sábado, 7 de febrero de 2009

EL ESPERADO CONVERSATORIO

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Todo estaba planeado para empezar a las 7 de la noche. Grupos de estudiantes, profesores, padres de familia, poetas, narradores y público en general iban llegando de a pocos al centro cultural. Adentro, al fondo del teatrín principal, esperaban los novelistas resguardados por un contingente de poetas llamados “del asfalto”. (La plana mayor conformada por Jorge A, Leyla M y Feliciano M observaban a lo lejos). Estos tres escritores de profesiones diversas, entre el periodismo, la sociología y la biología (ninguno de los cuales estaba coactado por algún agente literario o por alguna empresa bestializada/bestializadora que le impusiera los temas y la cantidad de textos que debiera producir), habían planteado las cosas claras para entender a la verdadera literatura que no tenía porque estar supeditada a los vicios editoriales ni a las modas extranjerizantes, mucho menos a las clásicas argollas literarias o a los ninguneos periodiqueros, o las palabrejas de algún criticastro con complejo de Kart Kraus. El tema que movía a todo ese grupo de gente, ansiosos de respuestas claras y verdaderas, era “Guerra y Literatura” (un turista de habla inglesa moviendo la cabeza repetía patológicamente: “literature of the war, literatura of the war” e indaga por Rodolfo Y). Hasta ahora no se había hablado tan claro sobre el impacto literario que ha tenido la guerra interna en torno a nuestra literatura nativa, no la que inventa dramas de telenovelas mexicanas con ciertos matices de la guerra fraticida (una balacera por ahí, unos cuantos muertos por alguna explosión, una violación ejecutada por la soldadesca o por la generalada, etc.,) sino la literatura escrita por los que vivieron en carne propia todo este derramamiento de sangre, los que han tomado al toro por las astas para contar cómo sobrevivieron en tiempos difíciles de recesión aprista, apagones, balaceras, cochesbombas, fuego cruzado, guerra sucia, desaparecimientos, crisis económica, etc., etc. Cómo en todo ese caos fueron construyendo sus vidas y cómo, a la vez, se fueron convirtiendo en novelistas, que sin quererlo eran “novelistas de la guerra interna”, novelistas de un grueso de la población que hasta ahora no habían leído la verdad en letras de molde o en formato-libro; corresponsales de guerra cuyos despachos iban sumando de a pocos las novelas que ahora ponían en duda a toda esa supuesta “tradición” literaria hecha de prebendas, concesiones, tratos bajo la mesa y, sobre todo, harta mediocridad y falencias por demás risibles y vomitivas que los críticos perdonavidas con las manos en los bolsillos ejecutaban en razón de mantener un orden aparente a la que hipócritamente llamaban democracia, “democracia y cultura”, “canon literario”, etc.

