sábado, 9 de agosto de 2008

CONVERSA CON EL ANTI-BEST SELLERS CÉSAR GUTIÉRREZ (AUTOR DE “BOMBARDERO”)



El último día de la feria del libro, debido al ambiente festivo casi circense (julio, mes de la patria, mes de la rata), me atreví a bajar (o ¿subir?, no lo creo) al Jockey Plaza (previo pago de dos “miserables” soles y la presencia abismática, estatuaria y casi solemne de Mario Vargas Llosa (con quien tengo una incompatibilidad congénita, lo cual no me imposibilitó tener un respetuoso y breve intercambio de palabras, las justas y las precisas en la firma de libros, hecho que no detallaré aquí, sino en otro post. Alguien me avisa que hay un vídeo de esto en youtube. Como dijo el joven escritor y editor de “Casa Tomada”, Gabriel Rimachi: él es el Darth Vader de la literatura peruana. Me pregunto quien será Anakin Skywalker y quien Shuwaca o Java). Ahí, después de ver a la medianamente obesa y fofa Rosa María Palacios revoloteando entre libros que cogía con la punta de los dedos (cierta burguesía parásita y acomodaticia sigue pensando que los conocimientos se dan por absorción celular, esa esnobista teoría dactiloscópica), después de ver al sicalíptico Ricardo Badani escoltado por sus tristes mujeres de Avignon (alguien se ha referido a la ridiculez como la extraña forma de mostrar los “pecados” como si fueran virtudes, o como dice Bergson en su ensayo sobre la risa: lo más triste es observar a personas con imagen cómica cuando se esfuerzan en realidad por todo lo contrario. De todas formas a mí me parece que en todo esto hay una suerte de mesmerismo animal. Mesmer ese que volteaba las gallinas y las hacía “dormir” apretándole un nervio del pescuezo); también vi a Mauricio Fernandini, quien ahora tiene un programete de cocina en canal 7 (“20 lucas” se llama el bodrio, calculado número que multiplicado por 30 días da como resultado un ingreso mínimo vital; me preguntaba si la familia de este “señor” comerá con esta cantidad monetaria absolutamente ridícula para familias de 5 miembros, o sea que la comida es el nom plus ultra de una floreciente economía; bueno, mejor dejémoslo ahí) y reemplaza a un programa cultural que, al parecer, ya no interesa a nadie (es nulo el reclamo sobre “Vano Oficio”, o, es simplemente que la literatura y la cultura en general están pasando rápidamente de moda para convertirse en pequeñas manifestaciones de algún culto prohibido).
Cuando ya pensaba retirarme, derrotado por esos escritorzuelos que han llegado de Chile a descubrir la pólvora en Lima (salvo honrosas excepciones de poetas septuagenarios u octogenarios, el resto me parecen literatos del mesenterio), me encontré cara a cara con el inefable César Gutiérrez, autor del “excesivo”, “delirante”, “exuberante”, “vertiginoso”, “mamotrético”, “postvanguardista”, “acromegálico” y “pantagruélico” “Bombardero” (la reseña y el estudio lo entregaré después). Tuvimos una conversa bastante divertida de casi dos horas (totalmente grabadas en super dv) donde se tocó diferentes temáticas desde la literatura a la política, sin pasar por Jean Paul Sartre y ese rollo del “compromiso” sistemático, mucho menos “El Foro de Yenán” maoísta (el otro Gutiérrez, o sea Miguel, tuvo lo suyo; también cayeron bajo sus disparos a quemarropa: Alonso Cueto, Oswaldo Reynoso, Iván Thays, Roncagliolo, etc.); seguimos hablando de la religión al rock (lástima que le guste Iggy Pop, David Bowie, Velvet Underground, ¿Dolores Delirio? y la electrónica moderna; siempre prefiero a John Cage -léase en español- y por supuesto a Varese, por quien tuve una discusión bastante acalorada con el negro Verástegui); y bueno, de ahí pasamos -en tránsito embotellado- de Tongo a Savonarola (César Gutiérrez es un gran observador de la sociedad Arequipeña y Limeña, así como de ciudades cosmopolitas como Nueva York, London, Berlín, etc., se reclama anti- best sellers, y aunque no usa mucho los eufemismos tiene una delicatessen especial para nombrar a lo que detesta o a lo que le parece “pestífero” –según propias palabras). Otros autores que salieron de su boca casi como por emesis gravitante, por ratos imparable y atosigante para cualquier lector estándar o no avisado, fueron: Polahniuk, Houellebecq, Fresán, Roth, Ballard, Amis, Wallace, Foster, Saunders, Bataillé, Cioran, etc.
Como buen escritor o aquel que se precie de tal, se reclama vago, ocioso, etc.,cuarentón (menos “cu-a-ren-ta-y-dos” apunta certeramente), remolón “mantenido” por sus padres que lo prefieren a él que a tener “unos nietos feos y brutos”, y que –por supuesto- “no tiene nada que perder”, todo lo ha dejado en la construcción de esta monumental obra en la que ha tardado 5 años, un periodo de gobierno democrático. “Bombardero” propulsa ser –entre otros epítetos- cyberpunk, quintocolumnista de la literatura pulp, recodo del experimentalismo postmilenarista. Y como dijo Abelardo Oquendo en su acostumbrado espacio de “La República”, “es más fácil que “Bombardero” entre a la historia de la literatura peruana a que se convierta en un best sellers”.
Quisiera anotar que César Gutiérrez como conversador nato es inquisidor, prismático, caleidoscópico con las citas, sabe cuándo tiene que callar para dar el zarpazo (leninismo puro, aunque él no lo crea, eso de retroceder un paso para dar dos o tres). Maneja bien el efecto sorpresa: eso de declararse fanático del blog “Puerto el Hueco” con una dieta opípara de tres visitas diarias matiné, vermouth y noche es quizás la parte más visible de una personalidad controversial. Afortunadamente este blogger tiene complejo de verdugo (no sicario, lo hago por placer). Resultado: un ameno diálogo. Hoy sábado 3 pm., antes de colgar este post, recibo un e-mail de César anunciándome que está viajando a Arequipa para presentar su libro con la presencia de Montalbetti; al parecer, Bryce Echenique, programado en el evento, disculpó amablemente su inasistencia. Les dejo aquí dos pequeños fragmentos del vídeo original colgados en youtube por “Torre Fuerte”, un colaborador anarquista.



