viernes, 6 de junio de 2008

SOBRE LA ENVIDIA, UNA RESEÑA Y UN LIBRO: “SINFONÍA DEL KAOS”, NINGUNEADO POR EL ESTABLISHMENT



Hace 15 años Cromwell Jara escribió una reseña sobre mi –reciente, en esa época- publicado libro “Sinfonía del Kaos”; ya había tenido una conversa un poco ácida –y no iba a ser de otra forma- con Christian Vallejo (QEPD), responsable de culturales en “La República”. De esa conversación, recuerdo un intercambio nada amable de citas y de conocimientos memorísticos de libros y detalles que a la larga le sirven a uno para saber cuándo otro quiere impresionar con los datos y los versos de memoria. Hecho por el cual le llamé la atención y le corregí cierto poema de Gregory Corso que aparece en “El Feliz Cumpleaños de la Muerte”. (No fue mi intención hacer renegar al viejo). Recuerdo que ese día salí del periódico en el jirón Camaná, bastante molesto porque yo jamás le había pedido ningún favor a este señor, fue a través de Mario Vallejo, sobrino de Christian y compañero de carpeta en el curso Redacción Periodística II, la forma en cómo llegó mi libro a manos de este longevo dinosaurio de la crítica. Antes de salir, le desee éxitos en su trabajo cultural y azoté la puerta. El invierno me recibió afuera y caminé hacia el jirón Quilca pensando que mi futuro como escritor estaba condenado -por extrañas fatalidades- a un círculo cerrado y hermético que –para mi pesar- no tendría por qué exceder a mi familia, o sea yo mismo, ya que en ese tiempo vivía solo, hecho por el cual había llegado a escribir 30 páginas diarias, poemas, cuentos, ensayos que nunca verían la luz.
Por aquellos días me encontré con Cronwell Jara en la ANEA del jirón Puno y me entregó una reseña sobre “Sinfonía” que él había preparado animosamente, y como no estaba colaborando en ninguna revista me la entregó para que yo la publicara en algún medio. Justo ese mismo día me encontré con un poeta de mi generación que sacaba una revista con una gente del Museo de Arte y, sin pensarlo, le entregué, ingenuamente, la reseña. Lógicamente este poeta –del cual me contaron era una especie de encarnación putrefacta de la envidia y de otras miserias del ser humano- nunca lo publicó y lo ocultó “para siempre”. El tiempo pasó y mi libro llegó a las manos de casi todos los poetas que se cruzaron conmigo, existían buenos comentarios y cierto poeta de renombre pensaba que yo podía ser “su sucesor”; Enrique Verástegui quería estamparme el clisé de “mito viviente”; la verdad nunca he tenido esa pretensión, es más, me parece absurdo, y es que no había escrito “Sinfonía del Kaos” para “suceder” en el trono a nadie, mucho menos para ser mitificado. Acepté humildemente las relaciones lecturales con respecto a Hora Zero, la Beat Generation y Rodolfo Hinostroza que amablemente sugirió el poeta Róger Santibáñez. Juan Ramírez Ruíz, levantando la copa, diría que yo era el “poeta de hierro” a lo que respondí que prefería ser el “poeta de plomo”, o sea antiradioactivo.
Lo cierto es que los críticos literarios con los que conversé por esos días estaban muy preocupados por mi relación con los grupos poéticos de aquella época y me interrogaban si tenía algún padrino literario, algún poeta que estuviera guiando mis pasos, obviamente me preguntaban de forma sutil, tratando de entender quizás, por qué alguien como yo había escrito ese libro que poéticamente injuriaba el orden establecido y se entregaba a un tipo de amor suicida y doloroso. La música del desorden estaba empezando a escucharse.
Así, de esta forma, mucha agua corrió por este río heraclitiano. Hace unas semanas me encontré con un viejo amigo escritor, quien me pidió no revelar su nombre por razones “diplomáticas” y conservar esas amistadas con las que tiene tratos literarios y publicaciones constantes, el cual me entregó esta vieja reseña de hace 15 años impresa en un papel envejecido, apolillado y cuyos bordes la lluvia había lamido suavemente dejando leer el texto, material que quisiera compartir con ustedes:


SINFONÍA DEL KAOS: CUANDO LA POESÍA SE HACE HISTORIA

x Cronwell Jara J.

