A diario recibo cartas de personas que no tienen nada que hacer (personas elementales se les denomina en el argot mántrico) entes sin sentido, espíritus errabundos que vagan sin un derrotero y se dedican a perturbar y a joder la existencia de los demás. No encuentro mayores explicaciones a los anónimos que se dedican a insultar sin mayores elegancias (hacia ellos mismos), sin mostrar algún pequeño decoro de inteligencia, mucho menos argumentos.
También recibo (aunque últimamente han bajado, hasta podría decir que los “extraño”) amenazas de muerte y sindicaciones (como esa estupidez que apunta que estoy en contubernio con un blogger atrabiliario, o que me he vendido a alguien o a algo que no logro comprender). En un porcentaje muy reducido llegan a mi correo cartas de personas jóvenes (y no me estoy refiriendo a la edad) que indagan y preguntan sobre los blogs, sobre sus conductores, sobre alguna editorial de confianza, algún “buen” poeta que pueda revisar algunos textos, o sobre algún tema en particular. Por cierto, dado que no tengo mucho tiempo, suelo responder una que otra carta. Ya quisiera yo responder a todas, pero aparte de escribir en el blog y colaborar con otras páginas, escribo lo mío (poesía, cuento, ensayo, novela, se entiende) y me doy tiempo para el trabajo de autosostén y mis proyectos de diseño, aunque no lo parezca (Voy a aprovechar esta pequeña nota para felicitar a la modelo Carla Vallenas quien, alguna vez, lució uno de mis trabajos y que ahora es la actriz principal de “Un cuerpo desnudo”, la última película de Francisco Lombardi. Conste que no es uno de los directores que yo respete, pero va la felicitación, igual. Carla, te debo un post).
El día de ayer recibí la siguiente misiva que copio tal cual me fue enviada, sin cambios ni correcciones. El texto pertenece a Jose Melo y, por lo que se deduce del texto, corresponde a un joven de provincia interesado en la literatura y dice lo siguiente:
Enviado:
martes, 11 de noviembre de 2008 01:34:50 a.m.
Para:
rodolfoybarra@hotmail.com
primero que nada quiero saber si en verdad eres tu, osea el intelectual mas alucinante que he leido en mi vida(mil zorrys por lo de intelectual), (tambien mil zorrys por el uso de la palabrita alienada y amariconada zorry), y ya que no puedo saber ha ciencia cierta que eres tu, quiero que a manera de identificacion de tu persona impersonal, me digas, mejor dicho que hagas un comentario ensayistico minimalista nomas sobre el VELATORIO DE FINNEGAN de joyce, si tu eres EL rodolfo ybarra QUE YO HE LEIDO tu respuesta columpiara de ZENIT A NADIR como decia vallejo en un buen verso trilcico, aparte de otro muy bueno como el de ..Y HASTA LA PLUMA CON QUE ESCRIBO POR ULTIMO SE TRONCHA, OJALA SEAS TU EN SERIO, EN LIMA UNO TIENE LA FORTUNA DE TENER AMIGOS DE TU NIVEL INTELECTUAL, PERO EN PROVINCIA SON COMO TREBOLES DE 5 HOJAS (NO CREO EN LOS DE 4 SINO EN LOS DE 5 PORQUE JURO POR TODOS LOS DIOSES DE TODAS LAS MITOLOGIAS (INCLUYENDO A LA SARITA DE LA MITOLOGIA LUMPENAJOSA), QUE YO ME ENCONTRE UNO DE 5, ...................EN VERDAD SERIA BESTIAL, LEGAL, CHEVRE, PODER ENTABLAR CONVERSACIONES CONTIGO HAY TANTAS PREGUNTAS QUE HACER, PERO BUENO OJALA QUE SEAS TU ENS ERIO TA MAREEEEEEEE VALGA LA REDUNDANCIA OJALA QUE SEAS TU.
