sábado, 9 de agosto de 2008

CONVERSA CON EL ANTI-BEST SELLERS CÉSAR GUTIÉRREZ (AUTOR DE “BOMBARDERO”)



El último día de la feria del libro, debido al ambiente festivo casi circense (julio, mes de la patria, mes de la rata), me atreví a bajar (o ¿subir?, no lo creo) al Jockey Plaza (previo pago de dos “miserables” soles y la presencia abismática, estatuaria y casi solemne de Mario Vargas Llosa (con quien tengo una incompatibilidad congénita, lo cual no me imposibilitó tener un respetuoso y breve intercambio de palabras, las justas y las precisas en la firma de libros, hecho que no detallaré aquí, sino en otro post. Alguien me avisa que hay un vídeo de esto en youtube. Como dijo el joven escritor y editor de “Casa Tomada”, Gabriel Rimachi: él es el Darth Vader de la literatura peruana. Me pregunto quien será Anakin Skywalker y quien Shuwaca o Java). Ahí, después de ver a la medianamente obesa y fofa Rosa María Palacios revoloteando entre libros que cogía con la punta de los dedos (cierta burguesía parásita y acomodaticia sigue pensando que los conocimientos se dan por absorción celular, esa esnobista teoría dactiloscópica), después de ver al sicalíptico Ricardo Badani escoltado por sus tristes mujeres de Avignon (alguien se ha referido a la ridiculez como la extraña forma de mostrar los “pecados” como si fueran virtudes, o como dice Bergson en su ensayo sobre la risa: lo más triste es observar a personas con imagen cómica cuando se esfuerzan en realidad por todo lo contrario. De todas formas a mí me parece que en todo esto hay una suerte de mesmerismo animal. Mesmer ese que volteaba las gallinas y las hacía “dormir” apretándole un nervio del pescuezo); también vi a Mauricio Fernandini, quien ahora tiene un programete de cocina en canal 7 (“20 lucas” se llama el bodrio, calculado número que multiplicado por 30 días da como resultado un ingreso mínimo vital; me preguntaba si la familia de este “señor” comerá con esta cantidad monetaria absolutamente ridícula para familias de 5 miembros, o sea que la comida es el nom plus ultra de una floreciente economía; bueno, mejor dejémoslo ahí) y reemplaza a un programa cultural que, al parecer, ya no interesa a nadie (es nulo el reclamo sobre “Vano Oficio”, o, es simplemente que la literatura y la cultura en general están pasando rápidamente de moda para convertirse en pequeñas manifestaciones de algún culto prohibido).
Cuando ya pensaba retirarme, derrotado por esos escritorzuelos que han llegado de Chile a descubrir la pólvora en Lima (salvo honrosas excepciones de poetas septuagenarios u octogenarios, el resto me parecen literatos del mesenterio), me encontré cara a cara con el inefable César Gutiérrez, autor del “excesivo”, “delirante”, “exuberante”, “vertiginoso”, “mamotrético”, “postvanguardista”, “acromegálico” y “pantagruélico” “Bombardero” (la reseña y el estudio lo entregaré después). Tuvimos una conversa bastante divertida de casi dos horas (totalmente grabadas en super dv) donde se tocó diferentes temáticas desde la literatura a la política, sin pasar por Jean Paul Sartre y ese rollo del “compromiso” sistemático, mucho menos “El Foro de Yenán” maoísta (el otro Gutiérrez, o sea Miguel, tuvo lo suyo; también cayeron bajo sus disparos a quemarropa: Alonso Cueto, Oswaldo Reynoso, Iván Thays, Roncagliolo, etc.); seguimos hablando de la religión al rock (lástima que le guste Iggy Pop, David Bowie, Velvet Underground, ¿Dolores Delirio? y la electrónica moderna; siempre prefiero a John Cage -léase en español- y por supuesto a Varese, por quien tuve una discusión bastante acalorada con el negro Verástegui); y bueno, de ahí pasamos -en tránsito embotellado- de Tongo a Savonarola (César Gutiérrez es un gran observador de la sociedad Arequipeña y Limeña, así como de ciudades cosmopolitas como Nueva York, London, Berlín, etc., se reclama anti- best sellers, y aunque no usa mucho los eufemismos tiene una delicatessen especial para nombrar a lo que detesta o a lo que le parece “pestífero” –según propias palabras). Otros autores que salieron de su boca casi como por emesis gravitante, por ratos imparable y atosigante para cualquier lector estándar o no avisado, fueron: Polahniuk, Houellebecq, Fresán, Roth, Ballard, Amis, Wallace, Foster, Saunders, Bataillé, Cioran, etc.
Como buen escritor o aquel que se precie de tal, se reclama vago, ocioso, etc.,cuarentón (menos “cu-a-ren-ta-y-dos” apunta certeramente), remolón “mantenido” por sus padres que lo prefieren a él que a tener “unos nietos feos y brutos”, y que –por supuesto- “no tiene nada que perder”, todo lo ha dejado en la construcción de esta monumental obra en la que ha tardado 5 años, un periodo de gobierno democrático. “Bombardero” propulsa ser –entre otros epítetos- cyberpunk, quintocolumnista de la literatura pulp, recodo del experimentalismo postmilenarista. Y como dijo Abelardo Oquendo en su acostumbrado espacio de “La República”, “es más fácil que “Bombardero” entre a la historia de la literatura peruana a que se convierta en un best sellers”.
Quisiera anotar que César Gutiérrez como conversador nato es inquisidor, prismático, caleidoscópico con las citas, sabe cuándo tiene que callar para dar el zarpazo (leninismo puro, aunque él no lo crea, eso de retroceder un paso para dar dos o tres). Maneja bien el efecto sorpresa: eso de declararse fanático del blog “Puerto el Hueco” con una dieta opípara de tres visitas diarias matiné, vermouth y noche es quizás la parte más visible de una personalidad controversial. Afortunadamente este blogger tiene complejo de verdugo (no sicario, lo hago por placer). Resultado: un ameno diálogo. Hoy sábado 3 pm., antes de colgar este post, recibo un e-mail de César anunciándome que está viajando a Arequipa para presentar su libro con la presencia de Montalbetti; al parecer, Bryce Echenique, programado en el evento, disculpó amablemente su inasistencia. Les dejo aquí dos pequeños fragmentos del vídeo original colgados en youtube por “Torre Fuerte”, un colaborador anarquista.



(La alteración del orden de los vídeos es adrede. En cuanto al audio, siempre las cuestiones técnicas juegan malas pasadas, hay que elevar un poco el volumen de la pc. Por cierto, el vídeo de dos horas lo pienso editar y se publicará conjuntamente con el ensayo sobre “Bombardero”)

jueves, 7 de agosto de 2008

OBNUBILACIONES Y UN ARTÍCULO DE CARLOS RENGIFO



El escritor Carlos Rengifo hace un envío de este artículo “Los Paparazzis de la palabra” (también posteado en su blog de sugerente título: “El Escritorzuelo”). Antes, quisiera apuntar que fue Rengifo uno de los pioneros (quizás el más conspicuo y el más suspicaz) de lo que ahora ocurre en los blogs (anonimato compulsivo, ñoñería escritural, señalamientos, injurias, ninguneos, cizaña hasta por los codos, críticas vitriólicas y de escaso calibre, etc.)
Recuerdo claramente un panfleto suyo (mucho antes de la “era virtual”) repartido en la plaza san Martín donde atacaba al escritor, amigo y filántropo Gonzalo Portals (Premio Copé poesía y cuento) a quien, según el autor de “Criaturas de la Sombra”, había visto bailando el “baile del perrito” emulando a un “perrito faldero” (qué carajo le había hecho Gonzalo. No lo sabemos). No olvidemos que muchos de sus cuentos reproducen la vida privada de varios escritores (no quisiera hablar de la novela “La Morada del Hastío” donde uno de los personajes principales es –sin mayores dudas, la descripción, el lenguaje usado, sus búsquedas, así lo señala- quien esto escribe, suicidado a la fuerza con una bolsa de raticida ¿?). Un caso patético es el que involucra a Oswaldo Reynoso, cuya vida íntima es relatada en “El Rumor de la Tormenta”. Hasta el mismo Dante Castro, presentador solitario aquella noche de ausencias (des)obligadas en la Alianza Francesa (los otros presentadores no fueron en –dizque- solidaridad con Oswaldo Reynoso), tuvo reticencias y hasta mostró cierta sorna con el cuento en cuestión, donde el final (sólo imaginado por una mente perversa y de libertades reprochables) el obeso escritor espera desnudo acostado de espaldas a su muchacho escogido. El bendito cuento tiene calidad por lo que los adláteres del creador de “Los Inocentes” no pudieron silenciarlo.
Rengifo ha crecido en las buenas lecturas, en las conversas animosas durante centenas de noches de bohemia (soy testigo de excepción), pero también, no lo podemos negar, uno de sus abonos ha sido, y es, la crítica atrabiliaria, el uso de recursos técnicos dudosos como la maquiavélica grabadora, la que le entregaba los diálogos soñados a la perfección (¿la seguirá usando?), por ello nos (me) sorprende este artículo impostado, lleno de grandes pretensiones humanistoides y de una "corrección" religiosa.
Rengifo es un buen escritor, lo vengo diciendo desde hace casi dos décadas, sus berrinches (como este) no lo desmerecen, ni lo demeritan. Quizás el último párrafo de este artículo (¿le creemos?) sea lo esencial: unirnos todos -y dejar la "pelea de perros"- para seguir hablando de Literatura (con mayúsculas), arte, filosofía, etc. Acepto el reto, pero las cosas claras y el chocolate espeso.
Aquí (donde las verdades son expuestas sin miramientos) el artículo en cuestión, saquen ustedes sus propias conclusiones:


LOS PAPARAZZIS DE LA PALABRA

x Carlos Rengifo

Hablando en un café con mi amigo el narrador y crítico José Guich, coincidimos en admitir que no somos frecuentes visitantes de blogs —de los llamados «literarios» (¿?)—, por el negro tizne que ha venido a caer sobre ellos (no sobre todos, desde luego) y por el elefantiásico soplido y engorde del ego de quienes lo administran, hasta el extremo de hacer de este medio una suerte de consolador o muñeca inflable para un penoso onanismo. Si me he enterado de algunas habas que se cuecen en esta olla de grillos, es porque a mi correo llegan, de rebote, las carnecitas más sabrosas del bajo mundillo letrado como para saborearlas con unas gotas de aceite sacha hinche.
En el fondo, de lo que se trata, a mi entender, es de llenar a como dé lugar —unos, de manera desesperada; otros, con ciertas sutilezas— esa enorme carencia de no tener voz ni siquiera en el coro de los desafinados. Y si con esto me refiero a los administradores de vanidades que escriben como si su vida o sus ideas fueran lo más grandioso (¡a quién le interesan, por dios!), qué decir de esa cloaca inmunda que hierve hasta consumirse en su propia rabia denominada «comments». Solo una vez ingresé en esa madriguera del resentimiento, en ese estercolero de la nulidad, y fue en el blog del señor Ybarra, quien, al parecer, no hace ascos cuando las ratas, las cucarachas y los chanchitos se pasean con plena libertad en el patio trasero.
Durante un día fui piñata de la cobardía sin nombre que lanzaba sus pullas y escupitajos a diestra y siniestra, y en todo aquel vómito de resaca tardía solo pude notar, con pena, cuán baja autoestima alumbra a la gente supuestamente «interesada en la literatura». El chisme, la zancadilla, el puñal por la espalda son los utensilios que se enarbolan, no solo en los cafés, sino ahora en la red (con mucho más libertad y desparpajo, por cuanto la persona agraviante no está al frente para encararlo), en vez de utilizar ese espacio para construir un diálogo serio, educativo y alturado. Ser fisgón y entrometido se ha hecho un mal arte, que viene acompañado por el libertinaje de la pata alzada y los adjetivos con ventilador, y esa fijación deja a un segundo plano lo que debería ser más importante: la obra literaria.
A diferencia de otros gremios o profesiones, es en la pequeña aldea de las bellas letras donde más brincan los saltamontes, donde las emociones se alteran mucho más, tratando de buscar cual perros sabuesos las basurillas debajo de la alfombra, el tartamudeo en la oratoria, la caída en el charco. Nada hace más felices a algunos que ver en el suelo al que intentó elevarse; nada los alegra tanto que mancillar honras (todavía las hay) y hundir al que camina por la línea señalada sin mirar a nadie. ¿Qué interesa que Reynoso, Heredia o Moromisato sean, en lo personal, lo que son? ¿Qué importa que un poetastro sanmarquino esté lavando baños y recogiendo cagada de perros en España? ¿Quién se araña al ver que algunos reciben premios y otros no? Con esto, comprendo muy bien a la cuidadosa Mónica Belevan cuando evita en lo posible todo tipo de «exhibición», según me escribió, para no soplarse las hablillas del «ambiente literario» que vendrían después.
Ante tanto insulto y mala leche, frente a la indisposición hacia el bien de quienes administran y testifican en los corrillos de la blogósfera, propongo tal vez una utopía: sacar lo mejor de cada uno para beneplácito de todos; no ver la mugre, ni las legañas, ni los bostezos, propios y ajenos. Dejar las anécdotas de bar en el bar, las riñas en el cuadrilátero, la ropa sucia en la lavadora. Démosle vuelta a la torta pútrida, que es en lo que se están convirtiendo algunos espacios, y que en los blogs «literarios» se hable de literatura, de arte, de filosofía, y no del lado femenino del pequeño poeta Rubén Quiroz, de las poses que adopta la orate Montserrat Álvarez, de las ediciones maleadas de algunos editores bizarros, del frenillo inevitable de Iván Thays, de la insipidez de algunos narradores de las últimas hornadas, del arribismo de tantas enanas desubicadas y el piquichonismo de tantos minusválidos iletrados, y de otras chorradas por el estilo. Caminemos juntos y sin malicia en una caravana de hermandad, como es lo que propone, por ejemplo, el blog de Javier Garvich, y seamos solidarios por primera vez con los auténticos creadores que trabajan la palabra con honestidad, seriedad, esfuerzo y dedicación. El anonimato en la red ha hecho valientes a muchos pusilánimes que, en el enfrentamiento cara a cara, seguramente no se atreverían ni siquiera a alzar la voz, menos aún a develar su verdadera identidad, y ha servido también para el desahogo de quienes, a falta de tribunas, hacen su propia tribuna egolátrica y autocomplaciente, en beneficio de un individualismo entristecedor.

lunes, 4 de agosto de 2008

“PINK FLAMINGO”: COPROFAGIA O EL ARTE DE COMER MIERDA



Hace muchos años, durante la secundaria, en una de esas escapadas de mi colegio parroquial con asesoría claretiana, fuimos a hacer algo “indebido”: ver, junto a otros amigos, la película de John Waters, “Pink Flamingo”; ya me habían contado que era “fuerte” y que había escenas pornográficas que era, en ese entonces, lo más importante por lo cual nos escapábamos del colegio, yendo directamente a lo prohibido (en nuestras cabezas retumbaban los consejos del padre Jacinto y el portero Mauro, las reprobaciones de la hermanita sor Teresa, las amenazas de nuestros hermanos mayores y la retahíla de demonios y castigos que tendríamos que pagar por ver este tipo de películas, pero ningún tipo de pena, sanción física o axiológica, podría frenar nuestro ímpetu por lo desconocido, nuestras ansias con la experiencia inevitable; no obstante que tendríamos unos 13 años y la propedéutica pubertad se estaba abriendo paso a patadas, codazos, escupitajos y, también, mucho voyeurismo, necesidad agobiosa de ver –y quizás tocar- lo prohibido).
Recuerdo que Javicho Urday Elías, hoy reconocido médico neurocirujano, puso nervioso la cinta de (las hoy desaparecidas) betamax, ahí estaban: “muñeco Pepe”, el argentino masturbador y hedonista, hoy un gran importador de repuestos para motos (siempre me ha parecido que entre los motociclistas y la patología froteurista hay más que una relación estrecha); el jodido y peleanguero, Juan Lombardi, hoy perdido en las drogas y el alcohol y con seis hijos a cuestas en diferentes mujeres (tipos como él deberían aprender del zorro Badani y de Shopenhauer: traer hijos al mundo es un crimen); el mafioso y manipulador, Altuna, desaparecido en España, cuentan que está de mercenario en Irak; y Marquitos Romero, estudiante número uno y hoy, uno de los pocos latinoamericanos, miembro del cuerpo científico japonés en cuestiones de sismos y movimientos telúricos.

Javicho, que ya había visto la película, nos advirtió de las escenas: un cabro gordo que hace cojudeces, fuman mariguana, hay incesto, hay un culo, nalgas movidas por el propio ventrílocuo que habla y hasta se puede entender las porquerías que dice, una pareja que son literalmente la cagada y…
-Ya cállate Javier, deja ver, pues, pon la cinta y no digas nada, hueveras.
-Sí, oe, deja ver y no jodas. No te pongas a contar la película.
-Ya, ya, sarta de jeropas y jaladores de tripa, ahí va…

120 minutos de imágenes bizarras reprobables por –y de- lo que llamamos sociedad y subversiones de lo que entendemos por cultura. Situaciones vomitivas, razonamientos excrementicios,lo que llaman mentalidad "camp", carne entre las piernas (como lo que hace "Divine" en una escena, o lo que hacen Mink Store, Danny Mills, David Lochary) para obtener mayor placer, etc.

En efecto, Pink Flamingo, era (es) una película rara, extrañísima para nuestros pubertarios años, no obstante que ya habíamos visto, a escondidas, otras películas tipo “Enmanuelle” (hay quienes extrañan la candidez unida al erotismo que se ha perdido en las películas pornográficas hardcore sobre todo las del emporio y algunos “Porkys” o películas que incidían sobre la torpeza de los jóvenes en relación a la sexualidad o, mejor, ante la iniciación sexual (aún cuando fueron divertidas, ya nadie soporta la estupidez unida al morbo, el idiota feliz y con suerte ha sido excluido de las películas eróticas y creo también de la literatura, no sé qué pensaria Jerzy Kosinski -¿"Desde el Jardín"?)de esto, pero me lo imagino) , y, bueno, después de haber repasado harto material revisteril sobre el asunto, las revistas SPH (sólo para hombres), QLO, Casandra, Dévora, etc. y la más famosa de todas las “Revistas Zeta” con sus mujeres de figuras redondas y medianamente entradas en carnes. Lástima que la anorexia haya puesto de moda a una conducta forzada sobre todo en los que pretenden la belleza alejada de la salud. El cuerpo renacentista ha sido enterrado por los huesos y el pellejo postmoderno y su símbolo por excelencia: la calavera con los huesos húmeros cruzados. Lástima por los que amamos los cuadros rafaelistas y ciertos tópicos de la era victoriana (Para los que creen que Botero recicla esta época lamento disentir amablemente).
Si bien es cierto, recuerdo claramente todo lo visto en ese tiempo, mi impresión (candidez, candor, inocencia, ingenuidad, etc.) adolescente no es, precisamente, la misma de ahora, creo que uno se va “acostumbrando” a las imágenes fuertes, uno va cediendo ante la realidad y adquiriendo ese reflejo humano válido para la supervivencia llamado “tolerancia”.

Si ahora me preguntaran por “Pink Flamingo” diría que es un película coprofágica basada en el personalismo de “Divine”, un drag queen capaz de hacer lo que sea con tal de conservar su estatus de la más sucia y, para lo cual, tiene que competir con una pareja cuya suciedad no sólo es física, sino ética, y la acción de la maldad (o el ejercicio del poder sobre el débil o el sometido como lo que ocurre en la escena de la secuestrada y puesta a engendrar hijos que luego se venden o se ofertan al mejor postor) no es mejor que ningún excremento humano. Esta competencia es la pared sobre la cual la película encontrará el camino para mostrar una suerte de personajes, uno más decadente que otro. Quizás el personaje del circo que monta un espectáculo en el que hace hablar a su ano (recuerdo una película española que narra las peripecias de unos saltimbanquis en plena época de la guerra civil española donde el personaje principal hacía un concierto en base al sonido de sus flatulencias, si alguien sabe el nombre se lo agradeceré) sea uno de los más logrado. También la escena en que la pareja rival de “Divine” hace el amor con unos pollos vivos encuentra mucha creatividad interpretativa sobre todo cuando al galán se le ocurre introducir la cabeza del pollo vivo en la vagina de su consorte, bastante doloroso el asunto (pienso en el pico corvo del cacareante y plumífero gallo de corral), pero sin duda, la aberración da posibilidad a un acto de belleza artística y cinematográfica. Para un crítico entrenado (y no un perdonavidas) es posible que encuentre el guión un poco flojo, sobre todo en la parte final, aunque después me he enterado que el director, Waters, filmó varios finales alternativos. Lo cierto es que la película más que una historia plantea como plato de fondo la exhibición de la mierda humana, el decadentismo por la sordidez y la exhibición gratuita de excrementos de perro que son llevados a la boca (en vivo y en directo, sin cortes de cámara) y degustados con ciertas inocultables arcadas por “Divine”, nuestro travestido héroe, fallecido en pleno vuelo cuando su avión lo llevaba a dar un espectáculo en alguna parte de Europa. Literalmente murió en el cielo. Su recordada degustación seguirá perteneciendo a esa memoria colectiva y terrenal, a ese tiempo pretérito donde la moral burguesa o protoburguesa tiene el sentido del vacío, vacío que sólo puede ser llenado por la imaginación y por cierta perversión (otra versión) de necesidad, casi fisiológica, en el arte y la ciencia.

(Arriba, escena emética de "Pink Flamingo". Abajo, parte de una entrevista a "Divine", año 1984)

