Dando a conocerlas relaciones
entre los movimientos contraculturales a manera de una entrevista con el poeta
Beat olvidado, Bob Kaufman, el Nadaísta, Eduardo Escobar y el fundador de
Kloaka, Roger Santivañez. Esta entrevista forma parte del libro El
manifiesto abomunista de Bob Kaufman, publicado por Temática Editores
Generales en Lima, 2013.
ABOMUNISTA
NADAÍSTA
KLOAKA
BAGELS, BOOZES
y las GANAS DE VOMITAR*
*para
realizar esta conversación las respuestas de Kaufman han sido sacadas del
programa de radio KPFA, que se llevó acabo por David Henderson, sobre la vida
de Kaufman y salió por primera vez en cadena PBS de los Estados Unidos en 1986. El mismo David Henderson escribió una
excelente introducción a la vida de Bob para el libro Cranial Guitar: selected poems by Bob Kaufman, donde se puede
encontrar muchas de las mismas citas del programa de la radio.
Agradezco la
participación activa de los poetas Roger Santivañez y Eduardo Escobar por su
apoyo y ayuda haciendo posible trenzar tres testimonios personales y así crear
una conversación viva entre estos tres movimientos y momentos poéticos.
Un lugar entre una cafetería y un bar con bagels y un buen café donde por la noche los cafés se convierten
en cervezas y otros espíritus, popular, uno de los favoritos para recitales
porque nunca se sabría quien vendría. Nosotros estábamos allí, alrededor
de la mesa como los caballeros de la mesa redonda, quitando el hecho de que la
mesa era cuadrada y no éramos caballeros; los tres, Eduardo Escobar, Roger
Santiváñez y yo. Observábamos al negro que en la esquina saltaba encima de su
silla y recitaba, recitaba con voz fuerte, un ritmo y verdad que hipnotizaba.
El barman le pedía tranquilidad, que bajase de la silla, los turistas no
acostumbrados a estas explosiones poéticas se ponían incómodos. Y de repente le
reconocí llevaba tiempo sin verle, era Bob, Bob Kaufman, el poeta. Le
invitamos a una cerveza y a la mesa y allí se dio esta conversación
inmarcesible.
Juntos por
primera vez, los fundadores de tres movimientos poéticos y contraculturales de
tres épocas y lugares distintos. Kaufman, el beat y abomunista, Escobar, el nadaísta y Santiváñez del movimiento
Kloaka. Más de 25 años separan los comienzos de los tres grupos y miles
de millas separan los jardines donde florecieron estas bellas flores de la
rebelión. Y ahora en sus palabras la poesía y la revolución…
¿Bob, cómo estás?
Bob – Bien, lo bueno de lo que me ha
pasado es que ahora como dijo Ginsberg, “mi espíritu existe en cada respiración
de la tierra.”
Genial, si nos
permites nos encantaría charlar contigo sobre los tres movimientos poéticos
vanguardistas y contraculturales más importantes para sus respectivos países
del siglo XX.
Empezamos contigo Bob, ¿qué es la generación Beat?
Bob – Enserio, buah la generación, ya se
ha hablado mucho de eso. Yo te pregunto, ¿qué es ser beat? Vacío,
reventado estar en lo más bajo pero de allí se puede mirar hacía arriba de allí
hay una conciencia abierta. John Clellon Holmes lo clavó en el New
York Times Book Review, “el sentimiento de haber sido usado, de
crudeza. Contiene un tipo de desnudez dela mente, y, por último del espíritu;
un sentimiento de haber sido reducido a lo más bajo de la conciencia.”
Ginsberg capta todo eso muy bien en su poema Howl.
¿Bob de verdad fuiste detenido 36 veces en un año?
Bob - ¡Sí! con risas.
O.K. ¿qué querías hacer con tu poesía?
