martes, 1 de diciembre de 2009

SOBRE STANLEY VEGA Y SU "DANZA FINITA" (Y LOS CERDOS POEMÁTICOS EN LA GENERACIÓN DE LOS NOVENTAS)



El libro arranca con un epígrafe de Bennedetti: “Quien me iba a decir que el destino era esto /
ver la lluvia a través de letras invertidas” que curiosamente me hace recordar a “si el 6 fuera 9” que aparece en una canción de Jimmy Hendrix o a los que confunden el cielo con el infierno (que en el plano físico se convierte sólo en un punto referencial, pues en el universo no hay arriba ni abajo, todos son supuestos, incluso la rosa náutica que se guía por una polaridad circunstancial y los centros galácticos o soles que irradian desde falsos centros áureos a un orbe que no tiene inicio ni fin y que, como la eternidad, es sólo una entelequia).

y, sin embargo, todos estos referentes simbolizan, para este caso del referente poético, casi lo mismo, es decir, dar la vuelta de tuerca para explicar la vida o algún apéndice, parte/todo de la vida. Quizás el segundo epígrafe( ya no referido a lo externo, a lo material, la naturaleza o las fuerzas de la naturaleza infame que nos condena a seguir su curso) nos hable más claro de las pautas sobre lo que Stanley Vega ha querido decir con este poemario: “¿Qué es un hombre, realmente? ¿Qué soy yo?” que nos remite al viejo Walt Whitman de Hojas de Hierba y su Canto a mí mismo, cuando vagaba por el mundo con su cuaderno de notas indicándonos los primeros pasos de lo que sería sesenta años después la Beat Generation. "Me celebro y me canto, / y lo que es mío debe ser vuestro, / pues cada átomo me pertenece tanto como os pertenece a vosotros." Y que, con este pensamiento aforístico de visionario apocalíptico con los ojos desorbitados de Juan en la isla de Patmos, estaba trazando las pautas del socialismo utópico o, mejor, la clave de Proudhon cuando descubría para sí mismo y para el mundo que “la propiedad es un robo”; pero eso es otra canción con otros acordes musicales y en otro escenario.

Volviendo, el título Danza Finita está referido al movimiento de los sentimientos (que se mueven a un compás de los destinos y al arrebato de las voluntades); el término finito lo entiendo más que una cuestión de espacio-tiempo como un diminutivo de lo fino, quizás en el significado de dedicación o concentración en lo que se ocupa. Y es que Stanley Vega no es un improvisado de la palabra, es un obrero metalúrgico, un herrero, que ha venido ablandando el metal del lenguaje, haciendo maleable al hierro fundido para darle el mejor uso que se le puede hacer a la palabra: hacer pensar, reflexionar, cuestionar, redimirnos ante el pecado del vacío y falta de argumentos.
Y es justamente esta dedicación proletarizada lo que hace que la palabra escrita pase de la aparente simpleza a cuestionarse sobre temáticas profundas que se enmarcan dentro de la filosofía y más aún dentro de la metafísica o lo que es la ontología, el estudio del ser en el que muchos filósofos han sucumbido dejando un terreno fértil a los poetas que desde Ezra Pound y Eliot (y desde más atrás cuando los bardos le cantaban al rey, y a escondidas le cantaban a la luna y a la amada, o a la esposa del rey) han venido adentrándose en la efemérides de lo cotidiano en el reino del Gnosos. Recordemos que la metafísica fue incorporada por Andrónico de Rodas en el año 70 a. C., cuando recopiló 14 obras de Aristóteles que se encontraban “después de la física” o en griego “meta physica” de ahí el término.

En cuanto a los textos propiamente dichos puedo decir que la lectura simple encuentra su complicación cuando el lector tiene (o intenta) responderse las preguntas que Stanley Vega se plantea, así la poesía no es sólo armazón o caparazón de palabras sobre un cuerpo desnudo, no sólo es musicalidad, ritmo, cadencia o fría estructura, sino que es como diría Bob Dylan “palabra que sopla en el viento”, palabra que rebota en el éter y se funde en la conciencia. Veamos algunos ejemplos: Cuando llegue la hora de partir/ jamás olvides colocar/ tu corazón en la mochila.
Sucede que también
los árboles viajan
hacia un lugar desconocido
y en las ventanas del tren
se asoma una húmeda tristeza.
Y todo sigue igual.

Aquí es curioso la figura que hace que los árboles se muevan y viajen, en todo caso es el espejo o el reflejo en la ventana lo que nos remite esta imagen que es atrapada, casi en el aire, por el poeta atento y siempre presto ante un mundo que “se mueve” al compás de la imaginación y cuyo único referente físico clavado en el espacio-tiempo es la poesía misma. Veamos:

Hoy he vuelto a viajar
hacia un lugar
donde nadie me espera.
Y es que a decir verdad nadie existe.