sábado, 2 de agosto de 2008

EL IZQUIERDISTA DE SALÓN



El izquierdista de salón, también conocido como el izquierdista caviar o el izquierdista sicofante, es de los sujetos más vivaces y el que mejor conoce y representa a la parapolítica o a la política entendida como un apéndice de la proctología (estudio de los esfínteres). Comúnmente trabaja con onegés y empresas extranjeras que tienen pactado llevarse en carretilla los recursos naturales de los países empobrecidos y sometidos a esclavitud. El izquierdista de salón, hábilmente quiere encubrir su verdaderos intereses y hacerle creer a todo el mundo que “lucha” a favor de los menos favorecidos, a favor de los pobres y olvidados de estas tierras del señor. Su lenguaje (muy parecido al de esa mujerzuela de los realitys show que ha confundido su boca con su ano) es de carácter tumefacto y amaniatado por el exuberante sueldo que sus patrones depositan en su cuenta bancaria con determinadas condiciones y reglas que tienen que cumplirse.
A propósito, siempre “fustiga” a la derecha cavernaria y jurásica, pero tiene la costumbre de no apuntar a los responsables, o sea señala el pecado, pero no al pecador, señala lo robado (y lo muestra con desparpajo e ironía) pero tiene miedo (y por supuesto, se cuida de no hacerlo) de señalar al ladrón; habla en plural y señala en plural (“eso está mejor” dice con aires de cinismo). Habla en difícil y siempre muestra una nube espesa de datos que enceguecen, confunden y no esclarecen el verdadero panorama porque le conviene mantener las cosas como están, para seguir parasitando y chupando, como maldita alimaña, piojo, pulga, chinche, garrapata, la sangre del pueblo que dice defender (contrario censu).
Ah, por cierto, se le da de culto en temas relacionados con el socialismo nativo (Mariátegui y su segundo apellido tallán, Galindo y el regreso del Incarry, Vallejo y el marxismo-leninismo-poeto-combativo, el MIR y sus queridos e inimitables Luchito de la Puente Uceda, Maximito Velando, Guillermito Lobatón, Javiercito Heraud, etc.) y le gusta participar e irse de lengua en debates (financiados por alguna institución extranjera con intereses mineros y portuarios, presta a la manipulación y a la estafa) donde encabritado y con horrísonos gruñidos de cerdo en celo, se manda su perorata sobre las izquierdas y el pensamiento “postmoderno” y delirante de Slavoj Žižek
Los fines de semana se le suele ver dando puñetazos a la mesa de un conocido bar de un distrito poetástrico, ese de los puentes y alamedas y huariques de mala muerte donde se reúne con otros pobres diablos y mequetrefes intelectuales con doctorados en una universidad dirigida por un sacerdote pederasta que se masturba los domingos por la mañana, antes de la misa, con la imagen retocada y en tercera dimensión de Escrivá de Balaguer. Ahí nuestro izquierdista de salón hace honor a su nombre y se emborracha decimonónicamente con jemjibre (regalo de unos amigos rusos), se embute de cocaína barata, cabanosi picante, pan con chicharrón, tequeños con queso de búfala, etc., y sueña con la revolución, los miasmas del “Ché” y “la victoria del proletariado”. Ahí en su laberinto mental se ve dirigiendo su propio “ejército de liberación”, haciendo repartijas a lo Robin Hood y gritando y cantando “La Internacional” (¿!), o alguna cancioncita de “Quilapayún” (¿Cantata Santa María de Iquique?) a voz en cuello y atorándose por la contundencia de sus alaridos mientras –sin percatarse y puteando a todo el mundo- vomita, en la realidad supina, en la espalda de otro “revolucionario” profesor universitario, dormido y borracho, que ha liberado hace rato (quizás en el fondo es lo que entienden por liberar) sus heces en el pantalón.
Este tipo de izquierdista es tan “correcto” que tiene a uno de sus hijos fronterizos estudiando Derecho en el extranjero, y a otro, el menor, con rasgos esquizoides, estudiando “Administración de Empresas” en una conocida universidad particular (no, hermano, en una universidad nacional, ni cagando, además, así me aseguro que mis hijos no vayan a salir terrucos, imagínate tú, no me vaya a ocurrir como le pasó a ese cojudo de Desco, o a la bailarina, esa, cuya carne se la comerán los gusanos y no nosotros o, perdón, alguno de nosotros…).
La esposa de este izquierdista de salón también se presta al juego, ha visto que su vida se ha alivianado y ha cambiado drásticamente, ahora es socia de un distinguido club que protege a los animales, va todos los días al “salón de belleza” y tiene continuos viajes de placer al extranjero, hasta la esposa de un ministro la tiene entre sus amigas predilectas, le ha presentado a su cosmiatra personal y a su cirujano plástico con apariencia de carnicero (“hábil en aplanar y estirar esas arrugas y patas de gallo y bajar un poco los mondongos”) y la invita a jugar canasta y a ver secretamente películas pornográficas (cinco equis) con el desaparecido John Holmes y el dotado Ron Jeremy (esas son los pequeños placeres que da las carreras de nuestros mariditos), hasta le ha regalado un vibrador de vidrio hecho en murano para las noches solitarias cuando esté de viaje su “amado esposo”. (“No te preocupes en agradecérmelo hija, primero úsalo y después me das las gracias. No te olvides que para eso están las amigas”). Al despedirse, la esposa del izquierdista de salón recibe un sorpresivo beso en los labios de parte de la refinada damisela del Ministro. (Ay, disculpa querida, fue un pequeño accidente, no te olvides que el domingo vamos a ir a cazar patos y montar a caballo, es divertidísimo, trata de venir sola, tengo algo que mostrarte, dice, mientras se pone un dedo en sus rojos labios carmesí inyectados con colágeno como si fuera una molleja).
El izquierdista de salón orgulloso de su esposa arribista y sus dos hijos imbéciles, sabe que tiene que mantener su imagen y se cuida de verse cercano a sus supuestos enemigos o rivales ideológicos, generalmente usa el chateo o los mensajes en el blackberry. El teléfono es peligroso, con tanto chuponeo, uno no sabe, hay que fijarse mucho si uno quiere hacer carrera con esto de la izquierda. Justamente anoche, un mensaje de texto le avisaba de una reunión secreta con uno de sus compadres liberales en un conocido sauna de ambiente y pensadores alegres. La última frase que escarapeló de placer los vellos de su espalda, decía: “Hermanón, no te olvides de llevar tu babydoll rojo para jugar a la guerra de partidos e izar mi asta en tus carnosas grupas de revolucionario suicida. No te olvides que llevaré los látigos dominatrix, marcados con “la hoz y el martillo”, que me pediste. Te espero, no falles, mi rojilla shemale. Firma: El pensador erguido y derecho, asesor de la presidencia y próximo candidato de peso a un escaño parlamentario”.
El izquierdista de salón, mientras revisaba presuroso el ropero de su mujer arribista algo se le hacía agua dentro de sí, el ansia le dejaba cierta erección y cierta contracción en su rollizas nalgas como si quisiera evacuar, cuando de pronto se topó con el vibrador de murano escondido entre la ropa interior y el babydoll rojo que, a propósito, y con otros fines, había comprado a su mujer. Fue en uno de esos viajes a Europa, precisamente en Suecia donde este tipo de ropa interior es de uso unisex, cuestión que aprovechó y le (se) hizo el regalito a su consorte. En cierto momento reflexionó un poco –cosa que pocas veces hacía- y se preguntó si la política, esa “comunión y lucha constante de los hombres de progreso, ese gran negocio por arrear ganado electoral y pregonar su ideología izquierdista” no se reducía –quizá con un poco de esfuerzo- a un falo erecto en su propio trasero.

viernes, 1 de agosto de 2008

PUBLICHERRY: ALPE Y ALGUNOS LIBROS IMPORTANTES EN LA ALICAÍDA "FERIA DEL LIBRO"



Varios amigos escritores me han enviado sus preferencias en torno a algunos libros peruanos importantes en esta "feria de libros" que se acaba el domingo. Aquí pego un vídeo de "Borrador Editores" donde se habla de algunos libros que han visto la luz este año. Quizá la novela del poeta Enrique Bernales "Los Territorios Ocupados", el libro de José Donayre "Ars Brevis" por parte de "Mesa Redonda Editores", y los libros relacionados a filosofía contemporánea editados por Alfredo Vanini de "Benvenuto Editores" están entre los que reclaman mayor atención.
Quisiera recomendar, también, los libros editados por Petroperú (que me avisan que ahora los venden a un precio simbólico de 5 soles), van los del premio Copé de Poesía y algunas novelas como "La Noche Humana" de Carlos Calderón Fajardo que comprende 3 nouvelles (cuya reseña la publicaré más adelante). Quisiera apuntar que los libros premiados en los centros penitenciarios ("Concurso de Arte y Esperanza 2007) no encontraron escenario en la feria, porque según aducían los directivos de la FIL, no había seguridad y el público se iba a ver afectado. Curioso este asunto porque el año pasado vi a Arnie Hussid (acusado de narcotráfico) quien tenía su propio stand y no "molestaba a nadie". Cuestiones del mercado y de cierta "delicatessen" plutocrática que se respira en el Perú del fluoxetinado Alan García.
Valgan las palabras de agradecimiento de Alberto Gálvez Olaechea, ex-lider del Mrta y ganador del concurso penitenciario: “Me pone un poco nervioso estar ante todas estas cámaras, sobre todo, porque la última vez que estuve así, en 1991, yo era el premio, y no el premiado”. Como dice la canción "los tiempos cambian y cambiarán más..."

martes, 29 de julio de 2008

FILÓSOFO ARGENTINO ATACA A BLOGS Y A FERIAS DE LIBROS



El conocido filósofo argentino José Pablo Feinmann ("La astucia de la razón", "El cadáver imposible", "El mandato", etc.) se manda un vitriólico rollo contra cierto tipos de blogs y bloggeros que no saben escribir (se entiende también, pensar, razonar, debatir, etc.), a los que algún jefe de información "les daría una patada en el culo" (Feinmann dixit). De pasadita también se manda unas verdades (que se pueden aplicar aquí también) contra la feria del libro argentina (donde aunque sea se lea a Paulo Coelho). Y es que no hay mucha diferencia con nuestra alicaída y percudida feria, salvo que aquí de yapa hay que escuchar a los fenilcetonúricos Gianmarco o a Cecilia Barraza. Antes de dejarlos con el vídeo, quisiera apuntar que es raro encontrar en la net a alguien que diga la verdad, generalmente hay una raza de cobardes y tinterillos (mitómanos hasta el tuétano) que se tragan sus palabras con el excrementicio fin de estar bien con todo el mundo y obtener ganancias accesorias ("transa, engaña y avanza").
Felizmente todavía hay filósofos con capacidad de respuesta.

lunes, 28 de julio de 2008

PERÚ: QUO VADIS, DOMINE




Feliz día señores, país de sirvientes, esclavos y ganapanes que le lamen las escaras a los verdugos, enganchaesclavos y explotadores.
Feliz día a los que creen en los acuciosos mensajes presidenciales, a los que saltan en un pie ante las cifras fraguadas del INEI que nada dicen de lo que pasa en la realidad.
Feliz día a los que creen que el país se reduce una bandera manchada de esperma o la menstruación vaginítica de una bataclana.
Feliz día a los artistas y escritores, pobres diablos, que le escriben y le cantan al país de sus sueños, pero no al país sobre el que posan sus pezuñas.
Feliz día a los que creen en la falsa “libertad” y la seudo “democracia” que de nada sirven a un país que se debate entre la esclavitud y la ignorancia supina.
Feliz día a los señores intelectuales que babean sobre el monitor y creen que pueden controlar y “definir” al mundo por medio de los teclados.
Feliz día a los izquierdistas de salón que hablan y discuten sobre Mariátegui. Vallejo, Javier Heraud, etc., y se rasgan las vestiduras, se quedan mudos y escondidos en sus casas cuando se habla de paros, huelgas o capacidad de respuesta ante la opresión.
Feliz día a los que lucen orondos sus escarapelas y que amarraron muy de temprano ese trapo que guardan vergonzosos en su cuarto de estropajos y enseres inservibles.
Feliz día señores patrioteros, farsantes y turiferarios; algún día, más temprano que tarde, la verdad los alcanzará, entonces nos veremos a las caras y se le tendrá que devolver el país a sus verdaderos dueños.



(Arriba. Pensé postear “Flor de Retama”, canción del catedrático Ricardo Dolorier, quien la compuso en 1969 cuando los sinchis fueron a debelar un levantamiento popular por una ley que anulaba la gratuidad de la enseñanza; pero pensándolo bien, no es acaso Gianmarco, ese imbécil que le cantó a Bush, la mejor imagen para estas “felices fiestas patrias”; sobre todo cuando se le ve cantando en un quechua nice “Adios Pueblo de Ayacucho” en el Lincoln Theatre de Washington DC, USA., esa dolida canción por la que muchos ayacuchanos apedrearían o lincharían a cualquier impostor o felipillo mediático)

sábado, 26 de julio de 2008

SOBRE EL LIBERALISMO: NUEVA RESPUESTA DE HÉCTOR ÑAUPARI A RAFAEL INOCENTE




En la última respuesta de Rafael Inocente había una preocupación lingüística (que en cierto modo debía afectar el proceso de pensamiento de su interlocutor). Ñaupari retorna al origen de la polémica y plantea un liberalismo sui generis y pone a Inocente al borde de la mitomanía.
En relación a los últimos comentarios, aviso que borraré los insultos o diatriabas de carácter gratuito, salvo que estos estén justicados o tengan algún tipo creíble de argumento. Aquí la carta completa:

Lima, 25 de Julio de 2008

Me exhorta Rafael Inocente a responder a sus dos preguntas centrales sobre la ambivalencia y fundamentalismo del liberalismo, lo que hago oportunamente. Sostiene Inocente que el liberalismo es “ambivalente por no presentar como problemática la relación de los derechos políticos e individuales por un lado, y los derechos económicos de la propiedad privada, por el otro”, completando su argumento señalando que “a través de su historia, los liberales del siglo XIX mostraron que eran siempre menos importantes la libertad de expresión y el Estado de derecho que la defensa de la propiedad privada y por tanto, el establecimiento”.