(La alteración del orden de los vídeos es adrede. En cuanto al audio, siempre las cuestiones técnicas juegan malas pasadas, hay que elevar un poco el volumen de la pc. Por cierto, el vídeo de dos horas lo pienso editar y se publicará conjuntamente con el ensayo sobre “Bombardero”)

32 comentarios:

Anónimo dijo...

Estimado Ybarra:

(Digo "estimado" por obvias razones). Me alegra mucho que etrvistes a alguien que vale la pena.

Rodolfo, gracias por extender en cobertura -no idiota, por cierto- a un autor que en apariencia refleja novedad.

Saludos,

L

Anónimo dijo...

un mono con metralleta este bombardero, nada más que eso.

Anónimo dijo...

BUENO, CUELGAS ESTE VIDEO DE CINCO MINUTOS PARA ENTERARNOS DE QUE ESTE TIPO NO SABÍA NI MIERDA DE LO QUE HACÍA CUANDO LO ESCRIBIÓ Y DE QUE UTILIZÓ EL "CUT" DE BURROUGHS CUARENTA AÑOS DESPUÉS?????

YA PUES IBARREX, PON ALGO MÁS EMOCIONANTE!!

Anónimo dijo...

asu, o sea que ahora eres pata de Gutiérrez? Poco más y suscribes lo que de él dice la mafia.

Anónimo dijo...

de acuerdo con el de arriba: Gutiérrez no dice nada nuevo y el video carece de interés. A otros temas, Ibarrex, hay cosas más importantes.

Camilo Miltruenos, de Huanta (Ayacucho

Anónimo dijo...