Con “Sinfonía del Kaos”, Rodolfo Ybarra, se revela, de modo natural, como la voz más representativa de la generación del 90. Es “más poeta” que otros “representativos” de su generación. Poeta de “Arte Mayor”; él no se aferra a “expresiones-palabras-metáforas-imágenes” ingenuas y de escaso calibre semántico. Su poesía se dispara ametrallando la “realidad-cultura-política-valores”, despotricando, mostrando lo pútrido y destrozando todo para demostrar sus vacíos: lo fútil, lo artificial, la muerte, la estupidez de este mundo de tecnologías contaminantes, venenosas, enajenantes, estériles: dicho de otro modo, inhumanas.

“Sinfonía del Kaos”, de Rodolfo Ybarra, es un poemario que dará mucho que hablar a los señores dedicados a las ciencias sociales y a otras personalidades. No es un libro de poema más, como muchos que aparecen a diario en esta ciudad de Lima. Es un excelente libro de poemas. Excelente como lo es “Trilce”de Vallejo, “Una temporada en el infierno” de Arthur Rimbaud, “Cantos de Maldoror” del Conde de Lautréamont, “Los extramuros” de Enrique Verástegui o “Aullido” de Allen Ginsberg”.

Tal vez mi impresión de “Sinfonía del Kaos”, sea exagerada. De hecho que lo es. Nuestra realidad igualmente lo es. Reconozcamos, “Sinfonía” no será un poemario que inaugure una nueva forma, estilo u onda de hacer poesía. Como sí lo lograron Vallejo, Rimbaud, Lautréamont, Allen Ginsgberg. Pero continuará siendo bueno. Bueno por varios méritos. Bueno porque ha sabido nutrirse y asimilar lo mejor de la tradición poética llegada de otros lares, como ha sabido asimilar a Carlos Oquendo de Amat, César Moro, Enrique Verástegui, entre nuestros connacionales; y bueno desde su impecable formato y edición hasta los contenidos de los cinco “Bodegones” de que consta el libro. Contenidos que estremecerán, causarán repudio, asco, desazón, rechazo a su lectura, en más de un ingenuo lector; y por aquí uno de sus grandes méritos: el “yo que poetiza” (conciencia del poemario, ojos que avisoran la “ciudad-real”), sabe retratarse a sí mismo y, por ende, sabe retratarnos a quienes vivimos y padecemos esta “insoportable ciudad de Lima”.

“Sinfonía del Kaos”, resulta en este “retratarse” por dentro y por fuera de sí mismo, en cierta forma la conciencia-espejo de nuestra historia coyuntural citadina. Esto es lo que somos, así somos, así sentimos y padecemos esta mugrosa o asqueante ciudad de Lima, hoy y ahora, quienes la caminamos, pisoteamos, escupimos y observamos, mientras el deterioro y el caos imperante la sumergen cada vez más en la patética feria del smog, los ruidos infernales y en las mil formas de la contaminación ambiental. ¿Por algo habitamos en esta ciudad-chatarra, no?

“Sinfonía del Kaos”, es el testimonio de un poeta joven marginal que detesta la formalidad. Representa la voz y el sentir de millones de jóvenes de la Lima de hoy. Pero deviene en legajo histórico al testimoniar fielmente no sólo el deplorable paisaje exterior de una “Lima-basural-infierno-cementerio”, sino, además, al revelarnos las muchas formas de “neurosis” que todos sus habitantes, de uno o de otro modo –y sobre todo los más jóvenes- llevamos “como una bomba de cobalto sobre tu cáncer” dentro. Neurosis, desquiciamiento, visión de pesadilla “necesidad de agredir gratuitamente”, sensación de locura, anhelos de vomitar sobre el rostro de los demás, “ganas de matar a alguien”, pero trambién deseos de vagar, extraviarse y de amar y ser amado hasta la muerte, son algunos de los impulsos que arrastran al “yo poético” para facturar con vehemencia al borde de la locura, estos poemas.

El “yo-conciencia-poetizador” del poemario, desde la “Obertura” inicial del “Bodegón I”, al tomar conciencia de saberse quién es : “No tengo casa y habito los lugares más miserables de la marginalidad”, se descubre y declara a sí mismo:

“Soy un anarco sindicalista/ soy un Marxista confeso/ soy
un estúpido social demócrata/ soy un maldito cristiano
soy un perro khrisna/ soy la última rueda del coche/ soy
el último hippie en decadencia moral
soy un metalero sin suerte/ soy un subterráneo
desquiciado/ soy la última gota de esperma lanzada en el
vientre de la humanidad
Y aquí estoy enfrentando mi cara y mi cuerpo con el puño
Artero de la realidad/ y no tengo nada que perder”.