Digamos de entrada que la tesis de Inocente encierra una trampa. Se pretende que el liberalismo afirme que hay una “problemática” entre los derechos fundamentales y políticos y el derecho de propiedad. Como el liberalismo no lo afirma, entonces, es “ambivalente”. La trampa es que esa posición es en realidad una vieja tesis socialista que busca descalificar el derecho de propiedad, otorgándole un carácter de conflicto o problema respecto de otros derechos, y disminuyendo su condición de derecho humano fundamental. Si el liberalismo no puede sostener una posición que no es suya, sino del socialismo, entonces no puede ser “ambivalente”.

El verdadero problema es que la tesis expuesta por Inocente no resiste el menor análisis. El derecho de propiedad es considerado un derecho humano universal y fundamental, igual a todos los demás derechos esenciales y políticos, en Constituciones, Tratados Internacionales de Derechos Humanos, Cartas Constitutivas de Organismos Internacionales, y un largo etcétera. Inocente omite deliberadamente que hoy China y Cuba, países comunistas por donde se les mire, reconocen esa condición al derecho de propiedad.

Por otra parte, si hay un punto en que todos los países firmantes de sus constituciones y tratados están de acuerdo al respecto es que, siendo el derecho a la vida la fuente de todos los derechos, significa la libertad de llevar a cabo todas aquellas acciones que requiere una persona para sustentar, mantener y realizar en plenitud su propia vida. Por lo tanto, el derecho de propiedad es la única forma de implementarlo. Empieza con el derecho al propio cuerpo y el pensamiento. De allí que otros derechos fundamentales a los que alude Inocente compartan el rasgo del derecho de propiedad: la libre opinión, la libre expresión, el voto libre, la libre asociación, etcétera. La doctrina jurídica universal acepta que el derecho de propiedad no es el derecho a un objeto sino a la acción y a las consecuencias para producir o ganar ese objeto. No es una garantía de que un hombre obtendrá una propiedad, sino únicamente una garantía de que será suya si la gana. De no existir este derecho, por ejemplo, Inocente no podría reclamarse propietario de la novela que ha escrito con su propio esfuerzo, o del sueldo que gane, o de las regalías que legítimamente le corresponden si su creación se convierte en un film ú obra de teatro.

¿Supone esto reconocer que estamos en el mejor de los mundos? De ninguna manera. Pensar que el liberalismo es indiferente a la pobreza, la miseria, el racismo, la corrupción y la desigualdad es una afrenta a la inteligencia y a la sensibilidad de sus exponentes y difusores. De hecho hay numerosa literatura liberal que abona en ese plano y busca encontrar soluciones a esos males desde el Estado, la asistencia social, la redistribución privada de la riqueza y un largo etcétera. Por ello, Inocente es víctima de lo mismo que acusa: así como denuncia que nos hemos apropiado del término “libertad”, los socialistas se han apropiado de la “igualdad” y la “solidaridad”, conceptos que son y deben ser universales, lo mismo que la libertad. Quizás una tarea provechosa para ambos sería que Inocente y este escriba desarrollemos estos conceptos desde nuestras particulares perspectivas. Lo invito a hacerlo. De repente así es posible darle una salida útil a este interesante debate.

Sostener que la defensa del liberalismo supone no criticar a otros así llamados “liberales” defensores de dictaduras o de la nefasta guerra de Irak refleja, simplemente, que tales críticas no se han leído. Václav Havel, Mario Vargas Llosa, Octavio Paz, Federico Jiménez Losantos, Jean François Revel y muchísimos otros han criticado duramente a aquellos liberales que sólo ven la perspectiva económica, han servido dictaduras o una intervención ilegal. Comprendo que Inocente, hombre cultivado al fin, y escritor muy decoroso, no haya tenido acceso a esos artículos (el silencio de los autores liberales en el Perú podría ser tema de otro debate) lo mismo que quienes, con identidades supuestas, pseudónimos y anónimos insultan, tampoco. Por un mínimo de honestidad intelectual, se deberían leer esos argumentos y sacar sus propias conclusiones. No digo con esto que cambien de opinión, pues no soy un fundamentalista como se me acusa, dado que creo firmemente que toda persona tiene derecho a cambiar o mantenerse en sus convicciones, y defenderé hasta la muerte el derecho de esas personas a expresarlas. Ése es el concepto de tolerancia que los auténticos liberales tenemos (como el padre de Nabokov, diputado ruso liberal, que murió defendiendo en el Parlamento la vida de un opositor suyo socialista, de ser asesinado) y que muchos socialistas no pueden ni quieren admitir.

De hecho, el liberalismo es una ideología abierta y en permanente cambio y revisión de sus tesis. No considera traidores ni revisionistas a quienes tienen, dentro del liberalismo, una posición discrepante, como si lo ha hecho el socialismo, con su vasta historia de capillas y cenáculos. Tampoco sostiene que los autores socialistas sean el mal. De hecho, una atenta lectura a las críticas al socialismo desde el liberalismo se ha fundamentado siempre en tesis científicas, y con mucho respeto, desde Valor y precio de producción, Camino de Servidumbre (obra dedicada a los socialistas de todos los partidos), Ni Marx ni Jesús, ¿Será liberadora?, La fatal arrogancia, Los marxismos imaginarios, Los marxistas, El libro negro del comunismo y un largísimo etcétera. Parte importante de la respuesta socialista, por el contrario, ha sido una cadena interminable de insultos: burgueses, imperialistas, corruptos, defensores de dictaduras, neoliberales, fundamentalistas, ambivalentes. Como hoy los insultos que he recibido simplemente por exponer mis ideas y que se pueden leer aquí, sin la valentía de poner sus nombres o dar las caras. El fundamentalismo, entonces, tiene otro rostro: el del anonimato. En su crítica al liberalismo, a diferencia de los otros, Inocente es valiente y lo felicito por ello.

Por otro lado, argüir que hay relación ambigua entre el liberalismo y la democracia es pasar por alto la verdad histórica que el liberalismo fue la ideología sobre la cual se instituyó la democracia moderna en el mundo, lo mismo que los gobiernos limitados, los parlamentos y las constituciones. Además, el liberalismo fue y es la columna vertebral sobre la cual la democracia ha evolucionado hasta hoy. Y todo esto más de 100 años antes que el socialismo se diera a conocer al mundo. Esto lo reconocen hasta los más acérrimos críticos del liberalismo.

Debo concluir señalado lamentablemente que la afirmación de Inocente sobre Hayek es una mentira. En su visita a Chile en 1981, sostuvo que el experimento económico pinochetista “es un error (y se inspira sobre bases) falsas”. Al respecto, ver la entrevista que dio al diario El Mercurio el 19 de abril de ese año. Todos sus biógrafos sostienen que fue perseguido por los nacionalsocialistas, lo que le forzó a huir a Inglaterra antes de la segunda conflagración mundial. Además, denunció a los fascismos en su obra de 1944 Camino de Servidumbre. Luego llamarlo fascista es faltar a la verdad.

Confío finalmente que podamos darle una perspectiva útil a este debate.

Atentamente

Héctor Ñaupari

(Arriba: un mendigo, nuevo ciudadano del neoliberalismo)


El científico y biólogo de origen italiano, Giuliano Vecco, me envía este artículo en torno a la bataclana Daysi Suárez y su felíz cabalgata sobre la bandera peruana. En torno a los juicios que se vienen, Terra informa de la siguiente manera:

Puntual y con una amplia sonrisa, Leysi Suárez se hizo presente esta mañana en la Segunda Fiscalía Penal de Lima para responder sobre el presunto delito de posar sobre el pabellón nacional. “Quisiera hacer un llamado a las personas que se sintieron en algún momento ofendidas por alguna publicación… Yo amo al Perú”, precisó Leysi después de tres horas y veinte minutos de interrogatorio de la fiscal.

Aquí el artículo titulado: La Dama y el Tartamudo:


El orgullo criollo, esa falacia risible inventada por las clases dominantes, ha sido remecido en un solo día por dos acontecimientos: el estrepitoso moqueguazo y la rotunda goleada por 6 a 0 propinada al borrachiento equipo de fútbol que ostenta la blanquirroja hoy dulcemente humedecida por las savias de Leysi Suárez.

Estos dos acontecimientos —el moqueguazo y la goleada— han sumido en la más profunda crisis existencial al establecimiento criollo y son tema de análisis de científicos sociales y otros sesudos y tembleques humanistas por quienes guardo poco respeto. Un tercero, una hermosa potranca mestiza y calata montada sobre un sufrido caballo, es motivo de escándalo y denuncias penales. Veamos, la imagen de una hermosa chola desnuda acoplada sobre un caballo, es en sí misma, una figura de desobediencia y conquista de masas, es un subliminal mensaje globalizador en pleno auge neoliberal, como bien observa César Hildebrandt. Este estremecimiento que han ocasionado tres sucesos aparentemente desvinculados, ha sido tan fuerte que hasta uno de los más notables miembros de la intelectualidad criolla, el poeta, columnista principal de Perú 21/El Comercio y coordinador de la especialidad de periodismo de La Católica, Abelardo Sánchez León (El Tartamudo), se ha visto obligado a reconocer anteladamente que "…quizá sea tiempo de considerar que la bandera del arco iris puede reemplazar a la blanquirroja, símbolo oficial de la gente criolla como yo, concebida a espaldas de la población indígena que no ha sentido suya la independencia…" (Banderas detrás de la niebla, El Comercio, 18 de junio del 2008)

Esta evidencia palmaria del resquebrajamiento moral del pro-extranjero criollismo peruano, y nada menos que desde su prensa misma, desde el buque insignia del clan familiar Miró Quesada y más aún en pluma de uno de sus intelectuales más notables, es por demás sintomático.

Por otro lado, en esta última semana dos sucesos más han remecido a la opinión pública. El circo montado por los delincuentes Carlos Torres Caro (tránsfuga político, maleante en ciernes y novel paparazzo filmador de la cuchipanda en un viaje a Brasil en el que participó el congresista Velásquez Quesquén), el pillo pseudonacionalista Gustavo Espinoza (autor de un proyecto de ley para amnistiar a Antauro Humala y Alberto Kenya Fujimori), amistados dizque por Velásquez Quesquén, alias La Chola Quesquén (corrupto congresista candidato por el APRA a la Presidencia del Congreso). Pero no contaban con la astucia del retorcido Gustavo Espinoza, este jíbaro con terno (con perdón de los jíbaros), alumno aplicado de la rata Montesinos, filmó a todos en su miseria al mejor estilo de su maestro. Entonces, la contundencia de este vídeo tiene el efecto de una potentísima enzima, si las palabras con las que el cholo infecto Torres Caro insta a su colega moral Espinoza, no hacen madurar a la fuerza al pueblo peruano, pues la calateada de Leysi merece flores, aplausos y poemas. Leamos la arenga del infecto Torres Caro al jíbaro Espinoza: "Aquí es el bienestar de nosotros primero, eso es lo primero, antes que trabajar por el país tiene que estar el bienestar tuyo".

Y ahora viene lo rico, el día de hoy el señor Ministro de Defensa, Antero Florez-Araoz (sí, el mismo que dijo "qué saben las llamas del TLC") ha dispuesto que los fiscales ignorantes inicien una investigación preliminar de oficio a Leysi Suárez por supuesto "ultraje" a un símbolo patrio. Además, la graciosa ministra de Justicia, Rosario Fernández ha afirmado que "posar desnuda sobre el pabellón nacional linda con lo ilícito".

Realmente hay que tener una concha de vieja tortuga galápagos para hacer semejantes afirmaciones y rasgarse las vestiduras, actitud comprensible tal vez en una anciana beata, pero en un viejo pajero y carcamán como el Ministro de Defensa... vésteconc…!