En un momento determinado, Primo M y Richi L toman por asalto la mesa de ponencias e improvisan una presentación delirante a gritos desgarradores, aúllan, chillan, se desgañitan recitando versos explosivos de Buko. El público sorprendido escucha sin saber cuál es la razón de esa manifestación espontánea. Nadie intervendrá. Todo fluye de manera natural, como debería de ser. Mientras tanto los invitados van tomando posiciones, ya no hay sillas, en los extremos hay unos bancones que usan como respaldar a la pared. Jóvenes parejas se acomodan de tal forma que sólo ocupan un espacio para dar oportunidad a otros a que tomen asiento en la oscuridad reinante como de fiesta gótica. El humo del palo santo forma una neblina espesa que será despejada en su momento por las conclusiones de la mesa.
El morigerador, un bloger de lentes gruesos y pelo revuelto, se acerca al micro y dice con voz solemne:
Antes que nada, gracias por estar aquí en este primer, e imagino no único, conversatorio titulado “Guerra y Literatura”. Quisiera agradecer a los conductores del Averno: Leyla M. y Jorge A. por haber prestado este local con 10 años de trabajo continuo por un arte libre de caretas. Quisiera agradecer también a Tv. Bruto por ser uno de los soportes de Canal Cero y por apoyar en la lucha contra los medios de comunicación tradicionales al servicio de la burguesía nativa ignorante y autófaga, el sucio imperio y la reacción atrabiliaria.
Quisiera decir, también, que este conversatorio planeado desde mediados del año pasado, no iba a ser de carácter público. Primero se planteó la idea de grabar en vídeo a los novelistas Rafael I, Martín R y Julio D. Fue en esas coordinaciones de fechas y horarios que se fue dilatando la presentación hasta que el “Averno” nos acogió amablemente.
Bueno, después de este breve protocolo paso a decir lo siguiente:
El poeta Juan del Valle Caviedes decía que “el pobre es tonto, si calla; y si habla es un majadero”. Pues entonces vamos a ser majaderos.
Ya Luis Alberto Sánchez hablaba del perricholismo literario (refrendado perfectamente por Sebastián Salazar Bondy en su “Lima, La horrible”: “El perricholismo literario o intelectual, al que Sánchez alude, es menos terco, con todo, que el social. En aquél insiste la reminiscencia hipocondríaca que tarde o temprano –Palma es la excepción del talento—zozobra en los límites de la reputación local; éste constituye, por el contrario, todo un proyecto existencial, a cuyo cumplimiento se suelen sacrificar ideas, principios y algo más”.
Y cuando Sánchez decía “perricholismo”, se refería, en parte, a esa raza de escritores, críticos literarios y toda la fauna literaria empecinada y preocupada más en ascender socialmente o en encontrar un a toda costa un prematuro reconocimiento literario que en escribir o en ser “honesto” con la literatura. Este tipo de persona no se quiere hacer problemas. No importa si para cumplir sus objetivos tiene que mentir o acentuar con su negra saliva al status quo o vender por cuarenta denarios a su prójimo o falsear la realidad.
Ventura García Calderón cuenta en su “ideario sentimentario” cómo salvó de la tribulación a don Riva Agüero no obstante el conservadurismo extremo de este intelectual, encerrado en las mazmorras del Estado por el tirano y sátrapa Augusto B. Leguía por escribir un artículo “de oposición”. El mismo Ventura García Calderón organizó la marcha a palacio de gobierno y entró a patadas frente a la guardia montada gritando que suelten a Riva Agüero sino el pueblo se iba a levantar. Fue el mismo Ventura, quien dijo que se arrodillaba ante el Estado y ante la iglesia pero que nunca se quitaría el revólver del cinto “por si acaso”. Lástima que ante sus propuestas aguerridas ni Víctor Andrés Belaúnde, ni José de la Riva Agüero, sus amigos, lo quisieran acompañar, “me di cuenta tristemente de que el más sutil o poderoso talento puede no estar unido a la voluntad…” He ahí el papel de un verdadero intelectual que se mueve en base a principios y al honor, hoy palabras subversivas, palabras muy grandes y que no caben en la ética de los felipillos literarios…

El morigerador continúa hablando vehementemente por espacio de 40 minutos. Se suceden como en una cinta de cine: citas, frases célebres, razonamientos lógico-matemáticos, aseveraciones, enjuiciamientos, metáforas, hipérboles, etc., etc., alguien le dice que tiene que dar pase a los ponentes. La tribuna luce hipnotizada, la oscuridad del recinto más el olor a palo santo ha surtido un efecto de dependencia comunicativa. Muchos quieren que los minutos se alarguen, sean eternos, los conduzcan a la ataraxia filosófica, a un lugar donde la sola voz sea la realidad, una AUDIOTOPIA de gracia. Lo que los iniciados llaman “campana protectora” se ha formado encima del recinto alrededor de un fluorescente de luz negra que resalta las bondades de toda ropa o género de color blanco. La bola de luz fluye sobre todos, desde la mesa de ponentes hasta el fondo del recinto donde dos poetas ebrios se insultan con nombres de escritores conocidos que hasta hace poco empeñaban su pluma al decano nacional de los periódicos burgueses, la bola de luz los incluye porque entiende (como entidad que es) que esa catarsis con reminiscencias al romanticismo no disminuye la honestidad de estos dos aedos. En ese momento el biólogo Rafael I arranca la disertación bajo una lluvia de aplausos presurosos y sonoros, en la oscuridad logro reconocer a un matemático y a un historiador que nunca ha dado su brazo a torcer, han venido a escuchar las palabras de los escritores, humildes como ellos.

