Hola, Rodolfo, te copio este artículo de César Hildebrandt publicado en La Primera el día 16, sobre el gran Vallejo.
Un abrazo,
Rafael Inocente
Vallejo en el corazón
Ayer 15 de abril se volvió a morir César Vallejo. Digamos que se ha muerto 70 veces. Y digamos también que está más vivo que algunos de sus colegas que se reeditan cada año y que se suicidaron de un sueldazo en la sien en plena hacienda pública.
Vallejo es un poeta que pocos han leído, que muy pocos han entendido y que todos aplauden porque eso es lo correcto y porque, además, se le recuerda en su fase de modernista hablando de los heraldos negros que nos manda la muerte.
Pero ese no es el Vallejo que fue reivindicado póstumamente. El Vallejo que fue reconocido cuando ya era tarde es el que hizo sufrir y sufrió en los Poemas Humanos y el que ardió de cólera y lloró como un niño en los poemas dedicados a España. También es el Vallejo experimentoso y sentimental de "Trilce", escrito para desafiar lo chocanesco –con todo lo que eso puede significar–.
Lo más genial de Vallejo es su relación con el idioma. No exagero si digo que con él las palabras conocen sentidos distintos y los sentidos se expresan con palabras nuevas. Vallejo amaba el idioma español pero, al mismo tiempo, lo galopaba sin piedad, lo extenuaba en aventuras descubridoras. Vallejo no se cansa de navegar corriente arriba y de fundar nuevas comarcas de las que huye tan pronto lo aburren. Vallejo es un mujeriego del idioma. Y por eso es tan intratable para muchos traductores.
"Han matado, a la vez, a Pedro, a Rojas…" dice para confirmarnos que la crueldad de la guerra se lleva al padre y al marido pero también al luchador que es parte del nosotros. Y como para Vallejo la muerte siempre es "lacónico suceso", añade:
"Lo han matado suavemente entre el cabello de su mujer, la Juana Vásquez, a la hora del fuego, al año del balazo, y cuando andaba cerca ya de todo".
Como saben los lectores de Vallejo, este Pedro Rojas guerrillero y antifranquista termina resucitando laicamente, como aquel otro combatiente del archiconocido poema "Masa". Porque Vallejo resucita a quien no debe morir y, como no cree demasiado en Dios, acude al poder popular y a la voluntad del herido tumulto para lograrlo. Por eso es que Rojas, levantado entre los muertos, vuelve a escribir con el dedo en el aire "¡Viban los compañeros! Pedro Rojas".
Nadie había hecho bodas tan notables de la rabia y la ternura. Nadie había ensayado tan radicalmente con las palabras ni con la emoción. Hay veces en que Vallejo parece tener más ojos, más oídos, más nervios y más capacidad de ser solidario que el más sensible de sus prójimos. Bueno, eso se llama, abreviadamente, genialidad.
"Ahí pasa la muerte por Irún: sus pasos de acordeón, su palabrota, su metro del tejido que te dije… ¡Llamadla! Hay que seguirla hasta el pie de los tanques enemigos, que la muerte es un ser sido a la fuerza, cuyo principio y fin llevo grabados a la cabeza de mis ilusiones, por mucho que ella corra el peligro corriente que tú sabes y que haga como que hace que me ignora".
La muerte no lo ignoró aquel abril de 1938, a los 46 años de su edad. Vengativa, lo visitó en la cama modesta de aquella clínica del boulevard Arago, donde vivió los últimos tramos de ese matrimonio que yo siempre he imaginado como espantoso. Su viuda contaría, años después, que Vallejo se murió sin diagnóstico y así se hizo notar en el certificado de defunción. Gerardo Diego, a quien madame Vallejo odió siempre, ha descrito la hambruna que se sufría en esa casa.
El Perú oficial despreció a Vallejo. Clemente Palma, el crítico literario más importante de la Lima que Vallejo merodeó sin demasiadas ganas, se burló del poeta y vaticinó su defunción literaria. También estuvo lo del incendio en el norte, un capítulo que acaba de recordar notablemente Eduardo González Viaña. Es cierto que José Carlos Mariátegui vislumbró al genio, pero la voz del fundador del socialismo peruano no era en ese momento tan importante como lo fue cuando la historia lo puso en la cumbre que le correspondía. También es cierto que Antenor Orrego lo estimó humana y literariamente y que, a raíz de su muerte, un joven José María Arguedas escribió, con el seudónimo de Pedro Tierra, un emocionado artículo vallejiano aparecido en la revista "Hoz y martillo". Pero el Perú oficial –es decir, la derecha que no lee y el pueblo que le sirve agachadamente– le dio la espalda.