Entonces, el singular poeta Abelardo Sánchez León tiene razón cuando se pregunta, esclarecido él, "¿Podemos vivir con dos banderas? ¿A cuál de ellas le debemos lealtad, afecto, reconocimiento? ¿La blanquirroja es para un tipo de peruano y la del arco iris para otro? No conozco país que tenga dos banderas. Quizá la bandera del Tahuantinsuyo sea un símbolo transnacional y reúna toda aquella área que se asume como heredera de un antiguo imperio, unida por profundos lazos culturales".

Un país (qué digo país, corral, establo, chiquero) como el Perú, en donde a sola firma se han perdido, donado, cedido más de 300 mil kilómetros cuadrados de territorio a través de tratados diplomáticos firmados por maricones de la Academia Diplomática, no es un país que merezca ostentar siquiera una bandera. Un país que ha cedido a Chile aire, tierra, mar y hembras no es un país que merezca cantar el somos libres. Porque en este país de mentirillas todo es falso: comenzando por el sucio dios de los cristianos impuesto a sangre y fuego hasta la bandera bicolor con la que Leysi se ha enjugado la fuente de jade, pasando por el escudo, el himno y las fiestas patrias.

Un país cuya economía está totalmente extranjerizada y particularmente chilenizada, no es un país cuyas clases dominantes deban arañarse ante la audacia de una hermosa bailarina mestiza y cachonda que se cubre la papa con un trapo bicolor mil veces pisoteado por las clases dominantes.

Un país que construye el tercer piso del fujimorato (el segundo lo hizo Toledo) sobre montañas de cadáveres y desnutridos crónicos, un país que implementa medidas neoliberales que ni siquiera EU o Francia osarían implementar, un país que farsantea juzgando a Montesinos pero que da vivas a la Vladiconstitución espúrea, un país que firma TLCs sin más criterio que el que dicta Torres Caro (primero son mis negocios, luego los de la patria), debería aplaudir y dar vivas a Leysi Suárez.

Incoherencia total y absoluta: ¿no que ya no habían naciones, por tanto, tampoco banderas? ¿no que no había fronteras, por tanto, tampoco ejércitos ni nacionalismos? Hipócritas y mil veces hipócritas. Nacionalistas de cartón piedra. Yo le pregunto al carcamán y cobarde Ministro de Defensa, ¿oye pezuñento, cuántas pajas te has hecho pensando en la hermosa potranca que hoy condenas? ¿No que son cristianos y que quien esté libre de culpa tire la primera piedra?

El estado de amariconamiento generalizado de la sociedad peruana, particularmente la descomposición política/empresarial/militar clama ahora en voces de sus turiferarios por la condena y apedreamiento público de las camaradas cortesanas, cuando ellas les han restregado en plena cara la ruindad de su sistema neoliberal, con una ironía tan fina que tal vez ni ellas mismas son conscientes de lo sublime del mensaje globalizador que ofrecen posando desnudas sobre un trapo bicolor enmierdado mil veces por las fuerzas armadas, los empresarios, políticos, jueces, curas y demás delincuentes de saco y corbata.

Resulta muy deplorable, por otro lado, ver a muchos izquierdistas y feministas rabiosas emitiendo su opinión sobre este tema bajo la hipócrita moral pequeño-burguesa clasemediera de centro izquierda hoy llamada progresista (bajo el paradigma positivista-eurocentrista y anglosajón) y que nada tiene que ver con la mejor tradición socialista auténtica y revolucionaria. Digo clasemediera porque la gran mayoría de quienes condenan la calateada de la camarada Leisy Suárez bandera en chucha no son capaces de condenar la abyección en que ha caído el Perú por obra y gracia del liberalismo autoritario que gobierna este corral desde hace 20 años, pues esta pseudoclase mimética denominada media por lo peor de la sociología burguesa es un amasijo de gente inestable, sin verdadera ideología pues la que tienen viene impuesta desde arriba, desde sus patrones.

Hace unos meses la compañía de teléfonos celulares Claro (Méjico) bombardeó todo el territorio del Perú con un slogan que además pintaba en gigantescos murales al ingreso de las principales ciudades de la patria: TODO EL PERÚ ES TERRITORIO CLARO. ¿Alguno de estos fariseos condenó acaso a Claro por usurpar el nombre de la nación de manera tan descarada y mercantil? La cadena de farmacias chilena INKAFARMA utiliza el nombre de la cultura que nos ha parido para así lucrar engatusando al cholerío y nadie tampoco dice nada. Y podríamos seguir con mil ejemplos más, pero sería inútil.

Sus cerebros cucufatos y caducos no comprenden que exhibir o mostrar el cuerpo del mismo modo que muchos deportistas, modelos, actores y actrices venderían el suyo en numerosas escenas fingidas o no de sexo están al mismo nivel de la camarada bailarina cuando ofrece generosamente su carnalidad voluptuosa y bien peruana sobre alazán maltrecho, que eso es lo que en realidad irrita a los hipócritas que la condenan, que lo del pabellón patrio es sólo un recurso para justificar su pacatería provinciana mientras rematan la patria al mejor postor y si es chileno con más ganas.

Desde esta tribuna pública y democrática hago mi llamamiento a la solidaridad socialista para el reconocimiento de las bailarinas, vedettes, prostitutas, putos y afines, como trabajadores y contribuyentes a la riqueza nacional con el añadido de ser generadores de gratificantes e intensas horas de placer y relajo. Insto también al original poeta y columnista de los reputados diarios Perú 21 y El Comercio a actualizar el visionario artículo titulado Banderas detrás de la niebla, tomando en cuenta los últimos sucesos acaecidos en nuestra patria.


(Arriba: extraño híbrido)

miércoles, 23 de julio de 2008

RECONTRARÉPLICA Y CORRECCIONES DE RAFAEL INOCENTE A HÉCTOR ÑAUPARI



En la anterior misiva de Héctor Ñaupari, este enfocó parte de su ilustrada respuesta (sobre la problemática cubana) en corregir cierto desdén lingüístico en Rafael Inocente. Al parecer, el debate está tomando otro color (¿golpes bajos? no lo creo, simples mediciones tácticas). El novelista de "La Ciudad de los Culpables" me envía esta carta abocada en corregir el mal uso de la palabra "infringir" (craso error de Ñaupari) en vez de "inflingir" que, al parecer, tampoco sería el correcto verbo en infinitivo. Sin mayores explicaciones, dejo esta interesante aclaración. Nos vemos en la zona de comentarios.


«Unos a otros se matan sin compasión,
Mamacha de las Mercedes
¿Qué es lo que pasa aquí?»
-Mamacha de las Mercedes, huayno ayacuchano-


Estimado doctor Ñaupari, cálmese que no le hace bien a su presión ni a su trajinado corazón valiente.



Toqué carne, doctor Ñaupari. Usted pierde el control fácilmente.



Usted afirma sentirse desalentado, es decir, abatido. Siento desilusionarle, doctor Ñaupari, pero en un momento histórico como el actual, cuando todo socialismo realmente existente se ha hundido o descompuesto ante el peso de la realidad y cuando se reafirma el orden capitalista en el mundo con el auge del liberalismo y cuando la ultraderecha arremete en contra ya no sólo del marxismo, si no de todo movimiento de liberación nacional, popular, indigenista, minoritario (tal vez como el de los cubanos sometidos por una privilegiada gerontocracia), sumarme al corro de áulicos que danzan macabramente sobre la tumba de millones de seres humanos que, esos sí, lucharon por la libertad de sus pueblos y naciones, sería miserable. Afirma usted que "justo cuando parece posible que los socialistas peruanos construirán, por fin, un socialismo renovador, inspirado, fuerte, que mire al futuro sin los corsés ideológicos que tanto daño les han hecho". ¿Qué le hace aseverar algo tan temerario, Héctor Ñaupari? Conversar no es transigir. Dialogar no es pactar ni mucho menos conciliar, doctor Ñaupari. En estos tiempos de hegemonía casi universal del pensamiento único liberal, la ultraderecha saborea sus pírricos triunfos con un sectarismo arrogante, pues se han atribuido para sí el uso del sagrado concepto de la libertad y usted es uno de los comensales en este festín de muerte, pero esa seguridad que usted tiene al afirmarse de manera tan categórica en su teología liberal resulta sospechosa. Porque en el fondo está, al igual que sus compañeros de ruta, inseguro de su recetario de cocina, pues a ojos vista el mundo se canibaliza y se rompe en un norte y un sur absolutos y excluyentes, la propia Europa, la vieja, decadente y decrépita Europa, tan querida y admirada por ustedes, está desorientada y sometida al Imperio de las Grasas Saturadas que se pudre en fascismo y tiembla ante la incapacidad de sus estructuras para garantizar un orden interno debiendo recurrir a medidas retrógradas como expulsar a los inmigrantes pobres del mundo, pues tal vez pronto deba recurrir a la receta violentista de Hayek, ya se les acabó la imaginación liberal para seguir contando cuentos a ignorantes y sus santones son cada vez menos creativos.



Me acusa usted orondamente de ser culpable de NUEVE MIL MUERTES, NADA MENOS. Me acusa de formular mentiras, caer en contradicciones, confusiones terminológicas y, oh, maestro, faltas gramaticales.



Comenzaré por lo último, las faltas gramaticales y le enrostraré sólo un par para que no se avergüence. Apenas empecé a leer su misiva, tropecé con dos groseros errores, tal vez comprensibles en un técnico o un ingeniero dedicado a otros quehaceres, pero imperdonables en un ABOGADO, HOMBRE DE LETRAS y autor de varios libros, abanderado por lo demás de la causa liberal en tierras andinas.



Dice usted que "la percepción de Inocente sobre Cuba está sepultada debajo de los nueve mil cadáveres que han INFRINGIDO Fidel y Raúl Castro a su propio país (…). Confunde usted toscamente los términos, doctor Ñaupari. Infringir (del latín frangere, romper) es quebrantar, violar, vulnerar, transgredir y mejor no sigo, porque el castellano es ocioso. Tal vez quiso decir INFLINGIR, y se le fue la R por la L. Pero tampoco es así, doctor Ñaupari, pues INFLINGIR significa delinquir, incumplir, contravenir, prevaricar, inferir (verbos todos muy relacionados al lumpenempresariado que medra en países en donde se ha instaurado el liberalismo). Y aunque en teoría ese verbo no existe, no forma parte del sistema del idioma castellano y no aparece en los diccionarios que tanto le gustan, pensaré que usted desea innovar el idioma en un acto de legítima rebeldía, pues si lo hizo el poeta comunista César Vallejo, ¿por qué no lo podría hacer el poeta liberal Héctor Ñaupari? A ver, a ver, entonces adivinaré. Lo que usted tal vez quiso decir, pero ignoraba el término castellano es INFLIGIR (del latín fligere, golpear) en su acepción de ocasionar (daño), motivar, causar. ¿O me equivoco, ilustre doctor Ñaupari? Entonces usted quiso decir que Fidel y su pandilla INFLIGIERON nueve mil muertos al pueblo cubano. No se lo discuto, probablemente así sea, más aún si lo dice el polémico Archivo de Cuba. Lo que resulta inaceptable e indignante es que usted, en un arranque de ira de estirpe rivagüeriana (¿o quizá tal vez rivahuayriana?) quiera achacarme la complicidad de esas nueve mil muertes. Usted adolece, doctor Ñaupari, no solamente de severa incomprensión de lectura, además sufre de ceguera política y logomaquia, pues en ningún momento de mi misiva yo he hecho afirmación tan precipitada, es más en ninguna línea de mi carta, hay una defensa obcecada de la gerontocracia que gobierna todavía la isla, como si lo hace usted enceguecido ante los males que ha causado a la humanidad su privativa teología neoliberal.



