Esta semana nos acompaña Carlos Rengifo, con un par de cuentos recogidos en la antología “Breves, Brevísimos” (2006) de la estudiosa italiana Giovanna Minardi, doctora en literaturas ibéricas e iberoamericanas de la Universidad de Palermo. En el cuestionario de estudio, Rengifo, apunta: “Son textos que intentan sacudir al lector, abrirle la puerta de la sorpresa para dejarlo con una sensación”. Sobre la extensión de los textos (minicuentos, minirelatos, minificción, etc.), Rengifo dice: “Por falta de información y tal vez porque, al ver algo tan pequeño, los escritores no le dan la debida importancia” y “por la magia que significa la síntesis de un texto pequeño y el hecho de decir muchas cosas en pocas palabras”. Acostumbrado quizás a escribir cuentos largos (“el puente de las libélulas”, “El festín del cordero”, solo por nombrar un par) y novelas extensas (exceptuando “La Casa Amarilla”, “La Morada del Hastío” es una novela larga que la crítica limeña ha ninguneado olímpicamente, al parecer los criticuelos a sueldo sólo fagocitan literatura de fácil digestión); el hecho “nuevo” de apostar por una literatura sinóptica, de corto aliento o capsular, supone, también, un esfuerzo y, hasta cierto punto, un riesgo.
Les dejo con el par de cuentos:
La amenaza
SON MUCHOS LOS DÍAS ya que alguien sigue mis pasos, que anda ocultándose tras los muros y me observa de reojo, esperando el momento preciso. Pero yo no me arredro; he tomado las debidas precauciones. Veo la ciudad a través de la ventana trasera de mi auto; duermo con un revólver bajo la almohada. Que en el pasado fui cruel, de eso no hay duda; por eso no me extraña que ahora disquen mi teléfono y escupan improperios con un aliento de rencor.
A diario interrogo minuciosamente a los hombres que tengo a mi servicio, y no hallo ningún atisbo de inseguridad. Sin embargo, esta mañana el perro ha dejado de ladrar y un hombre que no es de mi custodia ha irrumpido en la casa con un arma dirigida hacia mí. Sé que es final, no hay tiempo para la piedad; solo espero que la bala no me haga sufrir como cuando yo torturaba a este recluso en prisión.
Atentado
BAJÓ DEL AUTO SIN darse prisa y aprovechando un descuido de los vigilantes, ingresó al local. En un ángulo poco visible, dejó caer el paquete que traía consigo y echó a correr; pero no previno que a esa hora se cerraban automáticamente las puertas metálicas y nadie podía salir, de modo que se desesperó, rompió a llorar, chilló angustiado, temblando de impotencia, de agónico pavor, minutos antes de la explosión.
(cuentos inéditos)
5 comentarios:
Lo que me revienta de la Moromisato es la gracia con que miente respecto al número de participantes. En la anterior feria dijo que fueron 450,000 personas: he calculado que eso supone que ingresaron 39 por minuto, en forma continua, cosa físicamente imposible la cual que comenté en otro blog en su oportunidad.
Pero esa cifra significa también otra cosa: es casi la asistencia total de espectadores a los primeros 6 partidos de la última Eurocopa. Felicitaciones, señora Moromisato: la comisión organizadora de Mundial Brasil 2014 la espera con los brazos abiertos.
qué pasó, don rodolfo, por qué censura mi comentario... ¿acaso por qué dije que fulano era su gran amigo? bueno, entonces yo mismo haré la chamba de editarlo (volver a escribirlo, mejor, porque ya no recuerdo el comentario original):
me sorprende mucho que césar gutiérrez, que tantas veces habló en contra del establishment cultural peruano y fustigó a sus supuestos adalides, ahora -como leo en el programa de la feria- estará presente en el vergonzoso homenaje que la cámara peruana del libro (a través de varios “narradores jóvenes“: tontos útiles o simples lambiscones) le hará a bryce echenique, quien no solo es un autor mediocre y uno de los capos mayores de la mafia criolla, sino que, además -digámoslo con todas sus letras-, es UN LADRÓN (¿o ya se olvidaron de los 20 plagios comprobados?).
dije que me sorprendía mucho pero, pensándolo mejor, no debería: hay que recordar el elogio desmesurado que gutiérrez le hizo a ampuero el día que presentó su novelita.
así que, cuando se trata de pagar favores (a don ampuero, que lo presentó) o figuretear (siempre hay prensa y fotos si apareces en la misma mesa de bryce), cesítar se olvida rápidamente de su rollo contestatario.
muy bien escritos los cuentos, qué diferencia con el libro de Magaly Medina.
Cuentos demasiado previsibles y con un lenguaje poco trabajado para ser literario, parece lenguaje del diario El comercio.
Un cuento breve, por su misma naturaleza, merece un final mejor.
Saludos.
Aldo Noava.
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