El asunto es que Vallejo se fue a Europa con el ánimo de no volver a este país erizado de Palmas. Y la verdad es que se murió en la miseria. Y también es verdad que sin la campaña de André Coyné, el francés a quien también le debemos el descubrimiento de César Moro, Vallejo no habría sido admitido, veinte años después de su muerte, en la comunidad literaria de Lima. Claro que después de Coyné se puso de moda decir que Vallejo "era el más grande". Y lo era, pero no porque lo dijeran en Lima. Porque a Vallejo lo amaron y lo elogiaron, en Europa, Pablo Neruda, Louis Aragon, André Malraux. "Tenías algo de mina, de socavón lunar, algo terrenalmente profundo" le escribió Neruda en agosto de 1938. Y el español Andrés Iduarte estampó en la revista "Hora de España" estas palabras que no cesarán de ser ciertísimas: "Le faltaba (a Vallejo) toda condición para eso que llaman 'el éxito'. No admitió ser poeta bufón de poderosos, ni secretario de imbéciles, ni traspunte de badulaques… Vivió en la amargura y en la pobreza, pero sin rencor ni resentimiento… La muerte de Vallejo la produjo, sencillamente, el hambre a que lo condenó su nobleza…"
Que estas líneas sirvan para desenmascarar al viejo país falsamente aristocrático que maltrató a Vallejo y que, años más tarde –"muerto el combatiente"– le dedica discursos y homenajes. Y que sirvan quizás para recordarles a algunos a qué frivolidad de membretes que elevan socialmente y a qué poquedad de premios que "consagran"se ha reducido, en muchos sentidos, el quehacer de los que escriben amando la deriva de los acomodos. Quizás para ellos Vallejo escribió esto:
"Vanse de su piel, rascándose el sarcófago en que nacen y suben por su muerte de hora en hora y caen, a lo largo de su alfabeto gélido, hasta el suelo". http://diariolaprimeraperu.com
Ha estudiado matemática pura, física, electrónica y comunicaciones.
Ha delinquido en poesía acometiendo los siguientes atentados:
-“La Túnika de Ankou” (1989)
-“Sinfonía del Kaos” (1993)
-“Vómitos” (1998)
-“Por la Boca, Muertos” (2002)
-“Ruptura de Heje” (2006)
-“Carne Humana” (2006)
-“Construcción del Minotauro” (2006)
En el plano teórico ha publicado un panfleto de agit-prop titulado “Las Armas del Escritor” de más de dos mil páginas, y del cual ha salido el primer tomo (primer atentado).
En video ha registrado “La Decadencia de Lima” (1998) 1 h. 45``, y los videoarte “Omnívoro”, “Retrovisor”, etc.
En música, aparte de haber compuesto más de 100 temas musicales ha colaborado en la composición de 3 óperas.
Ha dirigido también un programa de televisión cuasi clandestino en canal 27 UHF bajo el nombre “Degeneración”, programa político-cultural que se emitía los sábados de 1997 y 1998.
Actualmente se dedica a hacer intervenciones urbanas y a terminar sus “Máquinas Caníbales” con el apoyo de la mecatrónica.
ENVÍOS Y RECEPCIÓN DE LIBROS, REVISTAS, FANZINES, ETC. PARA RESEÑAS, COMENTARIOS, ESTUDIOS U OTROS
Jirón Puno 271 Of. 201
Lima-Perú
A nombre de Martha Santur Arana
(O dejar en la misma recepción del edificio).
ATENCIÓN:
Este espacio no se solidariza necesariamente con los artículos de los colaboradores ni con la opinión de terceros (intelectuales, acomodaticios, turiferarios, diletantes, termocéfalos, politicoides, etc.) ni con los comentarios anónimos vertidos en cada post que puedan herir la moral o la susceptibilidad de los visitantes. Todo aquel que entre en esta "zona de conflicto" se hace responsable de "sus" lecturas, conclusiones, hermenéuticas, etc., al fin y al cabo su weltanshauung (la del lector acucioso) es individual y unitaria, y no le compete ni le interesa --por lo menos en relación a los vitriólicos y atrabiliarios-- al propietario de este blog. Foto: Tv. Perú.