Doctor Ñaupari, usted que es un hombre con mentalidad jurídica, debería saber que no es lo mismo posesión que propiedad, que no es lo mismo cometer un acto que comentarlo, debería en suma ser más cuidadoso al momento de escribir sus pensamientos y no acusar tan suelto de huesos y señalar con el dedito acusador, culpable, pues soy inocente de aquello que usted me imputa en su rabieta liberal, inocente desde mis tatarabuelos, desde el primer Inocente que pisó tierras americanas, huyendo de la pobreza en una continente festinado por los poderosos que hoy se reciclan bajo nuevos velos y cooptan mentes brillantes pero débiles de jóvenes audaces pertenecientes históricamente a las etnias sojuzgadas después de la invasión europea.



Segundo error grosero, lo cito: "esa avalancha de muertos insepultos SEÑALAN a Inocente como culpable y cómplice de sus asesinatos (…)", cuando la avalancha debería ser la que me señale, no los muertos, el plural está demás. Podría seguir, pero no quiero aburrirle, lo tomaré como algo anecdótico al igual que su particular lectura de las citas de Hobsbawn que usted hace, sin antes haber leído con detenimiento y mesura el párrafo que origina dichas citas. Lea con calma, doctor Ñaupari y luego recurra a las enciclopedias y excomulgue y condene.



Pero lo más increíble, doctor Ñaupari, es que no responde usted a ninguna de mis preguntas centrales. El liberalismo es AMBIVALENTE porque tiene un doble discurso refrendado en la práctica (no voy a explicárselo nuevamente, no hay peor ciego que quien no quiere ver, le he citado a Hayek, podría citarle a Friedman, a Hobbes, pero seguirá igual) y es FUNDAMENTALISTA porque su discurso está compuesto por una polaridad de conceptos en donde uno representa lo positivo y la verdad, y el otro lo negativo y la falsedad. De allí el encono con el que usted condena mi misiva, acusándome de ser cómplice de asesinos, criminal y casi terrorista, pues para ustedes quienes no compartimos su discurso trasnochado y teologal somos seres malignos y nuestra malignidad justifica el uso de la violencia en contra nuestra. Ya le cité a Hayek y usted con una ceguera asombrosa se niega a reconocer el fascismo de su admirado político economista, se niega a reconocer que calló en siete idiomas frente al régimen delincuencial de Pinochet como callaron otros liberales frente al fascismo nazi, su condena supuesta fue tibia y en la práctica lo apoyó en todo, al igual que Mario Vargas que cuando pudo alzar su voz por los oprimidos del Perú (caso Uchuraccay) prefirió callarse, echarle la culpa de tan horrendo crimen a la "sociedad entera" por "el aislamiento en que tenía a los indios" y eyectar el vergonzoso informe conocido como Informe Uchuraccay, exculpando a los infantes de Marina que instigaban a los comuneros ("los amigos vienen por el aire, los enemigos vienen por tierra", ¿se acuerda, doctor Ñaupari? Como ahora, ni más ni menos). Esos son los liberales que usted admira y defiende doctor Ñaupari.



Usted me pregunta, ¿qué se siente tener las manos manchadas de sangre cubana? Yo le devuelvo la pregunta, ¿qué se siente llevar en la conciencia el peso de los millones de muertos, enfermos, lisiados, desaparecidos y explotados que ha causado una ideología FUNDAMENTALISTA, una teología que santifica a la diosa libremercado, una teología criminal sea en su vertiente liberal o totalitario-fascista? ¿Por qué, esa teología que usted defiende ardorosamente, no ha implementado políticas en países poderosos como EU, Francia, Inglaterra, Alemania o Japón y si se ha instalado de manera irrestricta en África, América, Europa del Este y Asia con los desastrosos resultados conocidos por todos? ¿Es que acaso no es verdad que estas dictaduras demoliberales se implementaron en estos lugares por la presión de los organismos internacionales (no pago de la deuda externa), la sumisión absoluta de las élites políticas y el silencio cómplice de los intelectuales de estas sociedades periféricas? ¿O usted sería tan necio como para atribuir el crecimiento económico de Japón, China, India y el sudeste asiático al modelo liberal?



Es una curiosa ironía que la teología liberal (al igual que la marxista) elaborada por Mises, Hayek, Friedman y otros, para las naciones industriales se haya convertido en la teoría económica y en gran medida, un modelo político para países "periféricos" de los que tal vez ellos apenas si sabían de su existencia. Cito a J. Stiglitz: "Por ejemplo, la privatización del seguro social no puede avanzar políticamente dentro de Estados Unidos, sin embargo, ésta es una exigencia para países como Argentina. También el caso de la liberalización comercial: a los países del tercer mundo se les demanda que eliminen sus subsidios, mientras que en Estados Unidos, Alemania y Francia los subsidios para el sector agrario y el acero se mantienen o se incrementan. El fundamentalismo del mercado se promueve en el tercer mundo, el mismo que jamás se intentaría en Estados Unidos y otros países desarrollados. Esto es nada menos que una agenda política que se promueve".

Esa es la dura realidad, estimado doctor Ñaupari, en EU y los principales países de Europa, la aplicación del liberalismo ha sido limitada, a pesar de la existencia de diversos gobiernos conservadores. Aquella supuesta validez universal de la teología que defiende, es totalmente falsa. Las naciones y los pueblos —todavía—tienen historia, cultura y tradiciones y el determinismo economicista del liberalismo apuesta a que todos los países están destinados a adoptar el mismo sistema económico y por tanto las mismas instituciones políticas. Instituciones tan nefastas para la humanidad como el Fondo Monetario Internacional están sustentadas por esta teología fundamentalista y para muchos pareciera que nada puede impedir que el mundo se convierta en un inmenso mercado libre en donde quien nada vende ni nada compra es poco menos que un paria, un condenado, un huaccha. Ese es el verdadero RACISMO IDEOLÓGICO del que usted debería despercudirse cuanto antes, porque éste es además un prejuicio etnocentrista que usted, ilustre descendiente de los Ñaupas y los valientes tallanes Belupú, Sirlupú, Macalupú y Lalupú que combatieron junto a los comuneros de Chalaco para expulsar al invasor chileno, al igual que ellos debiera usted combatir por su verdadera libertad y asumir con hidalguía y entereza que el capitalismo INFRINGE (ahora sí, INFRINGE) daño y comete etnocidio, eliminando a las culturas nacionales (llamados ahora, "pueblos originarios"), culturas que considera prescindibles en su implacable lógica mercantil, pueblos considerados como subhumanos y no aptos para la construcción de la sociedad "libre", descalificados para la vida en las condiciones de la ideología y la política liberal-democráticas.



El único criterio de verdad es la práctica y coincido con usted en que ella, la

verdad, no admite ceguera alguna. La ciega racionalidad económica de los liberales es contagiosa y creo que usted es sobre todo poeta.



Cordial, pero firmemente



Rafael Inocente

martes, 22 de julio de 2008

¿SICALÍPTICO?




1.-BAILARINA POSA DESNUDA SOBRE BANDERA BICOLOR

Muchos se han escandalizado de esta foto, sobre todo, porque según los entendidos, voyeurs, fronterizos y acuciosos señores, los genitales de la damisela posan “directamente” sobre la bandera bicolor (¿!). El abogado Luis Tudela reclama horrorizado: “Como peruano me siento avergonzado, total y absolutamente agredido, pero como abogado tengo que tragarme la cólera y admitir que no cometió ningún delito y todo porque nuestras leyes son muy flojas al respecto”. Asimismo, la congresista Cenaida Uribe ha pedido cárcel para la osada bailarina porque esta acción “ofende” la moral de los peruanos.
Estas respuestas me hacen pensar en que, definitivamente, vivimos en una sociedad hipócrita, pacata y llena de vicios privados; pero, eso sí, virtudes totalmente públicas.
El otro lado de la medalla es el hecho que Leysy Suárez, la desnudista con poses de equitación, sólo está usando la bandera nacional para hacerse un poco de publicidad. Me pregunto yo y qué pasaría si la eventual jinetera estuviera con su periodo o con algún problema hormonal. Podríamos acusar a alguien de manchar una tela (¿y qué es una bandera fuera del real contexto de "Nación", "Patria", "Estado"?) que –derrepente- para muchos ya no significa nada. Horror Vacui.

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2.- ¿UN PAR DE PIERNAS?

Maritza Espinoza, columnista de “La República” ha publicado el día de hoy un artículo bastante polémico (al menos para las mujeres) sobre “Lucesita”, la solitaria estrella colombiana de ese canal de televisión inventado en la estafa: R.B.C.
¿Qué es lo que hace Lucesita? Se pregunta la columnista y luego de una retahíla de preguntas, concluye: nada, sólo tiene un par de “buenas” piernas (la parte que valora al todo). Interesante artículo, por ratos pareciera que desbordara una envidia insana. Me pregunto qué pasaría si el artículo, en cuestión, hubiera sido escrito por un hombre.

Aquí el artículo titulado inequívocamente “Piernas poderosas”:

Las piernas de Lucecita ya son leyenda. No hay programa en que se presente ni entrevista que dé donde el tema central no sean esas dos llamativas prolongaciones de su anatomía. Y es que, más allá de ellas, la simpática colombiana no ha mostrado mayores talentos hasta hoy. ¿Lucecita canta? No. ¿Lucecita baila? No. ¿Lucecita conduce extraordinariamente bien? Tampoco, tampoco. ¿Lucecita entrevista? Menos. ¿Lucecita tiene un gran carisma, un discurso estructurado, una chispa desbordante? Mmm, no. ¡Pero tiene unas pierrrnas!
Lo curioso es que esa limitación de toda su humanidad a un bien trabajado par de extremidades parece no incomodar en absoluto a la colombiana, que lo mismo atraca los acosos mañosones de algunos de los personajes de Carlos Álvarez, como ser toqueteada por una Gisela Valcárcel que el sábado parecía entrar en éxtasis de sólo tocarla.
Lo único cierto es que Lucecita podrá organizar marchas que bloqueen todo Miraflores (algo que parece que ya sus imponentes tentáculos pueden hacer cualquier tarde) o erigirse en el paradigma de la nacionalidad colombiana en el Perú, pero es seguro que no la veremos jamás en una concentración feminista. Que se revuelvan Simone de Beauvoir y Gloria Steinem en sus tumbas, pero esta chica no se incomoda para nada con no ser nada más que un par de piernas. Ni parece necesitar más. Casi un siglo de lucha para que las mujeres seamos tomadas en cuenta por algo más que nuestro físico, y Lucecita viene y lo desbarata todo de una patada... de su imponente par de piernas.

NUEVA RESPUESTA DE ÑAUPARI A RAFAEL INOCENTE



El funcionario público y poeta, Héctor Ñaupari, me envía esta re-respuesta a Rafael Inocente. El tono de esta carta se ve alterado por cuestionamientos mayores que, espero, puedan despejarse pronto. En salud de una polémica honesta entre dos adversarios ideológicos, me sigo reservando mis opiniones. Aquí la misiva:


Lima, 22 de julio de 2008

Debo confesar que la última respuesta de Rafael Inocente me llena de desaliento. Justo cuando parece posible que los socialistas peruanos construirán, por fin, un socialismo renovador, inspirado, fuerte, que mire al futuro sin los corsés ideológicos que tanto daño les han hecho, aparecen escritos como éstos, ahogados en tantas mentiras, contradicciones, confusiones terminológicas y faltas gramaticales, que no dejan un mínimo atisbo para la esperanza.

Digamos, primero, que la percepción de Inocente sobre Cuba está sepultada debajo de los nueve mil cadáveres que han infringido Fidel y Raúl Castro a su propio país, de acuerdo con Archivo Cuba , la CVR de la isla. Esa avalancha de muertos insepultos señalan a Inocente como culpable y cómplice de sus asesinatos, pues su misiva lo vuelve un defensor del sistema castrista. Es muy difícil que no hierva la sangre de indignación cuando algún despistado se llena el ego escribiendo sobre “la lucha heroica del pueblo cubano” y le niega responsabilidad a la dictadura en más de cuatro mil fusilamientos y sobre mil muertes en prisiones y centros de detención.

