domingo, 21 de junio de 2009

HAPPY FUCKING FATHER'S DAY



“Traer hijos al mundo es un crimen” decía el viejo Schopenhauer.
Para los vedantas traer un hijo al mundo es ser vínculo de un karma (opuesto del darma), de una especie de “pecado” o maldición; el imposible retorno a Krsna se aleja, cada vez más, cuando alguien tiene un hijo (generalmente este se asocia a una entidad con la cual se tiene una cuenta pendiente). La imagen del padre según algunos simbolistas –como Juan-Eduardo Cirlot- tendría relación con la consciencia mientras que el sentido maternal tendría vínculo directo con la inconsciencia.
No está demás decir que suscribo los principios védicos y, también, los del creador del “Amor, las mujeres y la muerte”. Es imposible ser padre y ser a la vez un filicida en potencia, un masoquista o un ouroborista execrable. La reproducción del ser humano en las condiciones desastrosas en la que se encuentra el mundo (destrucción ecológica, coerción económico-político-ideológica, indigencia del pensamiento, pobreza del espíritu, etc., etc.), con el respeto que me merecen muchos padres, es para mí un estado vomitivo, un acto de crueldad involuntaria, que, en la contemplación, solo me puede producir un erizamiento similar al que me produce cualquier tipo de violencia.
Curiosamente, quien instituyó o pidió celebrar el día del padre fue la señora Joan B. Dodd, de Washington, quien había visto que su padre se había “esforzado mucho” en criar a sus cinco hermanos, y que había quedado en la viudez por querer un hijo más, parto (número seis) en el que…murió la mamá de Dodd ¿¿¿¿??? No sé si han dado cuenta, pero lo que se celebra con el día del padre, es en realidad, el día de “La máquina de follar” bukoskiana, el día del mecánico movimiento pélvico, el día del incansable deseo por “reinventar” la vida y festejar la estupidez, y claro cómo no: el día para saciar al chip de la máquina consumista instalada por la publicidad marcketera y protocapitalista en los cerebros reblandecidos.
Repito: no tengo nada contra los que han hecho de la reproducción parte de la “realización” de sus vidas o, quizás, un deporte o un falso orgullo de “hombría”. Cada uno paga sus errores y carga sus culpas (esa vieja estupidez de que “quiero darle a mi hijo lo que no me dieron a mí” explica muchos de estos casos); sin embargo, siempre me pregunto si los hijos –hablando en forma impersonal– son producto de una planificación o son producto de una “casualidad”, un retrazo de las fechas programadas, un preservativo defectuoso, una excitación licenciada en la premura de los cuerpos, un forzamiento de los deseos, la anulación del método del ritmo, la ineficacia de la pastillas anticonceptivas, el errático uso de las pastillas del día siguiente y los DIU, etc., etc. Estos pequeños detalles son los que al final “justifican” o “condenan” al hijo. Ergo, los hijos de la planificación tienen un camino asfaltado: buena educación, buena alimentación y un lugar en la universidad, instituto técnico, etc., (obviamente todo esto en el terreno de las suposiciones y dentro de los cánones normales de una sociedad, también normal). En cambio los hijos del sortilegio llevan una vida de desorden donde a las justas logran satisfacer necesidades básicas, y a veces ni siquiera eso (no es una regla y siempre hay honrosas excepciones). El amor paternal, tanto en uno como en otro caso es el nivel de compromiso que tiene el progenitor para con su vástago; las responsabilidades crematísticas se disfrazan con sentimientos engolados o filias delirantes y pomposas.
De igual forma los matrimonios fracasados donde el mayor perdedor es el hijo (muchas veces en estado de dependencia psicológica con los padres que es, según los entendidos, hasta los 7 años de edad, pero que creo alcanzan hasta la adolescencia), nunca preveen que los vástagos no tienen porque pagar los fracasos y las rupturas emocionales de la pareja. El cretinismo del padre–madre no los lleva a especular sobre el futuro del hijo ni a ponerse en el lugar de él. La planificación, para ellos, no incluye el proceso de crecimiento del hijo. El egoísmo y la estupidez nuevamente toman posición en la idea del padre–madre que entiende al hijo como parte de una propiedad a la cual puede abandonar o dejar en posesión de terceros (ni qué decir de los padres que encargan la crianza a la “nana” o al televisor o los envían a un puericultorio, wawa wasi o cualquier mecanismo similar; ellos hace tiempo dejaron de ser padres para convertirse en los testaferros de una “paternidad responsable”, de una teratología del espíritu). Quienes se encuentren en esta posición no puede criticar al hijo sociópata-inadaptado-pandillero (y futuros enemigos de la sociedad o gánsters) en la cual tienen parte de culpa. Tendrían que asumirlo como su producto y su creación heroica.