César Gutiérrez, por lo que dice en la entrevista, es un reverendo cojudo y un haragán orgulloso de ser el pichón de la pseudoburguesía parásita letrateniente.

¿Anti-bestseller? ¿Pero por dónde, capullo?

Si este compadre era anunciado a todo bombo en PUENTE AEREO, en SOMOS (3 páginas si mal no recuerdo) y ahora es comentado alabanciosamente hasta por el APRISTA MIRKO LAUER.

¿Qué pasó, Ybarra?

Gutiérrez dice entre otras idioteces que la bronca andino/criolla no fue tal, si no simplemente una bronca pitucos/cholos... y que además quería ver sangre... aparte de simplón es pandillerón el este sujeto... loco, para ser MALDITO en este maldito país tienes que tener por lo menos tu corte en la cara, parar tu bronca y manejar fierro... lo demás son poses de neorilos y sachasubtes con pretenciones literarias... ¿pero qué ha creído este characato pretendido? ¿qué todos los lectores son del tipo de los de la caótica, abufandados con su palestino progre pero incapaces de tonear en un asentamiento humano?

¿Qué pasó, Rodolfo?

Está bien que en aras de la democracia entrevistes a quien te de la gana; pero se te nota concesivo frente a la sarta de huevadas que habla este "maldito"/enfermito pero de su cuadra.

Leeremos Bombardero, la apreciaremos y veremos si la estupidez rampante de este Gutiérrez ha sido capaz de producir algo verdaderamente bueno desde el punto de vista literario.

Basilio Auqui

Anónimo dijo...

¿Bombardero? Bombero será!

Alegato en nombre de una generación


Entiendo que el personaje ha pasado los 50 años. Debió, pues, nacer a fines de los años cuarenta o, tal vez, al comenzar los cincuenta. Estudió en la universidad y sus lecturas -hechas entonces o durante los 18 años que lleva en prisión- han sido adecuadamente usadas en las dos carillas que escribió con cuidado para leer ante sus jueces. Pero en el texto hay mucho más que citas pertinentes. Hay, sobre todo, una reflexión muy madurada. Es ese tipo de reflexión que convierte lo vivido en experiencia, en lección aprendida, en sabiduría personal.

Por cierto, en el texto hay una reivindicació n -amparada en Hamlet de Shakespeare- del haber tomado "las armas contra un mar de dificultades y, al hacerles frente, acabar con ellas"; recurso que constata en Nicolás de Piérola y sus montoneros, en las insurrecciones apristas de 1932 y 1948, y en las guerrillas de los años sesenta. En esa lista de nuestra historia, sólo Piérola venció y la insurrección, ya lo sabemos, sólo deviene legítima cuando triunfa.

Los vencidos, en cambio, se quedan sólo con sus razones. La que ha escogido Gálvez la tomó prestada de Hubert Lanssiers -ese sacerdote francés que tanto de bueno le ha dado al Perú-, quien llamó a la insurgencia "imperfección de la caridad". No creo que sea aplicable a todos los insurrectos, especialmente cuando uno recuerda algunos actos de horror cometidos. Pero, si se mira a los motivos personales, probablemente un componente -al lado de otros, menos nobles- sea, en efecto, la caridad; en palabras de Gálvez, "un compromiso e identificació n plena con los sufrimientos y las esperanzas de los desposeídos y humildes".

Soy consciente de que ese testimonio puede sonar como un alegato inverosímil -o, lo que es peor, un rastrero esfuerzo para ser exculpado- a oídos que no siguieron el proceso de esa generación. Es decir, quienes no supieron del intento, genuino en muchos, de asumir "la política como un apostolado, una entrega total al ideal de justicia y solidaridad" . Apenas unas décadas después, las motivaciones de la conducta personal se han vuelto absolutamente individuales y pensar en los otros no está de moda; ni siquiera es imaginable.

Pero en la generación de Gálvez hubo gentes que tomaron la política como una responsabilidad con los demás. No puedo probarlo ahora. Sobre todo, en medio de una campaña electoral en la que tanto oportunista con un pasado de izquierda se ha encaramado en el carro que le quedó al alcance, con tal de lograr su objetivo de ahora y seguramente de siempre: llegar al poder.