Pregunto, ¿qué se siente tener las manos manchadas de la sangre de inocentes ejecutados extrajudicialmente, incluyendo niños, intentando huir de Cuba por mar o buscando refugio en embajadas? En ese Moloch ensangrentado de la hoz y el martillo son sacrificados líderes religiosos así como mujeres embarazadas, asesinadas en el presidio político. En estos Barrios Altos y Cantutas cubanas se mata en nombre del socialismo y sus cómplices no persiguen histéricamente a su autor intelectual por el mundo. No: lo ponen en un altar. Lo llaman héroe, padre, salvador de la patria, el nuevo David. Ni siquiera el Grupo Colina es capaz de eso. Inocente y los defensores del castrismo sí.

De acuerdo con Amnistía Internacional, a la que nadie ha acusado de “neoliberal”, a fines del 2007 unas 40 personas seguían condenadas a muerte en Cuba. 62 prisioneros políticos seguían en prisión. En un juicio sumario celebrado en abril de ese año, la Corte Municipal de Unión de Reyes condenó a José Oscar Sánchez Madan a cuatro años de cárcel por “peligrosidad social”. El juicio tuvo lugar sólo cuatro horas después de su detención, y a ningún familiar se le informó de su celebración ni se le permitió participar en él. José Oscar Sánchez Madan era uno de los portavoces del disidente Movimiento Independiente Opción Alternativa. Ése es un botón de muestra de la justicia que Inocente y los de su tendencia quieren para el Perú. No es extraño pues, que en sus versiones más extremas, los socialistas peruanos recurrieran al terror, los coches bombas y los secuestros para imponerse.

Señalemos que toda la información mencionada hasta aquí es pública y accesible. Sin embargo, para los castristas peruanos es parte de la campaña contra su régimen. Ya sabemos, los socialistas sólo ven la paja en el ojo derecho y nunca la viga en el ojo izquierdo. No cambiarán. Y más todavía, como Edipo al descubrir la verdad, Inocente y los suyos prefieren sacarse los ojos antes que reconocer lo evidente. Veamos.

En su apresurada misiva, Inocente comete graves yerros históricos y contradicciones. Afirmar temerariamente que el crecimiento numérico del proletariado industrial era desbordante debido a la ruina y el empobrecimiento de la sociedad agraria feudal es no haber leído al propio Karl Marx ni a Eric Hobsbawn . Éste último, historiador marxista, sostiene que el crecimiento del proletariado se debió al capitalismo, y que incluso “entre 1853 y 1855 la importante subida en el precio de los cereales (el principal elemento en la bolsa de la compra) ya no produjo disturbios de gente hambrienta en ninguna parte [...] Los muchos puestos de trabajo y la disposición a conceder elevaciones temporales del sueldo donde era necesario, mellaron el filo del descontento popular” .

Sostener sin fundamento alguno que “a través de su historia, los liberales del siglo XIX mostraron que eran siempre menos importantes la libertad de expresión y el Estado de derecho que la defensa de la propiedad privada” es no haber leído nada de la historia del siglo XIX, donde el ya citado Hobsbawn indicó que “las antiguas cuestiones de la política liberal se hallaban de nuevo en el temario: la unificación nacional italiana y alemana, la reforma constitucional, las libertades civiles, etcétera” en pleno desarrollo capitalista, concluyendo que “la política revivió en un período de expansión (la del capitalismo del siglo XIX), pero dejó de ser la política de la revolución” . A pesar de esto, que el celo ideológico de la izquierda peruana la lleve a contradecir a sus propios historiadores, no es algo nuevo. Los socialistas se han caracterizado siempre por negar lo que antes afirmaban, y acusar hoy de traidor a quien ayer era la representación viva de su doctrina.

Lo que sí tiene gracia es denominar al liberalismo ambivalente y fundamentalista al mismo tiempo. Son términos contradictorios entre sí. Si bien las frases de cliché aplicadas al liberalismo son, como el escritor marginal en el Perú, una figura agotada y sin contenido, que a nadie dice nada, esto ya es el colmo. Revise, por favor, señor Inocente, el Diccionario de la Lengua Española: ambivalente es la condición de lo que se presta a dos interpretaciones opuestas. Fundamentalista caracteriza a la exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina . Ningún fenómeno complejo –como una ideología– puede serlo hasta violar el principio lógico de no contradicción. Y decir que el liberalismo es ambivalente por no presentar como problemática la relación de los derechos políticos e individuales por un lado, y los derechos económicos de la propiedad privada, por el otro, es ignorar lo que el liberalismo promueve. El liberalismo siempre ha hablado de una sola libertad, y de su concepto integral, siendo iguales libertades civiles, económicas, jurídicas y todas las demás. Revise El Manifiesto Libertario de Murray Rorthbard y lea antes de criticar.

Finalmente, sorprende a Inocente que se defienda con ardor el liberalismo. Le replico que si uno no defiende con ardor sus ideas no tiene derecho a ser llamado un hombre. Lo que no puede hacer es defenderlas sin criterio, resistiéndose a la evidencia de la historia, sin una pizca de honestidad intelectual, como cuando afirma con gran cinismo que Friedman y Hayek justificaron el golpe en Chile, cuando lo criticaron, o que los liberales no denunciamos los crímenes del grupo Colina, ignorando que Mario Vargas Llosa y muchos otros los denunciamos desde el primer momento , y no él. La verdad no admite ceguera alguna. En nombre de ella, guardo para mí la esperanza que el socialismo peruano pueda librarse de ese racismo ideológico que lo ciega y le impide volverse el movimiento moderno, capaz y transformador que el Perú necesita. A ese esfuerzo, y no en la defensa de siniestras dictaduras caribeñas, deberían dedicar sus energías. Cuenten conmigo para lograrlo.

Atentamente,


Héctor Ñaupari

1 www.archivocuba.org es la base de datos electrónica de las víctimas de la revolución cubana. Aunque cubre todos los espectros políticos, se destacan la magnitud, severidad y naturaleza sistemática de los crímenes del liderazgo comunista cubano y se pone de manifiesto su largo y profundo desprecio por la vida humana.
2 Hobsbawn, Eric. El Gran Boom. Capítulo 2. Fuente: Documento sobre clase obrera y política.
3 Hobsbawn, Eric. Op. Cit.

4 Hobsbawn, Eric. Op. Cit.
5 Diccionario de la Lengua Española. Vigésima segunda edición 2001, Tomo I, Madrid, España, páginas 135 y 1099.
6 Sólo tiene que revisar el libro Desafíos a la Libertad de Mario Vargas Llosa.

domingo, 20 de julio de 2008

"LA RETÓRICA DE LA LIBERTAD", RESPUESTA DE RAFAEL INOCENTE A HÉCTOR ÑAUPARI



En uso del llamado "derecho a réplica", Rafael Inocente, me hace llegar la siguiente carta dirigida a Héctor Ñaupari. Espero que este intercambio de misivas no sulfate la amistad entre el novelista (biólogo) y el poeta (abogado) y, más bien, lo dialógico ayude a encontrar afinidades y nuevas luces de lo que es la libertad y lo que debería ser en un país de verdadera democracia. En cuanto a Cuba (país del cual tengo un extenso ensayo titulado "Cuba 666"), me reservo mi apreciación.
Aquí el texto reactivo:

Respuesta al poeta Héctor Ñaupari: la retórica de la libertad


"El capitalismo es perfectamente compatible con la esclavitud, la democracia no"

El futuro del capitalismo

L. Thurow

Bien, Héctor. Espero que este intercambio epistolar no se torne en un diálogo de sordos. Ensayaré una respuesta que probablemente no logre modificar su particular percepción acerca de Cuba, pero si cuestionar el ardor con el cual defiende sus ideales liberales.

Mal de muchos, consuelo de tontos, solían repetir nuestros abuelos para referir aquella malhadada costumbre de mirar la paja en el ojo ajeno y no ver la suya propia. Pues bien, al aludir a la desigualdad, la explotación y la corrupción que se ha enseñoreado en nuestra patria en estos casi 20 años de gobiernos asesorados por liberales de toda laya, no fue mi intención justificar lo que sucede con el pueblo de Cuba, una nación soberana condenada a un proceso de demolición lento, agresivo y doloroso por el País de las Grasas Saturadas en el Cerebro. Una condena que sí se hizo efectiva con la República de Haití, aquella que se atrevió a proclamar la Primera República Negra en el Nuevo Mundo a inicios del s. XIX, después de derrotar a la fuerza de elite enviada por el Imperio napoleónico, que invadió su territorio con el único fin de restaurar la esclavitud, masacrar a buena parte de su pueblo e intentar liquidar a la dirección militar y política de aquella revolución. Nunca se lo perdonaron y hoy Haití es un despojo de nación que los poderosos usan como lección a todo aquél pueblo que elija el camino de la libertad, esa libertad por la que usted se bate ahora con furor uterino.

El mito de la inferioridad de la raza negra largamente incubado por los defensores de pseudociencias como la antropometría y la frenología fue derribado de una patada en el poto por el fantasma indoblegable del general Toussaint Louverture, traicionado y muerto luego en una cárcel francesa. Hay que volver una y otra vez sobre estas páginas heroicas de la lucha de los pueblos del mundo, porque en la actualidad aún hay mucho que meditar alrededor de ella. Aquella fue una lección de lucha anticolonialista y antiesclavista sin par, similar a la que da ahora el pueblo cubano.

Es que, Héctor, no se trata de que el liberalismo sea injustamente comprendido, pues ese liberalismo que le reconforta y que le sirve de punto de apoyo para cuestionar la intromisión del estado en las libertades civiles del pueblo caribeño, es un sistema ideológico ambivalente, que usted ha optado por representar garbosamente en tierras andinas. ¿Y por qué digo ambivalente? Podría usar un término más duro, pero me he prometido a mí mismo intentar ser diplomático. Simplemente no logro comprender, estimado Héctor, cómo siendo usted un hombre de mundo, poeta culto, esclarecido y consciente de la villanía de las clases dominantes persista en la obcecada defensa de un orden contrario a cualquier tipo de libertad e insostenible desde cualquier punto de vista, sea económico, sea ecológico, sea ético o social. Y es que la crítica que usted realiza en su artículo al gobierno de Cuba y la conmoción que afirma sentir ante las carestías, represión y corrupción en tierras cubanas deberían además conducirle a severa reflexión acerca de los mismos males en lugares del mundo en donde el liberalismo ha sentado sus reales con tanta o mayor fuerza que el gobierno en Cuba.

Cuba es de alguna forma lo que Haití fue a las batallas de ideas que se dieron por aquél entonces entre el feudalismo decadente y el capitalismo, en las épocas aurorales de su fase industrial. El triunfo de una revolución negra en pleno Caribe, una revolución antiesclavista exitosa que atizó las discusiones acaloradas a la luz de un capitalismo industrial naciente, generó bandos encontrados. En aquellas épocas emergían nuevas clases económico-sociales dotadas de un gran poder intelectual resultado de la Ilustración: por un lado, el desarrollo pujante de las ideas liberales de la burguesía concretadas en las dos grandes revoluciones burguesas, la de las 13 colonias inglesas y la francesa, y por el otro, rechazo al capitalismo y crítica a la sociedad burguesa dieciochesca por parte de una intelectualidad identificada con las tesis más avanzadas del socialismo y la resistencia de un proletariado industrial cuyo crecimiento numérico era desbordante debido a la ruina y el empobrecimiento de la sociedad agraria feudal.

¿Por qué reseño todo esto? Porque Cuba es más allá de sus problemas, un símbolo, es el punto de quiebre de las discusiones entre liberales y lo que usted graciosamente denomina progresía intelectual, cenáculo selecto que todavía no me cursa invitación alguna. Pero más allá de carestías y progresías, Cuba es su gente, esa gente real que vive, lucha, sufre y ama.

Alguna vez me preguntó, estimado Héctor, ¿Y qué sería de aquél pueblo cubano, culto, educado, políglota y generoso si en vez de la tenebrosa gerontocracia que la gobierna, disfrutase de democracia? ¿Qué sería Cuba en democracia?

