Estimados, amigos, al parecer este blog se ha convertido en el punto de los ataques informáticos. Hace tres días que no he podido postear nada, un extraño bicho me redireccionaba a otro lugar infame de la blogósfera; pero,como les dije hace unos meses, tengo un amigo en la avenida Wilson que puede encargarse perfectamente de estas cosas. Total, si lograran anular este blog, veré la forma de abrir otro y así en una tautología necesaria, continuar con mi trabajo blogeril. Aquí una carta del escritor Rafael Inocente, al cual pido disculpas por la demora.
CARTA ABIERTA AL SEÑOR HAROLD (EDITORIAL ZIGNOS)
Señor Harold Alva:
El cinismo y la ceguera son atributos de quienes, en vez de rebelarse, se refocilan con la realidad como los cerdos en el lodo. Y el grado de cinismo al que usted ha llegado con sus excusas y palabrería para justificar lo indefendible, resulta increíble.
Allá por 1920 ocurrió una famosa polémica en la cual se formuló una vieja pregunta, ¿por dónde pasaba el meridiano cultural de América Latina? La respuesta que indignó a los jóvenes escritores latinoamericanos de aquél entonces es que tal meridiano pasaba necesariamente por Madrid. Cuando Unamuno intervino en la discusión, dijo tajante que se estaba torciendo el tema principal, lo que estamos discutiendo, dijo Unamuno, no es por dónde pasa el meridiano cultural, si no por dónde pasa el meridiano editorial, es decir, no estamos hablando de arte sino de economía. Esta cuestión sigue latente hoy en día y con mucho más fuerza. Si en los años 20 existía una independencia que permitía a los jóvenes escritores latinoamericanos rebelarse indignados, hoy las grandes editoriales, están en Madrid y en Barcelona. Es por esos lares, lamentablemente, por donde pasa hoy nuestro meridiano editorial y, en no menor medida, el "intelectual".
Steiner decía que la censura del mercado no es menos terrible para el escritor que la censura que, hace tiempo, llamaron estalinista. Se habla siempre de esta censura política, pero pocos son los que se atreven a nombrar con nombre y apellido a la segunda, la censura del mercado, que se oculta o disfraza y puede ser ejercida por elegantes ejecutivos de periódicos decanos, por reporteros culturales de aspecto trajinado o deliciosas ladies de voz arrobadora. Una engendra rechazo inmediato y general, la otra casi siempre pasa desapercibida y decir algo sobre ella sería insensato, como insensato es ahora mandarse en contra de las sacrosantas leyes del mercado. No es cosa de sonrojarse y negarlo, barajándose en las cosas buenas que de seguro existen, pero decir que casi todo huele a mierda en el mundo editorial peruano, es una verdad de Perogrullo.
Varios otros motivos me llevaron pues a tomar las cosas con calma y no apresurarme en publicar mi Ciudad de los Culpables. Conocedor de lo manaturaloso del ambiente culturete y "literario" en un país que compra libros (Holler, Cornejo y Rosado, Cruz, Rampolla, Coelho, Johnson, Mandino y mejor no sigo, que me perdonen los optimistas) pero ignora la literatura, decidí esperar el momento adecuado para iniciar la romántica empresa de editar una novela en el País de las Combis Asesinas y la Puticumbia Estridente. Primer error. Pese a haber sido reseñada antes de ser publicada—La Ciudad de los Culpables— en El Pacto con el Diablo, el libro de ensayos de nuestro querido Miguel Gutiérrez, y pese también a generosos ofrecimientos realizados por algunas editoriales, me negué repetidas veces a acelerar el parto mediante una peligrosa cesárea sugerida por médicos a palos. Preferí el parto natural, sin prisas ni sobresaltos fuera de hora, para así no deber nada a nadie al momento de decir mi verdad. A mediados del 2007, Arturo Delgado Galimberti, aquél novelista de culto ignorado campantemente por el establecimiento, me presentó al poeta Rodolfo Ybarra, quien había leído un manuscrito de mi novela e iniciamos una amistad basada entre otras cosas en la común devoción por la literatura, la polémica y la política, así, en ese orden. A raíz de este triple encuentro, Rodolfo Ybarra me recomienda a su persona, y, como anota él, nos recomienda —ya que a mí me interesaba publicar mi novela en una editorial peruana y joven, pero que a la vez hiciese un trabajo limpio y honesto, un trabajo profesional— a ambos. Craso error el de Ybarra y lamentable resbalón el mío. El problema, señor Alva, es que muchos creen que la amistad otorga licencias que tal vez no se tomarían con desconocidos y sólo reparan en ello cuando esa amistad ya está completamente resquebrajada o, peor aún, el amigo, compañero poeta o narrador, ya no quiere más excusas y exige solamente lo que es de justicia. Justicia.