Por eso su reafirmación, hecha de irreverencia cargada de impotencia, odios y sentimientos de incomprensión y desafío:
“Me cago en los carros último modelo/ me cago en la
tecnología de desecho imperialista/ me cago en todos
los que niegan mi capacidad de juicio y mi razonamiento
dialéctico/ y nadie va a liarme una camisa de fuerza/
nadie va aniquilar mis palabras/ nadie va a encerrarme en
las mazmorras de la formalidad”.

De ahí que concluya:

“y yo levanto la mano y agarro la cachiporra de la
historia”.

“yo canto y soy la historia por donde vamos caminando
al borde la locura y del orgasmo”

Es decir, el “yo poético” se sabe conciente de su rol. Su voz poética: se hará “historia” en la medida que denuncie, despotrique y despedace la “ciudad-cementerio-infierno-basural” aunque sea con la poderosa maldición de su escupitajo poema.

Para ello, mientras deambula por la ciudad que se tornará “histórica”, no por los historiadores oficiales, sino merced al poder reconocido de la poesía, se acompaña de importantes personajes: poetas universales (Walt Whitman, Sylvia Plath, Rimbaud, Lautréamont) músicos famosos (James Douglas Morrison), la copulada Clocharde, pintores marginales (Víctor Humareda, Vincent Van Gogh), como de la imagen de la mujer amada, y los dolidos fantasmas de la abuela y del padre. Por quienes el poeta no vaga solo, aunque sufra de soledad y marginación; la lucidez, la luz de su inteligencia, la rabia de lucha: las lecturas de los libros que ama y la voz y compañía de sus fantasmas amados.

De estas pasiones, la locura del amor es la razón más poderosa para no perder del todo la brújula en medio del “kaos”. El amor, con su ráfaga de lujuria, ternura, deseo, odio-caricia, odio-amor, le es el rostro que reúne muchos rostros. No ama solamente a la abuela, al progenitor o a la clocharde. Su amor –por la vida, después de todo, reconocida en su bajeza humilde y mugre humana-, se entrega a la presencia sin artificios, al rostro sin maquillajes, al ser honesto –así sea delictivo-, a su “verdad”. Por eso “Tocata y fuga”, el segundo poema del “Bodegón I”, resulta finalmente más que una declaratoria de guerra contra la estulticia del mundo, la constatación contundente y despiadada de una filosofía de vida auténtica, de un credo de fe libre de cualquier hipócrita doctrina sacra o moral establecida, y por sobre todo ello: una especie de “arte poética”, ¡qué mejor!:

“amo lo horroroso y lo bello/ todo lo certero y todo lo
funesto
amo las piedras que conocen mis pasos y los pasos de
otros hombres y
de otros seres vivos que como yo van en busca de su verdad
amo estas calles cortadas con la chaveta del delincuente
porque él también es mi hermano en primer grado y su
vida también está

marcada con el sello de la desesperación
amo a las prostitutas y a los homosexuales porque su
carne es también mi carne/ porque su sexo es también
mi sexo”.

“Sinfonía del Kaos”, es un poemario que debemos leer todos. Un libro que debe leerse en escuelas, iglesias y ser criticado, cuestionado; un libro que deberían adquirir los congresistas y demás políticos que aparecen declarando diariamente en los noticieros de la T.V. y las radios. Para que reflexionen y sepan qué y quienes somos en este país. Y, sobre todo, entiendan: qué sentimientos, qué ideas, qué frustraciones y rencores y qué imágenes de la vida y del mundo, están ocasionando los legisladores y la estupenda política administrativa, cultural y económica de los últimos gobiernos, en las conciencias de millones de jóvenes de hoy.

Porque “Sinfonía del Kaos”, así la incuria y ciertas falsas delicadezas no lo quieran aceptar, será un libro que perdurará, arderá con llamas vivas en las manos y las conciencias de muchos; podrían quemarlo, vituperarlo, pero seguirá vigente por muchos años, décadas, pasado este siglo.

Porque esta “sinfonía” es la historia misma. La nuestra, así nos duela.

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Y su "Vómitos" en qué año salió, no lo tengo...

