto” es una experiencia casi solitaria, solo el fanzine sanmarquino con alianza de Bellas Artes lo acompaña, Lithopía está en el número tres (por algunos instantes recuerdo el fanzine “ACIDO”, corrosivo literario, que saqué con carlitos Rengifo al finalizar el segundo milenio. Todo quedó en el número cero. Sus casi cien páginas todavía son reclamadas por ahí).
Veo pasar en el panel de la memoria, otra vez, al celebérrimo “Rompewaters” que en una teoría bizarra ha degenerado en el concepto que combatir literalmente a la mierda empieza por romper los waters y dejar que la mierda tome su curso. Una completa aberración. La gente, especialmente los organizadores de conciertos y recitales literarios se cuidan de él. Un water no es algo barato. Dicen que antes “Rompewaters” solía romper los inodoros a patadas para lo cual usaba unos chancabuques con punta de acero, hoy en día ha mejorado su técnica, ya no rompe estos aparatos occidentales (todavía hay pueblos orientales que usan el silo) simplemente los atora, para eso lleva una piedra y trapos los que logra poner en la “trampa” donde los excrementos se despiden de nuestro lado visual para seguir su rumbo silencioso y escatológico camino al mar que todo lo entiende y todo lo soporta, incluso los desbarajustes del “Rompewaters”.
Un conocido de neón cuenta que un día saliendo del aeropuerto se topó entre tantas revistas extranjeras y el Le Monde Diplomatique, nada más y nada menos que al fanzine “Poetas del Asfalto” envuelto en papel celofán transparente y al precio módico de 15 soles. ¿Qué fue esto? Masculló el conocido de neón. Compró, pagó con tarjeta y salió a la avenida Fawcett. No pudo aguantarse y no obstante su tacañería me llamó por teléfono: “Ybarra, aunque no me creas acabo de comprar en el dutty free del aeropuerto un fanzine de Poetas del Asfalto. Sólo comparable al mozo peruano de Estocolmo que se dio cuenta que le mentaba la madre a un gringo flatulento. Qué estás haciendo. Te visito más tarde” Ok. Ok. Venga nomás santo del puño.
Son 14 años empujando la carreta, dice Richi, a veces uno se cansa pero hay que seguir para adelante. No queda de otra, doctor. Y no queda de otra, sólo coger al monstruo de los cuernos y derribarlo o ser embestido. Por eso hace poco tiempo el fanzine se presentó en la Fundación Telefónica, cuadra 15 de la avenida Arequipa de Lima. En sus limpios y lustrosos ambientes los Poetas del Asfalto dieron rienda suelta a sus bajos instintos: los poetas gritaron, gruñeron, aullaron (howl, howl, “He visto a los mejores cerebros de mi generación carcomidos por el llanto, famélicos, histéricos, desnudos, arrastrándose por las calles de los negros en busca de un colérico picotazo…”), Primo se bajó los pantalones, alguien simuló limpiarse el trasero con unos poemas, mentaron la madre a los visitantes clasemedieros que confundieron la acción con “arte postmoderno” o “teatro de vanguardia y grotoswkiano” (oh Grotowski y Judith Malina padre y madre del teatro pobre sepúltalos con tu verborrea). Alguien simuló romper los vidrios y televisores que vigilaban desde arriba. Otro prendió algo extraño, en formato de cigarrillo, a vista y paciencia de todo el mundo. Y se armó el molondrón.