Mi novela vio la luz los primeros días de diciembre del año 2007. Desde entonces hasta la fecha (26 de mayo del 2008) han transcurrido más de 5 meses y usted, en su papel de editor, no ha hecho absolutamente nada por encontrar los adecuados canales de distribución y comercialización. Pero no solamente es eso: todo indica que usted esconde parte de mis libros en su domicilio, pues no encuentro otra explicación al hecho de que conserve en su poder, sin distribuirlos, más de 100 ejemplares de mi novela.
Cuando le conocí, quedamos en que nuestro trato sería en base a la confianza (eso le dije yo y cumplí con la palabra empeñada), incluso me negué a firmar algún tipo de contrato, rompí en sus narices el papel —ese papel que aguanta todo— pues confié en la buena fe de sus actos y en la veracidad de su palabra.
El día de la presentación de La Ciudad de los Culpables, el presentador principal, Miguel Gutiérrez, se encontraba sumamente incómodo, pues, pasados quince minutos de la hora convenida, usted no aparecía por ningún lado y yo no tenía ni un solo ejemplar de mi novela. De los 60 ejemplares que llevó apresuradamente aquella noche, encolados a mano, pegoteados y todavía calientes, todos tenían la indeleble marca de un trabajo chambón e irresponsable: groseros errores de impresión, edición y montaje. Insisto, el cinismo y la ceguera son atributos de quienes prefieren la vida muelle y relajada del atolondrado que pica por aquí y pica por allá, reincidiendo sin remedio y hasta el cansancio.
Pasaron los días y usted brillaba por su ausencia. Después de algunas semanas de insistencia logré ubicarlo y fuimos a la imprenta a recoger los demás libros. Otro desliz lamentable, no debí haber aceptado aquellos fardos en que se había convertido mi novela: por lo menos el 80% de los ejemplares adolecen de errores imperdonables de impresión, edición y montaje. He recibido docenas de correos y decenas de llamadas telefónicas alertándome de mutilaciones a mi obra, yo mismo, cada que tomo un libro para regalar u ofrecer en alguna librería, debo coger 20 para que luego de fatigosa revisión, resulte entre mis manos uno solo sin errores impresentables: ausencia de 1,2 ó 3 hojas, hojas en blanco, hojas dobladas, mala compaginación, por no mencionar la pésima calidad del papel, la peor calidad de la impresión y el rematado cuidado de edición de una novela que —usted lo sabe— no se merecía ese boicot editorial, que es como califico su trabajo.
Pero hay más. Hace varios meses tuvimos una conversación, todavía amical, en la que también estuvo presente el poeta y novelista Jorge Espinoza Sánchez, y usted se comprometió a resarcir la fallida edición de mi novela, a más tardar en el mes de abril. Aunque no refirió el año, mi buena fe me indujo a pensar que se trataba del mes de abril del año que transcurre. Tercer error.
Pues bien, le escribí cuarenta y nueve correos referidos a este asunto y hasta la semana anterior usted seguía rutilando pero por su ausencia. Diariamente decenas de mensajes atiborran mi correo electrónico preguntándome en dónde venden mi novela, haciéndome comentarios sobre la misma y la desastrosa edición, muchos colegas la han buscado inútilmente en diferentes librerías y sospecho que si no hubiésemos acudido conmigo mismo al Bulevar de la Cultura del jirón Killka, estoy seguro que La Ciudad de los Culpables no estaría hoy en las calles.
El delito de estafa tiene diversas connotaciones jurídicas, señor Harold Alva, pero el núcleo del concepto reside en el engaño. Sólo usted sabe si su intención respecto a mi obra ha sido esa o alguna otra, que la contundente realidad de la desastrosa edición de mi novela le responderá cualquier argumentación que usted intente ensayar en favor suyo, pues todo lo que aquí reseño no tiene carácter personal, está referido estrictamente a su trabajo como editor de mi novela.