Sin embargo, la política tuvo entre nosotros una etapa de fuerte contenido moral, por lo menos para algunos. Y, en ella, hubo quienes consideraron "un camino necesario: el de la lucha armada". ¿Eso los exculpa? Por supuesto que no y Gálvez lo sabe; por eso se acusa del error de haberse atribuido "una representació n que nadie nos concedió y autoerigiéndonos en voluntad justiciera de un pueblo que no había sido consultado".

"No reniego de mi pasado ni de mis sueños. Formo parte de una generación que fundó sus rebeldías en su aspiración de justicia social y solidaridad. Quisimos cambiar el mundo y hacerlo ya. Estábamos llenos de impaciencia y urgencias impostergables. Primero alzamos los puños; y después, en los puños, las armas. No tuvimos en cuenta la advertencia de Bertold Brecht en su poema a los hombres futuros: también la ira contra la injusticia pone ronca la voz; también el odio contra la bajeza desfigura la cara."

El error no es fácilmente disculpable. Como reconoce el texto, con la guerra a la que él, como dirigente político, contribuyó significativamente, "la magnitud de los agravios aumenta, las heridas se amplifican, los rencores se maceran" y "se desencadenan fuerzas y pasiones que se van tornando ingobernables y nos atraviesan a todos. Cuando los disparos cesan, quedan secuelas y heridas abiertas: las víctimas y sus familias, los vencedores y los vencidos, los miedos y las rabias". Gálvez lo sabe ahora.

La lucha armada, iniciada por Sendero Luminoso y ampliada por el MRTA, precipitó en el país una espiral de violencia y facilitó la instauración de una dictadura que se justificó a sí misma -y que aún hoy muchos consideran justificada- por el combate a la subversión. Los demonios que salieron entonces, en un país de subterráneos infernales, todavía andan sueltos. Quienes echaron mano a la insurrección no son responsables sólo de determinados crímenes; también lanzaron irresponsablemente al país por una pendiente de muerte y degradación.

No sólo ellos son culpables. El texto de Gálvez recurre nuevamente a Lanssiers para recordarnos que si la "caridad imperfecta" es equivocada, la indiferencia es peor. De ésta son culpables muchos más que aquéllos que murieron en el intento subversivo y muchísimos más que quienes se hallan en prisión. Acabada la guerra, los culpables por indiferencia reinciden cada día en el Perú actual, cuando rechazan el reconocimiento de su responsabilidad en un estado de cosas que fue la atmósfera propicia para la subversión y, al haberse mantenido y agravado, es el ambiente propio de un país inviable.

De la derecha peruana se puede decir hoy lo mismo que Gálvez apunta en la izquierda: "Cuando la política se sobrecarga de ideología, los resultados suelen ser funestos". Las elecciones de este año probablemente volverán a demostrárselo a una derecha egoísta e inconsciente -desde hace algunos años, fanáticamente neoliberal-, que no ha sabido ver más allá de sus intereses y que no aprende de la historia.

Por eso mismo es que el reproche de Gálvez a la insurrección -citando a Machiavello- de "proceder en discordancia con los tiempos" también es imputable a los demás actores políticos peruanos. Unos perdieron y están muertos o presos. Los otros ganaron pero lo hicieron sólo mediante la fuerza de las armas; solamente para "restablecer el orden", como gusta decir el discurso reaccionario refiriéndose a su orden. En definitiva, los hondos conflictos peruanos no fueron resueltos y la intentona subversiva fue, peor que infructuosa, profundamente dañina.

Gálvez reconoce el error histórico de la subversión y, en términos apretados, pasa revista en su alegato a los factores que la hacían inviable. El precio pagado por su error ha sido tan alto como inútil: torturas y maltratos, la separación de los suyos, y "el constatar que a ese pueblo, al que idealistamente ofrendé mi vida, le es indiferente mi destino".