A la directora del centro cultural Telefónica se le bajó la presión, le vino de sopetón la vejez prematura, la horrible menopausia, la arteriosclerosis, las várices, las patas de gallo, la papada de sapo, los brazos cortina, se le desinfló el trasero, la columna vertebral se convirtió en la curva de Gauss, las tetas se le convirtieron en dos huevos fritos, dos limones resecos, dos higos desecados en generación espontánea. Le dio progeria. Los Poetas del Asfalto fueron sacados a patadas al asfalto. Llovía y hacía frío. Las combis pasaban a toda velocidad. Los autos volaban sobre la pista. Uno de ellos casi atropella a Richi quien hizo un movimiento de mimo para esquivar al bus que pasó como un toro rabioso, botando humos negros y refunfuñando. Ahora tendríamos a otro héroe urbano. Una que otra mujer de la noche asomaba por la esquina de Panamericana televisión, “la mujer alta y fría vestida de negro” de The Holys”. No sabían si llamar a los loqueros o a la policía. Arrestarlos o encerrarlos era la consigna. Estos “maleantes” no valían la pena. Después del clásico maltrato ahora están vetados de por vida. Les gritaron a boca de jarro: “No son poetas. No son artistas. No son nada. Los poetas se comportan como gente decente, cumplen con los protocolos, no hablan palabrotas, no escupen, no beben esa cosa de color fosforescente parecido a la cicuta. No cogen sus sexos en público. No se rascan las axilas. No fuman esas cosas extrañas. No dan de cabezazos a las paredes. No andan con pantalones rotos y zapatos con hambre. Los poetas de verdad pagan sus impuestos, tienen auto, cargan laptops último modelo, cargan chequera, no beben en la calle sino en el “Juanitos”, en el “Pollos Pier” o en la librería snob “Casa Tomada”. Los poetas de verdad leen a Chocano y Antonio Cisneros. Respetan las reglas gramaticales y el buen decir. Los poetas de verdad visten casimir inglés, saco Giorgio Armani, lentes Dolce Gabanna y hablan amaneradamente (o sea, o sea, después de mi viaje al encuentro internacional de escritores…puag puag) Oigan ustedes, los poetas de verdad sacan revistas y no fanzines. Fuera de acá”.
Aunque a simple vista no pareciera los PDA habían acometido un atentado contra el honor y las buenas costumbres y la cuchara en posición horaria 5 y 20 después de comer como dice la vieja fenilcetonúrica y ridícula Fridda Holler. Telefónica, el monstruo que le roba desorejadamente al público parlante, en contubernio con el Estado, había sido herido en su falsa moral y falso concepto de cultura. No les perdonarían esta afrenta. Pasarían la voz a todos los seudocentros culturales, desde el moderno CC del PUC en Camino Real hasta el cuchitril de Barranco city donde unos borrachines malaspectosos se creen los paladines de la cultura. Todas las universidades sobre todo particulares tendrían la luz roja para los Poetas del Asfalto. El silencio terminaría por estrangularlos y desaparecerlos en la nada de Antoine Roquentín abriendo la puerta: ¿qué habría más allá? (qué quiso decir Sartre con el cogito prerreflexivo? Abstenerse los que no han leído completo “El Ser y la Nada”).
El Primo me contaría luego de esa performance donde se bajó los pantalones en el Yakana y mientras leía casi poseído por los demonios del parnaso --enseñando su sexo casi público tras unos calzoncillos blancos y grandes-- unos hombres musculosos del 911 lo sacaban a empellones a la calle donde, por cierto, siguieron las piruetas, los movimientos de saltimbanqui con ademanes de pornostar porque nada podría parar a la poesía. Ser arrojado a la calle no es una ofensa es un halago. Ser incomprendido es ya una entelequia una forma de llegar a la ataraxia, al nirvana hindú. Se muerde el polvo de la derrota pero se muerde el polvo de la redención y, en algunos casos, el de la iluminación. Cuántos buenos poemas han nacido de un derribamiento moral o físico. Cuántos buenos poemas pueden nacer de la pérdida, de la pérdida de una pieza dentaria, es decir.