Zein Zorrilla dice que en el Perú la labor de los escritores no termina al finalizar de escribir su obra. Allí recién comienza la titánica faena: difundir y distribuir su propia obra luego de sobrevivir a los editores y al mercado. Cuánta razón tiene el escritor ingeniero cuyo esclarecedor ensayo "Hija de Bergman y Kurosawa, nieta de Balzac", escrito con pluma diestra y editado en bello formato, hubiese causado revuelo en cualquier otra nación que apreciase a sus escritores: aquí toda la prensa le ha dado la espalda y apenas ha sido brevemente comentado.
Espero pues, señor Harold Alva, que esta carta le induzca a severa reflexión y a cumplir con la palabra empeñada que ese es un valor que mis padres me enseñaron de niño, creo que usted puede rectificar los errores, me costaría aceptar que su estructura mental es la típica de sujetos coloniales pervertidos por la semi-feudalidad y la criollada, pero matizada convenientemente por raptos de cinismo, característica de la ética del pendejo. Creo que usted ante todo, sigue siendo todavía poeta.
Rafael Inocente
BLOG DE
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36 comentarios:
me han dateado ke de este mes no pasa el porcino, hay varios puntas que le van dar duro
hola rodolfo no seas tan iluso ese pendejo no te va a pagar ni hacer tu libro ya paso las 72 horas y sigues en la misma, sacale la mierda a ese pendejaso ,ami y amis amigos tambien nos cago ,y al esposo de otra amiga no hay que tener consideracion con el cerdo de fango ,hay que llevarlo al matadero
lo que pasa que el tal harold ese se quiere hacer el vivo pero no le resulto ,con el cuento eso que es aprista y ellos lo defienden no hay tal caso hay que sacarle la miche por sinverguenza ,
porque los peruanos seremos malas pagas ,y despues disen que nos nos quieren en el extranjero ,si en todo lado la cagamos y con nuestros compatriotas ,igual di la mano en el exterio y me estafaron como tu harold hasta ahora busco al estafador no sera tu pata si lo ven me pasan la voz.se mantiene en quilca como tu
hola harold me gustaria conoserte en person sera asi como hablan todos de ti ;me da trabajo creer todo lo que ponen de ti pero me pongo a pensar alo mejor ahy algo de cierto porque no veo nada bueno a tu fabor ,excluyendo alos que dicen que son apristas pero como ellos tambien han estafado tu podras ser de su calaña contestame y sino invitame a quilca donde disen que te mantiendes libando licor por tu mujercita que te puso los cachos con espinoza sanches bay bay
Esto es extraño.
Compré el libro de Inocente después de ardua búsqueda (lo encontré en Quilca a 25 soles), lo he leído y me parece un debut literario con la pata en alto. Buena pluma, mejor estilo y salvo uno que otro bache referido, digamos, a la arquitectura de la novela en sí misma, la opera prima de Innocente se lee de un tirón porque es de una factura excelente.
Ya quisieran Roncagliolo, Thays, Ampuero y Cueto (no Fernando, el chimbotano), tener el coraje de este muchacho para contar lo que cuenta y la forma en que lo cuenta Inocente.
Ayer leí en El Dominical de El Comercio y ví con sorpresa que La Ciudad de los Culpables está considerada entre los libros más vendidos por Libros Peruanos,
¿cómo es entonces que la editorial no ha difundido la novela? ¿o la editorial está trabajando por su cuenta?
Carlos Espejo Santamaría
Publiquen correctamente el libro de Rafael Inocente y dejen de joder a los escritores.
ACT
Rafael, este Harold Alva está lanzando pestes contra tu persona, pucha que este individuo es recontrahipócrita...
Cecilia
"Zignos, rata" devuelve la plata a los escritores y no te hagas el pendejo
Johan
mira ve este desgraciado.
Rodolfo, Rafael:
Acabo de leer la INFAMIA que ha cometido el jurado al otorgar el premio de poesía José Watanabe, deshonrando su limpio nombre y su poesía, al fujimorista asqueroso y dizque poeta llamado Carlos Orellana.
Lo que cuentas, Rodolfo, es solamente una señal más de la degradación moral y el mal, el pésimo gusto (porque si Orellana es siquiera buen poeta, caray, yo soy la Caperucita Roja) en que ha caído el mundillo literario nacional.
Tendrán que responder por su ligereza y quién sabe qué otro entripado, Marco Martos (qué decepción, señor Martos), Ricardo Silva Santisteban y Doris Moromisato.