A menudo escucho a personas decir que los hijos son necesarios porque unen a la pareja; otros dicen que los hijos fortalecen la idea de familia; otros, más sinceros, piensan que los hijos son necesarios porque son quienes van a velar por los padres en la ancianidad, algo así como un seguro para la vejez (no incluyo aquí a quienes tienen hijos para hacerlos trabajar, limosnear; o en el peor de los casos para ¡venderlos! o alquilarlos a los pederastas, ellos califican dentro de la criminalidad). En ciertos pueblos de México es costumbre que el último hijo sea travestido a la fuerza para, de esta forma, asegurar su soledad y enfocarlo en el cuidado de sus progenitores. Es una obligación. En otros países la sutileza y el criterio fortalecido de “la familia” (sobre todo en los países del tercer mundo) es la forma como se coacta a los hijos para que velen o sirvan a los padres durante el proceso geriátrico. La necesidad de la atención vive disfrazada y encubierta (recubierta) de “amor” y “cariño”.
A veces veo a jóvenes embarazadas (Simone de Beauvoir decía que la mujer es básicamente un hombre, pero con el inconveniente de que está expuesta a la reproducción), van del brazo de sus parejas, en sus rostros se dibuja cierta pátina de esperanza y de proyectos (la planificación y la proyección construidos sobre el error. No hay que ser un visionario para saber que ello, salvo mayor equívoco, no va a funcionar; los costos a la larga son la separación de la pareja y el abandono del niño) y me pongo a pensar en la “construcción” de ese amor paterno–maternal, y, por un momento, pienso que el ser humano se mueve más por instinto que por razón, más por animalidad que por “humanidad”, y “piensa” más del ombligo para abajo que hacia arriba; de igual forma los sentimientos del hombre se encuentran amaniatados por el instinto y lo que llaman “la conservación de la especie” que debe de estar contenido, imagino, en el cerebro reptiliano o paleoncéfalo con 500 millones de antigüedad (contrario al cerebro neocórtex) sin que nada pueda hacerse para corregir esta avería. La reproducción (el acto reproductivo) en el plano más salvaje y biológico es simplemente la preservación de la especie, un impulso de la materia orgánica vía la necesidad fisiológica, el acoyuntamiento, la teoría del un-dos (el revolcón o “tunbamiento” según Gálvez Ronceros), que no nos diferencia para nada de un perro, una rata o cualquier mamífero en época de celo. La idea de la naturaleza humana, como lo estableció Dostoievski en sus “Memorias del subsuelo” (1864), siempre será perversa, imprevisible y autodestructiva.

13 comentarios:

Anónimo dijo...
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Antonio De Saavedra dijo...

Estimado Rodolfo: Dentro de poco me convertiré en padre y comenzaré una familia. Y aunque tu reflexión es ciertamente pesimista y a la vez realista, estoy consciente de que haré todo el esfuerzo por salir adelante, sin que ello signifique dejar de lado las cosas que oficio. Gracias por tus meditaciones Rodolfo, las tendré en cuenta. Nos vemos, saludos.

Anónimo dijo...

Carajo Ybarra, eres un hijos de la gran pepa!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Maestro, colecciono sus artículos, lo sigo en silencio, pero a veces, me dan ganas de golpearlo.

Saludos

ERT

RODOLFO YBARRA dijo...

Saludos, buen Antonio.

Anónimo fighter, practique tai chi chuan ("el que lucha con su sombra").

Anónimo dijo...

En países como el nuestro, hacen falta reflexiones así, tanto para padres como para quienes pueden evitarlo. Lástima que, como bien dice el blogger, los peruanos solemos ser padres por prejuicio, por que con eso se demuestra hombría, status, capacidad. Hay madres que piensan así también. Tengo un hijo para cualquier cosa, menos para que se realice como persona. Ahí están esas pobres mujeres violadas que ademas son obligadas a ser madres (¡madres de los hijos de sus violadores!), y que sufren la reprobacion de la mal llamada gente decente por no querer seguir adelante con ese tipo de embarazo.
A quienes tengan o esten por tener hijos, parte de la felicitacion por el dia del padre es recordarles que tienen una misión, que solo podran celebrar cuando, paradojicamente, sus hijos ya no los necesiten.

