jueves, 23 de julio de 2009

TRÁGALA: EL PROFESIONAL DE BIRRETE, TOGA PALMADA Y CARTÓN



Da risa ver a pobres diablos jactarse de una profesión que han logrado a las justas (más risa de lo que me dan algunos personajillos circenses que revolotean por estos días con un libro en la sobaquera). Estos seres mediocres para los cuales se les ha inventado la nota 11 y el término “regular” (en el Perú todavía mantenemos el decadente sistema vigesimal, y el término “regular” se acerca más a bueno que a malo). Estos badulaques se reclaman traumatólogos cuando son vulgares hueseros; médicos cirujanos vasculares cuando en realidad son ramplones carniceros, matarifes de poca monta; o se reclaman profesores cuando son adiestradores, instructores de monos, domadores de canes. Ni qué decir de los que se creen oficiales de algún organismo militar o fuerza castrense cuando en realidad son mercenarios, sicarios hambrientos de sangre, criminales en potencia esperando desatar su furia.
Los ingenieros de hoy en día son lavafierros, mequetrefes que no podrían entender, al igual que los arquitectos, los laberintos de Dédalus.
Los psiquiatras son loqueros, fascistas de la lógica, estilistas, peluqueros y talladores de la mente contemporánea; aprendices de jíbaros y secretos cultores del electroshock y el método del sifón.
Los psicólogos, embaucadores de parejas disfuncionales, torturadores de niños con problemas de atención, chamulladores de libros de autoayuda, fabuladores de las relaciones sociales óptimas, tejedores de una maraña de soluciones que no sirven para nada, solo para ganarse un dinero mal habido con el que transcurren por esa vida de estafa y argumentos falsarios, etc.
Los químicos (o el eufemístico “químico-farmacéutico”) son los emolienteros de carreta (con el perdón de estos dignos señores), seres ortopédicos que no saben nada de la alquimia ni de la piedra filosofal (sería un crimen preguntarles por el “alcaesto”).
Los administradores son ahora los porteros, los organizadores de “panderos”, los recicladores de un mundo empeñado de los cuales, como los guachimanes, se creen los dueños.
El abogado es un tinterillo, un defensor de causas perdidas o un acomodaticio heraldo de asesinos, terroristas y narcotraficantes; un mercenario de la verdad falseada, alguien que está dispuesto a lo que sea (incluso a la invención de pruebas y a la colusión criminal) con tal de que se le pague bien (se supone que en efectivo, aunque también aceptan el pago en especias: algún terrenito, vaquita, corderito, chivito, mueble o inmueble, etc., todo vale, incluso “favores” sexuales).
El arqueólogo es un huaquero de la peor especie, un traficante del patrimonio prehispánico bien cotizado en el mercado de los coleccionistas europeos (para las pantallas y para los flashes estos señores son los grandes descubridores de un pasado remoto aunque admiren soterradamente a Hiram Bingham, no por su arte investigativo, sino porque pudo robarse una fortuna sin dar cuenta a nadie).
El antropólogo es en realidad un primatólogo, las técnicas son las mismas y, al igual que esta última, se divide en dos: la antropología física que versa sobre la evolución biológica y la adaptación fisiológica de los seres humanos; y la antropología social (o cultural) que se ocupa de las formas en que las personas viven en sociedad (reemplacen al hombre por el mono y tendrán la fabulosa ciencia de la primatología).
El sociólogo es un sociópata que se cree con autoridad para definir su entorno teniéndose a sí mismo como centro (quién diablos se cree este eructo de Thomas Hobbes, John Locke y August Comte).

Hasta los bibliotecarios ahora son simples revisteros, acuñadores de libracos y desempolvadores de estanterías que nadie visita.
El periodista dejó de ser un investigador de la verdad para convertirse en un plumífero a sueldo, un mermelero y lambiscón personaje que en vez de la noticia busca a cualquier entidad o persona al cual extorsionar, o cualquier empresa (estatal o privada) de la cual vivir plácidamente, hecho que lamenta cuando los dueños del medio (prensa–radio–tv) ya se le han adelantado con el trato bajo la mesa.

Ni qué decir de las “profesiones” de los políticos: el presidente es un asaltante de caminos, un parásito embustero; y los congresistas: oxiuros, filarias, nematelmintos revolcándose en la mierda de un sistema de dicen defender.
Y los religiosos son los traficantes de almas (psicopompos) que el régimen necesita mantener en la ignorancia bajo la dictadura de un dios que sólo le puede ofrecer el infierno, pues el limbo ha sido abolido y el cielo no existe. (Pues si no lo saben el Papa es un hijo de puta y los obispos son sus alcahuetes. Razones mil. “La Puta de Babilonia” de Fernando Vallejo no alcanza a definir correctamente a esta aberración).

No hay que hacer mucho esfuerzo para reconocer a un verdadero profesional de alguien que finge serlo. Las diferencias son las que hay entre un halterofílico y un fisicoculturista. El halterofílico es un hombre con una fuerza extraordinaria que no necesariamente tiene un cuerpo de proporciones apreciables, simplemente no lo necesita (es decir, un cuerpo reventando en músculos), y puede ser un hombre (o mujer) de apariencia sencilla. En cambio el fisicoculturista puede parecer un hombre (o mujer) fuerte pero, en su mayoría, es una apariencia que no tiene nada que ver con la potencia (1).


Por último, todas las profesiones tienen la excepción a la regla y por eso este sistema decadente no se derrumba. Tambalea, trastabillear pero permanece. Esperamos que no por mucho tiempo.


PD: este artículo no está dedicado a los verdaderos profesionales a quienes va mis respetos.