Otra noche hablando con el Primo tocamos el tema de la diverticulosis que son una especie de vesículas que le salen a los intestinos y que al reventarse generan un sangrado que acaba en melena (excremento de sangre). En casos graves hay que proceder con una colostomía, le dije, o sea hay que trasladarle el ano a la parte delantera izquierda y colocarle un bolsa diseñada especialmente para la evacuación, las personas pobres usan bolsas de mercado que adhieren a la piel con cinta de embalage, alguna vez en el Hospital 2 de Mayo, en una visita de voluntario vi que a un paciente le habían puesto una bolsa de Metro. La mierda traslucía el plástico amarillo. Hubiera sido una buena publicidad, pensé. El Primo rió como un condenado. Hablamos, también de los niños índigos y de los niños cristal que rechazan la carne y aprenden a escribir a los 2 años de edad. Antes de los 10 años pueden dominar dos o tres lenguas aparte de la materna. Son los llamados a cambiar este mundo decadente (de este tema también he hablado con Helem Ramos, la tenaz conductora de ese espacio radial, Odisea 2001, en radio Miraflores donde bota casi a gritos a cualquier ignorante que quiere pasar de músico. Sus entrevistas son de colección. Recomiendo la conversa que tuvo con Bjork. Helem habla siete lenguas así que no hay problema. Ella cree que soy índigo y cada vez que nos encontramos no me llama por mi nombre sino por esta categoría: Índigo, Índigo. Su estrabismo me parece bello).
El Primo me dijo, al final, que su señora madre sufría de diverticulosis. Le dije que rayara papa blanca y que la exprimiera hasta que saliera un almidón. Había que hacer esta operación rápidamente porque el material importante se oxida, en otras palabras se muere. Esta operación se tenía que hacer tres veces al día. El almidón de la papa cicatriza las heridas. Le recomendé comidas ricas en hierro como las lentejitas ya que esta enfermedad, debido a las hemorragias deriva en anemia. Le dije que comprara sangre de Drago, confundido comúnmente con “grado”. Unas gotitas al amanecer y otras al anochecer. Esta terapia tenía que estar acompañada con una orinoterapia para lo cual había que limpiar el organismo e insistir en una dieta vegetariana, ya que las carnes demoran en digerirse y en el caso de la diverticulosis generan infecciones y estreñimientos que comprometen el precario estado de salud. La primera orina que se queda en el meato urinario debe ser expelida por su carga bacteriológica. El segundo chorro es el que sirve y debe ser tomado inmediatamente ya que su exposición al aire lo contamina casi inmediatamente. Esto es algo muy importante que hay que tener en cuenta si se decide seguir este tratamiento puesto que enfermedades como la tifoidea pueden aparecer no por la orina propiamente dicha sino por las bacterias que están en el ambiente. Este punto aparentemente flaco ha sido explotado por la medicina de occidente para satanizar este método ancestral que funciona como vacuna. Ahora, como le dije, toda esta terapia es holística hay que aprender meditación, ir al acupunturista, al jorei o mahikari, recibir imposición de manos; ya Oswaldo Reynoso cuenta en “Los Eunucos Inmortales” que en China a los sometidos quirúrgicamente les imponen las manos como ayuda en sus tratamientos. Aquí todavía seguimos en estado de ignorancia. El samsara perujin (así nos llaman los chinos) es imposible en este país. Nos cae rayos y truenos desde arriba. Hay que protegerse con conocimientos que excedan la tradición. Informarse desde el folklore es necesario (aunque mentes alucinadas nos quieran llamar “folklóricos”). La medicina está secuestrada por unos médicos arrogantes. Recomiendo al acupunturista Ku Kam de la calle Mariátegui en Jesús María o a su primo Kam Jo, al final de la avenida Brasil. Ahí me encontré varias veces con el novelista Miguel Gutiérrez dando lentos pasos en un andador de manos. Le pregunté qué le había pasado y me dijo que un cobrador lo había empujado y se le había fracturado la cadera. Una mierda todo esto, balbuceó el novelista. Le di un abrazo y le dije que el doctor Kam no cura la enfermedad, lo que hace es ordenar los chakras, ordenar la energía, restablecer los puntos energéticos y al final, por añadidura, desaparece todo dolor o enfermedad. Ahí, también, en la salita de espera me encontré un par de veces con el poeta José Watanabe y su bella compañera, la poeta Micaela Chirif, recuerdo que hablamos de plantas, le recomendé unas yerbas y cambiar la disposición de su cama con dirección norte para capturar las energías polares y potenciar la mente y el cuerpo. No olvidar el ejercicio, no nos olvidemos que Sócrates, Platón, Aristóteles, etc., enseñaban mientras caminaban, los conocimientos requieren cierto movimiento físico para acelerar el tránsito sanguíneo que al fin y al cabo es el que irriga el cerebro y transmite la carga eléctrica, entre cinco y diez voltios, dependiendo del cuerpo o el desarrollo alcanzado. Aquí también juega papel importante el sistema de enfriamiento también llamado sistema de refrigeración (por los motorcolumnistas), los riñones y la piel trabajando conjuntamente, el exceso de sudor va a hacer que los riñones trabajen menos. El perro no suda, evapora líquidos y se enfría a través de la lengua; de ahí la lengua larga cayendo unos centímetros del hocico y enfriando rápidamente el organismo canino.