Concluye el autor: "Nos equivocamos: si bien los fines fueron justos y nobles, erramos en la elección de los medios y extraviamos los caminos. Reitero mi pedido de perdón a quienes pudieran haberse visto afectado por mis actos, así como mi disposición a perdonar a quienes alguna vez me torturaron y maltrataron" .

¿Se puede pedir más? Humanamente, no. Pero los jueces han creído oportuno imponer 23 años de prisión al autor de este alegato.

Anónimo dijo...

incapaces de tonear en un asentamiento humano?

-- ¿Eso es un mérito para algo? Si nunca has toneado en un asentamiento humano, ¿realmente te has perdido de algo?

-- para ser MALDITO en este maldito país tienes que tener por lo menos tu corte en la cara, parar tu bronca y manejar fierro...

... y tener acceso a internet como tu, inconsecuente Auqui.

Anónimo dijo...

Yo no pretendo ser maldito ni mucho menos, anónimo.

Tonear en un asentamiento humano es toda una aventura... al igual que tonear en el Sargento Pimienta o en el Mochileros o en alguna discoteca de Eisha...

Cualquier hijo de vecino tiene acceso a internet por una luca... eso no me privilegia.

Anónimo dijo...

De César Gutiérrez y su archimarkeado "Bombardero", me sorprende la convicción de sus palabras.

Anónimo dijo...

Recorcholis!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

CÉSAR GUTIÉRREZ ES LO MÁXIMO. GRACIAS YBARRA POR DARLE LA COBERTURA QUE SE MERECE.

DESDE AREQUIPA,
EL OTRO O'BRIEN

Anónimo dijo...

carajo gutiérrez eras la caxada, me gusta tu rollo, lástima que tu "Bombardero" lo estén vendiendo a 100 soles. por qu{e no lo cuelgas en la net para piratearlo y leerlo. Un abrazo

Encinas

Anónimo dijo...

par de pelucones, lo que necesitan es una trasquilada y menos licor.

yo

Anónimo dijo...

"Bombardero" es un librazo no solo por sus más de mil páginas, sino por su apuesta vanguardista. A quien le creemos a Abelardo Oquendo, una eminencia, o a un provinciano que cree ir a una fiesta de pachangueros le hace maldito.

Mirkito

Anónimo dijo...

¿y qué tiene este que no tengo yo?

Anónimo dijo...

yo leí este libro y no pasé de la página 100... alguien me puede explicar por qué pasa esto?

Anónimo dijo...

VIVA PUERTO EL HUECO, EL ÚNICO LUGAR VERDADERAMENTE DEMOCRÁTICO. GRACIAS CECITAR GUTIÉRREZ POR REIVINDICAR ESTE ESPACIO.

EL DINTILAKO II

Anónimo dijo...

Gracias Ybarra por tu apertura, seguro ya muchos te están odiando por entrevistar a César Gutiérrez, felizmente tienes correa. Un abrazo por eso.

G. R.

Anónimo dijo...

César Gutiérrez es un escritor culto. No voy a criticar su novela porque no la he leído. Hacen mal muchos de los comentaristas en criticar lo que no han leído.

PP

Anónimo dijo...

mejor que este bodrio son Hotel Lima o El mundo sin Xótchil, te me caíste Rodo.

el ratón miguelito multpremiado

Anónimo dijo...

Si, efectivamente, de que es un librazo, lo es: 1000 páginas... tanto tiempo, papel y tinta invertidos POR LAS HUIRVAS...

Abelardo Oquendo, Julio Ortega y el triplehijodesumadre Julio Oviedo, el crítico lorcho soplapollas de los "blancos", conforman la TRIPLE O DE LA LITERATURA PERUANA: la de los lorchos subidos al carro de la burguesía parásita.

¿Bombardero? Bombero será

Sanmarquino Acucioso

Anónimo dijo...

Sujeto extraño este Gutiérrez. Habla como un loco poseído por los mil diablos, como en trance. Parece que escribe así. Finalmente lo tenemos en mesejante pantallazo. Un abrazo, Ybarra, y buena por esta achoradísima entrevista.
C.H.

