lunes, 12 de mayo de 2008

"LA CIUDAD DE LOS CULPABLES" DE RAFAEL INOCENTE (UNA NOVELA NINGUNEADA POR EL ESTABLISHMENT)



x Rodolfo Ybarra

Curiosamente e imagino intencionalmente y luego de muchas variantes de títulos posibles, desde “Ciudad Enferma” pasando por “Ciudad Roja”, “La Mujer del Diablo Fuerte”, “El Diablo Fuerte”etc. etc. “La Ciudad de los Culpables”, elegida ulteriormente es el antónimo de nuestro autor Rafael Inocente (apellido original y en el que él insiste en que no es seudónimo), de todas formas el nombre completo sería Rafael Inocente Julca, cuyo segundo apellido, como se aprecia, es de origen chanca.

Desde ya quisiera referirme al personaje principal: Una especie de “Lazarillo de Thormes” o de D´artagnan en la novela de Alejandro Dumas, el Gargantúa y Pantagruel de Rabelais o quizás el Job del antiguo testamento, o sea, en cierta forma quejoso, sarcástico, burlón, un Ubú Rey inverso radical y noble.
Dice y hace las cosas que tiene que decir y hacer, su espíritu proletarizado en su lenguaje áspero, anticlasemediero y antiplutócrata, no busca refinamientos o eufemismos, llama a las cosas como el pueblo las nombra, no “confunde” la mandioca con la yuca, la huevera con el caviar o el “conejillo de indias” con la rata o el cuy, o el traje de un carnicero con el de un médico cirujano. Dice las cosas como son y no se acompleja.
Ese espíritu indomable, embiste, empuja, impele, arrempuja, da codazos, se choca con la puritana realidad, le da de patadas como un maestro shaolin, como kid boxer, “vale todo” o, para decirlo en sus términos, como un “pishtaco” aunque él crea que este sea sólo un mito una metáfora de cómo la burguesía compradora y burocrática, vampirrata y antropofágica le saca la grasa al pueblo, o sea el saqueo permanente, el robo sistematizado que empieza casi siempre con las funciones electoreras y el circo congresal. Eso no se discute.

Para nuestro personaje -alter ego de Inocente- no hay futuro pero no en el sentido No Future inglés o panqueque de los jóvenes confundidos por las modas y los ismos adolescentes -ahora último refugiados en el EMO-, sino que en realidad más allá de una visión marxista leninista, este futuro se construye en base a una revolución, la que tendría que aplastar primero a la fuerza de choque del enemigo, los esbirros, mercenarios o asalariados del terror, los que ni siquiera respetan las leyes de la guerra, mucho menos los derechos humanos y donde todo se mueve en base a los términos de la guerra sucia o sea: desapariciones, detenciones arbitrarias, torturas, castigos brutales, condenas inhumanas, asesinatos, genocidio, represión brutal, leyes inventadas con tal de doblegar al rebelde, etc.
Por eso su voz no suena a megáfono, a micrófono con delay o play back, impostado, calumniador, infamador, embaucador, falsario como ha venido ocurriendo con otros novelistas entre comillas que tratan el tema de la guerra interna en el país y los años donde un grupo armado jaqueó al estado peruano de un modo en que nadie lo había hecho y por eso en el congreso norteamericano, a fines de los ochentas, Abimael Guzmán Reinoso y el Partido Comunista Peruano llamado Sendero Luminoso fue considerado una de las mayores amenazas para la seguridad mundial. Y por eso el analista internacional Simon Strong lo consideró el “Arma más Mortal del Mundo”

