viernes, 10 de octubre de 2008

DON HIJOTE (o los hijos del desorden) I



El llanto fingido (y recomendado por los “compañeros”) de Luciana León en el voto de censura a su propio padre (que por cierto huyó como una rata dando el verdadero “ejemplo” de lo que hay que hacer cuando las cosas van mal o cuando se es descubierto en plena fechoría) me ha hecho reflexionar en torno a todos estos “señores”, “señoras”, “jóvenes” o “señoritas”, cuyos “ilustres” padres han ostentado u ostentan algún cargo político o algún tipo de poder económico, político, religioso o militar. Acaso estos especimenes no serían nada ni nadie sino tuvieran al progenitor al lado, quien vela y moldea como si fuera arcilla la vida y obra de estos –para mí- pobres diablos. Me pregunto si Luciana León -de CI bastante discreto y poca capacidad de razonamiento con lo cual a las justas puede explicar sus conceptos aniñados o preadolescentes como esa ley mal presentada sobre el rock, o sus discursillos por lo cual, hace poco, alumnos de los primeros ciclos la agarraron a tomatazos en San Marcos- hubiera sido congresista si su padre fuera un humilde profesor de primaria, un taxista o un comerciante de abarrotes (no olvidemos que Alan García es su padrino de bautizo lo que le hace compadre del ahora prófugo y vulgar caco para el cual sus compañeros, haciéndose los correctos, reclaman cárcel). Lo mismo pasa con Keiko Fujimori (la congresista más votada en las últimas elecciones e hija de uno de los personajes más corruptos y siniestros que ha tenido este país corral-de-chanchos. Obviamente no voy a hablar de Kenji, otro energúmeno, cuya vida es un caso patológico, y no les quiero malograr el día) quien incluso ahora tiene intenciones presidenciales, no para servir a esta nación sino para servirse de él y liberar al déspota de su padre (lo viene diciendo muy a menudo) y dejar impune todas las acusaciones (asesinatos, hurtos, malversación de fondos, etc.,) que sobre él pesan. Me pregunto, también, y por asociación, si Vanesa Saba hubiera sido nombrada rostro de canal 7, televisión estatal, si su padre, Daniel Saba, ahora presidente de Perúpetro, no tuviera los contactos precisos con los politiqueros apristas (pienso en las mujeres humildes y mejor preparadas que son dejadas de lado debido a las malas influencias, los tarjetazos y el jodido nepotismo). Y qué opinan del hijito de Del Castillo, quien quiere ser broadcaster y tiene pretensiones políticas (ya vimos el escandalete en canal 11 con beneficios publicitarios gobiernistas valorizados en miles de dólares, acallados oportunamente; y sus balbuceos ante Jaime Bayli, otro payaso de la burguesía parasitaria); escuchándolo hablar nos damos cuenta que es un fronterizo enternado, un cretino (en el sentido psicológico) y mediocre que a las justas puede desarrollar alguna idea para lo cual, sus asesores, le han escrito el guión; guión que, por cierto, ni siquiera entiende. Y qué del hijo de Ezquiel Ataucusi, congresista acusado de corrupción (e incluso de asesinato y violación) y vendido al destajo a Fujimori, quien ridículamente se burlaba del diezmo de su organización político religiosa corriendo tabla hawaiana en Naplo (recordemos que en Naplo no hay olas, al menos de una altura apreciable para este deporte). De igual manera, nos preguntamos si Alvarito Vargas Llosa sería el que es (aunque siendo justos es un pobre diablo) si no tuviera de padre a Marito. Y qué de Moisés Wolfenson Wolloch (para no mencionar a Alex), Congresista, hijo del millonario Azi Wolfenson (inventor de esa empresa fantasma con la que estafó a medio mundo: "Montecristo Editores"), que llegó a ser congresista gracias a las influencias de papito, y puso a sus periódicos y rotativas al servicio de la delincuencia y los psicosociales que ayudaba a crear cortinas de humo y opinión favorable cuando los mandamases saqueaban el país (escupo sobre él). En fin, el o los ejemplos para este artículo son demasiados; aún en casos donde el hijo no hizo lo que el padre quería me doy cuenta que para estos señores siempre las puertas están abiertas, sea lo que sea que hagan, así sea estupideces u opten por caminos no previstos, al menos para los progenitores. El caso del hijo de Felipe Osterling es memorable, ya que él viejo político reaccionario y hombre fuerte de la derecha cavernaria no podía soportar que su vástago fuera un vulgar “cocinero”, se supone que un “Osterling” estaba llamado para ser un político de cuño (leer entrevistas) y que por ningún motivo el viejo patriarca del PPC (o AP, en verdad ya no importa, total son de la misma calaña y en la práctica no existen) había pensado en que el hijo le saldría fritangero, pizzero o humitero, cuyo futuro estaría entre ollas, sartenes, tenedores y oliendo a cebolla, y no entre “gente importante”, parlamentos y debates. Luego de tantas discusiones el hijo fue enviado a Miami para hacer carrera allá y fundar su restaurante de lujo (ah, claro, así tenía que ser). Salvando las distancias, recuerdo hace un par de años cuando el jugador de fútbol, Julio César Uribe quería meter por los palos de choliwood a su hijo, quien “erráticamente” –y con poco talento- había decidido ser “cantante” y no deportista como esperaba papiriqui; fue patético verlo aullar en un programa de Magali Tv., o en noticieros y programas de concursos que no sabían cómo silenciar los gallos, gritos y terribles falsetes de este desentonado cantorcillo que al modo Milli Vanilli, había logrado grabar un disco ¡¡¡¡¡?????. Y qué decir de las rabietas y los exabruptos del homófobo Augusto Ferrando al enterarse (y no aceptar ni siquiera ante su lecho de moribundo) que uno de sus hijos podía ser gay o travesti. Cosas y casos de la vida diaria.
Lo que estoy queriendo decir, es que muchos de estos hijitos de papá han hecho carrera guiados de la mano por sus progenitores. Ellos les han enseñado lo que tenían y lo que no tenían que hacer. Ellos le abrieron las puertas del “triunfo” o la estabilidad que ahora gozan. Ellos los moldearon y los guiaron en el camino del señor, y, en muchos casos, torcieron o enderezaron el destino de sus propios hijos. Me pregunto si no hay algún tipo de responsabilidad en el que enseña a robar o a mentir; en el que, con su propio ejemplo, señala el camino de la delincuencia y se burla de lo que llaman “democracia”. El hijo o el padre. El padre o el hijo. Las relaciones sanguíneas no son motivo para acusación alguna, pero seríamos tan ilusos si ni siquiera podríamos sospechar o dudar; o poner en tela de juicio estas relaciones parentales con olor hediondo a complicidad, sobre todo cuando el país (y el futuro de miles de jóvenes de a pie) está de por medio.

¿Cuál es el camino a seguir? ¿Por los frutos los conoceréis?
Si el pobre diablo de Rómulo León Alegría huye de la justicia en vez de ponerse a derecho, lo que le está diciendo a Luciana es que, por lo menos, haga lo mismo ( no solo huir, sino también delinquir).
Me pregunto, quizás tardíamente, de dónde salió el dinero para financiar la campaña de Lucianita. No será el dinero producto de lobbys y corrupción (¿dólares Muc?), quizá del primer periodo aprista donde las cosas estuvieron peor o igual a como están hoy en día (conste que en ese tiempo no había chuponeo o videítos). Acaso ella no fue puesta en un número aceptable y cercano a los que el partido asegura, de alguna forma, su elección congresal. Alan García, amigo íntimo de Rómulo acaso no habla flores de Lucianita y la protege de sobremanera, incluso ha llegado a decir que ella es la sangre joven del apra, la que heredará la batuta del “histórico” partido de Alfonso Ugarte. En unos años (o quizás meses) nos enteraremos de lo que pueden hacer las influencias personales de un genocida y un vulgar delincuente en una joven congresista que a esta hora (e imagino luego de hablar con su padre por teléfono y seguir a pie firme los consejos) sabe perfectamente lo que es la política: pura finta y fonomímica para hacerle creer al pueblo que los derechos se respetan (y que estamos "creciendo" ¿¿¿????) y que al que delinque…se le deja libre de polvo y paja en alguna isla paradisíaca del caribe.

(continuará)

jueves, 9 de octubre de 2008

LA MORDIDA DEL LEÓN Y DE OTROS ANIMALES CARROÑEROS














Como lo vengo sosteniendo hace varios años atrás, este país corral de chanchos y ganapanes está podrido hasta el tuétano y no es que donde se ponga el dedo salta la pus como dijo Gonzáles Prada, sino que hasta el mismo dedo impoluto y señalador podría estar con pus (lógicamente me estoy refiriendo a esas autoridades con cola de paja que se rasgan las vestiduras y se hacen los ofendidos cuando alguien les habla de corrupción; o creen que Rospigliosi es impoluto cuando se sabe que él a estado detrás de la empresa mexicana que ha salido desfavorecida en todo este pandemonium de influencias y lobbys), solo nos queda dudar de todo y de todos, más si estos son apristas o politiqueros que tienen algún cargo público.
En verdad, no me sorprende que Rómulo León (ex Ministro de Pesquería en el primer gobierno de Alan García y cercano colaborador de personajes rastreros) haya sido sorprendido haciendo lobbys y recibiendo dinero (se habla de miles de dólares depositados en su cuenta por espacio de casi un año) por beneficios a una empresa (¿esto no será lo que le ha enseñado a su hijita lucianita para gobernar “mejor” a este país de cobardes y mequetrefes?).

Leyendo los diálogos entre estos asaltantes de terno y corbata nos damos cuenta que hasta el mismo del Castillo (y quizás Alan García) están metidos en este asunto delincuencial:
Aquí un pequeño pasaje del audio comprometedor entre Fortunato Canaán miembro de la empresa implicada Discover Petroleum y Rómulo León Alegría donde se planea (a través de Jorge del Castillo) una reunión con Alan García:
-FCF: Lo importante es que Jorge (del Castillo), porque yo creo que Jorge no tiene problemas en el sentido de llevarme (a la reunión con Alan), precisamente él debe tener un espacio, ¿verdad?
-RLA: Claro, el presidente tiene que tener un espacio, y este, Jorge le va a preguntar, lo va a coordinar. Hemos quedado en eso, él me va a llamar en cualquier momento para volvernos a reunir y conversar. Yo ya le expliqué la trascendencia de esto.

Como era de esperarse Rómulo León ha pasado a la clandestinidad refugiándose en algún lugar donde pueda disfrutar lo usufructuado y –lógicamente- donde la ley no lo alcance, mientras su hija llora con lágrimas de cocodrilo y recibe los abrazos solidarios de los “compañeros”. El abogado Alberto Químper, socio de Rómulo León, se ha hecho el enfermo y se ha blindado dentro de una clínica, aunque según informan los medios, en vista de que no tenía nada ha tenido que ir a la carceleta judicial. Para mayores circos, y la participación efectiva de otros animales carroñeros, se ha visto a Alan García imitando la actuación de Fujimori buscando a Montesinos y entre otras perlas ha dicho: “Cuando aparece alguna rata, ratón o insecto hay que sancionarlo a su medida y hay que hacerlo porque no se puede permitir corrupción. Los peruanos no podemos aceptar que alguien llegue a un cargo público para beneficiarse” ¿¿¿????????

De verdad que escribir sobre esto es como entrar en un baño público donde no hay retretes y donde los parroquianos han recibido sus respectivas lavativas con aceite de risino.