Parte del llamado Catéchisme du révolutionnaire (no el de Netcháiev)
“Usted vive en Sain-Denis y por lo tanto es anarquista. Si usted no fuera anarquista, no viviría en Saint-Denis. Veamos: ha explotado una bomba en la puerta del palacete de Sagán, y como las bombas no pueden ser puestas más que por anarquistas, usted va a la cárcel, porque no cabe duda de que usted es anarquista puesto que vive en Saint-Denis, y como es anarquista, es evidente que es usted el que puso la bomba”. "Anarquistas y Funcionarios" de Rochefort en L'Intransigeant (16 de marzo de 1892)
CRUCIGRAMA
¿POETA: "SINFONÍA DEL CAOS"? ("Expresograma" nro. 1965)
"Nos reímos y disfrutamos de tu literatura, pero repudiamos tu posición política en total desacuerdo con las expectativas populares". 6/4/2011
el autor en www.literalgia.blogspot.com
LIBROS PUBLICADOS DE R. Y.
Matagente
Secreto de Estado
Monos con Metralleta
"LA BESTIA TRICÉFALA" DE RAFAEL INOCENTE, ARTURO DELGADO GALIMBERTI Y RODOLFO YBARRA
clickear sobre la imagen
El Veneno de la Geisha
"ALAN GARCÍA O EL EXCREMENTO"
Pronto en las librerías del centro de Lima
n.s.p.
El Estereoscopio 500
"UNA TEORÍA PARA LA CONTRACULTURA" presentación, apuntes y notas por Rodolfo Ybarra
ALGUNAS ANTOLOGÍAS Y REVISTAS DONDE SE PUEDE ENCONTRAR TEXTOS DEL AUTOR:
"Abofeteando a un Cadáver", compilador: Max Palacios
La imagen de las palabras (2009)
De venta en Crisol, El Virrey, Ksa Tomada, etc.
"Telúrica y Magnética"
Revista de Escritura Creativa de la Unidad de Posgrado de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM
"Homúnculus" nros 2, 3, 4, etc.
Revista poética dirigida por Gladys Flores
POLIS: visiones y versiones de Lima a inicios del siglo 21
Gary Leggett, Editor. 650 pgs.
"Encuentro de Escritores Nuevos"
Compilación de la Universidad Científica del Sur, año 2004
YBARRA CONTRA LOS POETAS (Manifiesto de Psicoterror)
Contra toda esa costra de farsantes, momias letradas, bastardos y tinterillos de la palabra. Escritorzuelos abocados en lograr “el texto perfecto”, el súmmum del verbo que los teletransportará vía retorcimiento intestinal al maremagno muerto del parnaso o a las letrinas públicas en las que os esperaré para orinarles en la cara. Oh enemigos míos poetitas letratenientes súcubus/íncubus enemigos de la luz(cidez), náufragos de la verdad apoltronados en radio-tv-prensa, periodicuchos, revistillas, fanzines, pasquines, material de desecho para leerse entre ellos, amariconados en retruécanos para saber cómo avanzan en sus cochinadas a la que denominan “tecnología del texto”, “vanguardia creativa”, luminarias de capilla ardiente. Supuestos ismos en los que navegan ustedes solos como vejigas, como bolsas con caca inflados y meteorizados por sus fuelles publicitarias que no se cansan de soplar con ese aliento putrefacto de mediocridad, esa hediondez omnímoda al borde del colapso, esa ventosidad bucal de relleno sanitario que los caracteriza y de la cual son víctimas y victimarios. Halitosos miembros y espectadores del hades-parnaso, capaces de hacer cualquier cosa con tal de aparecer en esas reseñas malditas donde el brillo del orodil y la pátina del aceite de culebra es todo lo que cuenta para esos lustrabotas y sacalustres de la mierda ajena, reptiles escribidores y sapos criticoides embrujados por la avaricia y la extorsión, destructores