El bloger baja del podio y separa a dos escritores que intentaban agarrarse a golpes. Les dice que esta es una fiesta de amistad, no hay porque pelear entre compañeros: eso es reaccionario porque responde al plan de destruirnos entre nosotros para debilitarnos y barrernos históricamente. Démosle una patada a Maquiavelo y su “divide y vencerás”. Los escritores se dan la mano y prestan atención a lo que enérgicamente afirma Rafael I: “vivimos en un país de cartón piedra, en un país de miserables y cobardes”. A un costado una joven universitaria de lentes transparentes y cara redonda lee casi en voz alta “La Ciudad de los Culpables”, lo acaba de adquirir y no esperara a llegar a casa… “La historia de mi niñez tal vez poco interese. Sin embargo, para gusto de los cándidos que creen que sólo en la sexualidad infantil y en el amor maternal se determina la personalidad futura, diré que cuando niño no sufrí conflictos de ese tipo. Mi madre me mimó el tiempo suficiente, nunca me rompí la cabeza y me desenamoré de ella en el momento más adecuado, es decir a los seis años, cuando logré besar y sentir erecciones con la más bonita de mis primas. En suma, mi madre me cuidó muy bien y fui un niño bastante sano”.

El turno de Martín Roldán es recibido por estruendosos aplausos de un grupo de subtes que han dejado las estridencias guitarrescas y los ensayos de fin de semana para venir a escuchar a un antiguo correligionario de noches hardcorianas. Una docena de flashes se prenden y se apagan como pequeñas luciérnagas aleteando en la oscuridad del local.

Martín R cuenta que es hijo de una profesora de primaria y de un obrero despedido que ahora es taxista. “Generación Cochebomba” es el reflejo material de su vida ochentera. Narra cómo el nombre de la novela nació de la boca de uno de sus personajes. Fueron varios años construyendo el texto. Un año entero tuvo que dejar de escribir para ponerse exclusivamente a trabajar. Al principio fue un cuento, una pandilla de subtes que tras un concierto fallido son levantados por la policía y ocurre algunas experiencias particulares. La edición del libro lo costeó su hermana. Una deuda que quizás nunca llegue a pagar. La hermana le ha dicho que lo olvide. “Así es la literatura” dice un señor con un overol de construcción civil y aplaude sintiéndose representado como si el escritor viniera a reemplazar por unos segundos a un congresista o padre de la patria.

Abajo el ex Félix M retoma una intervención con escenario lleno. Con una pistola de carrizo dispara a mansalva simulando a un escuadrón de la “mano negra”, va “matando” a todos los concurrentes: “MUERE, MÁS MUERTO”, “MUERE, MÁS MUERTO”. En un momento de extrasístole o de oligofrenia patea los asientos, se tira al piso y empieza a hacer movimientos de agonía, alguien, una ama de casa, confunde los movimientos pélvicos con movimientos sexuales y se tapa la cara. Félix M coge la pistola de utilería y se dispara en la sien.

Las cámaras apuntan a los novelistas. El turno de Julio D. es recibido con aplausos desenfrenados. Compañeros de ruta levantan botellas de cerveza y saludan a la mesa. El público quiere preguntar, indagar, obtener respuestas inmediatas. Hay una ansiedad por participar y hacerse escuchar. El morigerador tiene que hacer un esfuerzo para respetar los turnos, dice que “al final” habrá espacio para todos. Julio D. narra el proceso de su novela, se transporta a inicios de los noventas, cuenta que él sólo era un adolescente, tenía 13 ó 14 años cuando empezó a andar con los subtes, cuando empezó a comprometerse con sus ideas, con sus búsquedas, sin saber en qué momento él, sin pensarlo, era también otro subte. Miembros de una onegé que ofrecen asistencia carcelaria comentan sobre la juventud del expositor y reclaman silencio a un grupo de jóvenes roqueros sorprendidos por la cantidad de gente que ha acudido al “Averno”. Uno de ellos dice que “parece un concierto de rock” y solo son unas ponencias, pura literatura…