Hoy a puertas de iniciar un TLC que no dejará en pie nuestra incipiente producción industrio-mecano-artesanal es necesario recuperar esta voz, este grito desgarrador que sale de “La Ciudad de los Culpables”, este grito que parece que viniera de Atusparia, Uchcu Pedro, los mujiks rusos, los campesinos chinos, las huestes famélicas de Ho Chi Min combatiendo como topos o humanoides intraterrestres al imperio de Darth Vader.
No señores, no nos equivoquemos, Rafael Inocente nos lanza su bomba sucia (término técnico de ingeniería bélica) con aparato de dispersión, su cóctel molotovs, su bomba con temporizador o activable a distancia, su bomba lapa, su bomba trampa o cazabobos, esta granada de mano formato piña que es el llanto de los humildes, los olvidados del sistema, los que sobran en el sistema nacional de pensiones, los jubilados abandonados a su suerte, los profesores condenados a dar clases en la intemperie o en colegios que se caen literalmente a pedazos y a recibir sueldos placebos para que no sientan el dolor de la muerte lenta y efectiva llamada democracia. Los obreros y trabajadores de construcción civil apaleados y rociados con gas mostaza, embestidos con el rochabús y caballos de choque y perros policías para que no reclamen más de la cuenta. Los campesinos sembradores de hortalizas y hoja de coca ancestral, en marcha de sacrificio permanente rociados con spike y gusanos tratados genéticamente y arrojados en nuestras tierras por el brazo imperialista y “axiológico” de la DEA. Humildes campesinos golpeados por una asquerosa política que quiere traernos todos los alimentos transgénicos al por mayor y a bajo precio para morir de metástasis y así acortar nuestra encogida y raquítica esperanza de vida. Para eso es la sierra exportadora para exportar lo bueno y traer lo malo.
Por eso esta novela “La Ciudad de Los Culpables” huele a pólvora “a pólvora y dinamita” como dice la canción “Flor de Retama”, o como dicen las canciones de Quilapayún o los grupos subtes de mediados de los ochentas: Polución Nocturna, Sociedad de Mierda, Eutanasia, y demás que tuvimos el gusto de desbrozar en conciertos que nunca estuvieron al margen de la lucha de clases, mucho menos fuera de la dinámica histórica que se desarrollaba en esos tiempos.
Terruco le pueden decir los macartistas, los acahumas como ahora le dicen coquero drogadicto pichicatero al que chaccha su coca, pero nada cambia su esencia, su voz es pura, preservada en formol, criogenizada, no ha podido ser pasteurizada, hidrogenizada, licuefactada, purificada como el uranio por los cánones pequeñoburgueses, por la historia de los vencedores, pero no la de Herodoto, la historia secular que se imprime para tapar el sol con un dedo para ocultar la verdad como se ha venido haciendo hace más de 500 años y aún más atrás, el proceso de destazamiento, la explotación del hombre por el hombre, homo hominis lupus, esa víbora apocalíptica, ese lobo estepario, ese dragón, leviatán comiéndose la embarcación de la razón, ese frankenstein capitalista parchado con teorías que nada tienen que ver con la real naturaleza del hombre, ese cíclope monopolista que nos aguaita y nos envía (o nos enviarán) sus tropas , sus cascos azules, sus fuerzas de seguridad para calmar los ánimos hace tiempo caldeados, hace tiempo hirviendo en un perol de cambio y revolución, esa hidra, esa gorgona, ese urogallo, ese grifo, hipogrifo burgués que nos apunta con AKM, pero que podemos eludir porque somos pueblo y más que eso la sangre sagrada de nuestros ancestros. Y todo esto se filma en las hojas encendidas de “La Ciudad de Los Culpables”. No hay error, el personaje lucha cuerpo a cuerpo con todo el ensañamiento corporativo político-religioso-militar que nos tocó vivir, si bien es cierto muchos tratarán de equipararla con las últimas seudonovelas que versan sobre la guerra interna, en lo que he llamado “la literatura del bang”; a su favor tengo que decir que por ejemplo Roncagliolo no alcanza una sinceridad estratosférica o por lo menos atmosférica y suena a bluff a imitación de Carlos Álvarez, el personaje de su Abril Rojo, el señor Saldívar no es creíble al 100 por ciento y al ser un representante del estado, su voz no es el de las mayorías, ni se siente como tal, en todo caso se puede leer como un thriller, con respecto a su último trabajo en “La Cuarta Espada” él ha dicho que le importa más vender que reflejar una realidad. Y en lo particular descreo totalmente de esa hipocresía capitalista que habla de presos políticos, ideología y de guerrilla cuando está haciendo sus entrevistas