Arriba: vídeos expropiados a "Cuarto Poder"

miércoles, 8 de octubre de 2008

UN BODRIO LLAMADO “VIDAS PARALELAS”

Trailer:

Cada cierto tiempo acudo a ver alguna película nacional, entre otras razones (lógicamente las estéticas son tácitas aunque nunca encuentre nada) para “cumplir” y “colaborar”-entiéndase como “curiosidad”- con el supuesto arte peruano y tanta monserga, valores y falsos orgullos que vomitan los patrioteros y otros, a quienes quiero creerles –de verdad que lo intento- pero a las justas alcanzo a entender la mediocridad político-social-cultural que los alimenta y sostiene como personas.
En esta ocasión, “Vidas Paralelas” -cinta financiada por el ejército y por la universidad aprista “Alas Peruanas”- nos muestra un humor involuntario y un cretinismo arcano que, entre otras reflexiones, nos hace ver la visión cuasi castrense y errática que, en cierta forma, traduce el “sentimiento” de un sector de la sociedad pacata, acartonada y, de alguna manera, delirante del Perú o de lo que llaman “Perú” porque a estas alturas deberíamos tener el nombre de algún producto enlatado (alguna sardina chilena) o el nombre de alguna transnacional (podría ser de Noruega, ¿qué opinará el padre cutrero y ahora prófugo de la congresista de juguete Luciana León?) seudoempresas que nos están levantando en peso y llevándose el país en carretilla .
De esta forma es gracioso (y me hace recordar a los novelistas de salón: Alonso Cueto, Santiago Roncagliolo y Daniel Alarcón a quienes Dante Castro ha desbaratado y desplumado literariamente como si fueran pollos de un mercado) ver como feroces “terroristas” a Renzo Schuller y a Jimena Lindo (dos actorcillos, cómicos ambulantes, de la pequeña burguesía parásita y atrabiliaria); o, de otro lado, ver a un supuesto Abimael Guzmán (aunque aquí está con nombre cambiado imagino para licenciar algunas escenas controversiales o inverosímiles, por decir lo mínimo) que coge un machete y, luego de una perorata insufrible que más parecía un discurso velasquista o fisiócrata (“el patrón no comerá más de tu pobreza”, “las tierras son de quien las trabaja” etc.) le abre el cerebro a un “traidor” de sus huestes enfebrecidas que danzan con la sangre (al modo de madame Bathory, "La Condesa Sangrienta")y escupen literalmente sobre la bandera nacional. Es risible encontrar a un líder y a sus columnas gritar y dejar pintas a favor de “Sendero Luminoso” ¿¿?? (más todavía esa metáfora cuando Abimael le corta la cabeza a un cuy antes de freirlo en aceite hirviendo). Los “terroristas” son mostrados poco menos como salvajes, bestias enfurecidas o alienígenas hambrientos que gozan, casi sexualmente, con la sangre derramada y con las que, además en un exabrupto poco práctico, escriben sobre los carteles (con la propia sangre de los caídos) para asustar e intimidar a la población y dejar en claro cuál era el camino que los indecisos deberían de tomar. En algún momento creí que iban a desarrollar algunas piezas dentarias exageradas, algunos incisivos a lo Drácula o alguien se iba a transformar en Jason o Freddy Kruger; en ningún momento se me cruzó, siquiera, la idea del jarjacha, el demonio del incesto que podría, en cierta forma, ser tomado como coherente.
Lógicamente los soldados y oficiales del ejército son mostrados de forma patética, poco menos como héroes o “personas” (tranquilamente los podríamos confundir con samaritanos o hare krhisnas) que sufren, se conduelen patológicamente por no poder ayudar al prójimo como debieran, al extremo que lleva a un oficial a adoptar a un adolescente huérfano cuyo padre, un alcalde, había sido ajusticiado por los terroristas, sin contar que aquí los helicópteros llegan para auxiliar a la población civil ¿¿¿?????? y que en ningún momento se ve atropello alguno o abuso que nos pudiera acercar a una lectura real y concreta de lo que aquí pasó.
La “vida paralela”, o la antítesis del binomio, es la del otro adolescente, amigo del hijo del alcalde e hijo de un colaborador de Abimael que es asesinado por el ejército (por cierto, esta escena nunca se ve, imaginamos que es para limpiar aún más la imagen profiláctica de los soldados) y a quien el propio mal llamado “cuarta espada” lo adopta e instruye en un modelo robótico, metal-mecánico y autómata del marxismo, leninismo, maoísmo (no se habla aquí del “Pensamiento Gonzalo”, se entiende que es una película discreta, por decir –insisto- lo menos). En otro pasaje de la cinta un “cochebomba” explota en la ciudad matando a “paisanas” ambulantes y a unos cuantos soldados, poco faltó para que incluyeran a algún suicida con nombre árabe como los que usa el señor Daniel Alarcón en su estercolero novelesco “Radio Ciudad Perdida” (¿¿¿¿Alaf?????).
Al final, en un arranque de esquizofrenia paranoica cabalgante, Abimael Guzmán transportado en un portatropas y cantando “Flor de Retama” es mostrado con un ojo glauco al modo de un freak que repite como loro de hombro la frasecita, ya histórica: “podrán matarme pero –señalando su sien- no lograrán matar esto”.
El oficial, o sea el huérfano adoptado por un militar y que llega a convertirse en ranger con complejos de pastor evangélico, es juzgado por un crimen que no cometió, convirtiéndolo en una víctima de la guerra ¿¿¿??? (Su discurso final nos conduele hasta las lágrimas pero por lo estúpido y lo increíble que raya con lo estrambótico hasta llegué a pensar que era patafísica pura). Su contraparte, o sea el otro huérfano y terrorista (Renzo Schuller) es mostrado en un campo de maceración de coca entregado en vida y alma al narcotráfico y a la delincuencia supina, dando órdenes al modo de un capo de la droga y moviendo él mismo la poza ¿¿??
De seguro, esta es la película predilecta de los Cuetos, de los Roncagliolos o de los Alarcones que en base a estupideces y a historias inventadas en la sinrazón y los complejos ahora son considerados como los baluartes de una literatura de la guerra (con antologías de respaldo y todo) o como ejemplos redivivos de lo que pasó aquí y que, al parecer, no acabamos de entender. Esta película es sólo la expresión visual de un tiempo histórico que muchos intentan confundir para instaurar una neohistoria falsa (o cuestionable si es que somos menos exigentes) de la cual sacar algún tipo de provecho aunque sea crematístico. Verdaderamente lamentable todo esto.
Si van al cine y han leído a los "novelistas" a los que me refiero se darán cuenta que la mediocridad es contagiosa y repetitiva. Poco falta para que nos digan que Abimael era un cíclope y que “el gaucho” Cisneros Vizquerra era el arcángel Gabriel, jefe de los ejércitos de Jehová, tu Dios.
Al parecer, el cine nacional no está peor que la novelística nacional, al menos en lo que se refiere a la novelística oficial u oficiosa. Si películas como “La Boca del Lobo” de Francisco Lombardi o, mejor, “La Vida es una Sola” o “Los Ronderos” de Marianne Eyde o “Días de Santiago” de Josué Méndez eran la fonomímica de la subversión, la soldadesca y una flor (¿de retama o carnívora?) de la guerra interna; esta, “Vidas Paralelas” es la mueca falsa, el rictus absurdo de la hipocresía, la anagnórisis de quienes no pueden llegar a la razón y se debaten en una ignorancia monolítica que quieren tomar como norma –e imponerlas- para analizar y “fundar” una “nueva” historia de uno de los procesos más dolorosos de la realidad peruana; proceso que, al parecer, y por los datos que llegan del Alto Huallaga, no tiene cuándo acabar, eso sin contar el descontento popular (sueldos de hambre, amas de casa horrorizadas por los precios de los productos de pan llevar, jóvenes sin presente ni futuro, obreros apaleados, campesinos parias reprimidos a balazos, profesores condenados a morir por inanición, jubilados abandonados a su suerte, robos, estafas, mentiras, engaños, corrupción de congresistas, funcionarios bribones, etc.), caldo de cultivo de la rebelión y la protesta popular.
Como última acotación a este bodrio (la película y la realidad de este país corral de chanchos) quisiera anotar que al final del film aparecen unas letras blancas sobre fondo negro donde se opina sobre la realidad peruana, no está demás decir que más parecían las palabras o las memorias de algún general fracasado (al menos en lo que a corrección política y militar se refiere porque los éxitos en este país no son medidos por el honor y el empeño profesional sino por la capacidad y la habilidad que se tenga para robar y desbalijar al prójimo –obviamente- sin ser descubiertos).

Verdaderamente lamentable todo esto.

¿Qué opinan ustedes?

Spot publicitario de V.P.


Detrás de cámaras:

lunes, 6 de octubre de 2008

"LOS SAICOS" DOCUMENTAL EN INGLÉS REALIZADO POR HÉCTOR CHÁVEZ


Trailer 2008 from Saicomania on Vimeo.


Hace un par de años en una de las tantas conversas con Arturo Vigíl -conocedor del rock peruano- me enteré que él y unos amigos le habían hecho una entrevista a uno de los miembros de "Los Saicos"; el material sale publicado, si más no recuerdo, en un número de "Sótano Beat", fanzine en el que participa también Diego Garcia Hildebrandt, y en el que colaboró Arturo Delgado Galimberti (voy a buscar esa entrevista en la que el ex-músico renegaba de su pasado). Por ahora los dejo con este trailer sobre este emblemático grupo de los sesentas que remeció y se adelantó a su época.
Abajo: un par de vídeos sobre y de "Los Saicos".

VÍDEO DE LOS SAICOS EN LA QUE APARECE UNA PRESENTACIÓN EN LINCE EL 2006



CAFETA CUBA, COVERS DE "DEMOLICIÓN"

viernes, 3 de octubre de 2008

¿QUIÉN ES EL IGNORANTE? III



Decir que el lenguaje evoluciona y las acepciones cambian de acuerdo a la época no representa ningún aporte, pero decir que hay acepciones que van a permanecer inamovibles -por más que el paso del tiempo signifique alguna pequeña variación- parece significar demasiado, sobre todo a la hora de analizar algunos términos.
La acepción “ignorancia” dicen que ya no significa lo mismo que en la antigüedad, quizás porque la especialización del trabajo impuesto por el actual neoliberalismo tras el proceso de industrialización defectuosa, sus mecanismos psicosociales y la necesidad de la máquina (para “optimizar” el “producto”) está generando un nuevo de tipo de hombre (no el “mediocre” del mediocre Ingenieros sino el clásico imbécil, el que pidió persecución a Galileo Galilei, el que dice que Marx es un pobre diablo y jamás revisó “El Capital”, el que reniega del Ku Klux Klan o de Hitler sin haber leído siquiera “Mi Lucha”, el que combate a los anarquistas pero nada sabe de Kropotkin,Bakunin, Malatesta, Durriti, etc.; el que se la da de “culto” “aprendiendo” de Wikipedia cuando ni siquiera sabe amarrarse bien los zapatos (qué nudos estará usando “Margarita”, “Riso”, “Ballestrinke”, etc), o el que se la da de profesor o de algún tipo de autoridad cognoscitiva cuando en realidad más está para aprender que para enseñar) que sólo sabe lo que le toca y no tiene ninguna pretensión en salir de sus aparentes conocimientos porque así vive seguro y camina “a pie firme” sobre la vereda que le ha construido -de mala gana- el sistema putrefacto, el mercantilismo de papel que, como vemos por estos días, ha empezado a tambalear y caer en un mar de contradicciones (todavía estamos esperando los suicidios de los que creyeron que el sistema capitalista era su tabla de salvación, los que viajaron veloces al país del norte a atornillarse en algún puesto para, de esa forma, cumplir su sueño americano. Pobres diablos).
Así el profesor de matemáticas sólo sabe de números y no quiere saber nada más, igual pasa con el dentista, el mecánico automotriz, el ingeniero de minas o de sistemas, el obstetra, el veterinario, el abogado, el frenópata, etc., y es que la cultura y el conocimiento humano están divorciados uno de otro. Al menos eso es lo que nos quieren hacer creer. Hay una intención de parte de los seudoideólogos del sistema por hacer que esto se cumpla al pie de la letra. Defender este tipo de “conocimiento”, o sea el conocimiento especializado no refleja más que ignorancia supina y debilidad de espíritu. Por eso es que en estos tiempos podemos ver muchedumbres que votan por el candidato que se les “parece” y no por el adecuado. Podemos ver a amas de casa sometidas a un lavado constante de cerebro vía las telenovelas o series que no reflejan para nada su realidad soñando con el “príncipe azul” o la felicidad post mortem que prometen las enajenantes religiones. Podemos ver a jóvenes entregados a diferentes vicios desde los videojuegos que simulan guerras enfermizas hasta la pornografía que le llena de mierda a sus consumidores, etc. De hecho que no le podemos pedir a los pirañitas, a un lustrabotas o al lavacarros que sean duchos en los conocimientos de la vida y de las ciencias, pero seríamos ignorantes si no nos damos cuenta que ellos son el producto ultra-supra de este sistema miserable, ellos son los excluidos que el sistema necesita para sostenerse, aunque sea tambaleante, y seguir reinando sin que “nos” demos cuenta. Y, si pues, digámoslo sin eufemismos: ellos son los IGNORANTES que el sistema necesita y no va a permitir por ninguna razón que pierdan esta condición; todo está sellado y sacramentado en las encíclicas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, en los planes “justicieros” de gobierno, en las verborragias de los candidatos presidenciales o congresales y en lo propaganda de los gobiernos de turno o tinterillos del imperialismo y la reacción. A más ignorancia mayores préstamos y mayor ayuda extranjera he ahí la razón de proporcionalidad, y por eso se invierte en pistas, edificios, ornato público, empresas de servicios, hoteles, mercados, comisarías, etc., etc., pero nada para la educación, cero para los colegios y universidades, cero para los colegiales y cero para los universitarios. Fíjense en los sueldos de los profesores no solo del Perú sino de todos los países del tercermundo; los fríos números y las estadísticas de muerte y olvido pueden corroborar esta verdad que duele pronunciar y poner en el tapete.