El primo me dijo que inmediatamente obligaría a su señora madre a beber su propia orina. Le dije que me mantuviera al tanto. Si necesitaba imposición de manos, a unas cuadras de la Casa España, en la cuadra 6 de República de Chile está la Iglesia Mesiánica de Seichu Sama, una iglesia japonesa donde practican el Jorei y el Ikebana tangetsu, que es el cultivo de flores, los adornos florales y la cromoterapia. La curación a través de los colores. Esta iglesia metodista dice que el supremo creador nos quiere sanos para cumplir nuestras tareas diarias. Por ahí podemos entender por qué Japón es un pueblo trabajador, todo conspira para que así sea.
Volviendo al Primo, recuerdo que me pasó su libro “La Vagina de Ana” donde aparece en una foto con un pene sobredimensionado, imagino que por la posición de la cámara en primer primerísimo plano. Su poesía falocéntrica, como dije en otro momento, está encima, casi en cabalgata a ritmo de huayno y punk rock, de la toñito Cisneros caído en desgracia tautológica. No puede más. Experimentar para él es un horror, prefiere su camino trazado a lápiz y martillo, sus versitos de avignon. Para él lo clásico es lo perfecto. Un enano montado en los hombros de un gigante se cree grande. Hay una imagen por ahí de Jorge Pimentel disparándole con el dedo índice y diciendo “muere, muere, viejo cabrón”.
Siguiendo con esto de las medicinas alternativas, Richi vino preocupado a preguntarme si la gastritis producía la muerte. Le dije que la bacteria del Helicobacter Pílory es la causante de estas maldades. Ahora se cura con una variante de la penicilina y harto Omeprazol (si se toma Omeprazol no se puede tomar “leche Milanta” son contraindicados. Uno anula al otro). Lo mejor es una dieta rica en harinas y alejada de sales, picantes y condimentos. Le dije que lo mejor es la orinoterapia, agua helada tanto en compresas externas sobre el vientre como en “agua de tiempo”. Hay un tipo de arcilla que se bebe y listo en una sola ingesta ya no hay más Helicobacter. “Gracias, doctor” me dijo. Más importante que ser doctor es ser docto le dije. No hay que olvidar la salud, es lo principal para continuar en la brega, puesto que el principal enemigo, después de la plutocracia, es el estrés. La guerra también es contra el estrés. Muerte al estrés. Muerte al estrés, repitió como un niño viejo, Richi.