y presentaciones en las cárceles y cuando está fuera habla de terroristas, plan de destrucción y mesianismo. Roncagliolo termina siendo como lo ha dicho muchos, un bufón, un felipillo acomodaticio y triste personaje que quiere llenarse los bolsillos hablando sobre alguien que no le puede cobrar derechos de autor. En lo que respecta a Alarcón, el asunto es peor, hace mentalismo, escribe sobre un país pequeño en guerra desde una butaca en una universidad extrajera, imperialista donde le enseñan que el migrante es un ciudadano de segunda o tercera categoría y donde la acepción peruano debe estar unido a la fauna o a los recursos hidrobiológicos que tendrá que tomar a la fuerza en los próximos años ¿Cómo se puede escribir sobre lo que no se sabe? O teniendo como fuente inspiradora a un programa radial. Es cuestión de revisar con los espéculos para desarmar la trampa, la mecánica de la estafa, aunque claro está, ahora último solo priman técnicas literarias, capacidad de narración, raccontos, o la aristotélica presentación, nudo, desenlace. Y olvidan que todo esto solo son las armaduras de un guerrero y que si este no sabe pelear todo lo resto no le sirve de nada. De Cueto como el mago Merlín, solo podemos decir que está al servicio del poder y responde a su conciencia de clase, aunque su literatura está devaluada y camina en los linderos del aburrimiento y el tedio.
Hay otros escritores jóvenes que están dando batalla junto a Rafael Inocente. Uno sería Julio Durán con su “Incendiar la Ciudad” que vendría a ser una novela subterránea con personajes también subterráneos en busca de un camino que los aísle del proceso destructivo y los salve en una especie de barca antiguotestamentista a la cual habría de llamársele comuna
“Coche Bomba” no se asusten por el término, es la novela de Martín Roldán antiguo compañero de estudio que también tiene como historia secular la movida subterránea y la lucha hordalera, entre sendero descrito con matices de Pol Pot (Saloth Sar) y el Khmer Rouge y los militares que acuñaron la frase de que “el mejor terrorista que puede haber es el terrorista muerto” y con el cual barrieron muchos pueblos y asesinaron a mansalva en nombre de un estado que le dio todas las potestades para restablecer el orden e imponer la paz, pero la paz de los cementerios, de los crematorios la paz de las fosas comunes.
Creo que Rafael Inocente, biólogo de profesión, criador de peces ornamentales y tenaz y combativo conversador es uno de los pocos novelistas en los que se siente esa vibración telúrica de “La Guerra y La Paz” de Tolstoi, esa belleza de lo ordinario y de la cual no nos damos cuenta, sólo cuando hemos sido arrancados de nuestra realidad y parados frente a un campo de batalla, o recluidos en una mazmorra oscura y aislada y sin visita familiar, por eso su simpleza acomodada con su sarcasmo y su nihilismo político es una bofetada a los que siempre miraron detrás de la ventana, a los que nunca se solidarizaron con nada más que con sus intereses personales o con sus cuentas bancarias y en una independencia insana, ñoña y arrabalera apagaron el televisor para no mancharse con la sangre que brotaba por todos lados. Por eso esta novela no es un canto impersonal, no hay una voz tartamudeante o que tienda a vacilar o en peligro de pasar al anonimato. Por eso, en un recurso bastante inmodesto, la novela acaba con unas cartas que son el metatexto de la misma novela: anoto aquí un párrafo de la página 259:dice así: “CARTA JULIO 2000”
Hola Troglo:
Interesante tu proyecto…leí lo de Diego, ¡jajajaja!, la historia de Florilegio…puta, que no sé si tendrá algún asidero real en tu vida o en la de “Cara de luna”, pero, ya veo que tu relato es una suerte de fusión entre su vida y la tuya, ¿no? De todas formas lo considero un recurso literario interesante, está bien uón…sigue así nomás, entre suave y “clasista”, jajaja…es bueno que la gente lea algo novedoso porque de todas formas es basura lo que circula en nuestro medio tan “civilizado” y carente de todo referente real. Las huevadas que tú cuentas, aparentemente sarcásticas y de contenido “revicho” como lo calificarían los iluminados cagones con los cuales conviví durante años (me metí al monte durante siete años con la Boa Veccio); tiene el mérito de ser francas y descarnadas. Si algún infeliz decadente te imputara estar agregando “terrucadas” a tu relato, pues caería inmediatamente en descrédito absoluto pues esta sociedad es hija de la consecuencia de un movimiento político y social, actualmente empantanado y reprimido, pero que no está muerto”.