Anónimo dijo...

lA NOVELA DE CG ES REALMENTE EXTRAORDINARIA. lEANLA, HAGAN UN ESFUERZO Y COMPRENSELA, MUCHACHOS.

Sanmarquino chévere

Anónimo dijo...

Sanmarquino chévere... bien gay tu seudónimo, oe... ay chévere... zopenco...

Anónimo dijo...

Oe, en vez de estar hablando de huevadas, ¿Ya leyeron la pendejada que ha escrito la Thays sobre la reedición de LA GENERACIÓN DEL 50 en el último Dominical?

A este mequetrefe le apesta todo lo que suene a colectivo, a social, a alegoría de una realidad que seguro para él resulta de plácemes.

Su alegato a favor de la individualidad (esa utopía en cualquier sistema enajenante que destruya al INDIVIDUO,sea comunista o capitalista) es profundamente estúpido y simplón. Este pelucatriste cree que las masas alienadas tienen libre albedrío, o tal vez nunca ha viajado en combi y se ha asqueado ante el silencio asesino de la borregada frente al abuso de los transportistas... individualidad?

Definitivamente, aquí hay un enfrentamiento entre los que ficcionan sobre un país oficial aprofujimontesinista y el país de adentro, el país verdadero, ese que lucha, ama y odia y que pronto se levantará cual ave fénix para expulsar a los corsarios y piratas que lo han envilecido.

El Tukuyrikuy

Anónimo dijo...

Bien, Tukuyrikuy, por direccionar adecuadamente un debate por demás cojudo. Aquí copio el artículo de marras de Thays sobre LA GENERACIÓN DEL CINCUENTA UN MUNDO DIVIDIDO.


Yo estoy releyendo LA GENERACIÓN, es un libro potente y hermoso, un ensayo divertido y valiente sobre la podredumbre, el oportunismo y también la consecuencia de los literatos de una generación que marcó un hito en la literatura nacional.

Saquen sus propias conclusiones: Thays, al igual que la vieja Oviedo y todos los de esa mancha pútrida ENVIDIA los logros de Miguel Gutiérrez y si pudieran también acusarían de doctrineros a Colchado, Zorrilla, Fernando Cueto, Cayo Vásquez, de Piérola y esa nueva hornada de narradores valientes que están contando con oficio y altura historias populares.

Sannmarquino acucioso



MIGUEL GUTIÉRREZ Y UN MUNDO DIVIDIDO


Un artefacto literario anacrónico

Por Iván Thays

No existe nada malo en escribir críticas literarias o reseñas de libros desde una ideología determinada; pero hacerlo desde una posición doctrinaria puede resultar un esfuerzo inútil. Un mundo dividido es, sin duda, el libro de ensayos* más comentado de Miguel Gutiérrez, aunque no parece haber sido el más leído, por lo que esta reedición resulta una estupenda oportunidad para acercarse críticamente a un autor que, para muchos, representa la reserva moral e intelectual de la literatura peruana. El mismo Gutiérrez ha declarado con justicia en varias entrevistas, y en el prólogo escrito para esta edición, que sobre él existen demasiados prejuicios y que se lo valora entusiasta y ciegamente -eso no lo dice él, es mi impresión- o se lo desdeña sin argumentos literarios sólidos. Leer Un mundo dividido después de veinte años de su aparición es un buen pretexto para acercarnos al pensamiento (y luego a la obra) de un autor importante para el país, sobre todo por su ascendencia en varias promociones de escritores peruanos.


Estos ensayos, que se inscriben en la doctrina marxista, están escritos, según propia confesión, por alguien que piensa que el mundo está dividido entre aquellos que defienden un viejo régimen burgués y aquellos que ven en la "lucha popular" (en el libro varias veces se alude a Sendero Luminoso y a Abimael Guzmán como paradigmas de esa lucha) la posibilidad de establecer un nuevo orden. Lo que busca el libro, específicamente, no es solo calibrar el aporte de los miembros de la Generación del 50 a la literatura nacional, sino asimismo estudiar y calificar las "producciones espirituales y las formas de conducta" de los miembros de esta generación. Gutiérrez acepta que no pretende ser un crítico imparcial y se muestra dispuesto a comentar abiertamente la calidad de la obra de los autores seleccionados, sin por ello dejar de subrayar la relación (subsistente en algunas de sus obras e incluso en sus actos públicos, como el hecho de que él consiente premios del Estado) de estos autores con su sociedad, y también, si cabe, con su praxis política y su compromiso social.