Ahora es de noche, un poco más de las 4 de la mañana, y tengo en las manos este memorable número 50 de Poetas del Asfalto, titulado “Toca el piano borracho como un instrumento de percusión hasta que los dedos te empiecen a sangrar un poco”. Me entero por el editorial que Hans Polilla, el traductor del grupo, ha cedido sus derechos sobre el material editado, el título en inglés es “Play the Piano Drunk Like a percusión Instrumental Until The Fingers Begin To Bleed a Bit” (Black Sparrow Press, 1979), cuya traducción, aparte de Polilla, ha tenido como aliados a Eduardo Espinoza Lecca, María García (Argentina) y Eric Leunam (México). Rescato estas palabras de Buko: “Lo peor de todo es que algún tiempo después de mi muerte se me va a descubrir de verdad. Todos los que me tenían miedo o me odiaban cuando estaba vivo abrazarán de repente mi memoria. Mis palabras estarán en todas partes. Se crearan clubs sociales y sociedades. Será como para volverse loco. Se hará una película de mi vida. Me pintarán mucho más valiente de lo que soy y con mucho más talento del que tengo. Mucho más. Será como para hacer vomitar a los dioses. La especie humana lo exagera todo: a sus héroes, a sus enemigos, su importancia”. Y pienso que de repente tiene razón y que yo sin querer he exagerado esta pequeña nota a los Poetas del Asfalto que, a pesar de todo, es el grupo literario que más años tiene, el más antiguo, el más persistente, casi legendario, casi leyenda viviente, un dinosaurio arrastrado sobre rodajes literarios (pronto les harán una estatua en Quilca); y cuya permanencia no solo es tangible en los cincuenta números editados sino en la continua participación en recitales, presentaciones, “varietés”, vernisagges, intervenciones urbanas y sabotajes a este sistema putrefacto que aniquila día a día a sus mejores hijos, a sus artistas plásticos, músicos y poetas que muestran los dientes y andan erizados dispuestos a responder y dar pelea, como dijo el héroe “hasta el último cartucho”. Venderán caro su derrota. Sus lectores recogeremos los cadáveres que vayan quedando.
He exagerado, sí, pero valió la pena.
Hasta la victoria final
CMDT YBARRA (acepto su lisonjero mote)
PD: Se supone que esta pequeña nota iba a ser una reseña sobre “Toca el Piano…” de Bukowski que aparece por primera vez en edición impresa en español. Para remendar mi “error” dejo aquí mi apreciación, sobre este hermoso libro que trae quizá la frase, el aforismo más conocido del maestro: “es tan fácil ser poeta y tan difícil ser hombre” (antes de iniciar o “finalizar” quisiera decir que se me presenta un pequeño problema logístico, por cuanto esta edición trae un “prólogo” extrasístole del Primo y dos sendas reflexiones de Francisco León: “Bukowski o la inutilidad de la existencia, un NO rotundo al movimiento Beat”; y Lucho Desobediencia: “Alguna vez un paria Ácrata…Reflexiones sobre Charles Bukowski”. Aprovecharé entonces lo ya vertido para finiquitar el asunto).
Primero que nada, quisiera afirmar que Charles Bukowski es técnicamente más narrador que poeta, sin embargo lo poético –no como género sino como efluvio, como estro ardiente o lava del escritor-- tiene más cabida en sus textos. No sé si el autor tiene plena conciencia de que sus poemas son pequeñas historias, cuentos breves, historias truncas o bocetos de historias mayores. Lo mismo, pero al revés pasan con sus cuentos y novelas, siempre hay imágenes poéticas, metáforas, historias que se sostienen en la poesía misma, quizá una visión torcida, hilarante, patética por ratos, pero siempre dispuesto a sacar roncha y a mantener al lector en vilo, en estado nervioso, casi cascabeleando los dientes, tronchando los dedos y tratando de acabar el libro rápido, lo más rápido que se pueda.
Nunca voy a olvidar ese cuento titulado “El Malvado” que aparece en la “Máquina de Follar” y que narra los últimos días de un viejo jubilado renegado de su vida y apartado del sexo, todo parece plano y aburrido, pero de un momento a otro y mientras el personaje bebe su cerveza y observa por la ventana va descubriendo que una niña de 5 años no es indiferente a su vista ni a su libido y siente que algo le excita (la falda pequeña, las blondas de niña, etc.,) siente que los malos deseos están a punto de quebrar su fuerza de voluntad ante lo negado, hasta que acomete una violación, narrada con maestría, casi como si en verdad estuviera ocurriendo, hecho que se comprueba cuando se termina el cuento y uno se queda con la sensación de que ese hecho pretérito y monstruoso es, existe o existió. Y la culpabilidad salta a la luz porque Bukowski ha logrado que el lector participe de ese hecho, ha abierto una ventana para el morbo y pone a prueba la sensibilidad y los principios o cánones (toda moral juzga y castiga la violación sexual) que nos diferencian de un animal, aunque es claro que el autor prefiera cien mil veces a los animales.