(1).-[Potencia (física), el trabajo, o transferencia de energía, realizado por unidad de tiempo. El trabajo es igual a la fuerza aplicada para mover un objeto multiplicada por la distancia a la que el objeto se desplaza en la dirección de la fuerza. La potencia mide la rapidez con que se realiza ese trabajo. En términos matemáticos, la potencia es igual al trabajo realizado dividido entre el intervalo de tiempo a lo largo del cual se efectúa dicho trabajo]

20 comentarios:

Anónimo dijo...

cómo es eso de qué "trágala", ya te estás maleando...

RODOLFO YBARRA dijo...

Trágala: Canción con que los liberales españoles zaherían a los absolutistas en el s. XIX.

El estribillo empezaba con "Trágala, tú, servilón".

Anónimo dijo...

OE IBARRÓN YO CONOZCO A MUCHOS DE ESOS OCIOSOS QUE AHORA SE DEDICAN A LA LITERATURA, POR AHÍ HAY UN CONDUCTOR DE TV. Y MUCHOS EN EL PERIODISMO.
BIEN POR ESTE TEMIDO BLOG.

ME PERSIGNO

elmer a. dijo...

Mis respetos mi comandante. Duro con todos los cojuditos que no creen en el gran cambio que se viene.

Elmer A.

Anónimo dijo...

por ahí dicen que usté se fue al norte a buscar a su antípoda...y ahpora resulta que su antípoda está en lima. pónganse de acuerdo pes.

yoni

giacomo dijo...

Luego de muchos artículos sobre el devenir social cotidiano, el Comandante "Brazo armado de la poesía", sacó por fin el arsenal más directo que pudo escribir y disparar durante este tiempo que sigo su blog. Ojalá y también le dedique un artículo a todos aquellos profesionales que se lo merecen, aunque sea para que aligere la pluma y reconcilie sus propios demonios, que últimamente los expone a mansalva. Mucha bilis, Comandante. Creo que ya le hace falta el diván.

radiofelixmendez dijo...

HACCIÒN POÈTIKA EN LA CALLE

VIERNES 24 DE JULIO

OCHO PM OCLAC

PLAZOLETA FEDERICO ELGUERA
ESQUINA DE GÜILSON CON KILKA
POR QUÈ NO, PROLONGACIÓN RUFINO TORRICO

PARA SER FELICES SIN PERMISO DE LA POLICÍA

LA PARTICIPACIÓN Y LA ASISTENCIA
ES TOTALMENTE LIBRE
TAL COMO LAS PROPUESTAS


ELLOS
VOSOTROS
NOSOTROS
Y USTEDES TAMBIÉN


ORGANIZADO POR.
EL FRENATRACA CHILLITO

http://www.radiofelixmendez.blogspot.com

Anónimo dijo...

POR QUE LE DICEN IBARRON?

SERA POR QUE PARECE UN CIMARRON?

Anónimo dijo...

Siga, siga señor Ybarra...queremos más, más, siempre más...

JERJES dijo...

Saludos compañero, su blog es de lo mejor que hay por estos sitios virtuales. Siempre lo leo y lo recomiendo. Salud.

Anónimo dijo...

cuantas profesiones no??
Hay tanto personajillo producto de aulas universitarias, que estoy segura estan leyendo este blog...que pena depender de un sistema educativo,pero al final siempre es asi...el sistema y su gente y sus renegados...
Si no, de que nos burlariamos??

Anónimo dijo...

De seguro nos burlaríamos de alguna niñata esclava de alguna empresa transnacional..

P. Galindo dijo...

Saludos maestro Ibarra, ojalá pueda hacer uyna segunda parte dde este artículo. Se lo agradeceríamos.

RODOLFO YBARRA dijo...

A ese que arroja piedras pero esconde la mano: ya pues, déjate de estupideces y pasa en limpio tu verborrea. Te lo agradeceré.

MataPoseros dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

El abogado es un tinterillo, un defensor de causas perdidas o un acomodaticio heraldo de asesinos, terroristas y narcotraficantes; un mercenario de la verdad falseada, alguien que está dispuesto a lo que sea (incluso a la invención de pruebas y a la colusión criminal) con tal de que se le pague bien (se supone que en efectivo, aunque también aceptan el pago en especias: algún terrenito, vaquita, corderito, chivito, mueble o inmueble, etc., todo vale, incluso “favores” sexuales).


Sabias y santas palabras.

Blasón dijo...

Señor Rodolfo Ybarra. Le pido permiso para linkearlo y publicar este excelente texto en un par de blog's de estudiantes de la UNI.

Saludos,

Eduardo Salazar dijo...

La idea de lo que has escrito acá lo publicó Gonzalez-Prada hace más de 100 años. Pero considero que desde ese momento hasta ahora las cosas han cambiado, con mucho, para bien.

Basta ver a las promociones de medicina de San Marcos, donde mucha gente del pueblo que antes (a inicios del siglo XX) no le era permitido estudiar una carrera como medicina (en realidad, ninguna carrera), ahora puede acceder a la misma a un costo muy muy muy económico.

Y no creo que esté bien generalizar a los cirujanos vasculares y traumatólogos como carniceros y hueseros, estos últimos parte de la medicina alternativa (los de verdad, no los estafadores); pues te aseguro que una mínima parte de vasculares y traumatólogos son estafadores.

RODOLFO YBARRA dijo...

Blasón, puedes linkear el texto. Gracias por el interés.

RODOLFO YBARRA dijo...

Eduardo, mis "generalizaciones" recaen sobre los malos profesionales; a los otros van mis respetos como apunto al final del texto.