¿Pero qué tipo de democracia, estimado "Jéctor"? ¿Qué democracia?

Vuelvo aquí a lo que dije párrafos arriba. El liberalismo es una teoría económica y de acción política fundamentalista y ante todo, ambivalente. Ambivalente por no presentar como problemática la relación de los derechos políticos e individuales por un lado, y los derechos económicos de la propiedad privada, por el otro. Históricamente, la alianza de democracia y liberalismo, ha sido absolutamente ambigua. En el siglo XIX, cuando la política liberal tuvo su apogeo, los tres principios coherentes que caracterizan esta ideología fueron la libertad de expresión, el imperio de la ley y principalmente, el derecho de propiedad privada, junto con la libre competencia económica. A través de su historia, los liberales del siglo XIX mostraron que eran siempre menos importantes la libertad de expresión y el Estado de derecho que la defensa de la propiedad privada y por tanto, el establecimiento. Pero el comportamiento del liberalismo con la democracia no fue disociado solamente en el siglo XIX. La racionalidad económica con la que se han obnubilado la mayoría de liberales, los torna defensores de lo más retrógrado del ser humano: basta descorrer el velo para darse cuenta que bajo aquellos tules de seda se esconde una retórica de la libertad que no admite otra adjetivación de la naturaleza humana que no sea la económica. Cuando Hayek, y lo cito literalmente, dijo "Qué tengamos que ver con la justicia social es sencillamente una superstición del tipo de las que, por respeto a la paz, podemos admitir en la medida que ello hace felices a sus partidarios, pero contra lo que debemos luchar cuando esos principios pretendan ser impuestos a otros hombres. La creencia predominante en la justicia social de la actualidad es naturalmente la mayor amenaza a los demás valores de una civilización libre" (Hayek, 1981: Recht, Gesetzgebung und Freiheit, Bd. 2, Landsberg am Lech: 98)", el tío no estaba bromeando. Poco después agrupados bajo la Sociedad del Monte Peregrino parieron esa brillante treta llamada economía social de mercado, financiados por grandes corporaciones norteamericanas y gigantescas transnacionales. Pues bien, ese liberalismo autoritario, fundamentalista y dramáticamente inculto es el que ha calado en estas tierras, sea bajo el rostro amable de la economía social de mercado o el siniestro de los monetaristas que sostuvieron las sangrientas dictaduras latinoamericanas (Argentina, Chile, Uruguay y Perú).

En el año 1973, cuando el status quo se vio en peligro en Chile toda la fraseología pseudolibertaria de Hayek se fue al carajo. Si la realización de la libertad natural sin violencia alguna era el objetivo acariciado por los liberales, la hipocresía de sus principios quedó demostrada de manera sangrienta y criminal. Si la ejecución del proyecto neoliberal en sí mismo era puesto en peligro, este principio se vulneraba fácilmente. Se debía de proceder en forma absolutamente dogmática y pragmática. Y esa es una innegable lección de la historia, Héctor, algo sobre lo que yo quisiera una explicación desde su insaciable y profundo deseo liberalista. Porque el golpe de estado en Chile, preparado y financiado por la CIA, contó con el apoyo expreso de economistas liberales, entre ellos Hayek. Y porque en el Chile pinochetista no existió (amigos chilenos me cuentan que hasta hoy no existe y la valiente acción de la adolescente Música Sepúlveda dice mucho de una sociedad terriblemente clasista y acomplejada) durante mucho tiempo libertad de expresión, estado de derecho, libertades civiles ni nada que se le parezca, al igual que en el Perú de la época fujimorista. El experimento político-económico que significó para el pueblo chileno la puesta en práctica por primera vez, bajo el asesoramiento de un liberal como Milton Friedman, es hoy por hoy un peligro latente para la paz en América del Sur pero sobre todo para el Perú, pues la política económica liberal y autoritaria se expande cada vez más peligrosamente a nuestra patria con la complicidad de la clase política y el beneplácito de intelectuales que critican candorosamente las injusticias en Cuba, pero no son capaces de reparar en la desigualdad económica y social que han producido gobiernos (democracias o dictaduras) asesorados por liberales de todo pelaje.

Repito, estimado Héctor, usted como librepensador debería coincidir, cuando se ha tratado de defender alguno de los tres postulados básicos del liberalismo, a saber, la libertad de expresión, el estado de derecho y el derecho a la propiedad privada, el liberalismo siempre ha optado abierta y sospechosamente por esta última.

Por ello me sorprende su sincera y ardorosa defensa de los derechos del pueblo cubano, es usted un admirador de Hayek muy atípico, pues a este señor le importaban un pepino las libertades individuales cuando de cuidar el bolsillo de los poderosos se trataba, allí si era práctico y ortodoxo para recurrir al golpe de estado y a la violencia de clase en contra de quienes osaban subvertir el orden establecido. No, no reaccione así, estimado "Jéctor" que no voy a caer en el simplismo de igualar a Hayek con Pinocho. Al primero le bastaba el mercado. Al segundo, como a muchos otros de su misma calaña, le bastaron las armas. En rigor, a ambos les sobraron la democracia y aquél valor tan caro a ustedes los liberales y a nosotros, los libertarios, la libertad.

En momentos en que termino de pergeñar estas líneas se celebra en el distrito de Miraflores una Marcha/Fiesta por la Paz en solidaridad con las víctimas de la violencia en el hermano país de Colombia, la que está siendo cubierta desde todos los ángulos por las televisoras sobre todo por el ángulo que mejor ofrece Luz Marina Zevallos. Por otro lado, en la mañana de hoy se enterraron los restos de las víctimas de la matanza de La Cantuta después de 16 años de haber sido secuestrados, torturados, quemados y asesinados por el Grupo Colina durante el régimen dictatorial liberal de Alberto Kenya Fujimori (1990-200), crimen atroz respecto al cual los liberales jamás se pronunciaron (¿o me equivoco, Héctor?). El entierro ha ocurrido en medio de incidentes provocados por las exigencias absurdas de un funcionario de la Beneficencia Pública a los deudos de los estudiantes asesinados, originados a su vez por la ausencia de ciertos documentos (autorizaciones y trámites legales para la inhumación de los restos de los estudiantes asesinados) que debió haber entregado a tiempo el Ministerio de Justicia. Esta afrenta final a la memoria de los universitarios asesinados con autorización de las más altas jerarquías militares y civiles para escarmentar al pueblo combatiente es también una afrenta a la memoria de las decenas de miles de desaparecidos durante la guerra fratricida que ensangrentó nuestra patria, como también es una afrenta para el pueblo consciente esa farsa de juicio en donde el pobre diablo Vladimiro Montesinos zarandea a jueces pusilánimes e ignorantes como le viene en gana. ¿Dónde pues el estado de derecho, las libertades individuales y civiles, el que todos somos iguales ante la ley?

Pero vamos, Héctor, hoy tocarán en la Fiesta por La Paz los engreídos de Montesinos, Losnosequienylosnosecuantos, el Grupo Kaliente de Iquitos y varias orquestas colombianas y ya que usted es el autodenominado Yaipén de la poesía peruana, divertido Héctor, creo que me daré una vuelta por el Parque Salazar para mover las caderas al ritmo de Shakira, Juanes y otros preclaros exponentes del nuevo arte colocho, que recordar muertos antiguos es tarea ociosa de los que han hecho del duelo una forma de vida.


Siempre suyo,

Rafael Inocente



(Arriba: aviso aparecido en página Web de Miami)

viernes, 18 de julio de 2008

CHAFA CHAVE CHARÓN (PÉSIMOS Y TENDENCIOSOS COMENTARIOS)



Últimamente he recibido comentarios y correos acusándome de antijudío, de xenófobo, de racista, misógino y homófobo (¿?). Debo admitir que no sufro alodoxafobia (miedo a emitir opinión) y si algún tipo de temor me aqueja, pues este está relacionado con las combis y al tráfico desastroso de esta ciudad de Lima (bombardeada por la desidia gobiernista con el apoyo de los alcaldes mermeleros y otros organismos que han visto negocio donde debería haber vocación de servicio). No sé a qué tipo de comentaristas con evidentes cuadros psicopáticos o con algún servomecanismo animal se le ha ocurrido que yo odio (misos) a todo el mundo o que quiero “derrocar” y destruir a un conocido blogger, a quien respeto a pesar de sus posturas ideológicas que no comparto para nada. E incluso me han inventado que asistí a una cita clandestina y con café y cigarros de por medio ¿?, para empezar no tomo café, ni fumo hace años; y, sobre todo, no suelo transar con nadie, creo estar libre de cualquier tipo de coacción, y mis respetos hacia el mundo no está basado en prejuicios de credo raza o posición social o académica. No tengo “aliados estratégicos” (me piden nombres, nombres y apellidos, algún mote, algún indicio, alguna clave, etc., ¿es acaso necesario? ¿Por qué no se esfuerzan un poco más?, además son muy pocos, casi contados con los dedos de una mano, los bloggers que merecen mi atención y mi respeto, el resto conforman la recua ordeñada por la sed de información periodística o por datos librescos para lectores poco aprovechados).
La literatura es más que la consignación de libros, revistas, autores (quizás también es eso, pero siempre puede ser un poco más de lo que se cree), es un debate permanente, un lugar de conflictos inevitables, de pugnas verdaderas y, por supuesto, de imaginación, mucha imaginación, lectura y trabajo.
Es lamentable que estos agitadores de mercados, llamadores de combis, dateros de esquina, candeleros de peleas callejeras, comentaristas fronterizos o hidrocefálicos (¿necesitarán su válvula de Pudens?) estén inventando caracteres que no corresponden a mi personalidad; entiendo que detrás de ello estén tratando de generar conflictos extraliterarios, atmósferas enrarecidas de beligerancia, odios y disputas por un podio virtual (una fama, un lugarcito, un “nicho” virtual) que a mí, en lo particular, no me interesa {esos rankings o carrera de burros sólo miden cantidades mensurables, pero a los que no se les puede aplicar diferenciaciones (¿podrán los “cálculos diferenciales” diferenciar, valga la redundancia, 100 comentaristas de bajo CI, de otros que no lo son?) cumplen con medir el tamaño de las masas, en el sentido de Ortega y Gasset, pero no pueden medir la “masa” cerebral, ni descubrir quién es quien, ni cuál es la “calidad” real de los que se acercan a tu blog (¿alguien puede confiar en los comentarios donde muchos se esfuerzan en vomitar lo mejor que pueden? y todavía se esfuerzan en “jalar” datos de precisión de google). Esto último sólo se puede lograr con test de estudios, con disciplinas más severas y más profundas que las estadísticas (por cierto, algunos no lo consideran ciencia, al menos si no va aliado a la estadística de diseño)}
Espero que esto no se vea como una disculpa (no creo ser tan prosaico, mucho menos rastrero), sino como una aclaración necesaria, puesto que la búsqueda de la verdad -aunque suene misticón- es uno de mis mayores desafíos, aparte de los continuos dilemas en torno a las lecturas de interés y de la escritura misma. De otro lado, no creo que sea necesario explicar por qué no guardo mayores odios, ni rencores; en todo caso puedo “odiar” los “pecados”, pero no al “pecador”, puedo “detestar” posturas ridículas, pensamientos retrógrados, teorías contranaturales; pero eso no me ubica en una situación de “enemigo”, al menos no en el sentido belicista (con AKM y con chaleco antibalas) en que algunos quisieran que me ubique. Ojalá que esos espíritus larvarios que quieren crear inquinas, antipatías, ojerizas innecesarias se preocupen más en aportar al debate, y no valerse de él para satisfacer deseos (sexuales o digestivos) insatisfechos y/o reprimidos. La compulsión de esto último puede llevar a severas frustraciones y a la anulación de la libido (climaterio y menopausia prematura) o a una trombosis digestiva, trayendo funestas conclusiones y, sobre todo, mal humor y pésimos comentarios dignos de una letrina pública.

(Arriba: Boris Karloff en plena transformación de hombre en monstruo)