Lo más increíble e INACEPTABLE es que te soliciten permiso para colocar tu nombre (leo que te otorgan mención honrosa y diploma (¡?)por Animal Carnívoro, que presentaste bajo el seudónimo Hanibal Lecter) junto al del ganador, eso solamente revela la poca seriedad de ese concurso y, sobre todo, el temor a la veracidad de tu palabra.
Rodolfo, felicitaciones por tu entereza moral al no aceptar figurar al lado de esta rata fujijorista llamada Carlos Orellana, que justificó con los discursos que le escribía a Fujimori, las matanzas, las torturas, las desapariciones y el genocidio perpetrado en contra del heroico pueblo peruano y era hasta hace poco secretario general, asesor de prensa y escudero de esa organización criminal llamada Sí Cumple, incluso visitó al delincuente japonés en su país de origen y hace poco también dijo que era UN ESCÁNDALO Y UNA VERGUENZA QUE FUJIMORI ESTUVIESE DETENIDO EN CHILE. Incluso este canalla POETA (al parecer hay muchos POETAS CANALLAS POR ESTOS LARES) llamado Carlos Orellana Quintanilla está procesado por el sistema anticorrupción por recibir importantes sumas de dinero de los siameses Fujimori-Montesinos y el SIN y moralmente está al nivel de esa plasta de borracho llamado Carlos Raffo Arce, procesados ambos por los mismos delitos.
¿Cómo es posible que se le otorgue un importante premio de poesía que lleva el limpio nombre de un inocente poeta que jamás se imaginaría verse ENMIERDADO por un sujeto como Carlos Orellana Quintanilla? ¿Qué está sucediendo en nuestro país, señores? ¿Es que los libros y la poesía, los libros y la literatura, sólo sirven para llenar estanterías en las cada vez más prostituidas ferias de libros?¿Es que la literatura cada vez más sirve en nuestro país para que los editores se llenen los bolsillos pirateando ellos mismos a sus autores publicados sin pagar JAMÁS derechos de autor ni nada parecido?
Rodolfo, deberías RECHAZAR TAJANTEMENTE ese premio por estar infamado desde el origen y te llamo la atención por no haber publicado antes esta noticia que casi ha pasado sospechosamente desapercibida por los PERIODISTAS CULTURALES de los medios de prensa y por la gran mayoría de los bloggers nativos.
Rafael: he leído con mucha atención tu carta abierta al señor Harold Alva, el editor de tu excelente novela, yo no estoy en Lima en estos momentos, pero el día de ayer vi en El Dominical de El Comercio que tu Ciudad de los Culpables ocupa ya el 7º lugar de ventas en Libros Peruanos, sólo te sugiero que te asesores legalmente y de inmediato, si gustas puedo recomendarte muy buenos abogados, no interesa que no tengas ningún papel firmado, basta que tu novela tenga el sello de la editorial y el ISBN, llegó la hora de desenmascarar la nefasta labor de los mercaderes de la cultura en el Perú.
¡Viva la poesía, carajo!
Giuliano Vecco F.
harold cobarde hazle el libro a Rafael Inocente y no te hagas el pendejo.
TRE
lo malo de todo esto es que para darle su merecido a un irresponsable se termina levantando a engendros. espinoza poeta y novelista??? ya pues, no seas inocente!!!
harold y su hermano el cachudo de stali son dos ratas putrefactas que no merecen tener la suerte que tienen ,pero parece que la suerte se le esta terminando a estos dos apristones
jajaja tiene razon el anonimo de arriba razon harold y su hermano stali son dos cachudos ( y bien merecido ) ya de hace añitos atras
Rafael Inocente: Harold Alva dice que no te debe nada, que te estás inventando pretextos para salir del anonimato. Esta rata aprista se hace el pendejo y es más doble cara que la pitri mitri.
Te lo digo como pata, procede con fuerza con este timador.
Javier
Leí en el blog "Sol Negro" que Harold Alva no se quiere rebajar a responderles. Y de cuándo aquí un estafador es màs que un escritor.
Rafael, Rodolfo, tienen que proceder con fuerza porque según me cuentan otros estafados, este huevas es más duro de roer y no da puntada sin hilo. En otras palabras va a querer joderlos a ustedes, muchachos.
Enrique S.