de la verdad y falsificadores de la cultura. Mierda pura en los cuatro estómagos de la Palabra que alguien algún día laxará con jabones imaginativos, con el bombín y la cánula de la pureza, con Tacto Lector, con perseverancia a prueba de leyes físicas, con pundonor errático y sobre todo con la inteligencia de los dioses que ustedes por aberración animal y conveniencia crematística niegan, para reinar como enanos, para impedir como soldados de terracota que la verdad se eleve y caiga sobre ustedes hasta aplastarlos y pulverizarlos en los desiertos de la historia donde Herodoto les pateará el culo, donde Dante les vomitará su verde Infierno, donde Buda los hipnotizará hasta volverlos a su realidad de helmintos. Oh poetas raza de gusanos en la cabeza del gnosos, ustedes no han esculpido ninguna palabra digna en la piedra de la vida. Oh poetas, enemigos míos, os desprecio y os abofeteo con mi pañuelo de orugas míticas, con mis guantes de alabastro sobre sus rostros empolvados, sobre sus rosadas mejillas donde practico mi propio bukkake eyaculando mi asco mi rabia y mi venganza. Nada hay que pueda detenerme, ni aun cuando después de 20 años de arduo trabajo descubro la inexistencia de ustedes los poetas, quienes siempre fueron esa elucubración patológica para distraer al hombre del trabajo destructivo y renovador de la naturaleza. Entiéndanlo geniales hombrecillos, pobres diablos, gentuza garrapatulienta, carroñeros letrados. Dejen en paz a la poesía, la Reina Madre que nunca tuvo hijos y que abortó a los fetos que ustedes representan cual ventrílocuos para asirse de una verdad y un tiempo que nunca les perteneció, para tomar cuerpo cual parásitos en la materia eyectada, en la carne inanimada, en la molicie de lo que se pudre para cerrar el círculo de lo que ya no aguanta más y cae por fuerzas evidentes, derrumbándose sobre su eje.
CONTRA LOS POETAS ACARTONADOS Y DE CUELLO DURO CONTRA LOS POETAS LÚMPENES Y MARABUNTAS CONTRA LOS POETAS SUICIDAS QUE NUNCA ESCUCHAN LOS SILBATOS DE JERICÓ CONTRA LOS POETAS BRICHEROS QUE ODIAN SU PROPIA ESTIRPE CONTRA LOS POETAS FELONES Y CHUPAMEDIAS, FELIPILLOS Y LAMECULOS CONTRA LOS POETAS PREMIUDOS QUE CAMINAN ORONDOS POR LAS PASARELAS DE LA MENTIRA Y EL ESCARNIO SIGUIENDO LA TRILOGÍA DE ESTOS TIEMPOS TRANZA-ENGAÑA Y AVANZA CONTRA LOS POETAS COJUDOS QUE ESCRIBEN ESPERANZADOS EN ALCANZAR ALGÚN RECONOCIMIENTO AUNQUE SEA EN LAS PÁGINAS DE DECESO DE LOS DIARIOS CONTRA LOS POETAS ARRASTRADOS QUE RUEGAN POR UN PRÓLOGO CONVINCENTE A BAJO PRECIO CONTRA LOS POETAS DE LA REACCIÓN, MERCENARIOS A SUELDO FIJO CONTRA LOS POETAS DE LA TRA(D)ICIÓN QUE SE EXHIBEN EN LOS MUSEOS DE SITIO DE LAS UNIVERSIDADES CONTRA LOS POETAS EXORCISTAS DE SÍ MISMOS, SATANIZADOS Y SATANIZÁNDOSE UNOS A OTROS CONTRA LOS POETAS DE GRUPOS QUE ENCUENTRAN EN LA MASA UN BUEN PARAPETO PARA MIMETIZARSE Y ESCONDER SUS MEDIOCRIDADES CONTRA LOS POETAS DE A SOL Y MERCACHIFLES QUE BUSCAN VENDER(SE) AL MEJOR (IM)POSTOR CONTRA LOS POETAS MUTANTES Y CAMALEÓNICOS QUE ESTÁN A LA EXPECTATIVA DE LOS VIENTOS LITERARIOS PARA AUPARSE Y SUBIRSE AL COCHE SIN PAGAR CONTRA LOS POETAS BASURA, TRASHEROS Y COPRÓFAGOS ENMIERDADOS HASTA EL TUÉTANO CONTRA LOS POETAS BORRACHOS Y DROGONES INCAPACES DE ESCRIBIR UN VERSO SIN UNA GOTA DE ALCOHOL O HUMO CONTRA LOS POETAS ABSTEMIOS 