Esta novela debe ser incluida dentro de los relatos orales y escritos recogidos por la CVR y el estado debería reparar civilmente a todos los personajes que aquí se suceden en una suerte de second life virtual, pues “La Ciudad de Los Culpables” somos todos, y no se salvan ni los sacerdotes que limpiaron la frente sudorosa de Cipriani cuando sacaba las andas del “Señor de Los Milagros” en abril, o cuando arremetía contra los derechos humanos calificándolos de una “cojudez”, ni los 2 millones de peruanos que huyeron de este país que lo consideraban como Camboya, tierras de azufre. O los que no estaban ni a favor ni en contra por que se consideraban apolíticos o burdamente agnósticos, dignos de una estatua en el erebo, en el linbo. Todos somos los culpables unos por omisión otros por pecado expreso. Unos por usar el rifle, el uniforme, otros por usar la dinamita y las ojotas; otros por permanecer en silencio, sin hacer nada más que esperar a que todo volviera a la “aparente” calma.

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Dònde encuentro ese libro?
El Cantuteño

Anónimo dijo...

Oye Ybarra, ese libro no existe en ninguna librer÷ia.
No estar÷as haciendo un comentario fantasma.
Rub÷en N.

Anónimo dijo...

Buena reseña, aunque creo que ese libro no está en librerías. Si lo vende el autor, sería bueno que pongas su correo. Saludos

Percy E.

Anónimo dijo...

El libro lo compré en Killka,a 25 lucas, al parecer no existe en otro lado. Pésima la labor de la editorial. Leí buenas críticas a la novela, se que Miguel Gutiérrez la reseñó en su libro de ensayos EL PACTO CON EL DIABLO.

Augusto Suárez Llontop

Anónimo dijo...

HAROLD ALVA ES UN ESTAFADOR DE MIERDA, CUALQUIER DIA LO VOY A AGARRAR, DICEN QUE PARA POR QUILCA. YA VA A VER ESTE DESGRACIADO.
(te acordarás de mí)
PANCORVO

Anónimo dijo...

A mí tamién me estafo con el cuento del libro, pronto voy a denunciarlo penalmente.

R-O

Anónimo dijo...

Este ceboso aprista se cree pendejo, dicen que ha denunciado a su mujer por quedarse con la computadora, luego de que esta lo abandonara por vividor. HAROLD ALVA APRISTA ya te darán lo tuyo.

El datero

Anónimo dijo...

Yo edité con zignos y me demoró más de un año en editarlo. Tuve suerte. No pongo mi nombre para no crear suspicacias, pero mi libro está en librerías.

Anónimo dijo...

Conversaba hace unas semanas con Julio Roldán, el historiador peruano exiliado en Alemania y él me manifestaba su agrado por la publicación de esta opera prima de Inocente.

Roldán tiene en preparación un ensayo referido a las novelas que describen desde la orilla popular lo que significó la guerra interna, algo que ha denominado LA TRILOGÍA DE LA GUERRA y me dice que incluirá las siguientes obras:

1. INCENDIAR LA CIUDAD, de Julio Durán.

2. GENERACIÓN COCHEBOMBA, de Martín Roldán.

3. LA CIUDAD DE LOS CULPABLES, de Rafael Inocente.

De estas tres he leído solamente GENERACIÓN COCHEBOMBA y es una excelente novela de aprendizaje. Un grupo de subterráneos ochenteros, capitaneados por Adrián R, el protagonista, se ven inmersos en lo que significó la guerra interna, sus contradicciones, aciertos y errores. Desfilan desde anarcofumones que planean asaltar un banco hasta combatientes surgidas de las filas anarquistas de los subtes convencidas de que el camino para el cambio era tomar las armas, pasando por una Agustín Mantilla, felatriz obsesiva,orándosela a un muchacho subte capturado por las fuerzas represivas, todo bajo la banda sonora de Siouxsie and the Banshees, Kortatu, La Polla, Leuzemia, Zcuela Cerrada y lo que aquí se llamó la new wave, esa nueva ola oscurona y depresiva que ahora ha devenido en los inefables "emos".