Pero volvamos al tema que nos convoca. No es mi intención “politizar” el asunto de la ignorancia, sino develar el por qué es fácil -para algunos- decir que, al margen del campo que le compete, no hay nada por lo cual se les puede llamar ignorantes. Sólo decir esa frase es ya expresión pura de la ignorancia más salvaje y denigrante en el que puede caer un ser humano que se pone trabas, zancadillas y gibas a la necesidad natural por aprender y alimentar la voracidad biológica del cerebro por información nueva y constante. El hombre ha nacido para aprender, no para ponerse techos o límites de aprendizaje. Ese detalle es un síntoma de la decadencia capitalista y el final de los tiempos, no el de “Los Testigos de Jehová”, sino el fin del mercantilismo norteamericano. Exequias alrededor de la cual lloran estos ganapanes y aparentes conocedores de las artes y las ciencias.


Quiero anotar unos ejemplos sobre lo que yo llamaría la ignorancia doméstica: si a un profesor de literatura se le malogra el auto, sólo llamará al número indicado para que vengan a “rescatarlo” por más que la falla automotriz se reduzca a una llanta pinchada o a que los cables de la batería se movieron de su sitio o a que le falta agua en el radiador (obviamente no estamos hablando de que se malogró el enigmático “relay” que sí justificaría la presencia de un mecánico; pero ni aún eso sería problema para un hombre curioso y arriesgado en aprender o conocer lo que supuestamente se le es negado).
Lo mismo pasa con un médico que no sabe nada de psicología básica ni siquiera para tratar correctamente a los enfermos terminales (a los cuales trata como vacas en el matadero), mucho menos para tratar a sus hijos adolescentes con problemas de conducta a los cuáles envía al terapeuta, o si las cosas se ponen peor a un internado, cuando de repente lo único que necesitaban los hijos es un poco de afecto, conversación sana y sentido común que, como sabemos, en estos tiempos es el menos común de los sentidos.
Un profesor norteamericano de nombre Bronson Alcott decía que “La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia”, y es está quizá la frase más apropiada para poder entender cuando alguien, al que se le ha refregado en la cara la verdad, no quiere aceptar su ignorancia y en vez de preocuparse por revertir este asunto –lo que sería natural- lo que trata es de justificar sus falencias o sale con estupideces para denigrar a quien lo está señalando con el dedo.
Si analizamos bien nos vamos a dar cuenta que -para cualquier acción de la vida diaria- el profesionista necesita saber más de lo que los cursos de la carrera que ha elegido le ofrecen. El hombre moderno no se puede limitar a saber o conocer solo su campo, es por ello que la dominación se hace más fácil. El conocimiento fraccionado es un escalón a la esclavitud y un pedestal a la pérdida de la independencia, si es que todavía se puede hablar de esta palabrita.

Por ahora les dejo con una frase de Salomón, Rey de Israel, ojalá que el que tenga oídos que escuche: “El ignorante, si calla, será tenido por erudito, y pasará por sabio si no abre los labios”.
(continuará)

miércoles, 1 de octubre de 2008

¿QUIÉN ES EL IGNORANTE? II



El crítico académico Gustavo Faverón en vez de afrontar su ignorancia supina con la que ha construido su antología “Toda la Sangre” (2006) trata de disculparse diciendo que, por ejemplo, “Desde La Persistencia” fue publicado el 2005 y “recién” distribuida a “tropezones” el 2006; después dice que “Incendiar La Ciudad”, novela de Julio Durán, recién fue publicada en el 2006, cuando en realidad la primera edición consta del año 2002 !!!!! Pero no, Gustavo Faverón no se ha dado cuenta de lo que he querido decir. Sólo apunté algunos nombres para que redirigiera su mirada y se diera cuenta que “sus” antologados (muchos de los cuales merecen mis respetos) constituyen un porcentaje mínimo (nada serio hablando numéricamente) si queremos hacer un muestreo de lo que ocurrió en este País (podría hacer un par de preguntas que pueden sonar exageradas para algunos, pero siempre necesarias: ¿A quienes representan estos señores? ¿Acaso sus novelas y cuentos reproducen lo que verdaderamente pasó aquí? ¿no serán simples alucinaciones de gente que estuvo encerrada en sus casas o padeciendo el síndrome de Meniere en alguna buhardilla en el extranjero?, o es que simplemente hay que tomarlos –como dijo bien otro crítico- como pura ficción; por eso el Alaf, personaje terrorista peruano con nombre árabe ¿¿?? de Daniel Alarcón puede ser “bien” visto y hasta aceptado por los elementos catecúmenos de una seudocrítica peruana con movimientos de gusanera). Y es que la visión de Faverón sólo capta –como el olor de los guisantes o la espuma de una chicha fermentada- lo que está a la luz, lo que producen las editoriales conocidas o malamente afamadas (una pregunta salta como un resorte aquí: ¿Por qué tres novelas de calidad que toman el tema de la guerra interna son editadas, lo que equivale a sus propios pecunios, por los propios autores; y me estoy refiriendo a "Incendiar La Ciudad", "Generación Cochebomba" y "La Ciudad de Los Culpables". Seguro que esta pregunta no te la has hecho ni en sueños). Considero que el papel del crítico no solo está en tomar en cuenta lo que le ponen ante los ojos (como si sufriera esclerosis múltiple), sino investigar, indagar, buscar, rebuscar, bajar a los sótanos donde hierve el logos escriptum, o simplemente levantar las alcantarillas literarias (vamos Gustavo, cuál es el temor); ahí es donde el crítico encuentra su verdadera condición y se esencializa como tal, libre de las argollas editoriales y de los nepotismos vergonzantes (sí pues, es sabido que el mejor vehículo de una novela es el mismo escritor quien va a dirigir su difusión a donde lo vea conveniente; por eso el crítico tiene que estar encima de esto y bajar al llano). Quizás a la verdadera literatura no le interesa el “gran” público; pero es al crítico al que le debe interesar la gran literatura y el gran público (aunque descreo de esto último), y el encargado de hacer que estos dos universos eulerianos se conozcan. Esa es parte de la labor del crítico (y no me vengas con esas tonterías de que tienes que ser “clarividente”, “adivino” o “futurólogo”; esas son sólo disculpas, quizás no ante tu ignorancia, pero sí ante tu flojera y desdén por estos temas que dicen interesarte). Acaso, así no fue como apareció “La Ciudad de Los Culpables”, libro que leí en su primera versión hace varios años cuando se titulaba “La Ciudad Enferma” (y circulaba en fotocopias en el centro de Lima, una de las cuales leyó asombrado Miguel Gutiérrez) y que me facilitó Diego García Hildebrandt (de seguro ese nombre te suena conocido) cuando yo no conocía a Rafael Inocente no obstante tener a un amigo en común. Y es que los libros están ahí, Gustavo, solo tienes que agacharte (o levantar la mano) para recogerlos (o cogerlos como frutos maduros). Pero, como te digo arriba, sólo anoté unos nombres (quizás tomados al vuelo, por eso te escudas en las fechas de edición; pero ni siquiera “Cochebomba” (conozco a Martín Roldán desde mediados de los noventas), si analizamos bien, te serviría para establecer una correcta disculpa. No para mí, sino para las decenas de escritores ninguneados y sepultados por escritorzuelos y criticuelos ansiosos de fama y prebendas), de seguro hay muchísimos más, y me estoy acordando de muchos cuentos de Carlos Rengifo (narrador de polendas desde inicios de los noventas) que hablan de mutilaciones y del horror de algunos soldados que sufrieron amputaciones o tienen traumas de guerra irreparables (leer “Criaturas de la Sombra” y el “Rumor de la Tormenta”,); quizás Arturo Delgado Galimberti cuya novela “Los Espejos del Infierno” de fines de los noventas, hablan de construir una comuna para enfrentar (o eludir, según se mire el texto) al sistema decadente. Alejandro Medina (Apu Runco) que escribe en quechua y castellano, de seguro muchos de sus cuentos debieron aparecer en “tu” antología.
Quizás en las cárceles haya (y los hay, puedo dar fe de ello) muchos narradores por reivindicar, y no me estoy refiriendo a los panfletarios o a los herederos de Jovaldo, Edith Lagos o Zavala Cataño. Ellos cuentan una versión que, de seguro, no quieres escuchar o leer (deja que tus oídos se "acostumbren" al grito de los desposeídos, de los marginados y explotados por el sistema), pero –como dicen- así es la literatura, y si te tomas en serio el trabajo de crítico tendrás que aceptar la calidad artística (no se te está pidiendo que aceptes sus posiciones ideológicas)de los “nuevos” narradores e incluirlos en próximas antologías, caso contrario tu labor seguirá siendo la visión sesgada, el vuelo de un ave (o un murciélago) que solo cuenta con un ala y que indefectiblemente caerá en movimiento de tirabuzón ante la realidad que siempre, como vemos, termina por imponerse.
En cuanto al tema de la "ignorancia" seguiremos hablando en los comments (no te preocupes, borraré los insultos para que no te veas sepultado en el limo que tú mismo has creado).

martes, 30 de septiembre de 2008

¿QUIÉN ES EL IGNORANTE? (indicaciones para ponerle orejas al burro)



El crítico académico Gustavo Faverón, haciendo gala de una inteligentzia equina dice (quizás mirándose en el espejo) que este bloger es un “ignorante”. A no ser que este concepto no esté claro (revisemos qué dice la RAE), es muy posible que los delirios de este profesor auxiliar (con rasgos esquizoides) estén socabando su precaria lucidez parchada con información libresca sesgada, al menos para un lector acucioso. Por ejemplo (y sólo voy a dar una muestra porque en realidad no vale la pena): “Toda La Sangre”. Antología de cuentos peruanos sobre la violencia política, donde “nuestro” profesor funge de editor y donde para él la literatura de la violencia se circunscribe a: Fernando Ampuero, Jorge Eduardo Benavides, Dante Castro, Óscar Colchado, Alonso Cueto, Pilar Dughi, Nilo Espinoza, Sergio Galarza, Miguel Gutiérrez, Rodolfo Hinostroza, Luis Nieto Degregori, Julio Ortega, Jaime Pantigozo, Hildebrando Pérez Huarancca, Oswaldo Reynoso, Enrique Rosas Paravicino, Carlos Thorne, Carlos Eduardo Zavaleta y Zein Zorrilla, etc.
Cómo se puede hacer un ensayo sobre la violencia interna y la literatura y no incluir (ignorar) a decenas de autores, quizás más importantes de lo que llaman “canon”. En un comentario remitido a “Puente Aéreo” le apunté algunos nombres para que no esté dando manotazos o lambisqueos sobre los Roncagliolos, los Alarcones, los Cuetos, etc. cito otra vez, a ver si de una vez toma cartas en el asunto y deja de ser IGNORANTE (lea, investigue y luego hable porque en sus ensayos, críticas y post, nunca aparecen los siguientes nombres):
Fernando Cueto ("Llora Corazón", "Lancha Varada"), Martín Roldán ("Generación Cochebomba"), Julio Durán ("Incendiar La Ciudad"), Rafael Inocente (“La Ciudad de Los Culpables”) o libros de la guerra que hablan de la otra orilla a través de decenas de narradores (en su mayoría presos) como "Desde la Persistencia" o "Camino a Ayrabamba" (quizás tengas que actualizarte o te has quedado con “La Violencia del Tiempo” de Gutiérrez o “Los Ilegítimos” de Hildebrando Pérez Huarancca o en La venganza del Cóndor de Ventura García Calderón, los Cuentos andinos de L. Albújar, Yawuar fiesta de J. M. Arguedas, Los ermitaños de Antonio Gálvez Ronceros, Los gallinazos sin plumas de Ribeyro, La ciudad y los perros de Mario Vargas Llosa, etc.)

Como última reflexión (y ya que me ha caído la banderilla de la “ignorancia”) me parece importante anotar: qué idiomas domina este profesor auxiliar (sabrá algo de latín, sanscrito, griego o copto); qué instrumentos musicales toca (sabrá diferenciar lo que es música atonal de música tonal. Tocará saxofón, clavicordio o le arrancará algunas notas a la guitarra o bajo. Francamente no lo creo); qué ciencias fácticas (factuales) o no fácticas habrá investigado en su vida diaria (sabrá algo de neurorobótica, o lo estaré insultando al citar esta ciencia)
Dicen que la ignorancia es atrevida (y de vez en cuando muerde como un perro), pero eso a mí me importa un comino (al perro que muerde se le da una estocada en el hocico). Me habían dicho que usted es terco y dado a la jodienda culturosa y virtual (envío de anónimos y despersonalización esquizofrénica acusado por su antípoda Marco Sifuentes); y por eso se había creado un antiblog con respecto a su “Puente Aéreo” (que al parecer para lo único que sirve es para auxiliarlo a usted mismo), sus razones tendrán, pero creo que es demasiado (y por eso no me he sumado a ninguna campaña contra su persona); si usted a las justas balbucea insultos que se le caen de la boca como una sanguaza (una baba ridícula que al único que ofende es a usted mismo) y solo escatima a prenderse como una garrapata sobre su eventual víctima (que por estos días –lastimosamente- es el profesor Huamán).
No sé si usted, Gustavo Faverón Patriu, se ha dado cuenta de que se comporta no como un profesor correcto, "un académico de Maine", sino como un alumno aniñado, un niñato pequeñoburgués cuyas pataletas se justifican porque sus patrocinadores le pagan los estudios (entiéndalo como quiera).