Aquí podemos ensayar un tópico que subyace dentro del poético, es un monólogo interior y un reclamo por y para la soledad. El poeta habla solo, monologuea y asume su condición. Otra vez la poesía sigue siendo el referente, a veces en primer orden, otras de forma soterrada "siendo sin ser", y donde aparentemente nadie existe.
Sigamos:


Es el amor un puerco
que gozoso se revuelca
en el charco
de nuestros corazones.

Sobre este punto quisiera decir que en 1989, a los diecinueve años y bajo un estado de catarsis escribí un poema a los cerdos. En honor a los cerdos, animales satanizados en la biblia judaica me licencio este texto publicado en revistas a inicios del noventa, y en formato libro en 1998 (“Vómitos”):
DICEN QUE LOS CERDOS:

Dicen que los cerdos son buenos amantes.
Me hubiera gustado nacer cerdo
Y con mi sexo enlodado crear cerditos iguales a mí
Un buen chancho hubiera sido yo
Con mis cachetes inflados y el estiércol en mis labios
Correteando en el chiquero a mi chancha
Compartiendo nuestra omnívora suciedad.
Me hubiera gustado nacer cerdo
Amar como cerdo
Gozar como cerdo
Y en cuatro paredes de caca
Hubiera entregado la miel de mi amor
Un buen chancho hubiera sido yo
Gruñendo a la noche, mordisqueando
La verdura de su corazón
Lamiendo la sal de mi amada
Y en Año Nuevo hubiera acabado feliz
Con la cabeza decapitada
Brindando en una mesa de borrachos.

Antes de continuar y siguiendo con este breve intermezzo sobre los chanchos bajo la regencia del pequeño texto impuesto por Stanley Vega, tengo que decir que en honor a la verdad, el señor Crhystian Zegarra Benites ganó el Premio Copé Oro 2005 con el libro Escena primordial y otros poemas en el que incluía el siguiente poema (de los 7 que forman el libro); lo copio aquí para que los lectores saquen sus propias conclusiones (si es que las hay) y como atmósfera y homenaje a los cerdos. El poema se titula Manual para comensales y creo yo que no pudo ser escrito si primero no se leía a Dicen que los cerdos:

El viento azuza las crines de este chancho
Que come de mi mesa
Un banquete de desperdicios.
Es una mañana perfecta para atraer moscas
Sobre la superficie del corral.
La ciudad es engullida
Por la boca del chacho que se revuelca entre melaza,
Ante la indiferencia de los viandantes
Que ignoran su caminata huidiza
Hacia un horizonte fragmentado.
(la realidad posee cola de chancho
En las afueras de los muladares.)
Pero lo real es aun más sucio
Cuando se mira desde una ventana que refracta
La lengua de quien sólo huele el banquete
Detrás de una pocilga de mierda,
Sin atreverse a ser la mierda.
Un tránsito de lluvia limpia los agujeros de la ciudad,
Con una mezcla de sangre y saliva.
Hay un cuchillo que zanja las costuras de mi cuerpo.
Hay un olor que se cuela entre las venas
Y explota en un caudal de pestilencia.
El chancho vuelve a su chiquero;
Agita el hocico como un puñal
Para husmear mi cadáver.

Dicho esto, continúo con los textos de Stanley Vega


Mi corazón
cual perrito contento
no cesa de mover la cola
cada vez que te ve.
24
16
Y si no fuera
por el aburrimiento
jamás hubiéramos descubierto
un décimo planeta
donde ahora
tan sólo existimos tú y yo
haciendo el amor.





No hay nada
en qué aferrarse.
Ni siquiera
los vellos luminosos
de tu sexo
pueden salvarme
de esta caída
inevitable.



No me moveré dijiste.
Toda partida siempre nos conduce
hacia el mismo lugar.
Estoy tan cansada.
Y fue en aquel instante que te hiciste humo.
Y empecé a extrañarte como mierda.



Los años
caen
igual que papeles
arrojados
en medio
de una pista.

Ocurre que Dios
de pronto quiso verse
frente al espejo
y sólo vio
el aire
que flotaba en silencio


Mi vida
es una piedra
tirada a un río
de aguas profundas
e interminables.
En pocos minutos
he muerto desangrado.
Hoy he apuñalado
sin querer a mi propia sombra.
48
40
Mi alma
es una casa deshabitada.
No hay muebles ni cuadros.
A lo mucho mi propia voz resuena
y me asusta
cuando a mí mismo me hablo.

Definitivamente Stanley Vega es un poeta que ha asumido a través de lo cotidiano, y del lenguaje expresionista con un coloquialismo delicado, la dificultad de la poesía cuando un discurso más allá de lo literario se apresta a intentar atrapar el por qué somos y el por qué estamos aquí. No me queda la menor duda de que Stanley Vega escribirá grandes libros porque está llamado para eso. Este es su tiempo. Tiene la dedicación y se muestra proteico sólo esperamos que la filosofía no termine atrapando el estro de este creador llamado a ser poeta, y poeta de cuño y letra.
.

13 comentarios:

giacomo dijo...