Es imposible abarcar en una reseña los diversos aspectos tratados en el libro y discutirlos seriamente. Para ese análisis crítico habría no solo que empezar por las conclusiones del autor, sino discutir los errores conceptuales (como, por ejemplo, cuando sostiene inexplicablemente que existen ficciones que "falsean" la realidad y otras que no) con los que sustenta sus ensayos. Sin embargo, creo que cualquier lector más o menos instruido descubrirá que el mayor error del libro, al menos en lo que respecta a la narrativa, está en creer que los personajes de las novelas son, antes que individuos, estados de clase, símbolos o, peor aún, alegorías. Así las cosas, si el teniente Gamboa en La ciudad y los perros es un personaje honesto, entonces la novela es implícitamente pro-militarista porque Gutiérrez es incapaz de separar la honestidad del personaje Gamboa con la clase (o casta, como dice él) a la que supuestamente representa. Ese error de lectura, en concreto, parte de un principio superior que es el principio rector del marxismo literario: que los libros son todos obras alegóricas y los personajes no son individuos contradictorios o sutiles, sino representantes de sus clases sociales. Esa idea originó novelas fallidas como El sexto, de José María Arguedas, donde cada personaje perdía su individualidad y representaba una categoría social (sin hablar de las novelas del mismo Miguel Gutiérrez y sus personajes estereotipados y convencionales). Pero originó sobre todo una crítica literaria incapaz de aceptar que las obras artísticas no son un reflejo limitado de la realidad, y menos aún de una tesis sociológica o antropológica, sino la obra compleja, sutil y sofisticada de un creador que debe reinventar el mundo en cada nuevo libro (por ello, Vladímir Nabokov llamaba "cuentos de hadas" a las novelas). Cada uno de los ensayos de Un mundo dividido busca rastrear conflictos de clase (aludiendo a ellos como "implícitos" y ajenos a la voluntad del autor) en las obras analizadas, convirtiendo la lectura en un pretexto para anunciar sus doctrinas y sus posiciones políticas (como queda de manifiesto en las digresiones, muchas de ellas panfletarias, dedicadas a los partidos políticos que surgen de algunas lecturas como, por ejemplo, la de Historia de Mayta).


Es cierto que la obra de los autores que se adscribieron voluntariamente al marxismo sí puede ser leída como alegoría de las clases sociales, pero es complicado y siempre arbitrario leer así novelas más complejas. No todas las novelas son parte de un "mundo dividido" entre buenos y malos, o habría que decir específicamente entre el Bien y el Mal, como está dividido eclesiásticamente el mundo narrativo del propio Miguel Gutiérrez.


Los que han visitado las calles de las antiguas ciudades comunistas, Berlín, Moscú, Praga, se habrán encontrado con esas ferias en las que se exhiben souvenirs de las viejas repúblicas del Este: pines, chalecos, botas, cantimploras, banderolas, cascos, casacas, etc. A veces incluso te ofrecen unas pistolas sin municiones que parecen extraídas de películas sobre la KGB. Si es cierto que "el ser determina la conciencia", como dicta el marxismo, abruma ver hoy a Miguel Gutiérrez, el otrora luchador contra el "antiguo orden", figurando en la página de sociales de El Comercio, acariciado por los críticos que él llamó "carlistas", alabado en todas las páginas culturales que él calificó de "mafiosas", y hasta publicado con gran felicidad suya por una editorial transnacional que él calificó siempre de "enemiga de clase" e imperialista; abruma en particular el contenido ideológico o las alabanzas a un grupo de asesinos que se escudaron bajo una supuesta "guerra popular" y que hacen de este libro un artefacto literario anacrónico como aquellas baratijas que se venden en las calles de los países ex comunistas, considerando al propio Miguel Gutiérrez determinado por su nueva conciencia. Y si es cierto que este libro pretende defender esa necesidad de leer la obra y analizar la praxis política del autor para buscar una coherencia, tendremos que decir que, a estas alturas, las propias contradicciones de Gutiérrez le han demostrado que, ni en la vida ni en las novelas, los personajes representan alegorías. Son tan solo individuos que actúan según el contexto que les tocó vivir