Bueno, amigos lectores, es hora de ponerle las orejas al burro. Cosa más fácil cuando se escuchan los rebuznos y roznidos.

lunes, 29 de septiembre de 2008

LITERATURA DEL BANG. Parte I.(Guerra de la literatura o literatura de la guerra. Algunos tópicos sobre el "Bang Literario")



Escribir sobre política como escribir sobre cualquier tema que comprometa nuestra posición cosmogónica –imagino- es un problema ético y deontológico en el que se debate cada cierto tiempo el escritor “libertario”, “independiente”, acucioso intérprete y maniobrador nato de los continuas actualizaciones y deformaciones de la palabra “democracia” y de los clisés “Estado”, “pueblo”, “desarrollo”, etc.; términos licuefactados y mal definidos en el vademécum reaccionario y glosario heterodoxo sujeto a los peores barbarismos, con los que muchos –en este caso- logran remontar y justificar una obra literaria, por lo general, retórica y sinuosa, trastabillando en los limbos de la mitomanía y la soberbia teórica que en política –el fin supremo de sus vicios- simplemente equivaldría a demagogia, o sea la cháchara de los candidatos y el discursillo exclamativo para ganar electores desatentos y aculturados, cuando no los marginados de siempre mantenidos en la ignorancia educativa y social.
La política para el escritor complaciente, alérgico y prurítico a los debates y polémicas ideológicas, es como resultado esmegmático poco menos que “La Peste” de Camus, o el golém metafísico (monstruo creado para fines egotistas –judíos con anhelos libertarios de fórmulas aberrantes- que como el Frankenstein se vuelve contra su amo), un tópico tan temido como el lupus u otra enfermedad endémica donde el cuerpo, sin razón, se ataca a sí mismo (¿es acaso la conciencia del escritor diletante su propio enemigo?). Es por ello que estos escribas buscan a toda costa crear una realidad aparente y paradigmática donde las cosas suceden al modo en que el escritor desclasado y lobotomizado quiere que sean, atropellando y desvirtuando en su loca carrera la realidad y la historia misma.
A menudo escucho problematizar a mis compañeros de ruta sobre algún mal entendido entre literatura, política e historia, ética-estética, o alguna “alteración del orden” donde algún escribidor “ha metido la pata” mostrando su desteñido tinte político-partidario o diciendo (o escribiendo) algo que estaba “subido de tono” en relación a alguna toma de posición o a alguna condena con respecto al orden establecido (¿por quién?), por los mismos que no quieren escuchar nada de política ni nada que se le parezca, ni mucho menos condenas a un status quo aprobado y sacramentado por –supuestamente- todos.
Quizás sea por miedo o por falta de cultura o conocimiento de la realidad concreta o derrepente por cuestiones acomodaticias para permitir que su obra no sea censurada y que se le sigan “abriendo las puertas” editoriales, las invitaciones, los vernisagges, la difusión tan dada a los amarres y a las mafias literarias (los perros de presa, señorones con birrete o criticuelos con motosierra) defensores de un sistema decadente en estos tiempos de exterminio y libremercadismo ad portas –y lo digo sin delirios, ni posturas de profeta y a pesar de que esto suene también a literatura ficcional, pero en realidad no lo es- de que se acabe el petróleo y empiecen las luchas por el agua y por mejores lugares donde no se halla dañado indefectiblemente a la naturaleza. Y, tal vez por ello, a lo que los especialistas denominan comfort, es que muchos escritores prefieren mostrarse como “independientes”, “amigos de todos”, “ni con dios ni con el diablo” en un perfecto centro catatónico y mediocampista, sin definición posible (literatura del “justo medio” lo denominan algunos) que le permita sobrevivir, reptar ramplonamente en un mundo cultural, no exento de la lucha de clases y los innegables antagonismos, mucho menos de los falsos valores y la típica hipocresía y doble moral en que se desenvuelven día a día, mostrando sus rostros de Jano, los rostros del “mito del andrógino” platónico o del ente geminiano.
Siempre he pensado que el cobarde engendra al traidor, toda mi vida he caminado –sin ser un eremita- en la verdad y en la razón, mi raison d’etre, a veces más tirado a uno de estos dos grandes faroles; hubo momentos en que la crisis político-social me pusieron –como a muchos de mi generación- entre la espada y la pared. Nunca bajé (bajamos) la guardia, ni en los momentos más difíciles cuando fui(mos) detenido(s) y obligado(s) a declarar lo que no era cierto en una de esas marchas que desde 1980, y aún antes, no han parado de darse en este país, unas más violentas que otras, unas más históricas o “rutinarias” donde se ganó o perdió algo, aún así como dijo alguien “no desperdiciamos nuestra juventud”, ni escapamos a los vaivenes de la historia o a nuestro sulfurado hábitat. Acudimos prestos a dar lo mejor de nosotros. Las batallas se dieron y se darán, todas persiguieron casi lo mismo: mejores derechos reivindicativos (a corto plazo) dentro de una lucha política en función a derribar una farsa democrática -un supuesto estado de derecho y una legitimidad impuesta a latigazos vía los gendarmes y los mercenarios que custodian al poder- y en el que las huelgas, las marchas, la agitación y propaganda (agit-prop) lucha y batalla constante por devolverle al pueblo su natural derecho a gobernarse jugaron un papel preponderante, como ocurrió con los actos de sabotaje y enfrentamientos directos al tirano apátrida y criminal Alberto Fujimori, ahora sentado en el banquillo de los acusados, a quien prácticamente el pueblo expectoró en perfecta y encarnada desobediencia civil; la justicia no se hace en el papel, sino en las calles en la confrontación con el mundo material, con la Babilonia de cemento.
Así entre patadas, bombas lacrimógenas, varazos y sumergimientos, de mi boca y de mi puño–como ahora y como en aquellos tiempos- sólo salió la verdad, y es que el escritor no ha nacido para escribir desde su torre de marfil alejado del mundo que lo rodea, el escritor ha nacido para ensuciarse las manos y palpar y revolucionar su espacio-tiempo histórico. El escritor ha nacido para bajar al llano. El escritor ha nacido en el “Llano en llamas”, bregando por un “Mundo Feliz” en el que tiene que “intelectualizarse” para entender la humildad de su pueblo y reflejar sus necesidades y ambiciones. En resumidas cuentas el escritor ha nacido del mismo pueblo y se debe a él: “todo acto o voz genial viene del pueblo y va hacia él” dijo el poeta, le hacemos caso y lo refrendamos con la realidad.
Alguien por ahí afirmó que “nunca olvidamos a nuestros amigos muertos, mucho menos olvidaremos a nuestros enemigos vivos”. Ahora que el tiempo ha pasado y luego que la mordaza parece haberse institucionalizado y haberse forjado un bozal de acero, gracias al engaño y al trabajo masmediático: “una cultura de la automordaza”, el miedo y la coerción en sus formas más sutiles y deplorables generando esa raza de ganapanes y turiferarios que no son capaces de levantar la voz ante un hecho indignante y que más bien se complacen en sobarle la espalda y sus dolores reumáticos al sistema decadente, susurrando ominosas odas, cánticos de alabanza y loas al grillete impuesto, haciendo las veces de alcanzarrejones, vulgares chupamedias y rastreros comediantes de una historia que no tardará en enjuiciarlos. Ahora que cualquier trabajo, y menos si este tiene que ver con opinión se pide seas “apolítico”, libre de alguna mancha que lo pueda sindicar a uno al cáncer de la izquierda, a la “lepra terrorista” como te motejan cuando se reclama justicia social, escuelas, universidades, centros de salud o por una justa “canasta familiar”, sueldos más justos a un Estado (leviatán) sátrapa que se ha vuelto más necio y peor negociante, embrujado y envilecido por la gorgona del imperialismo, gendarme de intereses ajenos y convertido en esa piedra de sal que le da la espalda a las masas hambrientas; pero sí cuando hay que reprimir muestra los filudos dientes y las garras y no depara en mandar a las mazmorras o al paredón a quien ose enfrentarlo. Cuestiones de las que el escritor o el que dice serlo no está al margen, así quiera proteger su pellejo o enterrar su cabeza como el avestruz para no ver lo que la realidad cotidiana le enrostra infaliblemente en una tautología que no admite errores, equívocos o abstracciones.
Un escritor respira y calza, paga pasaje, impuestos, arbitrios, tiene que hacer el mercado o comprarse un lapicero, un USB, hojas, fólderes, fichas, libros, revistas, etc., aparte del castigo que es pagar la renta, estudios, y en el peor de los casos hospital y servicios médicos; todo eso le hace un ser partícipe de su entorno social, del proceso productivo, quiera o no. El escritor, en la división internacional del trabajo, no es más que un asalariado (del sistema), que tiene que tener cuidado en no empeñar –lo único que es verdaderamente intrínseco a su yo- su conciencia y sus principios. El “arma” principal del escritor entonces, no es su “tecnología literaria”, su “arte gramatical”, su “creatio”, a fin de cuentas, herramientas que se pueden aprehender, sino su moral, su ética, sus principios, su ideología con el que decodificar y enfrentar al mundo y al tiempo que le ha tocado vivir. He ahí donde tiene que justificar su existencia y su intelecto.


La “mermelada” y los buenos puestos han hecho de algunos escritores unos perfectos criados y sirvientes del sistema que -quieran o no- los oprime y sólo les da las sobras y las migajas, motivo por el cual traicionan a su base social de la cual son parte. Muchos felipillos literarios se rasgan las vestiduras cuando le mencionan el tema, se hacen los orates, miran a un costado, se enjugan la frente y te responden con voz engolada que ellos “no se meten en política, porque la política es asquerosa” y precisa e irónicamente es asquerosa porque justifican con sus vidas erráticas el escarnio y la mentira, el poder y el robo viviendo en un silencio cómplice con el que se aseguran a sí mismos y a sus familias que justifican –a su vez- al “mermelero”, porque esa es la idea de “familia” que infunde el viejo estado: una idea decadente, basada en las mentiras y en las apariencias, una máscara de cera que se derrite ante el fuego propano de la verdad. La política –o la praxis política, inevitable- no puede ser sucia si quienes la practican no están sucios también, ellos son quienes le otorgan el adjetivo correspondiente, así traten de pasar desapercibidos o mimetizarse con respuestas excluyentes o salivaciones majestuosas.
Nadie quiere decir nada, ni dar una opinión; y sería un “horror” si algún cuento, poema o escrito de su factoría lo delatara como portavoz de algún desencanto con el sistema, alguna línea torcida o retorcida cuyo cordón de plata podría estar en las bases de algún partido declarado ilegal. Horror vacui cien veces y el peso de la ley y el orden en látigos de cilicio o la rectificación inmediata (…No quise decir eso, hubo una equivocación, me retracto, sírvase por favor publicar mi carta aclaratoria, disculpe Ud. no volverá a ocurrir, mis respetos, etc.).
En los ochentas, esto estuvo más acentuado y se dio en todos los estatus y para coronar con una mitra de espinas dicha actitud infame salió la famosa y draconiana ley de “apología del terrorismo” que conminaba a una prisión efectiva de 2 a 8 años a quien osara dar su opinión y mostrar sus acercamientos ideológicos por más que sólo fueran coincidencias, nada oficial, ningún cargo de confianza con algún grupo alzado en armas, etc. La caza de brujas reprimió una temática histórica y la redujo a escasos panfletos y a textos periodísticos de diarios en la clandestinidad. Muchos recuerdan a fines de los ochentas a un puesto de periódicos en el Parque Universitario donde a través de fotostáticas se difundían cuentos, noticias y literatura sobre la guerra interna. Hay que recordar que muchos canillitas fueron puestos a disposición de la procuraduría para casos de terrorismo. Espichán Tumay, uno de los procuradores de aquella época, al modo de los macartistas, se regocijaba mandando a la cárcel a cuanto “terrorista” encontrara en su camino. La inocencia no era un concepto a priori que se tenía que respetar, sino una debilidad sobre la que el más fuerte podía demostrar su poderío y su ensañamiento; pero siempre, como en las mayorías de las historias de la humanidad, la soberbia del fuerte encontró la violencia del débil.

