lunes, 8 de septiembre de 2008

¿FIN DEL MUNDO?



Hace un tiempo pasaron por “Discovery Channel” un especial sobre “Los fines del mundo”, aunque el título no era realmente este, lo cierto es que en ese documental se mostraba cómo sería el final de los tiempos. Hasta ahí nada novedoso, sobre todo porque el final estaba más relacionado a cuestiones bíblicas y, por ahí, alguna otra variante: Sismos, cataclismos, olas gigantescas, un meteorito que aparecía de la nada y nos mandaba al carajo, o alguna enfermedad que se desbordaba de los laboratorios y diezmaba la población mundial en cuestión de semanas (¿sida? No lo creo, supuestamente esta “otra” enfermedad era más agresiva, y según los datos mostrados podría ser una variante de la “gripe aviar”, etc.). Cabe anotar que en la última parte de este informe se mostraba que “el fin del mundo” podría ser inducido por la mano del hombre quien en una búsqueda a ciertas respuestas sobre el origen de la materia podría “errar” el camino e inventar el caos y la destrucción.
Con cierto temor, leo hoy en los periódicos que entre Francia y Suiza hay un túnel de 27 kilómetros de circunferencia y a 150 metros de profundidad donde funciona el Gran Colisionador de Hadrones (LHC en sus siglas en inglés) que se pondrá a prueba este miércoles 10 de septiembre. Según un grupo de científicos lo que busca esta prueba es “revivir” el Big Bang, liberando una cantidad gigantesca de energía, el problema está en que siempre hay una posibilidad de que la prueba escape a los controles y se termine creando un agujero negro, o pequeños agujeros negros o lugares de antimateria que podría tragarse la tierra en cuestión de horas. Lo que me sigue preocupando es hasta qué punto la ciencia se ha convertido en el paraíso de unos cuantos soberbios imbéciles que no son capaces de medir sus actos o la consecuencia de los mismos, recordemos las pruebas atómicas que todavía se siguen haciendo en el Atolón de Mururoa y que, cada cierto tiempo, nos significan sismos y muerte; o la invención de enfermedades que se crean en laboratorios y se sueltan al medio ambiente para satisfacer las demandas de antibióticos y medicinas creadas deliberadamente (ad hoc) para llenarle los bolsillos a unos cuantos carniceros; sin contar las constantes revoluciones armamentísticas que necesitan, también, de guerras inventadas para “lucir” y “exponer” como en vitrina las panoplias de los nuevos productos.
Si el fin del mundo –oh, por casualidades del destino- ocurre este miércoles 10 que conste que les avise.

1 comentario:

Juan Valle dijo...

Naa tio, pero es cierto que ese puto manejo de interéses es tan amplio e intrincado que solo queda mandarlos a la mierda y luchar por donde podamos. No llegué a ver ese documental pero esa propuesta tenía un temática como la de Evangelion de la que hasta hace unos años me parecía la forma en que se destruiría el mundo o bueno como en la peli Doce monos del pelao Bruce Willis.