sábado, 31 de mayo de 2008

SECCIÓN “LA MÁQUINA DEL TIEMPO”



Inauguro esta sección dedicada a rescatar textos literarios del pasado, en específico: textos de escritores peruanos de las últimas generaciones que se publicaron en revistas, plaquetas u otros de cortísimo tiraje. Sirva entonces este título hurtado a H. G. Wells (“The Time Machine”) para retornar a este otro tiempo literario.

En esta ocasión quiero comentar sobre “Klorofila en la Mente”, una revista construida en el stencil y que tiene como animadores a Lelis Rebolledo (“el Conde Xoledad”), Armando Arteaga, Rafael Dávila-Franco, Linda Rojas y Róger Santibáñez. Precisamente de este último vate extraigo el siguiente texto escrito en Piura el primero de Octubre de 1987, tal y como consta en la revista:

MENSAJE DESDE ADENTRO

Escribir poesía –qué duda cabe- constituye el mayor acto de lucidez humana. Por eso quizá los poetas han buscado dominar el habla. Porque locuacidad quiere decir locura o quizá quiere decir lucidez. Las palabras se parecen pero son distintas. Las fronteras son a veces límites inaccesibles. Por ello mejor es permanecer en la sobria embriaguez de un trago. Eso lo aprendimos de DYLAN THOMAS. Aquel que jugaba con las canciones que sus padres en la Iglesia le enseñaban para alegría de sus horas bajo los bosques de leche. Quizá sea la única razón para existir. Quizás sea como una manera diferente de querer. Yo que he estado, que he vivido un tiempo –el suficiente, el necesario- en un hospital para enfermos mentales, reivindico no sólo la famosa frase de Martín Adán: “Allí adentro se está mejor que afuera” sino el amor con que uno aprende a vivir luego de esa experiencia. Amor que quiere decir muchacha, amor que quiere decir: “ni matar, ni morir”, como me dijo una tarde de amistad Rodolfo Hinostroza.


Armando Arteaga, otro vate de fuerza y persistencia nos regala en esta Klorofila “Como Latas de Nescafé”, texto que aparecería en su “Callejón sin Salida”, si más no recuerdo el año 1988. Están servidos:

Ir a comprar
a un supermarket
los girasoles de Van Gogh
llevárselos a regalar a una muchacha
leer en un neón que todo va mejor con Coca Cola
Ir a buscar
Los crepúsculos al mar, el amor en la calle
Tropezarse en el bus con Tristán Tzara
No saber nada de la vida, estar harto
Gustar de canciones que no entiendo de Leonard Cohen
Jugar un poco con la idea del suicidio
Ir al Zoo todos los días
contemplar las cebras, los elefantes, los tigres
Regar el jardín. Morir de tarde. Heridos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Exelente seccion
tengo un comentario sobre el poema que me gustaria poner alli por si hay alguna idea que se pueda discutir.
Me parece que el poema es mas que nada un borrador listo para ser explorado, linguisticamente o subjetivamente. Un primer paso, un comienzo.
Creo que el contenido se desnuda con muchicima facilidad y es en cierta manera unidimensional.
la sintaxis esta definida tambien por una unitemporalidad y claridad de planteamientos que lo acercan mas a una escritura documental mas o menos al estilo Ernesto Cardenal
pero sin el metanarrativa social del poeta.
Camilo C

Anónimo dijo...

buen poema, aunque estoy de acuerdo con Camilo, hay una deuda con Ernesto Cardenal...

Anónimo dijo...

¿Armando Arteaga, está vivo?

L