Mi respta:
Primero que nada, gracias por la preocupación y por lo de “intelectual” (creo que es la palabrita más prostituida en los últimos tiempos, al menos desde que hay blogs o desde que existen revistas o publicaciones masivas cuyo mayor intención es servir de vitrina a las “magníficas” cerebralizaciones de sus manejadores), no te preocupes por las disculpas o, perdón, por los “zorris” (y concuerdo contigo en que es una palabrita “alienada”, “amariconada” y “mariscalizada” que debería de evitarse. Bailemos huayno, pogueemos sobre esa tonadilla alienante que ofende nuestro castizo lenguaje, nuestra ortoherencia colonial). En verdad, me sorprenden tus palabras, suenan honestas (casi como los gritos de los huelguistas o los reclamos en Tacna, o el de los jubilados que continuamente apalea la policía en las calles) sorprende, porque en Lima vivimos como mirándonos las caras (ya no hay límites entre La Molina y Huycán), o mirando hacia fuera (espero que hayas leído el post sobre el “corral de chanchos” y otras bestezuelas, pues Lima es como el sustrato de este criadero donde hierven como en un caldo de cultivo todas las peores miasmas de esta pequeña banana republic llamada Perú). Aquí interesan más los que opinan desde afuera, los que escriben en el exilio como si vivieran aquí, fíjate que hasta se sacuden un poco cuando hay un sismo (por ejemplo el del primero de noviembre, al parecer les llegó los 4.8 de la escala de Richter) y todavía quieren que los tomemos en serio cuando opinan sobre realidad nacional o lo que pasa en nuestro enmierdado congreso (con lucianita y el hijo de puta de su papá, y el ronsoco Carlos Raffo y el buitre oportunista Abugattás como fiscalizadores ¿¿¿???), cuando su versión es la que le llegan vía la edición virtual de esos periódicos de mala muerte que harían la delicia de Randolph Hearst o las del déspota Pedro Beltrán (y conste que lo menciono para que no me llamen alienado). No insistas, por favor, en eso del “level intelectual”, con esas palabras podrías hacer sonrojar al pendeivis pederasta y vendebasura Beto Ortiz, al encayecido con complejo de Dorian Gray, Jaime de Althaus o al ganador del Herralde, y que escribe con los pies, Jaime Bayly, nuestro “orgullo” literario, nuestro escritorzuelo de juguete que no se cansa de repetir que es “gay” y que está dispuesto a hacer lo que sea con tal de encontrar al hombre de su vida (hasta ha dicho, o eso creo haber escuchado, que podría acostarse con alguna mujer para seducir al marido). Y a pesar de todo tiene seguidores (como los tiene Laura Bozzo o Lucesita la empiernada colombiana que no tiene nada en la cabeza), algunos seudonovelistas, unos cuantos cacógrafos y muchos analfabetos funcionales que votarían por él si fuera candidato (desde aquí, muy a mi pesar, pronostico su triunfo).
No creas que Lima está plagada de intelectuales. Eso es más falso que un billete de tres dólares o cualquier frase o disparate de Alan García. Hay que andarse con una lupa tipo Sherlock Holmes o tocando un cencerro para encontrarlos. En su mayoría son sobacos con libros o axilas lectoras que se ponen a trabajar con mayor presión cuando suben al micro o cuando sus olfatos de perro en celo detectan presencia académica u otros sobacos “librados” (de libro) en competencia. Yo también pensaba, de adolescente, que Lima era el paraíso de los intelectuales hasta que fui tropezando (desde las universidades a que asistí hasta la ex biblioteca nacional ubicada en la avenida Abancay a la que acudía diariamente como en penitencia) con una realidad cruel e inverosímil: la ignorancia supina reina en la ciudad tres veces coronada por jijunas españoletes. Aquí es más fácil encontrar un trébol de cinco hojas que encontrar a un intelectual. Simplemente se han esfumado y no es que se hayan ido al extranjero. Allá es peor, hay puro papagayo, puro loro de hombro que repite teorías de terceros o algún payaso ventrílocuo que mueve la boca para que salgan frases y pensamientos de terceros. Son incapaces de crear alguna teoría novedosa o algún concepto que valga la pena, y es que la mediocridad los tiene cogidos del cuello. Pero eso sí, abundan en las reseñas y en la crítica culturosa cuyo accionar se reduce a lambisquear caninamente (o mariscamente, según sea el caso) a los amigos y a despotricar, mismo búfalo aprista, contra todo lo que considere un peligro a su medianía. Así que dejemos en paz a Sarita Colonia, patrona de los pobres y los “buenos” delincuentes, los que le roban el auto al empresario explotador, los que atracan a los ejecutivos de alguna petrolera transnacional (estos a quienes les importa un pito la destrucción de la tierra de humildes campesinos), los que le vacean la casa al congresista que firma leyes para su propio beneficio o los que le robaron la laptop a la, ahora presidiaria, Magali Medina (espero que se pueda entender estas palabras y no terminen diciendo que hago apología a la delincuencia). A estas alturas debes estar sospechando de una subversión que se me achaca inútilmente (mi pistola de plástico, mi casco marca “Basa” y mi peto hecho de coco verde son la evidencia de todo ello) pero debo confesar que solo llega a un anarquismo reivindicativo con matices políticos muy pasados de moda, casi como en la época de la revolución francesa. Quizás yo sea un heredero más (de los tantos que conozco) que ha asumido el legado de Mallarmé en el sentido de que es necesario “la desaparición elocutiva del poeta” (el sujeto lo podemos cambiar por profesor, médico, abogado, etc.,) para que esto dé paso a la manifestación ineluctable de la “obra pura”, la acción eficaz, la obligada transformación de la realidad, lo que prosaicamente se puede decir “pasar a la clandestinidad” o subir a las montañas de Zarathustra donde aguarda el conocimiento.