¿No es el mismo Stanley Vega, a quien Paul Guillen señala en su blog como uno de los peores poetas del 2009? Mmmm...

D. Novoa dijo...

En dónde dice eso Paul Gillen, pon el link, de lo contrario creeremos que lo estás inventando.

Anónimo dijo...

giacomo no seas falso. Paul Gillén no dice eso en ningún lado.

MM

Anónimo dijo...

si lo dijo, stanley vega junto con otro, Marronquín, me parece. Pero ya borro ese post, raro...

Anónimo dijo...

Ybarra, deberías criticar un libro de Coral, de Guillén, de Zelada... ahí te creeríamos muchos de tus Testigos.

Hasta ahora los libros que has reseñado (y que imagino son los que han llegado a la dirección postal que colocas) son tratados con guante de seda. ¿Y la sangre?

giacomo dijo...

Es cierto. El Sr. Paul Guillén ha borrado ese comentario que hizo a propósito de un post de su blog que tituló el 28 de noviembre de 2009 como: "SOL NEGRO: ENCUESTA: ¿Quiénes son los peores poetas peruanos del 2009?". Luego, responde: "Para mí, de lejos, Jimmy Marroquín y Stanley Vega". Es cierto que lo ha borrado; pero si son duchos, vayan a Google y pongan en el buscador: "Stanley Vega Sol Negro" y saldrá ese link al cual refiero. Lamentablemente, por razones que desconozco, el sr. Guillén ha borrado ese post de su blog, aunque debo aclarar que nada he inventado, pues no conozco ni al señor Stanley Vega, y de Guillén solo sé que pertenece a Hora Zero. Servidos.

Anónimo dijo...

Jajaja: buena, gran maese, ya corregisteSSS el título del libro, jajajaja. Pero por ahí quedan todavía dos erratas y media, tres si nos ponemos archinormativos. Provecho.

Jhon Perez

Bruno Ysla Heredia dijo...

Todavía está en el caché:
http://74.125.47.132/search?q=cache:D-mY5lfAv4IJ:sol-negro.blogspot.com/2009/11/encuesta-quienes-son-los-peores-poetas.html+http://sol-negro.blogspot.com/2009/11/encuesta-quienes-son-los-peores-poetas.html&cd=1&hl=es&ct=clnk&gl=pe&client=firefox-a

o hagan la siguiente búsqueda en google:
sol negro peores poetas stanley
Es el primer resultado que aparece pero hay que ir al caché para verlo.

Así que no le digan falso a Giacomo pues habla con la verdad de lo que vió (y que yo también ví)... antes de que ese post desapareciera.

SIN EMBARGO, ese post era bien extraño: Sólo tenía una línea y estaba escrito en mayúsculas. ¿Lo habrán hackeado a Guillén o qué?

Saludos

Anónimo dijo...

Stanley Vega tiene lo que muchos otros carecen para escribir: CORAZON.
Sergio.

Anónimo dijo...

Los judíos consideran infecta la carne de cerdo y la de conejo.

Los cerdos no son buenos amantes, menos los de granja. La vida sexual del verraco se reduce a las pajillas onerosas de la inseminación artificial para gloria de San Fernando y de los malcriados del mundo que tragan chicharrones de lechón tres veces por semana.

Los camélidos sudamericanos son mucho mejores en el sexo.

La alpaca macho tiene a la hembra cogida casi una hora o más incluso, mientras enroscan sus gráciles cuellos y se dan besos en la boca. He visto a féminas quedar hipnotizadas al contemplar el coito de las llamas y hace poco pude ver a un par de jovenzuelos poéticos darse públicamente escupitajos en la cara sin el menor asomo de vergûenza, cual si fuesen llamas: era su forma de manifestar el amor que sentían entrambos.

La huaraca del chancho es un birbiquí colorado diseñado para penetrar en el útero de la marrana a perfección. Además el cerdo eyacula casi un litro de lechada, algo impensable para cualquier otro mamífero.

Tal vez por eso los capan: engordan como apristas y los huevos sólo los tienen de recuerdo.

Dicen que los cerdos son buenos amantes, me recuerda a esa estremecedora película de Pier Paolo Pasolini, Porcile (Pocilga o Chiquero), en la que un caníbal hambriento personificado por Franco Citti vaga por las calles en busca de humanos, recitando

"Yo maté a mi padre, que comía carne humana y me estremezco con alegría".

Y los versos de tu poema a los chanchos me recuerdan al poeta panzón y alanista hozando en las mesas abarrotadas de cerveza y ruindad por las que desfilan estos especímenes literatosos.

P.Erectus

Anónimo dijo...

Ya pe tio Rudolph la tagen quiere verte en twitter para estár al día.

Iván FD dijo...

gran poema el tuyo (de los cerdos) rodolfo. stanley, por lo demás es muy bueno, nada de que el peor poeta, todo lo contrario.
alguna vez lo conocí en cajamarca cuando presentó su libro Inútil Inventario. Saludos

RODOLFO YBARRA dijo...

Iván, gracias por comentar. Slds.