Bob – Difícil, man, no me gusta
hablar de mí mismo. Ferlinghetti, allí tienes un cat que sabe
mucho de poesía, una vez le escuché decir eso de mí:
La sociedad sistemáticamente asesina al poeta, aniquila subjetividad en
todos. La sociedad materialista, la economía capitalista, eso es lo que
hacen. El estado incita y ayuda a este proceso. La subjetividad
está constantemente siendo atacada. Entonces la posición de Bob Kaufman es la
posición clásica. La única posición válida para un poeta en estos días es
como un cargador de Eros, la personificación de lo individual honestamente
libre, la posición del poeta como enemigo del estado, la cual considero una
posición admirable para un artista o un poeta. Y la única valida, como
dije antes, en cara a los continuos ataques a la libertad del individual y su
subjetividad. Bob fue una víctima sacrificial en el sentido que no había
ningún tipo de acuerdo con él. Él no podía vivir de otra manera que la
que vivió.
No
sé si eso contesta bien la pregunta, añado un poco de lo que explicó Raymond
Foye sobre lo que yo pensaba que significaba ser un poeta.
Yo creo que en la mente de Bob había una clara ecuación entre el sacerdocio
y ser un poeta. Él sintió que fue un llamamiento a un orden
superior. Incluyó una promesa solemne de pobreza, incluyó una devoción a
valores no materialistas, y realmente significó ponerse en el servicio de
poderes superiores, siendo inspiraciones o el espíritu santo. Y además él
creó que estos aspectos de la divinidad estaban presentes en cada momento y que
ellos fueron accesibles para todos. Pero él, como poeta, estaba allí para
canalizar estas fuerzas.
Si ser poeta es un llamamiento para servir a las
fuerzas superiores, ¿qué significa ser un Abomunista?
Bob – Abomunista, me encanta como suena
la palabra, tiene musicalidad es como una nota que escapa del saxo de Charlie
Parker. Sabéis que mi hijo se llama Charlie en honor al gran
músico. El abomunismo es una filosofía reaccionaria, como escribí en el
manifiesto “rechazamos todo menos los hombres de nieve”. Fue fundado por
Barrabás, me encanta la descripción que Amiri Baraka hace del abomunismo:
la cosa sobre qué era un abomunista…Abominación, abominable… y la cosa que
sonaba como comunista o algo así. Entonces encajé todo, él estaba creando
algún tipo de radical excluido, una fuerza radical de outsider que él
vio como el Abomunista. Y para mí el abomunista fue un verdadero Beatnik.
Digamos antes de la comercialización. Desde la realidad de los
sentimientos en contra de la sociedad, y que la sociedad completa tenía que ser
derribada.
¿Y conseguiste derribar a la sociedad?
Bob – Si o no, por lo menos en mi vida
personal, creo. Jerry Stoll, un fotógrafo, comentó:
La preocupación principal de Bob fue la revolución. Su poesía fue un
germen revolucionario que funcionaba sobre las psiques de la gente para
transformarlas. Y entonces Yo creo que también él estaba siempre
preocupado con la transformación de su propia psique… Él fue un pionero.
Creo que es obvio que gente como Ginsberg y los demás, cuando eran activistas
políticos, estaban siguiendo a Kaufman. Ellos no guiaron a Kaufman, él
les guío. Él tuvo la consciencia política.
Eduardo, si me permites robo una frase de los
Nadaístas, del Primer Manifiesto Nadaísta, que siempre me ha gustado y
viene a cuento para terminar de contestar esta pregunta: “El fin no importa
desde el punto de la lucha. Porque no llegar es también el cumplimiento
de un destino.” Es interesante que este manifiesto saliera en el mismo
año que el mío.
Ya
que los has mencionado Bob, ¿qué es el nadaísmo? En la recién
publicadaAntología del Nadaísmo, Armando Romero lo describe así, “El
Nadaísmo, movimiento vital y literario fundado en Colombia en 1958 por Gonzalo
Arango, vendría a ser a partir de la década de los 60 uno de los grupos más
importantes de la vanguardia literaria latinoamericana, inspirado con su ímpetu
reformador y destructor otros movimientos artísticos y literarios en América
Latina”. Eduardo, para ti ¿qué es el nadaísmo?