100% LIGHTS ESCLAVOS DEL CUERPO QUE DICEN CUIDAR A LA MANERA DE LOS GRECORROMANOS CONTRA LOS POETAS SENSIBLEROS QUE LLORAN A MOCO TENDIDO POR EL VERSITO ESCUPIDO EN PAPEL DE ARROZ CONTRA LOS POETAS “MENORES” Y “MAYORES” POR ASUMIR UNA DIFERENCIA QUE NUNCA TUVIERON EN EL MUNDO PASTEURIZADO Y HOMOGENIZADO CONTRA LOS POETAS INTERNAUTAS QUE HACEN DE LA INTERNET UN LUGAR DE OCIO Y DE IMBÉCILES PARA “COLGAR” SUS TEXTOS ESPERANZADOS EN QUE ALGUIEN LOS LEA Y LES DÉ UN COMENTARIO AFORTUNADO. MAS MIERDA PARA SEGUIR NADANDO EN EL DESAGÜE. CONTRA LOS POETAS PARA SIEMPRE EXCREMENTES EXCREMENTOS EXCREMITOS
Salvo error u omisión
RODOLFO YBARRA
PERÚ RIGHT NOW
OTROS COMICS DE "RODOLFO YBARRA"
El artista plástico Giuessepe Mendiola adelanta algunos trazos de este interesante proyecto.
R. Y. en la pluma fuente de Christian Yuán
R. Y. en la pluma fuente de Fernando Laguna
Datos accesorios acerca de Ybarra (clickear sobre la imagen)
1 comentario:
Hola, Rodolfo, te copio este artículo de César Hildebrandt publicado en La Primera el día 16, sobre el gran Vallejo.
Un abrazo,
Rafael Inocente
Vallejo en el corazón
Ayer 15 de abril se volvió a morir César Vallejo. Digamos que se ha muerto 70 veces. Y digamos también que está más vivo que algunos de sus colegas que se reeditan cada año y que se suicidaron de un sueldazo en la sien en plena hacienda pública.
Vallejo es un poeta que pocos han leído, que muy pocos han entendido y que todos aplauden porque eso es lo correcto y porque, además, se le recuerda en su fase de modernista hablando de los heraldos negros que nos manda la muerte.
Pero ese no es el Vallejo que fue reivindicado póstumamente. El Vallejo que fue reconocido cuando ya era tarde es el que hizo sufrir y sufrió en los Poemas Humanos y el que ardió de cólera y lloró como un niño en los poemas dedicados a España. También es el Vallejo experimentoso y sentimental de "Trilce", escrito para desafiar lo chocanesco –con todo lo que eso puede significar–.
Lo más genial de Vallejo es su relación con el idioma. No exagero si digo que con él las palabras conocen sentidos distintos y los sentidos se expresan con palabras nuevas. Vallejo amaba el idioma español pero, al mismo tiempo, lo galopaba sin piedad, lo extenuaba en aventuras descubridoras. Vallejo no se cansa de navegar corriente arriba y de fundar nuevas comarcas de las que huye tan pronto lo aburren. Vallejo es un mujeriego del idioma. Y por eso es tan intratable para muchos traductores.
"Han matado, a la vez, a Pedro, a Rojas…" dice para confirmarnos que la crueldad de la guerra se lleva al padre y al marido pero también al luchador que es parte del nosotros. Y como para Vallejo la muerte siempre es "lacónico suceso", añade:
"Lo han matado suavemente
entre el cabello de su mujer, la Juana Vásquez,
a la hora del fuego, al año del balazo,
y cuando andaba cerca ya de todo".
Como saben los lectores de Vallejo, este Pedro Rojas guerrillero y antifranquista termina resucitando laicamente, como aquel otro combatiente del archiconocido poema "Masa". Porque Vallejo resucita a quien no debe morir y, como no cree demasiado en Dios, acude al poder popular y a la voluntad del herido tumulto para lograrlo. Por eso es que Rojas, levantado entre los muertos, vuelve a escribir con el dedo en el aire "¡Viban los compañeros! Pedro Rojas".
