lunes, 5 de julio de 2010

"DANZA DE LA ALEGRÍA" POEMA DE FELICIANO MEJÍA

Me acaba de llegar la revista Círculo de Fuego con una presentación de Rafael Inocente. Los poemas de Feliciano Mejía nos hacen recordar esa máxima pesimista de Pío Baroja referida al hombre: "El hombre: un milímetro encima del mono, cuando no un centímetro por debajo del cerdo". Lo que me hizo pensar, alguna vez, en que la sociedad peruana es --con pocos cuestionamientos ontológicos-- un corral de chanchos irracional y sin capacidad de crítica (Alfonso Reyes, el "regiomontano universal" en los años treinta, decía que Latinoamérica, continente de exuberancias naturales y retóricas, carece de crítica. Esto, salvo honrosas excepciones, lo podemos extender hasta el día de hoy). Felizmente la poesía testimonial puede también hablar claro (incluso más claro que los tinterillos de la burquesía vendepatria) y reemplazar esporádicamente la visión ectoparasitaria de letratenientes y criticuelos felipillos sobre la realidad concreta, farragosa, llena de leguleyadas, mordaza y violencia sin fín. La antítesis de ello (la iluminación poética) serían los programas cómicos en la época del fujimonteSinismo que al hacer mofa de la realidad, lo que hacían era acusar recibo (casi por inercia) de toda la maquinaria de enmierdamiento en que habían metido al Perú.

Les dejo con el siguiente poema de Feliciano Mejía:

Yo morí...
Los rockets destrozándome, morí;
por las órdenes de fieras.

Gris era el invierno en Lima
y más húmedo que nunca en las prisiones.
Pero un prado
en nuestros cantos, en la Isla
de roca, florecía.

Con los 312, entre las llamas de los lanzallamas, morí.
Mas, en los 62 sobrevivientes
sufría aún mi latido.
Y sigo ahora, en esos 62 cráneos perforados,
palpitando...
esparcidos a lo largo de la costa peruana.

Tú deberás saber: tus sueños diarios
se conturban con mi voz.
Pero tú verás florecer mi venganza:
a los niños, todos, reír en Sudamérica
y despuntar el sol
entre los resquicios todos de los Andes;
y sólo en ese instante
verás que morí
para crecen en tí.

Sí. Morí.


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6 comentarios:

Anónimo dijo...

Ud es uno de los pocos con capacidad moral para contestar a esos arribistas reaccionarios. Esperamos más de Ud, maese.

su amigo

Jorge P.

Ros dijo...

Rodolfo: tienes que contestar a esos ignorantes que se creen dueño de la verdad. este país ha sufrido mucho y se le sigue imponiendo la mentira.

juan carlos vértiz dijo...

alguien me puede informar de qué ignorante están hablando, es que en la red hay muchos, empezando por el zonzo sionista.

Anónimo dijo...

Círculo de Fuego es una revista financiada con recursos propios. He ahí el esfuerzo del verdadero poeta. No los pajeros de siempre que buscan ligarse a la politiquería y olerle el trasero a los pezuñentos de siempre para sacar mas que sea una plaquette.

Los poemas de Fernando Cassamar también son estremecedores.

Bien, Rodolfo, avanti.

Goliardo de la Noche

Anónimo dijo...

Feliciano, poeta querido por el pueblo, Kantuta Roja, Kantuta Negra, Tiro de Gracia... son todos cantos del pueblo valiente y consciente, ese pueblo que no permite abusos ni se hinca frente al poderoso.

Sanmarquino Potente

Anónimo dijo...

Lastimero el correo que envía la señora Rocío Silva a Faverón respecto a su artículo sobre “dizque” la mujer y la izquierda. Lastimero y concesivo, luego que Faverón (ese Beto Ortíz de la intelectualidad lorcha) critica reaccionariamente el buen artículo de Rocío sobre las requisas de la policía a las prisioneras políticas. Casi se retracta de lo que dijo, la pobre Rocío, respecto a Maritza Garrido Lecca y Lori Berenson, salvando las distancias de sus responsabilidades políticas, permitiendo que el Beto Ortíz de Maine las moteje de “estúpidas e inmorales”.
¿Cuál es el miedo que le tiene Rocío a este sujeto Gustavo Faverón Patriau? Sus análisis son aristotélicos, clasistas y tendenciosos. Ambos tocan el tema de la raza sin recordar mínimamente la sentencia de aquél Gonzáles Prada que dijo cuando entró a una reunión de la alta oligarquía en aquellos años. “Saludo en esta sala a todas las razas y todos los colores de piel, caballeros”, dijo don Manuel sonriendo cachacientamente. Huelga decir que la concurrencia quedó pasmada y el odio acendrado contra el gran anarquista peruano fue mayúsculo desde aquél día, pues todos ellos se consideraban a sí mismos blancos.
Rocío y el otro dicen que tanto Maritza como Lori Berenson Mejía son blancas. Rocío añade además que ni Guzmán ni Polay eran blancos. Mestizos “ablancados”, dice ella, pero no blancos. ¿Desconoce acaso Rocío que Polay es fenotípicamente un cholo de nariz aguileña y cabellos limpiamente peruanos? Guzmán, tal vez más claro de piel, es un cholo de sangre mollendina como los que abundan en el sur del país. Lori y Maritza epidérmicamente blancas son tan mestizas como Rocío. No confundamos fenotipo y genotipo. Ese es el problema en el Perú: te consideras como te ves al espejo y como te ven otros tan acomplejados como tú mismo.
Propone un anónimo comentarista como los que acostumbran escribir en el blog de Faverón que analicemos este asunto que propone el de Maine, no a la luz del clasismo ni de asuntos tangenciales como el color de la piel. ¿En qué planeta vivirá ese pobre diablo? Tal vez en Maine, me imagino.
Remata Rocío diciendo que a la hermana de la congresista fujimorista Martha Moyano, esa mujer depravada que sigue defendiendo activamente el nefasto fujimontesinismo y al ladrón Kenya Fujimori, la asesinaron por enfrentarse directamente a las huestes asesinas de SL. Eso es mentira. Había oposición frontal de miles de pobladores que estaban siendo afectados por las delaciones de esta señora (promotora de las rondas urbanas en coordinación con el golpista Kenya Fujimori, el SIN y las fuerzas armadas) y eso lo aprovechó la dialéctica diabólica de SL. No seas ingenua, Rocío. Luego la memoria de la Moyano fue utilizada vilmente por el fujimontesinismo, contando para ello con el apoyo de la familia, sobre todo la hermana, la infame Martha Moyano Delgado.
En el año 1992 yo trabajaba en Villa el Salvador y recuerdo que asistí personalmente a una familia andahuaylina cuyo padre, por delación de María Elena Moyano, fue torturado y encarcelado como sucedió con otros dirigentes populares que nada tenían que ver con los terroristas de SL. Y recuerdo bien los nombres de esas familias afectadas por eso que tú equivocadamente llamas “prédica frontal contra SL que calaba hondo entre sus bases debido a su popularidad”. La prédica frontal de la Moyano era contra otros luchadores populares que ella temía estuviesen ligados a SL y muchas veces esta “prédica frontal” iba directamente a los servicios de inteligencia (sic).
No justifico de ninguna manera el cobarde asesinato de la Moyano. Pero tampoco es cierto lo que afirma Rocío, intentando morigerar el tono de su artículo, atemorizada por la perorata reactiva del archimalicioso Gustavo Faverón.

R.V.G.