Así durante largos años muchos escritores escribieron “en azul” y se cuidaron de que su palabra se viera teñida por la sangre de la guerra interna, cuyos muertos no solo nos tocaban las plantas de los pies cuando uno cruzaba una calle camino a la universidad o a la fábrica, sino que a veces tocaban a nuestras puertas, sólo había que ver. Después del cochebomba de Tarata no dudaron de que algo habría que hacerse, alguna novelilla o cuento para capitalizar a todas las víctimas que no se veían reflejadas en algún libro o no terminaban de pasar por la páginas de defunciones de algún periódico burgués (estercolero lo llaman los obreros leídos) o vocero de las transnacionales plutócratas.
La famosa Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) nos dio un pequeño viso de lo que aquí se vivió. Aprovechando, quizá, la coyuntura, muchos escritores se han librado aparentemente de sus grilletes y están escribiendo de lo que aquí pasó; lamentablemente –era de esperarse- que ciertos plumíferos mostraran una realidad trastocada con una “historia de los vencedores” (Herodoto dixit) que ni ellos mismos se lo creen. La guerra se ha convertido en un buen tema y “vende” tal y como descaradamente manifiesta Santiago Roncagliolo en la introducción de su libro “La Cuarta Espada”, sin mayores ambiciones que la netamente y metálica crematística. Lo cierto es que libros como “Abril Rojo” o “Historia de Mayta” de MVLL, o “La Hora Azul” de Alonso Cueto dan una versión (re)torcida de los hechos, la historia secular cuyo final feliz muchos contaron (o cantaron) antes de tiempo. De ello se desprende que la violencia política vivida en nuestro país fue absorbida por el demencial proceso productivo (mundo del samsara) y ahora es “un producto” pasteurizado y homogenizado cuyas “mejores manufacturas” te entregan un “trabajo”, una “novela” o varias “novelas” para saciar y almibarar el paladar de los lectores sibaritas, los ensebados señores feudales y yuppies embriagados por un rumor de “estabilidad” que todavía guardaban en su memoria fosilizada el amargor y los resabios de la guerra.

Ésta fructificación de versiones nos genera un sincretismo de la verdad, más aún cuando el concepto “Guerra Interna” entra en serias contradicciones con el género que la acoge llámese novela y/o cuento donde el autor se apoya en el recurso de la recreación y la fantasía –otra vez la consabida “libertad del escritor”- para ocultar, desmerecer y sazonar su verdadero protagonismo. Entonces el plumífero crea sus alter egos, disfraza su mentalidad mercado-clérigo-militar y se mimetiza como un insecto asustado en el nuevo mundo Disney, que no es otra cosa que el mundo de Orwell, creado específicamente para consolidar el sistema aberrante en el que es “feliz” por generación espontánea y no necesita nada más que de las migajas de sus amos y las escasas libertadas en el que cree alcanzar la ataraxia y el orgasmo. Salvo –lo digo penosamente- honrosas excepciones.

Acaso no es posible distinguir (en las últimas novelas que tratan sobre la “guerra interna”) al mismo Roncagliolo en el opa Saldívar asustado por un cadáver achicharrado y por la aparición de las “huestes senderistas”. O en “Radio Ciudad Perdida” no hay acaso una visión clasemediera diletante, propio de un radioescucha quien es capaz de entender un mensaje radial a su perfección (acaso la falta de comprensión de lectura no es también una falta de comprensión auditiva). Acaso en la sierra no se habla quechua, aymara; y en la selva (uno de los escenarios de la novela aunque no lo especifique) no primaba el shipibo, conibo, aguaruna u otros dialectos. El programa de radio –habría que preguntarse primero si en estas zonas había aparatos de radio- o buscapersonas que mueve el centro de la novela de los desplazados; no explica –como no se explica el mismo autor- de qué vive, quien los auspicia, cuál es el poder detrás de los medios, quienes la dirigen, qué broadcaster están detrás de todo. Entonces uno se encuentra con una novela fofa, una recreación pequeñoburguesa y delirante, una pantomima de lo que aquí pasó. El recurso telenovelesco del niño que encuentra la absolución de los “pecados” de su padre en la –ahora convertida ipso facto- madrastra discjokey no nos da una claridad necesaria en una literatura que se reclama de la guerra interna o que nos muestra una arista de idealismo humano travestido y prejuiciado al punto que uno de los personajes finales, un subversivo aparece con un nombre árabe (Alaf) ¿?

Volviendo al escritor engagement es posible –afirmar a ciencia cierta- que pocos son los que han podido aportar a una realidad que muchas veces los sobrepasaba y a una estética correcta que muchas veces le fue esquiva. Quizás hubo una buena posición de clase pero un mal o mediano despliegue de recursos literarios, como los que se han venido recogiendo desde las provincias y desde un sector de los penales como son las publicaciones “Desde La Persistencia” o “Camino a Airabamba” donde últimamente se ha estado gestando un importante grupo de literatos cuya misión importante, al parecer, es el de reconstruir una historia a retazos, paralela y en oposición a la historia oficial narrada a través de metempsicosis por sus asalariados vendedores de ilusiones y que nos entrega, sin envíos tardíos, un estado diestro en el látigo y en poner las cosas en orden, pero novato –por decir lo menos- en gobernar para las mayorías olvidadas, incapaz en la distribución de la riqueza, hemipléjico en resarcir a sus ciudadanos infamados y donde la creatividad del “escritor” formal funciona al compás de las rotativas periodiqueras en un plan de acción psicosocial y represor.

Entonces la literatura alejada de la política -por lo expuesto y por lo que se desprende de ello- se convierte en una señora de cabaret, una celestina con un manojo variopinto de posibilidades, presta a mostrarnos el menú a bajo precio, o, en su defecto, la revisitación forzada en los venusterios del oprobio, o sea cárcel y persecución. Siempre este tipo de literatura trae enfermedades; ya Vallejo dijo que para ser revolucionario habría que matar al reaccionario que llevamos dentro, y esto solo se puede hacer quitándonos las anteojeras y el velo, el pasamontañas impuesto por los que trafican con el poder. La literatura sin un puño fuerte que la coja se convierte en un parque de diversiones, un juego de tómbolas cuya lectura de divertimento–de seguro- nos alegrará una tarde, pero luego olvidaremos –como en el mar Leteo- sin más reproches.

No creo que, con esto, esté descubriendo nada nuevo desde los debates entre –más cerca a éstas épocas- Arguedas y Cortázar o -más atrás- entre los rusos de la proletcul, (¿extrañamos a Kirillov?). Todo lo dicho hasta aquí simplemente es un jalón de orejas a los escritores diletantes, los que no quieren hacerse problemas y miran a sus compatriotas por encima del hombro, aplicando un tipo de racismo (incluso el escritor cholo acomodado literariamente cholea al escritor “no integrado”) y un tipo de apartheid que ya envidiarían los nacional-socialistas o los eskind heads, libres de cualquier estigma, más allá del bien y del mal, en los erebos o limbos del paraíso fiscal teórico donde Nietszche o Wagner les arrogarían un gargajo o les prenderían fuego. Sinceramente, creo, es necesario entender que no hay escritor libre de culpa, muchos “pecamos” por “delito” expreso (los que enfrentan al opresor y se muestran como lado visible de una inconformidad beligerante); otros por cobarde omisión (los que callan, asienten y justifican con su silencio toda la opresión) y otros por traidora falsificación, y con esto último me refiero a quienes tratan de travestizar una realidad que le es incómoda o molesta y endosar una realidad que le es más apropiada para el proceso económico libremercadista y para sus fines de “realización personal”, o sea el egoísmo transhumante y atrabiliario propio de una sociedad ortocapitalista con una economía cuyo soporte está en los esclavos (obreros pauperizados, campesinos arrinconados a la siembra de productos no comerciales, jornaleros obligados a hacer trabajos forzados o al destajo y personal de las services con sueldos de hambre, sin seguro social, ni ningún tipo de reconocimiento, comerciantes y pequeños negociantes ahogados en un mar de tributaciones e impuestos y multas) y los señores feudales (burguesía burocrática atornillada en el poder congresal y burguesía compradora con el capital expropiado y saqueado al mismo pueblo al modo sui generis de los pistachos. Alguien dijo que la grasa del pueblo está engordando a los cerdos de la reacción), y cuya pátina en la ciudad funge de modernidad y superación material con inversión foránea (capital golondrino), urbe ficticia con casas multifamiliares tipo ratoneras de 20 metros cuadrados, letreros giratorios, multicines a lo Broadway, vías rápidas (tipo la “expresa de Grau” que no sirve para nada, solo unas cuantas líneas pasan por abajo, mientras por arriba todos los autos y taxis se ven a transitar por una vía más estrecha) y playas paradisíacas en Punta Sal o aisha y telefonía celular (¿blackberry?) -para deleite de los turistas y ciertos daltónicos y estrábicos- pero cuyo real funcionamiento se pone en evidencia en casos de crisis o catástrofes como lo ocurrido en el seísmo del 2007 donde nos dimos cuenta -al colapsar las comunicaciones- que todo era una estafa, vivimos en la “Niebla” de Unamuno, solo nos falta la conciencia del perro que nos ladre al oído o como en Egipto nuestra adoración solemne y genuflexa al dios perro que preside –siempre- desde lo alto las procesiones y al mundo que ha domeñado a punta de ladridos y mordiscos.
Es necesario rescribir juntos nuestra nueva historia. Reempezar las novelas del nuevo tiempo donde el pueblo narre sus osadas epopeyas, sus gloriosas gestas, sus sísifas luchas, sus pantagruélicas huelgas, sus golpes fuenteovejunas, su capacidad de indignarse ante un proceso de degradación y sojuzgamiento. Es necesario ahora reivindicar al hombre, devolverle a la historia su corazón ahora robado y oculto como la espada de Longines. Como se grita en las calles “el miedo se acabó” y uno con la verdad en la mano es mayoría. Es hora de que el escritor verdadero se comprometa con su realidad y con su tiempo. La imaginación no puede estar al servicio del explotador y de la reafirmación del imperialismo y del deshollamiento de los pueblos. Hemos sido llamados al frente de batalla y nuestra pluma es insobornable. Revolucionar la vida dijo el adolescente Rimbaud, revolucionar al mundo dijo el longevo Marx; el superrealista Breton dijo que estas consignas para el escritor verdadero son una sola. Quizás revolucionar la escritura, sea simplemente contar la verdad y servir a la verdad, la decadencia histórica siempre estuvo marcada por la mentira y el escarnio, es momento de alinearse y mostrar lo escrito:
(continuará)

Segundo Festival Internacional de Poesía "Cielo Abierto"



Segundo Festival Internacional de Poesía "Cielo Abierto"
-Barranca, del 3 al 6 de octubre 2008-

programa oficial

VIERNES 03 DE OCTUBRE

10:00 a.m MALECÓN VÁSQUEZ DE SUPE PUERTO
Recital de Poesía:
Mesa: Beatriz Aldaco(MÉX)/ Marcos Arcaya Pizarro(CHI)/ Andrés Torres (PER)/ Danitza
Fuentelzar (CHI)/ Gladis Mendia (VEN)
4:00 p.m INSTITUCIÓN EDUCATIVA VENTURA CCALAMAQUI-BARRANCA
Inauguración y palabras de autoridades Locales, Regionales y Nacionales
Presentación del Libro: "LETRA CHICA" de Elias Hienam(CHI)
Comenta: Ricardo Ayllón
Presentación musical: Vadik Barrón (BOL)
Recital de Poesía:
Mesa: Marcela Saldaño(CHI)/ Ernesto Carrión(ECU)/ César Quispe (PER)/ Marcial Molina Richter
(PER)/ Beatriz Aldaco (MÉX)/ Ana Rossetti (ESP)/ Jonathan Alvarado (PER)/ Martha Campo
(COL)/ Walter Toscano (PER)

7:00 p.m INSTITUCIÓN EDUCATIVA DIVINO CORAZÓN DE JESÚS-BARRANCA
Presentación del Libro: "NAVEGACIONES" de Argentina Casanova (MÉX)
Comenta: John López (PER)
Presentación musical: Piero Montaldo (PER)
Recital de Poesía:
Mesa: Danitza Fuentelzar(CHI)/ José Carlos Irigoyen (PER)/ Ricardo Ayllón(PER)/ Gracia Iglesias
(ESP)/ Marcos Arcaya Pizarro(CHI)/ Gladis Mendia (VEN)/ Vadik Barrón (BOL)
10:00 p.m SNAK BAR SPONDILIUS
Recital de Poesía:
Mesa: Ernesto Carrión (ECU)/ Marcela Saldaño(CHI)/ Ricardo Ayllón (PER)/ Felipe Mendoza
(MÉX)/ Paul Quispe (PER)/ Elias Hienam(CHI)/ Martha Campo (COL)