Tambien "Lapiz y Martillo" ha posteado esta carta. sigue la lucha contra este aprista ratero.
E.
Rafael, recibí un correo de Harold pidiendo solidaridad, parece que está asustado y ha pedido que todo ese grupete de editores nuevos lo apoyen a silenciar tu carta y la de rodolfo.
No voy a poner mi nombre para evitar represalias, igual no creo que se entere quien soy, pero digo la verdad.
XXX
HAROLD ALVA LADRÓN
NO TE HAGAS EL HUEVÓN
SINO TE VOY A PATEAR
EL BARRIGÓN
el nick rap
panzón infeliz cumple tu palabra con todo esa gente sufrida o te bamos a bajar esa panza a patadas, mismo Ilave. ya sabes, so baboso, quieres burlarte de la gente de quilca. no sabes con quienes te has metido soplòn aprista.
Máskara Skater
¡Flash de último minuto!
Harold Alva anda pidiendo solidaridad a algunos poetas borrachines e improductivos (ya saben ustedes sus nombres) y quiere presentar este asunto como una cuestión política, cuando esto no es más que una ESTAFA monda y lironda.
Además ha pedido ayuda a otras pseudoeditoriales que viven de esquilmar escritores y poetas jóvenes y andan todas en la misma colada.
Ya SABEN A QUÉ OTRAS EDITORIALES ME REFIERO. Ese boom de editoriales jóvenes ya me sonaba muy sospechoso: sarta de pendejos, ladrones y vividores de la cultura que ahora quieren presentarse como perjudicados por las grandes editoriales, ja!
La carta de Rafael Inocente es contundente. Ya ha sido publicada en diferentes blogs del medio y el gordo está desesperado. Se le ha visto por Quilca vociferando borracho en contra de Inocente e Ybarra, amenazando con enterrarlos vivos si es posible.
Y esto recién comienza: búscate buenos abogados Alva, hay por lo menos SEIS ESCRITORES que ya prepararon una DENUNCIA LEGAL en tu contra por estafa, apropiación indebida e incumplimiento de contrato, entre ellos un conocido poeta liberal cuyo noble apellido indígena comienza con la letra EÑE.
El Datero
compañero Alva no se aflija, recuerde, somos gobierno, no haga caso a las pataletas de estos seudoanarquistas y poseros. què pendejos compañero alva, quieren colgarse de usted para hacerse conocidos, las bases se están movilizando, usted tranquilo, nuestra fuerza de choque es muy conocida, ya empezaron los operativos, qué kagones al tocarlo compañero.
en el dolor!: ¡hermanos!
en la persecución!: ¡hermanos!
contra el cargamontón de los seudoanarquistas!: ¡hermanos!
Victor Raul!: ¡PRESENTE!
compañero García!: ¡PRESIDENTE!
Esto no es sobre politica, es sobre como los escritores jovenes con mucho esfuerzo quieren ver su obra publicada y confian en este seudo "poeta" editor que al final terminan estafandolos.
HAROLD PAGA TUS DEUDAS NO TE PASES DE PENDEJO.
MAX
matemos a cara de vaca
ese espinoza sanchez poeta y novelista y ese harold alva no son mas que un par de delincuentes que lucran con la literatura y se prestan a la mujer que de paso tambien es otra delincuente y ademas putita ja,ja, ellos forman una bien organizada red de lavado de dinero junto a ese aprendiz de brujo de dimas arrieta otro apriston y profe de la villarreal plata no les falta nunca les sobra mas bien zignos y cultura peruana son tentaculos del narcotrafico ATENCION POLICIAS, UNIDAD DE INTELIGENCIA FINANCIERA INVESTIGUEN ESAS EDITORIALES Y SU REPENTINA BONANZA sorpresas van a encontrar Gracias Ibarra por descubrir todo esto eres un patriota mueran los apristas mueran los lavadores del narcotrafico mueran todos esos delincuentes IBARRA VAS A GANAR EL PREMIO NOBEL CUANDO ESTOS SUJETOS ESTEN TRAS LAS REJAS tu servicio de inteligencia es mas eficaz que el de la policia huevona
el datero es gay,
el que insulta al datero también es gay
jajajajaj es regay datero re gay super gay hasta hace temas de regueton
En realidad no me interesa escribir a blogs y siempre intento mantenerme al margen de las escaramuzas entre los escritores, o entre escritores y editores, o entre escritores y periodistas... Pero este caso me concierne especialmente porque el afectado es un viejo amigo, quien además tuvo la gentileza de pedirme que presentara su novela en la pasada Feria Ricardo Palma, donde compartí la mesa con Rodolfo y Miguel Gutiérrez, y por supuesto también estuvo el "chancho" de marras, que ya ha recibido suficientes epítetos para enterrar su prestigio como editor en un estercolero del que sin embargo, y disculpen mi pesimismo, siempre sabrá cómo limpiarse en el futuro.