El esperado momento de las preguntas ha llegado. El evento se ha alargado más allá de lo necesario. Julio G. de tv. Bruto me recuerda que sólo tenía batería para hora y media. Los recursos técnicos tienen que ceder ante el momento sublime del logos puesto en acción. El poeta Feliciano M toma la palabra, reclama por una acepción falseada, un mote impuesto por el ejército a uno de los grupos levantados en armas. Algunos rostros se incomodan, murmuran a los costados, casi todas las cámaras y luces se le han acercado y muestran el rostro del poeta: un rostro aceitunado de mejillas redondas y pelo crespo sobre un cuerpo de contextura gruesa, su maletín de profesor sobre las piernas muestran la pasividad, pero a la vez la energía, con la que se dirige a la mesa y al público asistente.
Inmediatamente los novelistas responden que nada es casual y que saben perfectamente de lo que han escrito. Alguien dice que la guerra no se reduce a un solo preso sino a los miles de presos y a todo un país que ha sufrido durante la guerra interna. ¿Quién lucha por los derechos de todos ellos? Es la pregunta que queda flotando en el ambiente que, por ratos, parece caldearse.

Gabriel G. de “Lápiz y Martillo” toma la palabra, el tono de su voz es el de un líder sindical. Arenga a los concurrentes a escribir las novelas necesarias y a apoyar a estos escritores que representan al pueblo, y no dejarse amilanar por los periódicos o las editoriales. “Al final la verdadera literatura terminará por imponerse…”

Julio V, un conocido narrador de polendas, pregunta sobre las tentaciones editoriales y pone a la mesa en un supuesto difícil: ¿qué harían ustedes si después reciben la propuesta de alguna editora transnacional?

La mesa por un rato enmudece, el morigerador duda entre alcanzarle el micrófono a Rafael I, Martín R o Julio D. Las tres respuestas, casi como tres tentáculos abrazan a los asistentes. El humo del palo santo se ha despejado. La noche es joven muy joven. El evento tiene que acabar. Nadie se mueve de sus puestos parece que quisieran seguir escuchando. Alguien dice “si todavía es temprano…”

Una niña que se ha desprendido de sus padres profesores se acerca al morigerador, le jala de la camisa verde olivo, y pregunta con voz aguda: ¿cuándo hay otra presentación?
Arriba foto del evento con letras de PM. En primer plano Alfredo Vanini, Giancarlo Huapaya, Feliciano Mejía...

32 comentarios:

Anónimo dijo...

quiero mi libro gratis...

Raúl M.

Anónimo dijo...

Ese Rafael Inocente que se deje de cojudeces y reedite su libro. Aquí en la universidad de Huancayo se le acabaría al toque.

Lucho Quispe

Anónimo dijo...

Pronto estarán todos los libros en formato PDF.


Y sale una reediciones de La Ciudad de los Culpables, Incendiar la Ciudad y Generación Cochebomba en formatos mejores e impresiones legibles.

ABISA A LOS COMPAÑEROS!!!

Anónimo dijo...

Los muertos y desaparecidos de la Universidad Nacional del Centro, de quienes pocos se acuerdan, estarían agradecidos de que esta trilogía de novelas honestas y excelentes circularán por tierras huancas.

Marita T.

Anónimo dijo...

ya saquen esos libros de una vez que quiero leer buena literatura y no la mierda que reproducen las editoriales.

desde "El Parque de la Identidad"

Huancayo resiste

Anónimo dijo...

Una de antología:

Esa noche lo vieron a Ciro, el popular CIRRO, el tío buenagente que es mozo de la ROCKOLA, parado afuera por unos instantes, luego se iba corriendo y retornaba. Estaba con un chiquillo de unos veinte años, que luego nos enteramos, era su hijo que estaba dándole a la pluma desde hace un tiempo, luego cuando acabó el muchacho se llevó un libro firmado de Inocente.