Suscribo la subdivisión temática planteada por el Primo Mujica en torno a este libro, a saber: 1.-Poemas de Amor-Lujuria-Pendejada, 2.-Poemas de Borracheras-Chinganas-Huascas, 3.-Poemas de Personajes Lumpenes-Varios, 4.-Poemas de Muerte-Defunción-Estirar la pata. Y es que en los textos de Bukowski siempre van a estar presentes los deseos lujuriosos o carnales, siempre va a haber una bella damisela dispuesta a batallar cuerpo contra cuerpo con un viejo borracho deseoso y ansioso por el intercambio de efluvios. Como es sabido, el combustible bukowskiano es el licor, no hay cuento, novela o poema donde no esté presente el “bendito” licor. En realidad este elemento líquido es el verdadero personaje principal de todas las historias y poemas contadas por el viejo. No nos olvidemos que Bukowski era amante de los trabajos eventuales, aunque de preferencia era más amante de la vagancia y de la vida errabunda, por ello su asociación con personajes lumpenescos es normal. Él es parte de ellos, por ello mismo la presencia de la muerte es inevitable. Aquí el poema “La noche que estuve a punto de morir”: La noche en que estuve a punto de morir/ estaba sudando en la cama/ y podía oir a los grillos/ y una pelea de gatos afuera/ y sentí cómo mi alma se desprendía y atravesaba el colchón/ y justo antes de que tocara el suelo me levanté de un salto/ estaba tan débil que casi no podía andar/ pero caminé de un lado a otro y encendí todas las luces/ después regresé a la cama/ y otra vez mi alma se desprendió y atravesó el colchón/ y me levanté de un salto/ justo antes de que tocase el suelo/ caminé de un lado a otro y prendí todas las luces/ y después volví a la cama/ y otra vez se desprendió y/ me levanté/ y prendí todas las luces// yo tenía una hija de 7 años/ y estaba seguro de que ella no quería que muriese/ sino no me hubiese/ importado// pero durante toda aquella noche/ nadie llamó por teléfono/ nadie vino a verme con una cerveza// mi novia no llamó/ todo lo que podía oír eran grillos y hacía calor/ y seguí entregado al asunto/ levantándome y acostándome/ hasta que el primer rayo de sol entró por la ventana a través de los arbustos/ y entonces me metí en la cama/ y el alma se quedó/ dentro por fin/ y me dormí/ahora la gente viene a verme/ llaman a mi puerta y ventanas/ el teléfono suena/ el teléfono suena una y otra vez/ recibo cartas fantásticas por correo/ cartas de odio y cartas de amor/ todo vuelve a ser igual.
Sin duda un gran libro cuyo soporte para este caso es una buena traducción que Hans Polilla ha tenido la amabilidad de colgar en la net.