E.

Anónimo dijo...

"Por la boca, muertos" me parece su mejor libro, el más logrado por lo menos en el sentido formal.

Marco Aurelio

Anónimo dijo...

"Sinfonía del Kaos" qué buen libro, salud por la clochard y por ese poema donde quieres agarrar a patadas a todo el mundo.

Gerson.

Anónimo dijo...

Maestro Ybarra, su poesía antigua me gusta más, lástima que Ud. se haya alejado de ese submundo. Ojalá algún día pueda retornar a ese lugar primigenio. Un abrazo

RTE

Anónimo dijo...

¿Quién es ese poeta envidioso?
Denos ese dato para hackearlo.
Su servidor:
el ángel exterminador

Anónimo dijo...

Mi maranatha consiste en atropellarme a velocidad mil
poniendo las vísceras como precaución de vida
sin oportunidad de regencia u operancia
permitiendo a la tuerca girar sobre mi dolor
marcar mis pasos con su estenográfico tizón
contrayendo el latido cardíaco,
el viejo sístole de la madera corrompida
el nuevo diástole de la argamasa o el limo rompemuelle que sustenta los temores.
Toda imagen es cruel si persigue la verdad,
aún cuando la verdad -túnel transocéanico- no exista
no es el fin en el que se logran los objetivos trazados
sino en el camino al Gólgota
donde se va conociendo la neovida parásita,
el neorrealismo de la chanza hecha carne
oxigenada en sangre que me viene como hemorragia nasal o menstruación
contenida
enrojeciendo la inflamancia de los nervio-tejidos culturosos...



Éstos son los estremecedores "versos" iniciales del poema V de RUPTURA DE HEJE...

Más allá de nuestras coincidencias ideológicas, más allá incluso de nuestras discrepancias de caracter político y nuestras simpatías literarias, leer a Rodolfo Ybarra fue para mi un descubrimiento muy grato.

Lo poco que he podido conseguir del trabajo de Ybarra ha reafirmado mi fe en que desde la soledad, el empeño y el trabajo arduo(también aquél que sirve para llevarse el pan a la boca) se está gestando una poesía que llamaría POESIA PINGA PARADA: aquella que no cree en NADA.

Tal vez merezca la crítica de muchos marxistas ortos (ya lo sabemos, el kaos, la anarquía, esas "desviaciones pequeñoburguesas") pero no resulta equivocado el calificativo de Cromwell cuando dice que Rodolfo Ybarra es "más poeta" que otros representativos de su generación, una generación signada por el caos, la violencia y la corrupción generalizada desde las más altas esferas del poder hasta el cutrero cobrador de combi que vocifera insolente, habla vas!

Rodolfo, esperamos pronto una adecuada difusión de SINFONÍA DEL KAOS que para quienes creen que la poesía se reduce a los premios de segunda mano otorgado por jurados lerdos (favores personales de por medio) será beneficioso siempre conocer la otra cara de la moneda: violácea, caliente y mojada, POESÍA PINGA PARADA NO CREE EN NADA.

Rafael Inocente
desde La Ciudad de los Culpables

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo, Rodolfo Ybarra es una de las mejores voces poéticas de los últimos tiempos, oscurecido tal vez por voluntad propia y por el ninguneo de los que manejan la literatura en este país hecho de mierda a montones.

Adelante, Rodolfo, el tiempo es tu mejor aliado.

El Tukuyrikuy

Anónimo dijo...

Carajo, Ybarra, viva la buena poesía!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Miguel

Anónimo dijo...

BIEN YBARRA POR DENUNCIAR A ESOS POETASTROS. ESTAMOS ESPERANDO LA RELACIÓN DE NOMBRES PARA TOMAR CARTAS EN EL ASUNTO.

RICHIE

Anónimo dijo...

ibarra la legión de tus enemigos es tan grande como la legión de tus amigos. sigue así como vas, tu blog está muy bueno; sobre todo eso de las críticas y menos "copiar y pegar" de algunos blog que se la dan de importantes pero solo aportan frios datos, nada consistente, banalidades.

Enzo

RODOLFO YBARRA dijo...