Episodios como estos son los que gratifican a un creador honesto.

O.R.

Anónimo dijo...

Bien HUANCAÍNO FURIOSO, tiene que contarse la VERDADERA HISTORIA de la masacre y descerebramiento masivo del pueblo peruano, para que la historia no se repita.

Los pocos que estamos conscientes y esclarecidos debemos actuar como catalizadores, como enzimas, en este proceso de AVIVAMIENTO, como llaman los evangélicos.

Poeta de la Tierra

Anónimo dijo...

claro que sí, el compañero Feliciano estuvo bien, hay que mostrar la verdadera historia del Perún en la que el Partido Comunista del Perù tuvo lugar central aunque con errores pequeños.

Anónimo dijo...

en realidad los errores de SL surgieron como parte de la guerra, es inevitable luchando contra un enemigo con todo el poder y las armas de su parte. Más bien recuerden el genocidio de los gobernantes de turmo, García, Belaunde, Fujimori, esa gente tenía todo el poder en sus manos y lo utilizó para asesinar al pueblo. Ya viene el renacer, Partido Comunista del Perú.

Anónimo dijo...

un dia antes conversando con un pata sobre este evento , le pregunte del por que no encontramos a san marquinos que escriban sobre la guerra interna( me referia en la literatura)?y del por que solo tenemos gente de lacato como thays o roncangliolo escribiendo cuando pensaban que ellos serian los siguientes?
facil , porque a ellos ahora esta muerto o presos o desaparecidos( referiendose a los sm)

gianfranco c.

Anónimo dijo...

querido Rodolfo, aún te considero un amigo, por eso te digo esto: evalúa la posibilidad de cerrar la publicación directa de los comentarios: será mejor para todos. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Oye Ybarra, borra esos comentarios que mienten y hablan tonterías. Yo estuve en el evento y fácil habían más de 200 personas.¿Cual es el problema con respecto a eso? Cómo se ve que los envidiosos no le perdonan la capacidad de convocatoria que tienen los escritores hijos de la guerra interna...

saludex

Mario

Anónimo dijo...

Oye Ybarra, borra esos comentarios que mienten y hablan tonterías. Yo estuve en el evento y fácil habían más de 200 personas.¿Cual es el problema con respecto a eso? Cómo se ve que los envidiosos no le perdonan la capacidad de convocatoria que tienen los escritores hijos de la guerra interna...

saludex

Mario

Anónimo dijo...

Ya sabemos quiénes están detrás de esos comentarios maledicentes que aprovechan la libertad de este espacio liberado. Fuentes muy bien enteradas nos indican que provienen de TRUJILLO.

La envidia mata, señores currupantiosos, borrachines y fracasados.

A trabajarrrr!!

Poeta de la Tierra

Anónimo dijo...

Qué mal, aunque de acuerdo estoy con llamar escritores PERRICHOLEROS a los autodenominados regios, qué mal por recordar a ese viejo carcamán e intelectual cansado, APRISTA CONCHASUMARE, llamado LUIS ALBERTO SÁNCHEZ.

Recordemos señores: ese viejo cabro fue el principal encargado de DESPRESTIGIAR LA VALIOSA LABOR INTELECTUAL DE JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI, quien con todos sus errores, fue, es y será un farol para las clases populares.

Este aprista, que no en vano fue denominado zorro plateado, fue el encargado de sembrar el CONFUSIONISMO entre las masas y los leídos, respecto a quiénes son los verdaderos guías del pueblo en su lucha.

Recuerden también la gran discrepancia entre CIRO ALEGRÍA y el viejo SANCHEZ, poco antes que ALEGRÍA RENUNCIASE DEFINITIVAMENTE AL APRA.

Aún cuando los estudios literarios de Sánchez son valiosos en el campo académico, no debemos perder de vista EL CARACTER POLÍTICAMENTE FUNESTO DE ESTE APRISTA para con las luchas y conquistas populares.

De todas formas muy interesante y valiente el punto de vista de estos escritores de la generación del ochenta.