SÁBADO 04 DE OCTUBRE

4:00 p.m PLAZOLETA DE LA CULTURA- Biblioteca Municipal de Barranca
Bienvenida a cargo del Dr. ROMEL ULLILÉN VEGA, alcalde Provincial de Barranca
Recital de Poesía:
Mesa 1: Argentina Casanova(MÉX)/ Dimas Arrieta (PER)/ Elias Hienam(CHI)/ Luis Fernando
Chueca(PER)/ Oscar Limache(PER)/ Willy Gómez(PER)
Presentación Musical: Carlos Cárdenas (PER)
Mesa 2: Ana Rossetti (ESP)/ Ernesto Carrión (ECU)/ Victoria Guerrero (PER)/ Danitza Fuentelzar
(CHI)/ Josefina Jiménez(PER)/ Beatriz Aldaco (MÉX)/ Augusto Rubio (PER)
Presentación Musical: Inti Santana (CUB)
Mesa 3: Marcela Saldaño (CHI)/ José Carlos Irigoyen(PER)/ Vadik Barrón(BOL)/ Ronal Marcelo
(PER)/ Harold Alva(PER)/ Alex Morillo (PER)
Recital flujoral: José Aburto Zolezzi (PER)
Mesa 4: Marcos Arcaya Pizarro (CHI)/ Víctor Coral (PER)/ Gracia Iglesias (ESP)/ Feliciano Mejia
(PER)/ Filonilo Catalina(PER)/ Arthur Zeballos(PER)
Proyección de video poemas: POETIKAS VISUALES DE LA RESISTENCIA – Karen Bernedo
(PER)
Mesa 5: Martha Campo (COL)/ Jorge Luis Roncal (PER)/ Marcial Molina Richter (PER)/ Felipe
Mendoza (MÉX)/ Raul Heraud (PER)/ Rodolfo Ybarra (PER)
Presentación Musical: Vadik Barrón (BOL)
Mesa 6: Gladis Mendia (VEN)/ Eloy Jáuregui (PER)/ Johny Barbieri (PER)/ Bernardo Rafael
Álvarez (PER)/ Dalia Espino (PER)/ Santiago Risso(PER)
Presentación Musical: Ricardo Villanueva (PER)
Mesa 7: Jorge Terán(PER)/ Eva Velásquez(PER)/ Sergio Gómez(PER) / Luis Zuñiga (PER)/
Daniel Amayo (PER)/ Julio solórzano(PER)/ víctor Salazar(PER)

7:00 p.m CONCIERTO MUSICAL
Participan: Margot Palomino (PER)
Inti Santana (CUB)
Piero Montaldo (PER)
Vadik Barrón (BOL)
Seres Urbanos (Rock-PER)
Ricardo Villanueva (PER)
Arcángel
(Rock-PER)

DOMINGO 05 DE OCTUBRE

7:00 a.m CIRCUITO TURÍSTICO (BARRANCA-SUPE PUERTO-SUPE)
8:00 a.m SITIO ARQUEOLÓGICO DEL ÁSPERO (SUPE PUERTO)
Recital de Poesía:
Mesa 1: Argentina Casanova (MÉX)/ Rodolfo Ybarra (PER)/ Oscar Limache (PER)/ Alex Morillo
(PER)/ Raul Heraud (PER)/ Víctor Salazar(PER)
Mesa 2: Dimas Arrieta (PER)/ Josefina Jiménez (PER)/ José Córdova(PER)/ Luis Boceli (PER)/
Feliciano Mejía(PER)/ César Quispe(PER)
11:30 a.m CIUDAD SAGRADA DE CARAL(SUPE)
Recital de poesía
Mesa 1: José Carlos Irigoyen (PER)/ Ana Rossetti (ESP)/ Elias Hienam (CHI)/ Víctor Coral (PER)/
Gladis Mendia (VEN)/ Willy Gómez(PER)
Presentación Musical: Miguel Ángel Olivares (PER)
Mesa 2: Eloy Jáuregui (PER)/ Ernesto Carrión (ECU)/ Victoria Guerrero (PER)/ Gracia Iglesias
(ESP)/ Johny Barbieri (PER)/ Vadik Barrón(BOL)/
Mesa 3: César Panduro (PER)/ Marcela Saldaño (CHI)/ Marcial Molina Richter (PER)/ Bernardo
Rafael Álvarez(PER)/ Santiago Risso(PER)/ Danitza Fuentelzar(CHI)

LUNES 06 DE OCTUBRE

4:00 p.m CAMPUS UNIVERSITARIO DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO
VILLARREAL- Lima
Bienvenida a cargo del Dr. Germán Peralta, Decano de la facultad de Humanidades
Recital de poesía:
Mesa 1: Elias Hienam(CHI)/ Doris Moromisato(PER)/ Dimas Arrieta(PER)/ Gladis Mendia(VEN)/
Juan Pablo Mejia (PER)/ Marcela Saldaño(CHI)
Presentación del libro: "LA ULTIMA ESTACIÓN" de Helmut Jerí (PER)
Comenta: Navale Quiroz (PER)
Presentación musical: Piero Montaldo (PER)
Mesa 2: Argentina Casanova(MÉX)/ Enrique Verástegui(PER)/ Ana Rossetti (ESP)/ Alessandra Tenorio(PER)/ Vadik Barrón (BOL)/ Diego Lazarte(PER)/
Presentación musical: Margot Palomino (PER)
Mesa 3: Danitza Fuentelzar(CHI)/ Melissa Patiño(PER)/ Gracia Iglesias (ESP)/ Ana Maria
Falcóni(PER)/ Giancarlo Huapaya(PER)/ Andrés Torres(PER)

AGRADECIMIENTOS Y CLAUSURA DEL FESTIVAL

sábado, 27 de septiembre de 2008

“GRAN VÍDEO CONTRACULTURAL” CON PERSONAJES DE LA FICCIÓN Y DE LA VIDA REAL.


Después de ciertos ataques sofocados con molotovs y con ironía (júzguenme si quieren y sigan motejándome como “terrorista”, por lo menos me hacen reír y mantienen mi buen humor), leo sin mucho asombro a algunos (nuevos enemigos) bloggers que me quieren ridiculizar o indisponer ante el público lector (qué falta de originalidad tienen estos señores. Querer colgarse de una chalina anarquista no es una buena opción para las alimañas y animales parlantes, salvo que estén intentando ahorcarse). Las armas usadas en estos casos no son ni siquiera de juguete, son mariposeos de estimulación temprana, aleccionamientos de gateos y control de esfínteres (como ese tal Martín Checa ¿? A quien no tengo el “honor” de conocer en persona, de seguro es los que miran al suelo y hablan en voz baja como perdonándose a sí mismo lleno de tiquismiquis, y que ha encontrado en los blogs una prolongación apendicular de su miseria y falta de autoestima. Pero ese es su trauma. Si quiere usar mi nombre (se entiende la crítica a mi persona) como terapia de recuperación a una normalidad esquiva, hágalo nomás, no soy resentido y tengo voluntad de servicio (a veces no hay en efectivo para terapias de desintoxicación. No es su culpa. Aconsejo recurrir a organismos del viejo Estado: Hospital “Larco Herrera”, avenida del Ejército, cuadra 6, Magdalena). Tendré compasión y conmiseración con usted. Eso desaconseja el buen Shopenhauer. Además, usted por lo menos pone su nombre (¿será verdad tanta catadura moral?) y no se excusa en un anónimo, eso ya es mucho en este país de ganapanes y cobardes. (No se olviden: PERÚ: PAÍS CORRAL DE CHANCHOS-RATAS-Y-LAMPREAS).
Pero no todo es malo y sabe a hígado frito de caballo en la blogósfera (mala imitación del infierno y producto expreso del zafarrancho y la chonguinada que crecen como migrantes al pie del cerro que llaman tolerancia), también hay lugar para el sarcasmo y la ironía, aunque el ironizado –en este caso- sea yo mismo (no crean que uno es invulnerable, a veces esas metralletas de plástico pueden matar o revivir la ilusión perdida, sobre todo cuando nos vamos dando cuenta que los malos no son los indios emplumados o que los buenos no siempre tienen a la ley de su lado; pero no es de “eso” de lo que quiero hablar aquí. Ustedes entienden. Mi romanticismo atomizado de vez en cuando necesita de la tocología para salir a la luz).
Chequeen este vídeo o animación producido por Tv. Bruto; aunque la cancioncita no es de mi agrado (¿qué es eso de “matador” y qué tengo que ver yo con León Santillán?, esto ya parece el camal de Yerbateros), hubiera preferido “Represión” de “Narcosis” o “Demolición” de los Saicos (léase Sádicos) en la versión de “Leuzemia”, pero sin el “F”; hasta una de “Motor Head”, “Prong” o “Nasty Savage” podría encajar perfectamente. Cuestión de gustos y colores.
Ah, por cierto, en este vídeo solo puedo hablar por lo que me toca; en cuanto a los otros personajes animados (sobre todo el que hace un bailecito o meneo zigzageante), ellos siempre tienen mejores respuestas de los que uno pueda imaginarse.

(juzguen ustedes si los personajes que aparecen en el vídeo son de la ficción o de la realidad)

PRESENTACIÓN DEL POEMARIO “aMADRID” DE ZACHARY PAYNE



PARTICIPAN: GONZALO PORTALS ZUBIATE
RUBÉN QUIROZ
CECILIA PODESTÁ (EDITORA)
RODOLFO YBARRA
LUGAR: “SANCHO PANZA” AVENIDA GRAU 209 A, BARRANCO (A MEDIA CUADRA DEL PARQUE MUNICIPAL DE BARRRANCO
FECHA: JUEVES 2 DE OCTUBRE A LAS 8 Y 30 PM.

Arriba: Zachary Payne con el poeta venezolano Cadenas

jueves, 25 de septiembre de 2008

"ADOPTA A UN PERIODISTA"



(Al parecer la campaña “Adopta a un Congresista” promovida por la “ex” fujimorista Rosa María Palacios, tuvo su respuesta en “Adopta a un periodista”. En lo partícular, no creo que nadie quiera adoptar a Nicolás Lúcar, Álamo Pérez Luna o Alejandro Guerrero. Mi pregunta es: ¿de cuándo aquí alguien con rabo de paja quiere ordenar el corral-de-chanchos-ratas-y-lampreas?)

Recojo este baner de Tv. Bruto (no encuentro el link respectivo, aunque ya está en los links de este blog) donde se promueve la campaña “adopta a un periodista”; lo correcto sería desheredar, deselegir o expectorar o -en mi gusto- agarrar a patadas (o generar acciones como lanzarles bolsas de basura, algún tipo de alimañas o mierda) a esos malos periodistas, congresistas, funcionarios, policías, empresauros, profesorsuchos y tanta escoria que jode a este país. Ojalá nos podamos unir todos los que queremos que las cosas se hagan bien y se respeten los derechos del pueblo generalmente burlados por unos cuantos mequetrefes y unos felipillos que se prestan al juego (lógicamente no me estoy refiriendo a Tv Bruto que hace bien en levantar la campaña "Adopta a un periodista"). No nos engañemos amigos, estos movimientos de Minué no tendrán mayores resultados que elevar las visitas a unos blogs que quieren vivir de los auspicios. La verdad saldrá a la luz algún día, mientras tanto protestemos enérgicamente, no con grititos al teclado o con campañitas que le hacen cosquillas en los pies a los congresistas gánsters y zanganazos (zangandongos) que no tienen nada que perder y que permanecen enquistados en el poder chupándole la sangre al ciudadano de a pie.