Anónimo dijo...

Oe, con las cien lucas que cuesta ese mamotreto me alimento fácilmente 15 días... o me compro unos 8 libros valiosos en Amazonas... no te recomiendas a tí mismo, pe, Cesitar Gutiérrez, si me la regalas, te leo.

C.R.T.

Unknown dijo...

Oviedo, Oquendo y Ortega conforman lo que Reynoso llamó la Triple O de la literatura peruana.

Eso lo saben muchos alumnos de literatura de las universidades nacionales y privadas.

Tampoco es secreto el ODIO reconcentrado que le tiene Oviedo a Gutiérrez y a Reynoso, la inquina jurada a Gregorio Martínez (leer el debate andino/criollo, el artículo de Goyo en el cual refiere los desplantes, sobonerías y ninguneadas de Oviedo hacia su persona), todos escritores excepcionales y referente obligado para cualquier buen lector de literatura latinoamericana.

El lamentable César Hildebrandt, quien cuando odia odia con odio jarocho, en su artículo de La Primera obvia por completo a estos tres escritores (Gutiérrez, Reynoso y Gregorio Martínez), tal vez aún no olvida que años ha, cuando Gutiérrez envió una carta de protesta a uno de los tantos programas que ha dirigido el sinuoso Hildebrandt, una carta en la que hacía referencia a las masacres de los penales en el 86 en las que fueron asesinados cobardemente por la Marina la esposa y el hijo de Miguel Gutiérrez y casi 300 guerrilleros DESARMADOS por órdenes directas de Alan Idi Amín García, el zigzagueante Hildebrandt ironizó burdamente, pero quién es este Miguel Gutiérrez, escritor de un sólo libro (hasta el momento Gutiérrez sólo había publicado El viejo saurio)... pues ahora quien se ha quedado como escritor de un solo libro es el chatito, su churrigueresca novela, Memorias del Abismo, la recordamos sólo quienes no perdonamos afrentas al pueblo y a sus intelectuales.

Ahora este pobre lorcho Oviedo con su Historia... no hace más que refrendar con tan onerosas ausencias que su odio sigue vivo y más concentrado que nunca...

Viva NARRACIÓN!

Anónimo dijo...

Qué pasó, es o no es lo que estoy viendo, que Cesitar Gutiérrez (apoyado por el verdugo Ybarra) ha remecido el concho de la literatura limeñísima. Bien carajo, ya era necesario que alguien hiciera algo diferente. Salud hermanos pelucones.
En nombre de mi querido Ataucusi
Pongo mis dedos en posición de contra por si acaso.

HEY MOTO

Anónimo dijo...

Cierro los ojos y el que habla es Koki Belaunde del Perú, saaaaoo

Anónimo dijo...

Si ustedes vieran lo que yo vi, y escucharan lo que yo escuche..., se los regalo el libro, lo tengo allí, el inedito, lo saque de esa casa donde se revuelca en su estupidez el GRAN Cesar Gutierrez, no sigan alabando lo inalabable, cualquiera puede meterse un montón de cochinadas en nueva york mientras se tira la plata que gente con buen corazón le regala a este idiota y escribir una sarta de tonterías que muchos ilusos llamarían ''vanguardista'', Cesar Gutierrez no merece siquiera ser llamado characato, y créanme, que con eso de ''no tengo nada que perder'' solo es un hipster mas, alucinándose el machito; el día que su buena madre deje este mundo, ya veremos como el pez por la boca muere...