Olvidaba, amigo mío (permíteme este tuteo “anarcoide”), que no solo te hablo como poeta, sino como escritor y como blogger con pretensiones filosofástricas (sobre todo como este último). Por lo tanto, quisiera acabar con un fragmento de una entrevista que publicó el diario Le Monde el 6 de abril de 1980 y que se titulaba “El Filósofo enmascarado”, pues el entrevistado, un filósofo radical, había optado por no dar su nombre verdadero. Ejemplo que sigo cuando dejo mis comentarios en forma anónima en algunos blogs. Lo sorprendente es que mi voz tiene otro trato, se me mira con “respeto” y hasta el debate se torna académico y sin intrusos con voces descollantes que insulten a mansalva (creo que he hallado la libertad soñada en los anónimos, es más, pienso cambiar el nombre de este blog (de) “Rodolfo Ybarra” por el de “Anónimo”, espero hacerlo el próximo año). Aquí el apunte:
“Nunca he conocido a intelectuales. He conocido a personas que escriben novelas y a otras que cuidan enfermos (…) Pero a intelectuales nunca. En cambio, he conocido a muchas personas que hablan del intelectual. Y a fuerza de escucharlas, me he hecho una idea de lo que podía ser ese animal. No es difícil: es el culpable. Un poco culpable de todo: de hablar, de callar, de no hacer nada, de meterse en todo… En suma, el intelectual es la materia prima del veredicto, de la sentencia, de la condena, de la exclusión”.
Bueno, querido visitante de blogs, esto ya se está alargando más que algún culebrón mexicano y tengo que volver a mis tareas diarias, mi clásica rutina que se aleja del panel del com-putador y que por estos días está en la página 262 de “El Palacio De Las Blanquisimas Mofetas” de Reinaldo Arenas (Coro de bestias. Las siete cabrillas están en mitad del cielo; eso es barrunto de agua. Y la cruz de mayo está más derecha que nunca. Aunque es difícil saber cuándo va a llegar el vendaval. A lo mejor toda la siembra se pierde; igual que el año pasado, y el que viene…). Espero que se haya entendido el mensaje del “filósofo enmascarado”. Espero (y me harías un verdadero halago) que me puedas considerar como uno de ellos, no como “filósofo”, sino como “enmascarado”, pues mi verdadero nombre es Legión.
PD:
1.- En cuanto al “Velatorio de Finnengan” de Joyce que se ha dicho que es una de las novelas más difíciles de leer (al igual que el “Ulises”, cuya lectura no me pareció “tan” tediosa), no obstante pocos han reparado que el nombre proviene de una balada popular en el cual hay una borrachera y el cadáver en una impronta de vida post mortem resucita para beberse un trago. Prometo desarrollar esta idea en un post. Espero que estés atento.
2.- Quería guardarme el nombre, pero siempre me delata la curiosidad y mi “necesidad” de verdad (por eso mis amigos cercanos me temen): el filósofo enmascarado es Michel Foucault. La entrevista la hizo Christian Delacampagne y se imprimió en el cuarto volumen (1980-1988) de Dits et écrits. 1954-1988, publicado por Daniel Defert y Francois Ewald. Edit. Gallimard 1994.
3.-Para desanimarte un poco (más) en esta supuesta amistad virtual que se establece al contestar tu e-mail quiero decir que se me acusa de manejar un blog basura (o sea este), se me acusa de ser un escritor fracasado (no obstante tener el ensayo más extenso escrito en el Perú (iba a decir profundo, pero no quiero pecar de soberbio) y otros libros de culto hermético que han atraído a estudiosos literarios como el catedrático de la universidad de Hawai (USA) Zachary Payne y Pablo Castell de San Marcos quien está haciendo un post grado sobre mi obra titulado “El Poeta y la Ciudad: Rodolfo Ybarra y el Minotauro”), se me acusa de dedicarme a despotricar contra la burguesía parásita y contra sus (in)dignos representantes (y es que la inteligentzia nunca perdona a quienes supuestamente abandonan el redil), se me acusa de no perdonarle errores a afamados escritores peruanos que, “orgullosamente”, triunfan en el extranjero; o a viejos escritores que se han atornillado en las páginas culturosas de estercoleros reaccionarios y que dirigen el tránsito de una literatura con olor a desagüe, lo que llaman “mafia” pero que solo llegan a carteristas literarios, vulgares cacos, dignos de una patada en el trasero (espero patearlos hasta que se den cuenta de su realidad).
Bueno con todo lo dicho, espero haberte desanimado lo suficiente como para que no me vuelvas a escribir. Si ello llegará a ocurrir entonces trataré de ser más explicito, o sea que explicaré mejor y en más páginas mi posición. Gracias por el tiempo desplegado en la lectura de esta carta que llega a su fin. Espero saber, por lo menos, de qué provincia del Perú me escribes. Gracias otra vez.