En forma casi de metatexto copio íntegramente (disculpen que me haya explayado más allá de lo permitido, pero ya que no tengo límites “físicos” o editoriales prefiero ser Balzaciano a ser capsular). Aquí va el texto titulado “Entrevistas”: “Los jóvenes del movimiento subterráneo/ con sus periódicos y revistas/ de poca circulación/ llegan con frecuencia a entrevistarme./ sus melenas son largas/ sus cuerpos delgados/ tienen grabadoras y/ vienen con abundante cerveza./ muchos de ellos/ se las arreglan para quedarse algunas horas y/ terminan borrachos.// Si estoy con alguna de mis amigas/ logro que ella hable./ sigue adelante –digo--/ cuéntales la verdad.// entonces ellas cuentan lo que les parece que es la verdad.// me pintan como algo semejante a un idiota/ lo cual es cierto.// entonces soy interrogado:/ ¿por qué dejó de escribir durante diez años?/ no sé./ ¿por qué no entró en el ejército?/ por loco./ ¿sabe hablar alemán?// no// ¿cuáles son sus escritores modernos preferidos?// no lo sé.// raras veces veo las entrevistas./ aunque cierta vez uno de estos jóvenes/ me contó que mi novia lo había besado/ mientras yo estaba en el baño.// te la llevaste fácil, le dije/ y dicho sea de paso/ olvídate de esa pendejada que te dije sobre/ Dos Passos. ¿o fue acerca de Mailer?/ hace calor esta noche/ y la mitad del vecindario está borracha./ la otra mitad está muerta./ si tengo algún consejo que dar acerca de escribir/ poesía es éste: no lo hagas./ ahora estoy enviando a alguien a comprar algo de pollo frito.
22 comentarios:
Maestro, aunque le joda usted es la reencarnación de Balzac.
Yo preguntó quien va a publicar sus miles de páginas, felizmente ahora hay este asunto de los blogs y páginas virtuales. Un caluroso saludo.
Su paisano Miguel
(no el wua paisano)
terrible, terrible
todo ud es un exceso.
yoni
86 petroaudios nuevos, Rodolfo, allí caen Lauer y todita su banda, y tú hablando de esto.
Tu post es LA CAGADA.
Nunca cierres este sitio, ptm. Si algún día te sientes cansado, no seas como otros que cierran la página y botan al olvido y a unos cuantos amigos todas esas letras. déjalo en la red, hay gente que tiene que leer estas cosas, don Ybarra. Saludos!
quién es ese idiota (panóptico literario) que se para colgando de este gran blog liberado...no jodas pe ...busca tu propio destino y deja de aprovecharte de nuestro sumo sacerdote el gran Ybarrón, bueno es culantro pero no tanto...
P. Bustos
Saludos señor Ybarra,
entretenidísima su nota sobre los Poetas del Asfalto. Aunque yo pensé (de repente por el título) que iba a ser un ensayo sobre la contracultura o algo así.
Fuera de todo, quedé satisfecho y me pasé unos buenos minutos leyéndole.
Un fuerte abrazo,
Jorge
Maeistro, yo siempre he pensado que las movida subterránea tenía en usted a un líder más capaz que el traidor de Daniel F. Han pasado muchos años y no me he equivocado.
Salute seco y volteado
La Roca
sí pues, ese mafioso de Daniel F que es amigazo del otro mafioso Oscar Malca, el popular "no terminé el kínder pero soy inteligente".
Gracias Biyu, gracias a ustedes y disculpen algunos "errores", la inmediatez a veces no permite entregar un post correcto y libre de falencias. Sé que a veces me excedo, pero prefiero eso a la cultura del Reader's Digest, la fragmentación y la reducción de ciertos blogers. Me asusta y atormenta ese conocimiento minimizado, licuefactado y pasteurizado para las masas.
Seguimos.
Esa cultura del Reader's Digest es la que difunde Enrique Planas en El Mercioco. Y solo entrevista a los mafiosos. No es nada solapa.
MUCHO MAS QUE KONTRAKULTURA:
http://www.elpais.com/articulo/internacional/transportes/ensenanza/sectores/afectados/huelga/Francia/elpepuint/20090129elpepuint_9/Tes
oe sí ybarrón esa es la cultura que defiende y aplica tu hermanastro Gustav...bien por tí mal por él...
juaneco
Muy bueno el artículo, Ybarra.
JJ
gastas 50,000 caracteres en una revista de fotocopias pero no dices nada de la novela de Thays que es lo máximo. Qué democrático eres.
Edwin
Qué tal sabanón de letras te mandaste Ybarrón, doblandolo sale una buena colcha. Para el invierno será.