Eduardo- El nadaísmo tuvo muchas
definiciones, todas falsas... Porque nosotros tampoco sabíamos lo que era. Una
vez dije que nos unía la certeza de lo que no queríamos ser... mejor que
la incertidumbre de lo que pretendíamos hacer.
¿Eduardo, es el nadaísmo una imitación de otros movimientos extranjeros?
Eduardo - Nosotros ya escribíamos como
Maiakovski, cuando descubrimos a Maiakovski. Entonces encontrar a un ruso
de los tiempos de la revolución que escribía como nosotros, unas cosas
arrevesadas, futuristas, con máquinas como nosotros hablábamos de semáforos,
fue una corroboración de que tal vez no estábamos equivocados como nuestros
críticos decían, aquellos que pensaban que el nadaísmo era la consecuencia de
un país bárbaro e inculto. Igual descubrimos a los Beatnicks, On the road,
los poemas de Ginsberg y Ferlinghetti, eso lo fuimos descubriendo y nos dábamos
cuenta que esos muchachos que también estaban expresando un malestar que era
como nuestro malestar. A nosotros nos molestaban los intelectuales mamertos, de
nuestras tristes izquierdas, lo mismo que los académicos de la derecha: todos
nos decían: "ustedes están imitando güevonadas". No, nosotros no estábamos
imitando nada. Ni siquiera hubo influencia, nosotros fuimos descubriendo lo que
necesitábamos a medida que se acrecentaban las ganas de vomitar, intoxicados
por un orden, el orden establecido que no conseguíamos digerir. Ese malestar lo
expresábamos los Nadaístas muchas veces porque, hijoputa, esos que cargaban el
Santo Sepulcro en Medellín en la Semana Santa , cuando terminaba la semana santa,
volvían a desahuciar viudas y a martirizar al pueblo que despreciaban, pagados
de sus privilegios. Es que eso es la literatura hermano, alimento. Y más tarde,
después, descubrimos a Joyce, a Tolstoi…, a Dostoievski, a Becket, y vimos que
se trataba de la misma cosa: la literatura es el desvelamiento de los
hipócritas, el señalamiento de las lacras del poder, siempre, siempre que
aplastan a los más cándidos, a los más humildes, a los que no tienen manera de
defenderse, a los más generosos.
Los Beats
y los Nadaístas unidos por las ganas de vomitar, Eduardo, ¿dirías que
tu poesía fue o es un grito existencial de protesta en contra de las
circunstancias del momento?
Eduardo - Yo escribí un montón de
poemas combatientes, sí. En favor de los obreros, de los guerrilleros, de los
movimientos de izquierda. Pero de eso no me gusta acordarme ahora. Ahora me
parece que yo también caí en la trampa de la izquierda, que a la postre no es
otra cosa que la otra cara del poder y que a veces adopta un cariz más perverso
que el sistema que las izquierdas se sentían llamadas a derrocar y demoler.
Rusia vivió una pesadilla innombrable. Cambió el purgatorio del zar por el
infierno de los bolcheviques... Y no me gustaría vivir en Cuba ahora, como no
me gustaría vivir en la
Venezuela de Chávez.
Y ¿a dónde querías llegar con tu poesía y la
revolución? ¿Llegaste? ¿y los Nadaístas hasta dónde llegaron?
Eduardo - Queríamos cambiar el mundo y
la vida, el amor, el corazón humano. Pero no fue posible. Era una ilusión
generosa de la juventud.
Eduardo, en
otro momento se te preguntó: si los
Nadaístas, lograron imprimirle vitalidad al país de presidentes gramáticos,
Y contestaste así:
Eduardo - Quién
sabe. Las opiniones están divididas, incluso dentro de mí. Pero, ¿tienen
derecho, un puñado de flores, a proclamarse reformadoras del jardín tan sólo
por la gracia de florecer? Sí. O no. Digamos, pues, para no ser humildes ni
arrogantes, que pusimos en el jardín, una mañana, un poco de color, y un puñado
de cadáveres.