INCENDIAR LA CIUDAD no he podido conseguirla, a ver quién me dice dónde.

Hace unos días me consiguieron LA CIUDAD DE LOS CULPABLES, después de ardua búsqueda, en la librería ÉPOCA de Miraflores, al parecer es la única librería de esa zona en la que la venden.

He comenzado a leerla, pero desde el saque la novela es una patada en los huevos: va directo al grano sin eufemismos, amaneramientos ni medias tintas.

El Tukuyrikuy

Anónimo dijo...

ah, ya corregisto lo de "Dark" Vader. Así, me gusta, Ybarrita, que hagas caso a los que saben...

Anónimo dijo...

ya "corregisto", corrígete a tí mismo, oe zonzo.

El Tukuyrikuy

Anónimo dijo...

perdón, El Tukuyrikuy II

Anónimo dijo...

Es una lástima que una novela como LA CIUDAD DE LOS CULPABLES (leer los comentarios de Carlos, Rengifo, Miguel Gutiérrez, Rodolfo Ybarra, Arturo Delgado Galimberti,etc.) no tenga la difusión debida: las editoriales llamadas jóvenes en el Perú carecen de verdadero amor por los libros y la literatura, aman el dinero, las entrevistas y el cuarto de hora de fama.

En San Marcos la pude comprar gracias a unos amigos del autor que me la hicieron llegar en una pequeña feria ambulante dentro del recinto universitario. Sé que igual ha hecho el propio autor en la Universidad Agraria.

La Editorial Zignos brilla por su ausencia.

Augusto Espejo Santamaría

Anónimo dijo...

El gordo Harold debe estar con las canillas temblando. Con esta es una novela más que caga con su nefasta labor editorial.

Uno más para tu lista, gordo infame: ya sabes, en cualquier momento te agarramos y te sacamos tu mierda. Nadie te salva esta avez.

Gabrielito

Anónimo dijo...

ya sabes aprista de mierda, te vamos a cagar en mancha.

Otro estafado.

Anónimo dijo...

A mí también me estafo con el cuento del libro. Mi caso era una antología que nunca llegó a salir. En pocas palabras me estafó.

G.

Anónimo dijo...

Un dato: el Gordo Harold para chupando en una conocida cantina aledaña a Quilca, ahí para el webas, chupándose el billete de los estafados.

Anónimo dijo...

TANTO FLORO, SÁQUENLE SU MIERDA Y PUNTO.
ATOJ

Anónimo dijo...

En esa novela de Inocente hay unos pasajes memorables en los cuales los protagonistas alternan con la ahora famosa agrupación Alborada, días previos a un paro armado; en la novela de Martín Roldán, hay unos pasajes formidables en donde los subterráneos son testigos de la masacre de humildes pobladores en Barrios Altos por el grupo de asesinos llamados Colina; en Incendiar la ciudad, la excelente novela de Durán, se pinta el anarquismo desesperado de los muchachos subterráneos que irrumpieron en la escena rock nacional en el 84, las luchas entre la multitud de partidos de izquierda que surgieron en los setentas, las posiciones llamadas revis de Patria Roja, del partido de Del Prado y el PCP-SL, todo esto es contado eficazmente en boca de El Chusko, Martín y la Mancha Subte. Las tres novelas tienen en común las bandas sonoras de la música ochentera de la época (Sex Pistols, Joy Division, Exploited, Siouxsie and the Banshees, etc.) tienen en común también el escenario, ese nuevo centro de Lima andinizado, achorado y rebelde, concretamente las plazas Francia y San Martín, las avenidas Wilson, Tacna y La Colmena izquierda, los fumaderos en la otra ribera del río pasando el puente Santa Rosa y las calles Camaná, Rufino Torrico, Cailloma y Quilca donde existen bares, cantinas y otros locales, tienen en común además el retratar a jóvenes en pleno proceso de esclarecimiento de conciencia pertenecientes a diferentes estratos sociales, sea de barrios pauperizados, como La Victoria y Barrios Altos, sea gente de los conos, como Canto Grande, Villa El Salvador, San Juan de Miraflores.
Tienen en común su honestidad, frescura y libertad narrativa.