He leído atentamente la carta abierta de Rafael Inocente, también la carta complementaria de Rodolfo Ybarra, así como he podido informarme sobre la réplica del “chancho”. Y después de la lectura, me ha sobrevenido la imagen de la noche de la presentación de tu libro, Rafael, sobre todo un momento fugaz en el bar en que, aún con el embotamiento producido por el alcohol, me sorprendí al toparme con páginas en blanco al revisar el ejemplar que tan generosamente me habías obsequiado. Esas páginas parecían vacías pero estaban cargadas de significado. En ese instante pensé que se trataba de un ejemplar fallado, pero cuando me revelaste que todos estaban en la misma deplorable condición, me sentí minado por la absurda realidad del escritor en el Perú. No puede permitirse que se continúe protegiendo a individuos que, bajo la coartada de ayudar a jóvenes autores para que logren el iluso sueño de la edición y difusión de sus novelas, convierten la labor editorial en un robo institucionalizado.
Acá lo único pertinente, estimado Rafael, es la denuncia penal. Este no es un lío entre apristas y ultras ni una desavenencia contractual entre un editor y su escritor-cliente: se trata más bien de un simple y vulgar delito de estafa. Delito que está tipificado como tal en el Código Penal y que sólo podrá resolverse en los corrillos del Palacio de Justicia. Sin embargo, el "chancho" no es el único timador que funge de editor por estos lares, ojalá fuera así. Me atrevería a afirmar que toda la industria editorial nacional ha asentado sus reales bajo esa modalidad delictiva. Ya el propio Gutiérrez ha hablado de “la otra piratería, la formal”, aludiendo a una editorial grande como Peisa. En mi caso, hace siete años fui estafado por Editorial San Marcos, que también tiene un prontuario considerable de incumplimientos de contrato y de abuso contra los autores. El hecho, flagrante, es que acá el delito editorial siempre queda impune. Como los plagios (tal como lo indica el fallo de Indocopi absolviendo al plagiario Bryce). Por tanto, te recomiendo, Rafael, si es que la justicia demora, deja los papeleos a un lado y haz caso lo que el sentido común aconseja: lleva al “chancho” al matadero. De una buena vez. Y cuenta conmigo para cualquier declaración judicial como testigo. Saludos y un abrazo cordial,
Arturo Delgado G.
De seguro este Arturo Delgado también es gay. Pelea de gays. ¿No?
Ahora eres homofóbico. Alva, no te ciegues a la realidad que puedes quedar ciego de verdad. A mí también me cagaste con una edición astalculo, no dije nada porque en fin... pero ahí está mi antología jamás publicada... y tu sabes quién soy...
Arturo Delgado, me gustaria saber como fuiste estafado por San MArcos ( al parecer no hay ninguna editorial decente)
jajaja todos gayyyyys asi es todos gays
que viva el ambiente
MIS OCUPACIONES
Raras veces puedo ver a alguien sin abofetearlo,
Otros prefieren el monólogo interior. Yo, no. Más me gusta abofetear.
Hay gentes que se sientan frente a mí en el restaurante y no dicen nada; están allí
un buen rato porque han decidido comer.
Ahí tenéis a uno.
Yo me lo atraco, toc.
Me lo reatraco, toc.
Lo cuelgo en la percha.
Lo descuelgo.
Vuelvo a colgarlo,
Lo redescuelgo.
Lo pongo sobre la mesa, lo apilo y lo ahogo.
Lo ensucio, lo inundo.
Y vuelve a vivir.
Entonces lo enjuago, lo estiro (comienzo a enervarme, hay que terminar con él),
lo comprimo, lo aprieto, lo resumo, lo introduzco en mi vaso, arrojo ostensiblemente
el contenido por el suelo y le digo al camarero: "Tráigame un vaso más limpio".
Pero me siento mal; arreglo al punto la cuenta y me voy.
Para Harold Alva
compañero
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