Jorobao dijo...

esa serie family gay es chevere

Julio dijo...

Con respeto tío Rudolf, parece que naides te dice papá, no? no creo en dios, no creo en el ser humano y su trascendencia, dentro de dos o tres millones de años no quedará ni el recuerdo de todos los escritos que con tanta pasión producimos, probablemente nos habremos extinguido y tal vez alguna nueva civilización excavará en nuestros restos y dirá: !mirad qué cosas hacían estos primitivos¡ y vendrán sus especulaciones y se imaginarán cómo veíamos el mundo y cómo nos veíamos nosotros...a veces piensas que el ser humano se mueve más por instinto que por la razón? pues estás raspando la superficie de las razones de la vida, tío Rudolf, somos la hechura de un proceso evolutivo maravilloso que creó un cerebro capaz de razonar utilizando para ello impulsos eléctricos y químicos, nuestros sentimientos más trascendentales, tú los tienes tío Rudolf, son sólo eso, electricidad, neurotrasmisores...sé que moriré y mis descendientes también, sé que todo acabará, pero hubiera sido una cobardía de mi parte no tener mi hijo por consideraciones egoistas y demasiado racionales..., nunca, como ahora, experimenté esa sensación intensa y definitiva de pertenecer a la humanidad, mi hijo me dió eso...

CRT dijo...

UN SALUDO PARA TU PAPA YBARRA...

ESPERO QUE LA HAYAN PASADO CELEBRANDO JUNTOS...SIN NECESIDAD DE REGALOS O COSAS MATERIALES...PERO JUNTOS...

- CRT

Hernan dijo...

Estimado Rodolfo, aunque no estoy de acuerdo con varias de las reflexiones acerca de la paternidad, el artículo es polémico e incita al pensamiento, más aún en sociedades como la peruana, en donde la pequeña burguesía no pasa de un hijo, por puro y puto egoísmo, la mujer por verse "realizada" profesionalmente y el marido, por andar con auto del año en san borja norte, ergo, "cholo" y "gorda" que repletan las colas de wong y metro, que sacan auto del año de quince lucas gringas y departamentito mesocrático de 70 metros cuadrados a 80 mil dólares financiados por el bcp a veinte años, alquilando sus vidas para tener estatus, educando a sus criters en "buenos colegios" para que luego vayan a buenas universidades y logren buenos trabajos y buenos partidos, "cholo" y "gorda"jamás se preocuparán en verdad por el bienestar de esas pequeñas víctimas, esos pequeños clientes que han traído a este mundo de mierda.

Valiosas tus reflexiones.

Salud y Libertad


Rafo

PD: Qué estremecedor Dostoievsky en Memorias del Subsuelo, tal vez la mejor novela del "chino" Dostoievsky.

giacomo dijo...

Cada vez que pierdo la fe en la humanidad o en mí mismo (es decir, las 24 horas del día) vuelvo a Henry Miller y a sus "Trópicos". Creo, estimado comandante, que debieras leer (o volver a leer) al escritor norteamericano, y recordar que el propósito de la vida no se encuentra en la felicidad, sino en el milagro de la existencia misma. Si te afirmas como neolacaniano, encontrarás que no existe el paraíso, y sí una larga travesía de frustraciones. Eso es lo que nos diferencia de los animales. Chau.

Anónimo dijo...

Este Hernan es muy gracioso, habla con tanto resentimiento de las personas que trabajan buscando una mejor forma de vivir, que se confunde y se pierde en su lastimoso resentimiento. Acaso el dejaria a su hijo (si lo tiene) en manos de un educador estatal para que en lugar de educarlo lo embrutezca más? no lo creo, como tampoco creo que viva en un pampón o en un asentamiento humano si servicios básicos como agua potable y desagüe... qué fácil es criticar así, ¿no? Feliz día del padre para los que lo son, y para los que no... ya les tocará.

Anónimo dijo...

Jorobao: Es "Family Guy", "Family Gay" obviamente significaría otra cosa. Ultimo anónimo: el comentario de Hernán tiene mucho de estúpido, pero tú te equivocas en algo: en los tiempos recientes, los más grandes brutos y rateros de la historia de este país (algunos de ellos están haciendo noticia precisamente) no salieron de las manos de los "educadores estatales", sino de las otras. Reflexiona mejor en ese aspecto.