Estas flores,
colores y cadáveres son como bien, se ha mencionado antes “lo que han inspirado con su ímpetu reformador y destructor otros movimientos
artísticos y literarios en América Latina.” Ahora viajamos un poco más al sur y vemos las
influencias y las ganas de vomitar de otro grupo contracultural, o mejor dicho,
no, Roger, andesground! ¿qué es el Movimiento Kloaka?
Roger – El Movimiento Kloaka fue un colectivo de poetas, rockers, artistas
plásticos y performers que se inició en Lima, Perú en setiembre de 1982. Nació
por pura casualidad. Lo que pasó es que desde el verano de 1982 nos veníamos
reuniendo en la casa de José Mazzotti en Lince Mariela Dreyfus, Dalmacia Ruíz
Rosas, Rafael Dávila Franco, el dueño de la casa y quien recuerda en este
momento. Nos reuníamos con el fin de
organizar un nuevo movimiento literario, pero esto no funcionó: no se cuajó la
química necesaria. La cosa se dispersó y así pasaron los crudos meses del otoño
e invierno limensi. De pronto, un día cualquiera me encontraba deambulando
–como era mi costumbre en ese tiempo- por el centro de Lima y tras mi habitual
recorrido por librerías y tiendas de discos, entré al restaurant Wony del jirón Belén –a pocos metros de la Plaza San Martín- para
descansar tomándome una cerveza. Recién me había apostado en la estratégica
primera mesa del segundo piso, cuando divisé a Mariela Dreyfus entrando al
bar. Le hice una seña y pronto ya
estábamos animadamente conversando –como siempre- sobre lo que obsedía nuestras
almas: La poesía. En dicha conversación, no sé cómo habíamos llegado a un punto
en el que decidimos –coincidiendo plenamente- en fundar el nuevo movimiento al
que llamaríamos Kloaka.
Y ¿Por qué Kloaka?
Roger - Kloaka porque
estábamos de acuerdo en que la sociedad peruana que nosotros vivíamos y
padecíamos era una verdadera cloaca. Estábamos hartos –en ese momento- del
gobierno de Belaúnde, quien había agravado una feroz crisis económica: la
pobreza cundía por todos lados, la miseria popular era desesperante. Al mismo
tiempo el narcotráfico se había revelado como una nueva dimensión del oprobio
nacional y cada vez más copaba las altas esferas del poder. La corrupción era
extrema y también en los andes del sur del país Sendero Luminoso había iniciado
sus acciones de violencia. Toda esta situación nos parecía una repugnante
cloaca. Por eso decidimos incidir sobre
ello colocándole dicho nombre a nuestro movimiento y usamos el fonema /k/ como
un enlace con las vanguardias históricas y como reivindicación fonética del
idioma quechua. Es decir Kloaka fue andesground. El nombre también venía de una lectura que
hacía poco había hecho de Sobre héroes y
tumbas de Ernesto Sábato, principalmente aquella parte en que uno de los
personajes protagónicos camina perdido por las cloacas subterráneas de Buenos
Aires, meditando en lo que significa
existir y llega a la conclusión de que ‘la verdadera vida’ –como la llamó Rimbaud-
no es la de la mascarada social que todos representamos en el gran teatro del
mundo, sino lo que está oculto, escondido, por debajo de la realidad: en las
cloacas.
Saint Ivañez, he visto que a veces firmas con este nombre, es una cosa
personal mía pero me encanta jugar con mi nombre. Mi cuerpo y mi nombre son las únicas dos
cosas con las cuales nací y jugar con ellas es jugar con el esencial de uno
mismo. Entonces Saint Ivañez, ¿cuál fue tu propósito poético?
Roger- Mi propósito como poeta
fue la creación de una nueva poesía. En aquel tiempo estábamos obsesionados en
hacer una poesía con el habla coloquial. Se trataba –en realidad- de una lucha
por restituir el arte y la poesía a la vida cotidiana de la gente. Estábamos en
contra de la idea del arte como algo sublime y/o elevado. Pensábamos que el
arte y la poesía eran una necesidad diaria del ser humano. Queríamos hacer arte
y poesía con los elementos de la realidad de todos los días de la vida.