Gracias, Rafael, por tu opinión sincera, la cual la tomo con respeto y muy en cuenta, porque se trata de un novelista que está renovando el emponzoñado panorama de las últimas letras peruanas. A propósito, acabo de recibir un correo de una -dizque- poeta que me reclama por las palabras "soeces" vertidas en este blog. No se por qué intuyo que la palabra que no le ha gustado es precisamente la acepción "pinga". Julio Cortázar, a quien leí en mi agitada infancia y adolescencia, tiene un pequeño ensayo sobre esta palabra y sus sinónimos tan elocuentes (por cierto, el uso de la palabra "pinga" es también común en Cuba y otros países centroamericanos), en Chile se usa la palabra pico, en España la palabra Polla (¿qué tal "La Polla Records"? Hace unas semanas estuvimos en una reunión con una mayorquina quien se había escandalizado porque en el Perú hubiera existido (¿existe todavía?, no lo sé) una lotería con el nombre de "La Gran Polla", risueña dijo que en su país hubiera batido records de venta) así, también en otros lados, es común la palabra picha, pija, y es común en los sectores proletarizados la palabra "rata" (que es el femenino de rato, el macho de la rata, ya se estarán dando cuenta de los términos muy femeninos para tan masculino órgano), también se usa "plátano", banano, "verga" (que es el órgano sexual de los animales, en su correcto significado). También he escuchado decir culebra,culebrón, trompa de elefante, manga de chompa, yuca, etc. Como verás, no es mi intención agotar este jugoso tema, sino que ninguna palabra es "mala" de por sí, hay una órbita mayor dependiendo de quién use los términos y cómo los use.

Anónimo dijo...

Ibarra: qué opinas de Miguel Ildefonsol?

Anónimo dijo...

Monserrat Álvarez se alucina maldita ¿qué opinas?

Anónimo dijo...

Bueno, bueno, Ybarrita, ¿qué pretendes ahora, las disculpas póstumas de Christian Vallejo?, ¿avivar el interés de tus antiguos poemarios, que bien sabes -espero que hayas aprendido algo en los ya casi 40 años que llevas a cuestas- valen muy poco, "poéticamente" hablando? Anda, habla claro, que ya estás viejos para andar con cojudeces. Dí claramente que vas a reeditar tus primeros poemarios y los vas a ofrecer a la crítica oficial y extraoficial de la literatura peruana -como todo escritor macho-, que lo harás porque ya pasan los años y no estás incluido en ningua antología respetable, que algunos de tus poemas antiguos-sino todos- ya no van contigo, que vas a escribir más "decentemente", y que, como tu amigo Inocente -que no tiene nada de inocente- estás por armar un publicherry para conseguir editor. Di todo eso, y tal vez comience a dejar de pensar que fuiste en los noventa otro que trató de pasar como maldito en la historia de la poesía y que no resultó, porque Leo Zelada ya había quemado todo ese rollo adolescente y ramplón. Di eso, y de pronto te recomiende a PRETEXTOS -eso si comienzas a escribir con las manos, y no con la pinga ni con el culo, como lo has venido haciendo-, y por fin puedas cumplir tus sueño de poeta tercermundista, proletario y anarquista por necesidad, y ver tus poemas en las vitrinas del primer mundo, y, sobre todo, del Comercio. No?

Anónimo dijo...

puta, cholito, que feos son tus versos.

"no quiero publicidad" dice la subterránea Ybarra,

pero escribe cartas para Somos.

jejeje...

Anónimo dijo...

Estimados caballeros irresponsables (sobre todo el que se escandaliza por mi frasecilla POESÍA PINGA PARADA NO CREE EN NADA:

Los vocablos pinga, poto y cachar son de uso cotidiano en el Perú y han sobrevivido, entre otras cosas, por la truculencia y la ricura que otorga su mención en un país signado por la hipocresía católica.

Transcribo lo que bien anota Gregorio Martínez en El Libro de los Espejos:

¿Por qué se ha perpetuado en el Perú el arcaísmo pinga? Casi en todos los territorios del orbe, donde se habla español, el vocablo pinga, palabra dura y obscena, ha sido borrada [sic] del léxico coprolálico por las oleadas sucesivas de nuevos términos y la mutación incesante de los hábitos lingüísticos. Sin embargo en el Perú ha persistido, trejo, el uso de la mentada palabra para denominar al llamado miembro viril; mientras en México sólo significa picardía[...] (p.163)

Aunque los diccionarios de la lengua española, siempre menguados y reticentes, suelen obviar la palabra pinga, y a duras penas consignan pingo o pingajo, se trata en verdad, de una voz castiza y legítima que nombra el palo largo que los cargadores se cruzan sobre los hombros para llevar sendos pesos colgados en los extremos. De modo que la terrible frase de un hablante peruano, tengo la pinga al palo, para mexicanos y españoles resulta un simple pleonasmo, tan inocente como la soñada frase que en el Perú y en Chile no escandaliza a nadie: «se sacó la polla y se fue a París.