Dejo también el vídeo que ha producido esta polémica, nada menos que tres turiferarios (dos arpías y un bribón)que quieren justificar sus jugosos sueldos mintiéndose unos a otros. Aquí va:

CÉSAR GUTIÉRREZ, IVÁN THAYS Y OTRAS CRESTOMATÍAS (...Y NUEVO VÍDEO)



Hace unas semanas posteé una parte de la entrevista en vídeo que le hice a César Gutiérrez, afamado novelista autor de “Bombardero” (libro cuya vanguardia, últimamente, está siendo cuestionada por capitostes de la literatura); como anuncié en ese post, ese era un adelanto; si bien es cierto, hasta ahora no he podido culminar con la edición de las casi 2 horas de conversa vigorosa con tomas y dacas, citas en ollas a presión y remitencias a ficheros bibliográficos (y es que no se puede dudar que César Gutiérrez es un lector enterado, un creador, no sé si de los que llaman “omnipotentes” (debiera decir omniscientes, pero leyendo el libro uno se da cuenta que hay cierto poder cuestionado y cuestionador), pero sí muy dado al riesgo; este es, también, por cierto, un adelanto de mi opinión con respecto a “Bombardero”, en el que después de una lectura que cubre casi el 90 por ciento del libro, he detectado varios errores que fácilmente podrían entenderse o licenciarse debido a la dimensión, la arquitectura y el despliegue, por demás, pantagruélico y hasta cierto punto bizarro –en el sentido de extraño- que lo hermana con otros libros escritos en español como por ejemplo “Abrapalabra” de José Brito.
No tenía intención de colgar este, otro, pequeño adelanto, pero ya que varios bloggers de las canteras del periodismo tradicional y de los meconios de Randolph Hearst, haciendo uso de sus suspicacias y perspicacias me tildan como “poco serio” o “no serio” por reír, irónicamente de la seriedad -valga la redundancia catecúmena- académica y de los escritorzuelos que fruncen el ceño para darse gajes de importancia que no la tienen ni cuando van al retrete a mirarse en la mierda que los reproduce en calco y copia. Mi pregunta es ¿qué entienden ellos por seriedad?, debo deducir que la seriedad es un oxímoron de la carcajada, o de repente una forma poco feliz de hacerle creer a otros que un rostro de palo o adusto es sinónimo de respeto o de “autoridad noticiosa”, no importa que esto solo sea una careta de teatro stanislavski (ni siquiera grotowskiano o a lo Judith Malina y sería demasiado si mencionara aquí al “teatro gore mecano industrial”, estos señores se arrancarían de los pelos y como tentetiesos rebotarían la cabeza en la pared si supieran de lo que estoy hablando). Me tienen sin cuidado los vocifereos de estos primates que han aprendido a articular algunas palabras cuando en realidad se comunican con chillidos, gritos y lenguaje gutural, por eso estos “señores” confunden la ironía, el sarcasmo con la risa suelta y vacua, confunden a Henry Bergson (“La Risa”) con Mickey Mouse, creen ver a un orador en un papagayo o a un intelectual en un pingüino (y conste que hay pingüinos serios. No estoy pensando en el opositor del hombre murciélago).
A esos energúmenos que están esperando que yo desatine en alguna letra o que escriba “huazón” en vez de guasón, como si yo no supiera nada de la guasa guasa (haber repitan después de mí: gu-a-sa, gu-a-sa; ah no entienden: repeat after me:…) a los que me acusan de no tener títulos académicos bajo el sobaco o colgados en la sala de mi casa y que no saben cual es la diferencia exacta entre “docto” y “doctor”. Claro que he pasado por varias universidades y estudiado diversas carreras profesionales, lo suficiente para darme cuenta que no había títulos académicos que pudieran respaldarme como escritor, narrador, ensayista o poeta. Esas búsquedas de cartoncillos o títulos nobiliarios (sin desmerecerlos) lo dejo para otras personas, esos individuos que deben escalar en el competitivo mundo académico, igual me tienen sin cuidado. Mi búsqueda no está en ser profesor en USA con un sueldo de 60 mil dólares al año. No señores, afortunadamente no vivo , ni trafico con la cultura o la literatura. No cobro por reseñas o comentarios. No cobro un sol por mantener este blog (ni lo uso como curriculum para acceder a algún puesto) y como aprecian no me interesa tener algún tipo ingreso económico por lo que hago y que podría coactar –en algún momento- mi pensamiento. Descreo totalmente de la publicidad y me horroriza la propaganda y los discursos politiqueros. Soy demasiado idealista –al menos en el sentido de Jacobson-, tanto que valoro a la literatura por la literatura misma.
Así que quienes me acusan de no tener una "seriedad" (ramplona e impostada) pueden estar tranquilos, no me interesa para nada ser “serio” (así con comillas), al menos no de esa forma. Bueno ya me cansé: al diablo con estos criterios de papel crepé, al diablo con estas caretas de cómicos ambulantes. Al diablo con estos imitadores de “máscaras de hierro” que sólo sirven para fingir con actos de minué y pasos de walsen (no, no se preocupan, no me estoy poniendo exquisito, pueden interpretarlo como “vals”) sobre una aparente seriedad que, como norma, dictan los periodicuchos y los programates de televisión donde es posible poner a una calabaza seria de mirada lasciva (y fijación en la bragueta del gerente) dirigiendo a un programa político, o a un mequetrefe, muy señorón y con pelo de puercoespín haciendo de “muy dolido” orangután y cuestionador infatigable del “desorden” y de las “salvajes huelgas” organizadas por sectores “bestializados” y “lúmpenes” de la oposición.
La seriedad solo es posible cuando hay conocimiento de causa, cuando hay un ropaje de lecturas que te permite estar radialmente encima del hecho para analizarlo objetivamente antes de verter una opinión. No está demás anotar que la seriedad es una de las características de la ética (en “deontología periodística” la seriedad es sinónimo de sensatez, de juicio y hasta cierto punto de prudencia).
Sirva también esta nota para aclarar casi por arborescencia el “punto flaco” que los “señores serios” y críticos con toga y birrete armados con motosierra (algunos con el síndrome de Menier) toman como referencia para ubicarme abajo del ranking de la seriedad (¿o quizás será por el cromatismo amarillo de este blog?), me estoy refiriendo al vídeo en el que salgo “pidiéndole” casi “genuflexamente” un “autógrafo” a Vargas Llosa, esa lectura prosaica propia de mentes delirantes y con bajísima capacidad para procesar datos no pueden entender porque Ybarra “el brazo armado de la poesía” (donde está la imaginación y el lenguaje simulado o tropo: sinécdoque, metonimia, metáfora; señores ) puede admirar a Vargas Llosa, si prácticamente "significa" todo lo contrario a mis búsquedas y precisiones literarias. Claro, por supuesto, que estas mentes no podrían entender por qué también admiro a Ezra Pound (delirante fascista y antijudío y, a la vez, poeta mayor), o porque me gusta Stravinsqui (gran músico, pero un perfecto imbécil a la hora de declarar a la prensa), o por qué admiro a ciertos escritores estanilistas, o porque puedo admirar, por ejemplo, al científico James Watson, premio Nobel de Medicina o Fisiología 1962, quien después de 30 años de estudios dijo que los negros eran inferiores a los blancos. Por último, mi acercamiento a Vargas Llosa fue por una cuestión de apertura hacia un ensayo que estoy terminando (si agudizan el audio del vídeo tranquilamente se podrían dar cuenta). Pero no, los imbéciles carentes de criterios y balbuceantes griteros de batipelágico C. I. que se escudan detrás de los anónimos, o los que repiten como loros de hombro lo que otros excretan diarreicamente casi por inercia o por crisis nerviosa. Al diablo con todos ellos, como dije una vez: me interesa la búsqueda de la verdad, no importa qué puertas toque o qué tipos de personas halle en el camino. Si tengo que quedarme solo en este mundo de cucarachas, pues bienvenida sea la soledad, ya me encargaré de usar DDT o usar un zapato para lo que amenaza con convertirse en plaga.
Finalmente, esto no es una crestomatía de mis “berrinches” como dicen por ahí. Simplemente quería dejar en claro algunos puntos.
Mientras tanto les dejo unas breves declaraciones de César Gutiérrez, buen novelista y mejor conversador a cuya fama de escritor controversial le acompaña su fama de escritor polémico. Les dejo con esta pequeña grajea.

PD: como ven no dije nada de Thays, el vídeo lo dice todo.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

LOS MONTAJES DE EISENSTEIN

Hace unos días les contaba que estuve “secuestrado” mirando casi una centena de películas. Uno de los cineastas que me interesaba completar visualmente, en cuanto a películas se refiere, era Sergéi Mijáilovich Eizenshtéin, más conocido como Sergéi Eisenstein. Durante mi adolescencia había visto en la antigua filmoteca de Lima, ubicada en el Museo de Arte de Paseo Colón, un par de cintas: “La Huelga” (1924) y “El Acorazado Potemkin” (1925), la coyuntura de aquella época (en la que incluso casi se caen las estructuras del Museo ante un cochebomba que voló el frontis de la antigua Embajada Norteamérica, ubicada a una cuadra de la filmoteca) tiene para mí un recuerdo bizarro.
Si bien es cierto, la composición y el montaje son lo más notorio en estas películas, nunca dejó de impresionarme la carga histórica y política de estas primeras cintas patrocinadas, por cierto, por el mismo Stalin, quien lo apoyó en su primera etapa de cineasta supeditado al partido y a toda esa sanguaza que brotaba de la boca de Kirillov. Luego de su viaje a Norteamérica en el que recibió apoyo del escritor Uptón Sinclair para filmar una cinta que nunca fue exhibida y que fue un fracaso, aunque se han reeditado varias cintas de las más de 24 horas filmadas en México (¡Que viva México!), fue visto como un sospechoso y perdió credibilidad, Stalin le retiró el apoyo y se podría decir que murió casi olvidado a la edad de cincuenta años (hay un mito que dice que se conserva su cerebro en un laboratorio de Moscú; de eso no hablaré ahora).
No nos olvidemos que Eisenstein fue un espíritu libre y buscador de “nuevas formas” de lenguaje. Le interesaba el sonido que, por aquella época, no era bien visto por otros cineastas, incluso se dice que un directivo de la Paramount le hizo firmar un contrato para grabar un disco. Fue amigo de Charles Chaplin y Coleen Moore. La segunda parte de lo que sería “Iván el Terrible” fue destruida por el Partido, quizás esto lo sumió en la depresión absoluta, se dice que buscó ayuda en sus amigos occidentales pero ya era demasiado tarde. Existen muchos ensayos sobre los montajes de Eisenstein en los que se analiza sus diferentes variantes que van desde el montaje rítmico, montaje tonal o sobretonal hasta el montaje intelectual donde la conciencia reflexiva se va a imponer para poner una yuxtaposición del conflicto de resonancia afectivo-intelectual. Para los interesados en estas películas les aviso que hay un vendedor ambulante en la calle Quilca que tiene todos estos títulos, lo encuentran a partir de las 6 de la tarde:

"EL ACORAZADO POTENKIN" (con acompañamiento de "Led Zepellin", cuestiones de la internet, el tema propuesto aquí es "Escalera al Cielo" para quienes no les gusta Zepellin hay otros vídeos disponibles)



"OCTUBRE" (narrado en voz de un españolísimo)



"FANTASÍA MEXICANA" (una de las tantas versiones de esta película que no fue completada por Eisenstein, se dice que hay una veintena de versiones, todas diferentes unas de otras, pero con las mismas tomas del maestro)



"IVÁN EL TERRIBLE" (1943, película que narra las peripecias del más brutal de los zares de Rusia, nótese la expresión de los rostros y los maquillajes que lo hacen ver más como una obra de arte)



"LA VIDA ES ESPECTÁCULO" (documental italiano cuyos textos fueron escritos por el mismo Esenistein en italiano: "Eisenstein: la vita è spettacolo")

jueves, 18 de septiembre de 2008

“LOS GRANDES DESCUBRIDORES” DE LA CONTRACULTURA (I)



A propósito de un artículo presentado en “Puente Aéreo” donde se me invita a dejar mis comentarios como si uno no se diera cuenta de que el bife que se le ofrece al lobo estepario (pobre Harry Haller, la soledad, el esplín y el hambre cultural no son las únicas necesidades de estos tiempos) es solo una trampa para convertirlo en carne de cañón, en flanco de los anónimos que como Jekyll-Hyde se apodera satánicamente de los comments para descargar toda una caserina y un emplasto verborreico que no me hará daño (a mí los insultos me resbalan como jabonosa porque aún conservo una pátina de cartesianismo que funciona como campo magnético. Aro protector o campana protectora le llaman los místicos), pero que tergiversarán mi discurso y mis palabras formando una entropía y al final el clásico insulto para los que cuadran en el común denominador: “posero” (“poser” dirán los turiferarios), como si con esa palabrita pudieran enterrar una vida de lecturas, activismo, solidaridad participativa, debate permanente y sobre todo consecuencia, que, al parecer, es una palabra subversiva que muchos quisieran que tuviera castigo penal, o, por lo menos, moral; pero como su propulsador (o sea Faverón, adláteres y Cía) se equivocan rotundamente.