Queríamos llevar a la praxis y radicalizar el apotegma de Ezra Pound Poetry is Speech.
Roger, ¿qué influencias han tenido los Beats y los Nadaístas en Kloaka?
Roger - Los beatnicks tuvieron una importancia
definitiva en Kloaka. Sobre todo Allen Ginsberg y su famosísimo poema Howl que ha sido traducido como Aullido. Este poema fue una especie de biblia para nosotros.
También Visiones de Cody de Jack
Kerouac de donde tomamos la idea de entregarnos a una suerte de psicoanálisis
colectivo en el que íbamos exteriorizando todas las paltas de nuestra vida
anterior y hasta ese momento. Igualmente Junkie de
William Burroughs. Hemos leído con pasión estos libros y –de hecho- una
influencia debe haberse filtrado. En realidad nosotros teníamos una fascinación
por lo que se denomina la contra-cultura:
desde el movimiento hippie hasta el pop-art pasando por el idealismo del Che
Guevara y el pensamiento anarquista.
El nadaísmo colombiano
también puso lo suyo a la hora de la fundación
de Kloaka. En ese tiempo conseguí en la librería
Studium de la plaza Francia de Lima, la Obra Negra
del así llamado Profeta Gonzalo
Arango. Y se convirtió en mi libro de cabecera durante los meses previos a la
fundación. Me encantó también el texto de las solapas de ese libro escrito por
el increíble Jotamario Arbelaez y un libro suyo de poesía titulado ‘Mi reino
por este mundo’ que leímos con fruición.
¿Psicoanálisis colectivo, con eso qué quieres decir?
Roger - Como mencioné, lo que pasa es que en esa época leí
el libro Visiones deCody de Jack
Kerouac y allí me enteré que los beatniks –por los días de fines de los 40s,
cuando se conocieron- se encerraban en la habitación de alguno de ellos y se
dedicaban a una especie de psicoanálisis empírico: cada uno iba contando
–exteriorizando- sus traumas, sus vivencias más terribles de la niñez, la
adolescencia y la primera juventud y todos iban comentando dichas situaciones
rememoradas. Esta idea me fascinó, así que cuando fundé el Movimiento Kloaka la
puse en práctica con los miembros del grupo durante las primeras reuniones
realizadas en mi habitación en Lima. Nosotros hacíamos lo mismo. Encerrados en
mi cuarto nos íbamos contando nuestras paltas
más hondas, oscuras y dolorosas. Esto nos dio una gran cohesión interna, surgió
así una especie de hermandad total, sin límites. Quienes participamos de estas
sesiones fuimos los 4 miembros fundadores: Mariela Dreyfus, Edián Novoa,
Guillermo Gutiérrez y yo mismo.
¡Muy interesante! Bob con el Manifiesto Abomunista, los Nadaístas y el
Movimiento Kloaka, todos habéis echado mano a los manifiestos, ¿qué importancia tienen los manifiestos?
Roger - Los manifiestos tienen la importancia
de ser un alegato. Es decir, un atestado contra lo que uno no está de acuerdo.
Y son también una propuesta, una declaración de los propósitos que uno tiene
cuando funda un movimiento de vanguardia y se entrega con toda la pasión y la
locura necesarias para asumir tal compromiso radical.
Roger vuestra lema “Hay que
romper con todo” es muy parecido a la de los Nadaístas “No dejar una fe, ni ídolo en su sitio…Lo demás será removida y
destruido.”
Roger - Claro, nuestro lema, que fue creado
por Mariela Dreyfus, la cofundadora del MK conmigo, es similar al de los Nadaístas
colombianos de los 1960s.Fui fuertemente impactado por los textos de Arango. No
sólo el manifiesto original y otras declaraciones, sino también sus poemas y
sobre todo sus crónicas que son muy buenas. Nosotros pensábamos que todo estaba
podrido en nuestra sociedad, de modo que había que destruirlo todo,
absolutamente todo. Debíamos romper con toda la ideología imperante en la
sociedad burguesa capitalista: Aniquilar los conceptos de Dios, Patria,
Familia, etc. Nuestra posición anarquista era profundamente sincera y radical.