Hubo un tiempo en que la mayoría de los hablantes de español, fieles a la expresión metafórica, no decían falo, pene, menos polla, o fascinum, sino pinga, en clara alusión al palo que todos conocían. También chucha tuvo su reinado idiomático y cachar por lo consiguiente. Así como los imperios, las tres palabras mencionadas han ido perdiendo sus dominios. A inicios del siglo XXI, después de Bolivia y Chile, sólo les queda el Perú como último reducto. Pero allí se han fortificado, en el búnker de la coprolalia, para florecer mil años atrás.» (p.164)

Respecto al peruanísimo vocablo POTO, que la vieja chuchesumare Hildebrandt no incluyó en su Diccionario de Peruanismos:

¿Podría considerarse que el vocablo poto constituye una vulgaridad, una expresión grosera, una obscenidad en el habla? Más bien un eufemismo galopante, alegaría alguien con un poco de razón. Sin embargo no creo que el término poto haya entrado al torrente del castellano coloquial, estándar o subestándar, simplemente por eufemismo o falsa delicadeza. Esa función de colchón moral la cumplía bien nalgas, trasero, sentaderas, posaderas y otras palabras pudendas. Yo diría que poto entró al cauce del castellano en los países quechuas de Sudamérica, en la ciudad y en el campo, por razones que tienen que ver más con la expresividad idiomática —humor, afectividad, metáfora— que con el mal llamado decoro verbal. (p.155)

Con extremada perspicacia, el escritor pone luego de relieve la función socializadora del lenguaje en tanto que instrumento que favorece el vínculo entre las distintas categorías sociales o grupos humanos:

Eufemismo o no, poto resulta un gratificante hallazgo metafórico para decir culo sin herir susceptibilidades. Por algo dicen, algunos visionarios neurólogos estudiosos de la mente, que el pensamiento funciona con metáforas, chispazos significativos. La expresión común «rico poto» no ofende a nadie. En el lenguaje afectivo, erótico o filial, se dice poto y potito con naturalidad, sin bochorno alguno. (p.155)

Desasnado poeta estimado.

En cuanto al infeliz que afirma que tuve que armar un publicherry para pedir editor, 'ta que cuñadito, no hables cojudeces,oe, ya estás bieeen vieja para interpretar un justo reclamo con una palabreja tan fea y horrísona como lo que sugieres.

Finalmente, el buen hombre que afirma, pituco él,"puta, cholito, que feos son tus versos"... por si no lo sabes te ilustro, no hay en su origen palabra inocente,es más, el lenguaje antes que nada contiene los indicios del ORIGEN Y RAÍZ de una NACIÓN y vocablos aparentemente coloquiales incluso resemantizados son propios de esos infelices que intentan ser coloquiales para lavar su mala conciencia y su doble cara.

La perpetuidad de zambito, cholito, chinito, ponjita, en el Perú del siglo XXI, es la palmadita en el hombro o la mano peluda en la pierna de la novia, en el momento del matrimonio, tal cual lo reclamaban, antaño, los amos que ya habían perdido el señorío que les reconocía el privilegio de romper la virginidad. El pretendido afecto que sobrellevarían en el Perú las susodichas palabras, zambito, chinito, cholito, ponjita, aplicadas incluso por amor filial o erótico -mi negra, mi cholita- o por estima y cariño, resulta un subterfugio e hipocresía que quiere encubrir sometimiento, dependencia, vituperio y simpatía racista (El Libro de los Espejos).

Así es pues, estimado cholo, si te disgusta la poesía de Ybarra, qué bueno,carajo, pero la inquina y la connotación de tu mensaje hablan por sí solas.

Estimado Rodolfo, finalizo con una reflexión, no sin antes instarte a darle por el culo a todo este mundo conchesumadre, como arenga aquél himno ochentero de Narcosis:


«¿Por qué —pregunta Gregorio Martínez— la gente lúcida de la izquierda peruana admiró con tanto entusiasmo al poeta Javier Heraud y a Luis de la Puente Uceda, pero casi por compromiso a Guillermo Lobatón y a Máximo Velando, los otros dos comandantes guerrilleros?»