El Médico del Pueblo
DALE A FAVERON SU CHIKITA, MONSTUO DE IDAT!!
La poesía contracultural, antes underground, antes marginal, antes subte, etc., se ha vuelto folclor en gran medida: recluida a su propio círculo de paredes opacas, se ha vuelto reiteración desconectada de la realidad, un pájaro que se da de cabezazos contra el mismo vidrio una vez y otra, desmoronando sus neuronas, una por una.
Formidable por lo ecuménico, estimado Rodolfo, felicitaciones por el artículo.
Sólo una pequeña cosa: el H. pylori está presente siempre en las floras bacterianas de los estómagos que RECHAZAN esta mierda.
El asunto es aprender a CONVIVIR con tus H. pilori, amarlos y bendecirlos como expresión del rechazo visceral hacia la mierda en la que estamos inmersos: luego se irán replegando y recuperarás el equilibrio perdido.
Así se cura la gastritis: el omeprazol produce impotencia sexual e infertilidad, todas esas drogas que inhiben la bomba de protones de las células oxintopépticas que produce HCl son una moderna vagotomía química con consecuencias tal vez irreversibles, tal como hace cien años te extirpaban el nervio vago, una vagotomía cruel para evitar que, entre otras cosas, tu organismo siguiera produciendo HCl, corrosivo, ácido, cáustico.
Acepta que por el estómago pasan las mejores y las peores emociones, es un pequeño cerebro que no acepta las excusas de la RAZÓN.
Cordialmente
G. Vecco
darle su chikita al facheron? no vale la pena. su parrafito es solo uno mas de sus tipicos ataques picones contra este blog. piconeria basada unicamente en su uso correcto de la gramatica pero absolutamente ignorante del tema al cual pretende menospreciar. que fanzine, poemario contracultural consiguio el facho en su reciente viaje a lima? ademas de pasearse por las casas de cueto y ampuero que espacios de la contracultura visito, con que actores y autores de la movida se entrevisto? no gastar polvora en gallinazos reaccionarios. que se siga muriendo de frio en su pueblucho gringo.
ASI ES. la soberbia de faveron lo lleva a pensar que la contracultura vive recluida y desconectada. no delatan ambos adjetivos sus propios limites estrechos entre las paredes de sus padrinos cueto y ampuero? parrafo de ignorante es lo que acaba de redactar el facheron. cada dia peor.
se trata de publicar comentarios y esto se convierte en un chat. que joda eterna.
lo del piano borracho fue ABSOLUTO.
espero los poetas del asfalto hagan algo por fin para contribuir en el conocimiento de la obra de Buk, y no continuen lamiendo y nada más que lamiendo su figura.
Trabajar en un periódico, salvo honrosas excepciones, es como encerrar en una mina a un pájaro migratorio. Tarde o temprano terminará por matar al artista, al escritor que tienen dentro. Escribir cuartillas (carillas a veinte líneas) para el periódico es mierda decorativa que por unos centavos se obligan a sí mismos redactar (repito: salvo honrosas excepciones). Ahí están años de años burocratizados, entornillados en una silla eléctrica y giratoria, y envejecidos por un sistema que los condena a cambiar palabras y escritos por monedas. Tienen que vomitar palabras como sea para sobrevivir. Como decía la letra del desaparecido grupo “La Raza” de los hermanos Marambio: “Tienen que pagar peaje para seguir en el viaje. Tienen que darle carne a los lobos para seguir a su modo”. Han pasado de ser toros de lidia a ser mansos bueyes, o sea castrados y sometidos al yugo diario arrastrando una carga de mediocridad. Estos modernos Judas acabaran ahorcados por sus propias mentiras.
**Este párrafo me ha hecho recapacitar sobre mi vocación (estudio actualmente para periodismo en la USMP). Puede sonar trillado o algo fingido: No quiero terminar como un pájaro encerrado, quiero ser libre.
Gracias Ybarra. (Encontré este artículo gracias al Fanzine de los PDA DEL 9 de marzo del 2009)
Publicar un comentario