No creíamos en nada ni en nadie. Sino sólo en nuestra alternativa individual y
colectiva en Kloaka, de transformarnos primero nosotros mismos y
simultáneamente transformar la sociedad en su conjunto. Pensábamos que nuestra
liberación personal era fundamental para principiar a cambiar el mundo. Para
nosotros los lemas de Rimbaud: “Hay que cambiar la vida”. Y el de Marx: “Hay
que transformar el mundo”; eran una sola y la misma cosa. Pero ojo: no éramos
comunistas. Tomábamos la idea de Marx para nuestro camino anarquista total, de
ruptura franca y abierta frente al sistema que nos vio nacer y en el que
habíamos crecido. Rechazábamos la explotación económica, la discriminación
racial, el desprecio social y la represión erótica de la sociedad peruana en la
que vivíamos. Igualmente estábamos en contra de la derecha y de la izquierda.
Alzábamos nuestra bandera negra permanentemente. Buscábamos una sociedad humana
en que imperara la solidaridad, el amor, el arte, la libertad y la poesía.
¿Y hoy en día qué hay de Kloaka?
Roger - Actualmente el
Movimiento Kloaka no existe como tal, es decir como entidad organizada. Lo que
existe es el espíritu del movimiento y el recuerdo de su accionar entre
setiembre de 1982 y febrero de 1984. Hubo una breve continuación –en 1986- con
lo que se llamó Kloaka Internacional
organización que lideró en París el poeta José Alberto Velarde, en coordinación
conmigo desde Lima. En homenaje a dicha memoria fue que en agosto de 2012
realizamos diversas actividades en Lima y en Boston, conmemorando los 30 años de
la fundación del movimiento.
En todo caso –y es lo
esencial- es la existencia viva de la obra creadora de todos aquellos que –de
una u otra manera- estuvieron involucrados en el Movimiento Kloaka. Ellos son
los poetas Mariela Dreyfus, Domingo de Ramos, Julio Heredia, Mary Soto, José
Alberto Velarde y Guillermo Gutiérrez Lyma. Los narradores Edián Novoa y Mario
Wong. Los pintores Enrique Polanco, Roberto ‘Caballo’ Cuenca y Fernando Bryce.
Igualmente los poetas Dalmacia Ruíz Rosas, José Antonio Mazzotti, Rafael Dávila
Franco, Rodrigo Quijano, Frido Martin, Bruno Mendizábal, Tatiana Berger,y Lelis Rebolledo. Así como las bandas de rock
“Delpueblo”, “Delpueblo & Delbarrio”, “Kilowatt”, “Durazno Sangrando”, “Medias
Sucias” y “Montaña”.
Una
noche larga, una conversación intensa, una comunión de poesía y
revolución. Aquí está lo que recuerdo,
lo que pude escuchar por encima del concierto improvisado del los Sax
Pistols, canciones de punk hecho Jazz, blown con fuerza y rebeldía. Bob se
levantó era su hora de partir nos miró y nos dedicó este poema:
DOLOROUS ECHO ECO
DOLOROSO
The
holey little holes Los puros pequeñosporos
In my
skin, En
mi piel,
Millions
of little Millones
de pequeñas
Secret
graves, Tumbas
secretas,
Filled with dead Llenas
de muertos
Feelings Sentimientos
That
won´t stay Que
no quedarán
Dead. Muertos.
The
hairy little hairs Los peludos pequeños pelillos
On my head, Sobre
mi cabeza,
Millions of little Millones
de pequeños
Secret trees, Arboles
secretos,
Filled with dead Llenos
de pájaros
Birds, Muertos,
That won´t stay Que
no quedarán
Dead. Muertos.
When I
die, Cuando
muera,
I won´t
stay No
me quedaré
Dead. Muerto.
¡NO ME QUEDARÉ MUERTO! y así se
alejó Bob de nosotros y del lugar y de la conversación, gritando entre los
coches que esperaban la luz verde..¡NO ME QUEDARÉ MUERTO, NO ME QUEDARÉ
MUERTO!
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