El año 2004 organicé un evento “contracultural” de 4 fechas en el Instituto Británico de Miraflores –de seguro mis detractores, los anónimos autoexcretados por el miedo, me van a querer sepultar con insultos raquíticos y pocos creativos por usar la palabrita consabida o por “realizar acciones” en un local auspiciado por el imperialismo inglés (incluso me han acusado por ser “inconsecuente” y tener un blog que es manejado, como todos saben, por el sello capitalista Blogspot. Ya he explicado este asunto en un comentario y no me voy a detener aquí). No obstante, es bueno recordar que la contracultura encuentra los pequeños espacios libres (de impuestos, de miradas lascivas y de responsabilidades con respecto a una sociedad cínica y antropófaga) para seguir reproduciéndose, a veces en forma de tumoraciones (enquistamiento underground) con respecto a una cultura oficial u oficiosa-. El forum se tituló, pese a mis contradicciones y a mi visión caótica, antisistémica y pesimista: “La aniquilación de las contraculturas”.
Como nunca me he creído adalid de nada y mi humildad me permite ver la realidad (y no encerrarme como algunos en una torre de marfil conceptual para satisfacer necesidades digestivas o catárticas), decidí invitar a otros (o)ponentes para que se ocuparan de algunas de las áreas de la contracultura del cual se iba a tomar asunto. De esta forma se establecieron los títulos para cada fecha con su respectivo (o)ponente: “Rock y contracultura” con el escritor y especialista en rock, Arturo Delgado Galimberti. “Literatura y contracultura” con el narrador Dante Castro. “Artes Plásticas y contracultura” con el pintor y activista Herbert Rodríguez; siendo yo el encargado de hacer las presentaciones respectivas, las introducciones y, también, la conferencia que tenía por título, el mismo de todas las conferencias, o sea: “La aniquilación de las contraculturas”.
Antes de entrar en este asunto quisiera hacer primero una aclaración: No existe una definición exacta de contracultura, en definitiva hay muchos teóricos que han ido construyendo sus conceptos en beneficio de ciertos criterios o de ciertos intereses (no voy a negar que la formalidad cada cierto tiempo quiere teorizar sobre la contracultura para entenderla y absorverla). Hay autores, algunos politizados unos más que otros; sin embargo, se puede decir que hay un ala radical (los anarco radicales o los anarco izquierdistas panfletarios y casi al margen de la ley. Muchos quisiera que yo estuviera en este level, lamento decepcionarlos por razones herméticas, new age y cierto anticolonialismo mental y la búsqueda de conceptos más nativos, menos cercanos al cemento y a los vómitos de una sociedad post industrial con las horas contadas, aunque no voy a negar que algo de todo esto me toca) y un ala derechista o fascista de la contracultura (en el que encajan, por ejemplo los skin heads y ciertos grupos armados neofascistas o seudoracistas, cuando no grupos que propugnan la limpieza social, xenofobia y un montón de tonterías más que las “sociedades democráticas” combaten como “lacras sociales”. Para quienes quieran entender mejor esta realidad habría que revisar el libro de Luis Brito sobre las contraculturas (para los entendidos recomiendo leer también “Abrapalabra” que es el antecedente más cercano que por aquí tiene Cesitar Gutiérrez, ojalá que él lo haya leído y entienda por donde va el asunto cuando de vanguardia se trata) o de repente darle un vistazo a la película “Historia Americana X”, sobre todo en las escenas de la cárcel donde los skind heads violan en el baño (nada creativo este asunto) a uno de sus miembros por juntarse con un negro (níger, maldito níger) ¿? No está demás apuntar que los latinos son la lacra que provee de drogas y otros vicios a los otros bandos. Aquí sería interesante revisar por qué ciertos grupos de negros organizados como los Black Panthers son considerados como grupos contraculturales. Creo que señores profascistas o representantes de la formalidad cultural como en “Los Norteamericanos” de Roger Peyrefitte (novela que tangencialmente analiza y da repaso a los movimientos contraculturales de Estados Unidos de los sesenta y principios de los setenta), dudarían de esta afirmación; pero eso a nosotros no nos va a importar, como no nos debe importar si alguien confundido en sus teorías quiere hacer pasar a un anarquista o activista consecuente con un borrachín culturoso de cantina, o quieren confundir a Stokely Carmichael, beligerante orador de los panteras, con un negro hablantín paquetero de “La Victoria”).
El segundo punto es que los conceptos envejecen tan rápido como son establecidos, por ejemplo los hippies -la corriente sesentera “paz, amor y flores” y sus pontifices teóricos con Allen Ginsberg, Aldous Huxley, Timote Leary y Tom Watts- fueron absorbidos –con LSD y todo- por el establishment -pasteurizados y homogenizados en un doloroso y traumático proceso (al menos para los que se mantenían honestos en sus posturas) que tuvo como árbitros a las grandes industrias y a los grandes almacenes- en yuppies; así como los punks acusados de un cinismo que no logro comprender, sobre todo con los punks que al final decidieron hacer dinero a costa de las arrugas en sus propios rostros. Los Sex Pistols son más que una vergüenza, son no el mayor descaro, ni el cinismo de un juventud rebelde e iconoclasta, sino la crematística más ruin y pedante.
Así estos punks de mediados del setenta fueron destazados y convertidos en muertos vivientes metamorfoseados y convertidos ahora –aunque muchos no lo crean y luego de un proceso de evolución lamentable- en tristes EMOS que no saben qué quieren, ni a dónde van (dicen que entienden sólo del dolor, no importa quien se los propine ni qué tanto tengan que sufrir al vestirse de negro o con ropas fuera de estación y ese ridículo toque de color rosado en sus prendas para reinventar un derecho a las libertades u opciones sexuales que, ahora –oh horror- tienen que pasar por la vergüenza y la destrucción del decoro (conste que en lo particular estoy contra los afeites, el recorte militar de cabello, los alineamientos de la camisa dentro del pantalón, los zapatos lustrados al duco, etc., etc., y todos esos órdenes que en el Perú no han encontrado mejor retrete que “Ese dedo Meñique”) . Hace poco he visto pequeñas hordas de jóvenes andróginos vestidos como vaqueros y con pañuelos en la cara como si fueran cuatreros de la época de la independencia norteamericana y la guerra de secesión. Tanta ridiculez solo es posible gracias a la masmedia cloacal, allá ellos (los miro desde lejos y me preocupa que sean seres vacíos en una época en que hay mayores respuestas, no obstante que se les considera la prolongación manifiesta de una movida contracultural que alguna vez tuvo representantes más dignos), y quizás a la falta de teóricos que puedan enrumbar a las ovejas descarriadas. No obstante la contracultura sobrevive en pequeños grupos, en pequeñas segmentaciones sociales tratando de evadir responsabilidades con respecto a un sistema decadente y caduco que obliga a sus ciudadanos a cumplir reglas (trabajar, estudiar formalmente, casarse, tener hijos, pagar cuentas, rentas y “comprarse” una refrigeradora. Aparte de hacernos cómplices de los crímenes que en nombre de la “democracia” y en nuestros nombres se realizan. Todo ese insulso mundo insano, estéril y esclerótico que busca la cosificación del hombre, su estupidización total o su doblegación y rendición para acelerar el proceso productivo y mantener en regla la sociedad excrementicia como lo llama el novelista Benedeti).
Por eso cuando el señor académico Gustavo Faverón dice –y lo cito a pesar de que por ratos se desgañita misma teenagers con elucubraciones maniqueas proclives más a la destrucción que a la construcción, más al palabreo que la elucubración, más a los puntillamientos que al razonamiento agudo y al diálogo horizontal-:
“Hace exactamente cuatro décadas, en 1968, Theodore Roszak, un norteamericano de origen polaco, acuñó el término "contracultura" como la categoría central para su estudio de ciertos movimientos estéticos y de oposición política surgidos en Estados Unidos y algunos países de Europa occidental durante la década del sesenta. El libro se llamaba The Making of a Counter Culture.

Aunque quienes hoy reclaman para sí la etiqueta de "contraculturales" no quisieran enterarse de este dato, lo cierto es que Roszak era, y es, un scholar, es decir, un académico, que hasta el día de hoy recibe su sueldo puntualmente de una universidad estatal norteamericana: California State University, at East Bay”.

Simplemente queda decir que no nos interesa enterarnos quien motejo a los grupos vanguardistas o quien se encargó de darles partida de nacimiento cuando es obvio que estos grupos existieron antes de que alguien se diera cuenta, antes de que alguien tocara la alarma o lo pusiera con los brazos amarrados y una mordaza para que el resto les arrojen las piedras que el mismo sistema entregaba –y entrega- para que no jodan el normal desenvolvimiento de una sociedad alocada y estúpida. Decir que América empezó a existir porque Colón la descubrió es tan estúpido como decir que Roszak descubrió a los grupos contraculturales por el solo hecho de acuñar esta palabrita; y si hasta ahora este señor académico recibe un sueldo de su universidad patrocinadora, no son los grupos contraculturales los que tienen que pedirle cuentas, ese es su problema y el problema de quienes quieran recordarlo. A mí me da igual que sea él o que sea, por último, Gustavo Faverón quien haya acuñado la expresión “contracultura”. (¿Qué es lo interesante en todo esto?).
Para mí entran en el concepto contracultural grupos como el Taky Onkoy (Chocné seguirá siendo un farol) o como los grupos del siglo xvii y xviii –dizque masónicos por algunos poco informados- que se reunían (conspiraban) para resistir la invasión española, no me interesa que el término lo haya puesto Roszak (de seguro lo tiene registrado y cobra prebendas y regalías por este término, cuestiones del sistema que sabe premiar a los vivazos fenilcetonúricos, a los que estafan con cojudeces o con palabritas que no desentonan con los vientos comerciales de estos sufridos tiempos).
Considero que no es necesario estar pregonando que se tiene una teoría contracultural, eso hay que dejarlo a los poseros, a los que quieren impresionar con un discurso armado con datos de Google, con habilidades del mouse: copy /paste. Ser consecuentes nos obliga a enfrentar al sistema con las armas del sistema. No nos debe interesar ser reconocidos o airear una teoría con la mano en alto para que no nos confundan con borrachines larvarios o con personajillos salidos de una mente enferma; quizás esos borrachines o hasta el mismo aserrín valgan más que esos críticos que se llenan la boca con discursos redivivos, reaccionarios y antihumanos.
Pero como dicen los marxistas: es el mismo sistema quien produce sus propias contradicciones (primera ley dialéctica: “unidad y lucha de contrarios” a partir del cual se establece todo movimiento y cambio en la naturaleza), por eso el día de ayer en una noticia propalada por la agencia AFP (mientras se derrumbaba otro monstruo financiero (AIG), resucitado con electroshocks y descargas monetarias procedentes de diferente países que no quieren que el modelo se desbarranque por el horror al vacío y a la pérdida de lo que entendemos como orden. ¿Por qué no hablas de estoFaverón?) un ciudadano español de nombre Enric Duránd, confesaba haberles robado “a los bancos que nos roban”, nada más y nada menos que 492 mil euros, fraguando datos para permitirse préstamos (para pagar cuentas inexistentes y refaccionar su casa, al parecer inexistente) con los que ha editado un número único de una revista antisistema titulada bíblicamente: “La Crisis”, la cual, en un tiraje de 200 mil ejemplares, está siendo distribuida gratuitamente en Cataluña y otras partes de España por un ejército de voluntarios. He ahí una pequeña diferencia entre lo que es un acto delincuencial y lo que es un acto de reivindicación y de lucha contra un sistema aberrante, caduco, decadente y por ratos esquizoide (defendido por intelectualoides caducos, decadentes y, también, esquizoides), aunque las leyes burguesas sólo quieran ver el lado (nada) amable de la moneda.
Como era de esperarse Enric Durand ha pasado a la clandestinidad.
Para los críticos oportunistas va a ser como una estocada en el corazón que yo apunte –así como se apunta que los skind heads son contraculturales- que los miembros del subversivo MAP (Movimiento de Artistas Populares) organismo de fachada artístico del PCP-SL, cumpliendo ciertos requisitos, que en su momento lo tuvieron, tendrían que ser considerados contraculturales (ideología, actitud combativa con respecto a los mainstream culturosos, no repetición de los cánones burgueses; participación activa y “afectativa” en relación a los grupos culturales de los ochentas. Recuérdese que el rock subterráneo tuvo que lidiar por mantenerse independiente frente a la arremetida ideológica de senderistas con corte punk y chalina al cuello que volanteaban presurosos en los conciertos de la época y debatían al aire libre sobre la situación insostenible del Perú del primer Alan García).
Pero esta pequeña nota no quiere hacer toda una historia y un análisis explayado sobre las contraculturas, he intentado en varios ensayos darle forma a este concepto. He debatido con activistas políticos, ecológicos y religiosos, la mayoría de veces me he dado cuenta que estos debates solo sirven para intercambiar información o en el mejor de los casos para intentar lazos de cooparticipación con respecto a una problemática en especial. Debatir sobre contraculturas para un público más abierto (que no se reclamen más que miembros de una sociedad que los niega y los ignora) es, hasta cierto, punto estéril, porque los mecanismos de resistencia psicológicos (y las rutinas de sus vidas establecidas por el guión del mercado) les va motivar a rechazar cualquier concepto que ponga en duda o “amenaze” la “normalidad” de sus vidas. Quizás por eso la mejor forma de proteger a los movimientos contraculturales no está exponerlos a la luz de las críticas (críticas que están lejos de contribuir a un movimiento contracultural) sino en dejarlos hacer lo que saben bien y a escondidas, mientras van minando el mundo aparente lleno de recibos de pagos y obligaciones inventadas. Un mundo que por lo que hemos visto los últimos días no puede vivir sin una bolsa de valores.
Les dejo con una una cita de Peyrefitte, pg. 491 de “Los Norteamericanos”:
“-Pero a veces salgo, para casarme con una negra o con una idea. Debemos desposar una idea de cada ideología: una idea de Mr. Hunt o de la John Birch Society, pro no las ideas de la John Birch Society o de Mr. Hunt; una idea del Che Guevara, no sus ideas; quizás hasta sea posible un pensamiento de Mao, la mitad de uno de Marcase. De tal modo seremos siempre jóvenes y siempre inteligentes. Tendremos sin cesar la edad de los que matan o se dejan matar, pero nunca la de quienes los miran hacer.”