Y responde en seguida:

«Seguro, porque no tenían la apariencia medio europea. Guillermo Lobatón era negro, y Máximo Velando, mestizo aindiado, además con un nombre, Máximo, tan vernacular. ¿Acaso no fue Javier Heraud quien le puso Toparpa a una chica de facciones nativas que asistía a un seminario exclusivo de literatura que daba José Miguel Oviedo en el Instituto Riva Agüero?» (p.403-404)

Servido, caballeros irresponsables...

Rafael Innocente desde La Ciudad de los Culpables

Anónimo dijo...

Hierba silvestre
aroma puro
te ruego acompañarme
en mi camino
serás mi bálsamo
en mi tragedia
serás mi aliento en mi gloria.
Serás mi amiga
cuando crezcas
sobre mi tumba
Allí: que la montaña me cobije
que el río me conteste
la pampa arda,
el remolino vuelva, el camino descanse
¿Y la piedra?...
La piedra lápida eterna será
en ella grabado
¡Todo quedará!

Para tí, Rodolfo, poeta del pueblo...

Edith Lagos

(desde Putis y Los Cabitos, los detenidos desaparecidos, torturados y asesinados, EXIGIMOS JUSTICIA!)

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

¿Por qué serán tan cobardes algunos ignorantes?

La ignorancia es atrevida, es cierto, pero nunca asustadiza ni pusilánime.

Así es que firma con tu nombre y asume con valentía tus palabras, cobarde y la conch... o todavía te duele?

Rafael Inocente,
desde algún rincón de La Ciudad de los Culpables

Anónimo dijo...

Ibarra: No le hagas caso a los mediocres. Son los envidiosos de siempre, los que no te llegan ni a los talones...

Revert

RODOLFO YBARRA dijo...

Tal parece que la rata volvió a chillar, ahora reclama que la sodomicen a toda costa. No pues, ratita (no te gusta la "pinga parada" de Rafael Inocente), ¿cómo es eso de las "antologías respetables"? (menciona una siquiera, roedor)Serán las que hacen mis contemporáneos con su propio billete o las que hace un conocido seudo "crítico literario" que usa plantillas de zapato y muletillas indecibles y que a nadie convencen, y que todavía se da el lujo de pedir auspicio estatal. O quizás, esos estudios literarios hecho(s) por "amigo(s)" y para "amigo(s)". No me hagas reir y deja de defecar en este blog. Habla con la boca y escribe con la mano, no hables con el culo ni escribas con el pie.
Repito: regresa a tu blog-retrete. En cuanto a mis "sueños", los cumplo todos los días cuando puedo mandar a la mierda a todos los especímenes como tú y lo que representan en este mundo, también, de mierda. Ya tendrán lo suyo en la hora indicada.

Anónimo dijo...

No se preocupen Inocente, Ibarra. Ustedes serán nominados al Nobel. La gente que lee saca sus propias conclusiones. No tienen que responder a los que no leen o se guian por las "modas literarias". Bien huevas son estos.

Richie

Anónimo dijo...

Rafael: tu rollo es bien paja, tus comentarios son, literalmente, la cagada. Bien por eso!

Carlos

Anónimo dijo...

"La Ciudad de los culpables"
Un novelón

Miguel Gutiérrez dixit

Anónimo dijo...

Buena Ybarrex, leí una traducción al inglés de tus poemas.

Saludos desde Menphis

Olazábal

Anónimo dijo...

quién es ese baboso que quiere ofenderte ybarrita, dános su ip para mandarlo a la era de piedra y asunto solucionado, je je je

El ángel exterminador

Anónimo dijo...

YBARRA, LOS VIEJOS POETAS TE ADMIRAN. LOS HE ESCUCHADO EN EL JUANITO DE BARRANCO. AHI HABLABA TOÑO CISNEROS CON EL PINTOR TOLA DE TU TRABAJO. DICE QUE A NADIE LE CONVIENE QUE TE HAGAS CONOCIDO PORQUE NO LE PERDONAS NADA A NADIE. TU POESÍA YA ES RECONOCIDA, SINO QUE SE HACEN LOS COJUDOS. ESO ME PARECE PAJA. SALUDOS

Renzo Ackerman
renzoackerman@hotmail.com