jueves, 21 de agosto de 2008

FALLECIÓ EL POETA MANUEL MORALES



Por medio de un correo del escritor Bernardo Rafael Álvarez, me acabo de enterar que falleció el poeta Manuel Morales, el hecho penoso ocurrió el 2 de octubre del año pasado. Tulio Mora cuenta sentidamente (en otro correo) que Manuel Morales, quien vivía desde 1977 en el Brasil, falleció víctima de un accidente casero. Autor de “Poemas de Entrecasa” (y a quien leí en "Estos 13" de Oviedo), fue el precursor de toda la onda coloquial que después explotó con “Hora Zero” y la generación del setenta. Cuenta, Mora, que guarda unas cartas de Manuel Morales enviadas desde Porto Alegre y donde se solidariza con Oswaldo Reynoso y con Miguel Gutiérrez (últimamente atacado por el establishment). Desde aquí, que sabemos bien que los artistas y escritores en este país mueren en silencio, nuestro más sentido pésame a quienes le sobreviven y a quienes vieron una luz crepuscular en su poesía. Aquí el poema que lo hiciera conocido (más abajo un poema inédito):

“SI TIENES UN AMIGO QUE TOCA TAMBOR”

Si tienes un amigo que toca tambor
Cuídalo, es más que un consejo, cuídalo.
Porque ahora ya nadie toca tambor,
Más aún, ya nadie tiene un amigo.
Cuídalo, entonces,
Que ese amigo guardará tu casa.
Pero no lo dejes con tu mujer, recuerda
Que es tu mujer y no la de tu amigo.
Si sigues este consejo, vivirás
Mucho tiempo. Y tendrás tu mujer
Y un amigo que toca tambor.

Otros poemas de Manuel Morales:

MEMORIAL PARA ROSE (Poema inédito de Manuel Morales)


¿Será que todavía está vivo
mi hermano Juan Gonzalo, guerrero señorial
y provenzal y distinto de la poesía?

Hay siempre un punto de enlace
en su rostro bello y devastado, pero solemne,
cuando con un hachazo de sombra
arranca las bellotas colgadas en el pescuezo
de las estrellas, en las madrugadas.

Las costillas fervientes del otoño
enarboladas como rubias cervezas
sacuden las túnicas escrupulosas del instinto
y árboles viriles
y vientos camuflados de sentimiento
ventilan apresadamente
el trágico destino de las cisternas
secándose con dignidad.

Y el mundo es una paloma embarazada
de felicidad
difundiendo su laureado nombre y
la lozanía de su lúbrico mensaje
en 1.200.004 tabernas y botiquines de mala muerte de la Vía Láctea.

Si hay que beber con Dios
que él levante la primera copa.

(Río/1982)


TRES MONJAS FRANCESAS BAÑÁNDOSE AL SOL

Son tres mujeres
o nubes
de saris azul. Tres
novicias confundidas
frente a la lluvia. Bendecidas
en cuanto sueñan con la simetría
de escudos y puñales y navíos. Y peines. Y penes.

Se equivalen a tres palomas
albas, divorciadas de vientos
y lastimadas por una inocua postura
de la felicidad.

En la imagen de mi corazón
son tres rosas sobrias pero nada preocupadas
por las huelgas de los empleados y los otorrinolaringólogos
de la prefectura portoalegrense,
ni por la rinitis atravesada de las vendedoras de casuarinas
y girasoles,
y sí con sus rizos de oro
frente al enervante sol
que intenta -como yo- penetrar
en la intensidad del pasto de sus pubis.

Abiertas -de par en par- al misterio, protegidas
por un tenue paraguas
para no ser mojadas por la impertinencia
del silencio, son tres castores amenos
royendo almendras y manzanas rojas
en la orilla prohibida de las fuentes azules del paraíso.

¿Qué cosas sueñan esas tres diosas,
reinas del universo que solamente yo deseo compartir?

En pleno estío -rejuvenecidas
y distantes a la percepción del bien
y del mal-
el porvenir es una profecía
andando en bulevares con árboles
y pájaros (penes) y avíos.

El sol calienta la holgura
del sentimiento azul, cremando
la momia odiosa
de la soledad y el desamparo.

Son tres palomas
albas, tres signos
reconstruyendo el sueño,
tres recordaciones
o síntesis de buenos amores
y suaves olores y pieles y trapos líricos
(lo que el amor hizo de ellas)
y apenas su lucidez se confunde
con la altitud de la hierba y de los hombres
que no podrán cruzar en sus caminos,
entrelazar sus bocas
a sus muslos claros y róseos como el ave maría;

son por tanto,
más que tres metáforas,
tres andamios
de la memoria
devoradas
por el intenso
resplandor
de la poesía.

Y yo las miro y las masturbo
con mi bello canto libertino.

RECUADRO

“MI NEGOCIO AHORA ES ENAMORAR”

(Arriba: Manuel Morales en fiesta de peruanos en Porto Alegre, 2005)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un gran poeta peruano se ha ido en medio de la mas ensordecedora ignorancia. Qué tristeza!!
CE.

Anónimo dijo...

Mi pésame a su familia y a los amigos.

E.V=

Anónimo dijo...

¿Quiénes son las chiquillas que flanquean a Morales? Mmmmm...

Betito