APRA = MIERDA.

A.M.B.

Poeta y Profesor

Anónimo dijo...

Qué fea nota, citar al ZORRO PLATEADO... hay que mantener siempre en la memoria a quienes AGRAVIARON al pueblo y a sus líderes.

Luis Alberto Sánchez, fue el verdadero poder tras el trono de la Reina Víctor Raúl Haya de la Torre y fue el puntal que colocó el APRA para engañar a jóvenes intelectuales incautos.

No estoy en desacuerdo en que lo citen, pero por lo menos debieron pedir perdón por siquiera recordar a este viejo cabro y pendejo.

Orto

Anónimo dijo...

Rodolfo, el marinerito mental de Faveron pretende desprestigiar el exitoso conversatorio que has organizado. Pone una frase de uno de tus invitados junto a unas fotos de sus amigos del Combo Club. No da risa.

Anónimo dijo...

último minuto:

Faverón intenta burlarse de Inocente poniéndolo en el mismo saco que a sus ex amigos.

El que da risa es él, cada día más chiflado en su soledad yanki.

Anónimo dijo...

RODOLFO, AGREGA ESTE ESTUPENDO BLOG A TU LISTA.
http://rauljurado.blogspot.com/

Anónimo dijo...

ESA FOTO ES ANTES DE QUE EMPEZARA EL EVENTO. YO LA TOMÉ, QUÉ PROBLEMA HAY CON ESO, SARTA DE IMBÉCILES. NO PUEDEN AGUANTAR SU ENVIDIA DE QUE ESTOS 3 ESCRITORES JUNTO AL YBARRÓN JALEN MÁS GENTE QUE LOS ACOSTUMBRADOS CABRADÉMICOS. 300 PUNTAS ESO ES LO QUE YO CONTÉ...

P M

Anónimo dijo...

También estuve ahí, y en un momento, a golpe de nueve de la noche, habían porlo menos cientocincuenta puntas.

La capacidad de convocatoria de Ybarra y estos escritores irá creciendo conforme se desenmascare a los académicos, bribones, sionistas y otras sabandijas que se pretenden cultas.

Q. Ronero

Anónimo dijo...

El blog de Raúl Jurado es muy bueno Y DICE LAS COSAS EN VOZ ALTA. Cantuteño tenía que ser.

O.E.

Anónimo dijo...

kÉ chistosa la faverona, solita se desdobla y manda comentarios anónimos para animar el chongo y la maledicencia.

Después se queja de los blogs basura.

Gustavo Armijos

Anónimo dijo...

Esos que quieren que muestres las caras de todos los que fueron son los soplones de siempre que quieren saber cuantos y quienes fueron. no pises el palito ybarrita. yo estuve ahí y, fácil había más de trescientas puntas. viva este blog liberado
fuera los plonsos y apristas de mierda

Anónimo dijo...

ESE QUE ESTÁ ENVINDO TONTERÍAS ES FAVERÓN QUE EN SU DISERTACIÓN EN CASA TOMADO NO JALÓ NI A 20 PUNTAS. QUÉ MISIO, IGUAL QUE SU YUNTA, EL PELUCA DE MANDRIL, THAYS,.

HH

Anónimo dijo...

MENTIRA, A LA CONVERSA EN KSA TOMADA FUIMOS TODA LA GENTITA DE LITERATURA DE LA SAN MARTÍN...

Anónimo dijo...

toda la gentita de la san martín eran 4 gatos, ganzasos todos ellos.

Anónimo dijo...

Literatura en la San Martín?

Qué buena!

Manga de analfabetos

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

Inocente le dio un cocachón a Faverón, por imbécil.

Ese ñato ignora lo que son contradicciones antagónicas y no antagónicas,y si lo sabe intenta joder con su supuesta y muy creída intelectualidad, andá parásito de mierda. anda a trabajar como hombre.

Tulito

RODOLFO YBARRA dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Yo soy mujer y trabajo como hombre, ¿qué es trabajar como hombre?

Por favor, no a la discriminación de género.

Hortensia Ñaupari

(operado)