En esta época en que las contradicciones se dan entre la globoidiotización y las luchas por la afirmación de las identidades nacionales de la occitoxicodentalización, hay una CONCIENCIA LIGHT para justificar el modo de ser, de pensar y de actuar; prueba evidente de ello es la historia de las ideas en las diferentes culturas, y se apela a la subjetividad, pero ni aun eso es respetado en un poeta/escritor, en su condición de artista para la libertad, en medio de una cultura que propugna la HOMOGENIZACIÓN y el INTERÉS PECUNIARIO (leer las novelas de Cueto y Roncagliolo, aunque resulte penoso y aburrido).

En Andinoamérica se vive un proceso histórico, económico y social diferente a lo acontecido en Europa, Asia y Africa. Es un proceso encuadrado y configurado en los cauces de la DEPENDENCIA Y EL SUBDESARROLLO, la intromisión, la implementación y EL RACISMO.

¿A qué debemos aquello? La cruenta historia es testigo, pero también la actual realidad económica.

Novelas como las de Roldán, Durán e Inocente reflejan esta DURA REALIDAD de manera artística, grafican artísticamente esta toma de conciencia por parte de aquella juventud que se vio obligada a vivir en las ciudades, migrantes de primera o segunda generación, muchachos conscientes que arriesgaron la vida o la perdieron en el intento -tal vez desesperado- de lograr un cambio.

Estas novelas pervivirán en el tiempo, ahora tienen el destino de todas las obras que han calado hondo en la conciencia de los pueblos.

El Tukuyrikuy

Anónimo dijo...

La novela es buena, entretenida y tiene feeling, pero demasiado evidente para mi gusto de lectora joven.

G.P.

Anónimo dijo...

Es una buena novela, pero a mi, eso no me interesa. A mi interesa el billete y cagar a la gente.

salud estafados

Harold Alva Viale

Director de Editorial Zignos

Anónimo dijo...

Soy un hombre admirable. No permito que manchen mi labor por la cultura en el Perú.
Es falso que mi mujer me haya dejado. Yo la dejé porque me sacó la vuelta.

Anónimo dijo...

no se como pueden comprar el libro de este terrorista y encima, estar pidiendo plata para que lo editen nuevamente, esos libros deben ser quemados...

Anónimo dijo...

Rafael Inocente un gran hombre, excelente amigo e irreverente radical; en tinta a plasmado parte de nuestras vidas, nuestro pasado y nuestro presente, del futuro no se podra decir porque no lo vemos, ni como sociedad, ni como raza. Espero poder leer el libro, espero que me lo dedique y espero un audiovisual. SEMILLA NOCIVA

Anónimo dijo...

¿Quién la bestia que escribe arriba de mi comentario? ¿Qué es eso de "a plasmado"? Se escribe "ha" plasmado, BRUTO!!!
La única semilla nociva eres tú, pero del correcto escribir...
Y sobre el cara de sapo terrorista ese del Rafo, primero que vaya a rendir cuentas con las autoridades antes de ponerse el antifaz y querer aparecer como escritorcillo tinterillo de azángaro

Anónimo dijo...

Anda primero a rendir cuentas a la Justicia y luego podrás pegartela de escritor estafador de Azángaro en alguna penitenciería de Lima...
Dónde está Sandro?

Anónimo dijo...

me avisan cuando lo gomean para apuntarme, y también a todos los rosquetes apristas q piensan en el "borrón y cuenta nueva", hijos de puta, necesitamos estas novelas para reconocer los errores cometidos por todos y buscar una verdadera democracia, justicia e igualdad, malditos maricas. fuerza a martin, julio y rafo, y a la mierda los demás...