Nadie había hecho bodas tan notables de la rabia y la ternura. Nadie había ensayado tan radicalmente con las palabras ni con la emoción. Hay veces en que Vallejo parece tener más ojos, más oídos, más nervios y más capacidad de ser solidario que el más sensible de sus prójimos. Bueno, eso se llama, abreviadamente, genialidad.
"Ahí pasa la muerte por Irún:
sus pasos de acordeón, su palabrota,
su metro del tejido que te dije…
¡Llamadla! Hay que seguirla
hasta el pie de los tanques enemigos,
que la muerte es un ser sido a la fuerza,
cuyo principio y fin llevo grabados
a la cabeza de mis ilusiones,
por mucho que ella corra el peligro corriente
que tú sabes
y que haga como que hace que me ignora".
La muerte no lo ignoró aquel abril de 1938, a los 46 años de su edad. Vengativa, lo visitó en la cama modesta de aquella clínica del boulevard Arago, donde vivió los últimos tramos de ese matrimonio que yo siempre he imaginado como espantoso. Su viuda contaría, años después, que Vallejo se murió sin diagnóstico y así se hizo notar en el certificado de defunción. Gerardo Diego, a quien madame Vallejo odió siempre, ha descrito la hambruna que se sufría en esa casa.
El Perú oficial despreció a Vallejo. Clemente Palma, el crítico literario más importante de la Lima que Vallejo merodeó sin demasiadas ganas, se burló del poeta y vaticinó su defunción literaria. También estuvo lo del incendio en el norte, un capítulo que acaba de recordar notablemente Eduardo González Viaña. Es cierto que José Carlos Mariátegui vislumbró al genio, pero la voz del fundador del socialismo peruano no era en ese momento tan importante como lo fue cuando la historia lo puso en la cumbre que le correspondía. También es cierto que Antenor Orrego lo estimó humana y literariamente y que, a raíz de su muerte, un joven José María Arguedas escribió, con el seudónimo de Pedro Tierra, un emocionado artículo vallejiano aparecido en la revista "Hoz y martillo". Pero el Perú oficial –es decir, la derecha que no lee y el pueblo que le sirve agachadamente– le dio la espalda.
El asunto es que Vallejo se fue a Europa con el ánimo de no volver a este país erizado de Palmas. Y la verdad es que se murió en la miseria. Y también es verdad que sin la campaña de André Coyné, el francés a quien también le debemos el descubrimiento de César Moro, Vallejo no habría sido admitido, veinte años después de su muerte, en la comunidad literaria de Lima. Claro que después de Coyné se puso de moda decir que Vallejo "era el más grande". Y lo era, pero no porque lo dijeran en Lima. Porque a Vallejo lo amaron y lo elogiaron, en Europa, Pablo Neruda, Louis Aragon, André Malraux. "Tenías algo de mina, de socavón lunar, algo terrenalmente profundo" le escribió Neruda en agosto de 1938. Y el español Andrés Iduarte estampó en la revista "Hora de España" estas palabras que no cesarán de ser ciertísimas: "Le faltaba (a Vallejo) toda condición para eso que llaman 'el éxito'. No admitió ser poeta bufón de poderosos, ni secretario de imbéciles, ni traspunte de badulaques… Vivió en la amargura y en la pobreza, pero sin rencor ni resentimiento… La muerte de Vallejo la produjo, sencillamente, el hambre a que lo condenó su nobleza…"
Que estas líneas sirvan para desenmascarar al viejo país falsamente aristocrático que maltrató a Vallejo y que, años más tarde –"muerto el combatiente"– le dedica discursos y homenajes. Y que sirvan quizás para recordarles a algunos a qué frivolidad de membretes que elevan socialmente y a qué poquedad de premios que "consagran"se ha reducido, en muchos sentidos, el quehacer de los que escriben amando la deriva de los acomodos. Quizás para ellos Vallejo escribió esto:
"Vanse de su piel, rascándose el sarcófago en que nacen
y suben por su muerte de hora en hora
y caen, a lo largo de su alfabeto gélido,
hasta el suelo". http://diariolaprimeraperu.com
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